Capítulo 1: La verdad
Era un día soleado de julio, y Harry Potter estaba en su cuarto mirando por la ventana y pensando en los sucesos que el curso anterior habían tenido lugar. Las imágenes desde que cogía la copa de los Tres Magos junto a Cedric Diggori todavía le atormentaban. Aunque todos le decían lo contrario, Harry pensaba que la muerte de su compañero de Hogwarts había sido por culpa suya, si no le hubiera dicho que cogieran juntos la copa ahora Cedric estaría vivo, pensaba. Le vino a la mente la imagen de Cho, la chica que era dueña de su corazón, derramando lágrimas silenciosas en el banquete de fin de año. Pero lo que más recordaba, desgraciadamente, era a lord Voldemort. Repasaba una y otra vez todo lo que le había dicho y ocurrido: como mató a Cedric, como salió del caldero, como lo miró, como......lo tocó sin sufrir daño alguno... Pero lo que más le inquietaba no era eso, lo que no podía quitarse de la cabeza era que sus padres habían ido a ayudarle, ......otra vez. Ahí, apoyado en la ventana como estaba, sintió un acceso de odio intenso hacia Voldemort, un odio que nunca antes había sentido, un odio mayor del que sentía hacia Draco Malfoy, que ya es decir. Sin embargo, por alguna razón que desconocía tenía la sensación de que este curso pasarían cosas muy inesperadas, tal vez-pensó- este sea mi último año de vida. Mientras tanto, no muy lejos de allí, vivía una chica de la edad de Harry vivía tranquilamente con su madre. La niña, según todos los vecinos comentaban, nunca supo quién fue su padre y si ahora seguiría vivo. ¡Sevein! ¡Baja a desayunar o se enfriaran los huevos cariño! ¡Voy mama! - Sevein, que así se llamaba la niña, tenía el pelo largo, por debajo de la cintura y era de un color rubio-miel, sus ojos eran de un hermoso tono rojizo y de mirada dulce. ¿Por qué has tardado tanto?- pregunto la madre con una tierna sonrisa. Es que me pareció ver algo volando hacia aquí, pero lo perdí de vista -dijo encogiéndose de hombros. Entonces, una lechuza de color canela entro en la cocina y dejó caer sobre el regazo de Sevein una carta amarilla muy gruesa, de pergamino y en la cual, con letras verde esmeralda estaba escrito:
Señorita S. Elddyr
Habitación con balcón
Av. Loxi Maxi Thinney
-¿Señorita S. Elddir? ¿Habitación con balcón?-inquirió Sevein cogiendo la carta.- ¡Es para mi!...pero...¿una lechuza? -......Sabía que llegaría este día......Sevein, ábrela, es para ti.-dijo la madre cabizbaja. Sevein hizo lo que su madre le dijo y la leyó en voz alta, cuando acabó, se quedo unos instantes sin pronunciar sonido alguno, luego dijo: -Es una broma, pero te has equivocado de fecha mama, ¡aún no es el día de los inocentes! No, no es ninguna broma, lo que dice esa carta es cierto: eres una bruja, como tu padre. ¿Mi padre? ¿pero...pero no me dijiste que no sabías quién era? Te mentí, eras muy pequeña para saber la verdad, pero ahora ya estás preparada. ¿Preparada? ¿Preparada para qué? Para que sepas toda la verdad, bueno, en realidad todo lo que yo puedo decirte, ahora escúchame con atención: Hace quince años aproximadamente, yo estaba paseando por el bosque tranquilamente cuando me encontré con un hombre que iba vestido extrañamente, llevaba una túnica y una capa negra, y en su mano una especie de...palo negro. Pensando que podía haberse perdido, me acerqué y le pregunte si estaba bien. El hombre me dijo que sí, luego me preguntó mi nombre y le dije que me llamaba Ailuj, seguidamente le pregunte el suyo y me dijo que era lord Voldemort. Yo me extrañé, nunca había oído un nombre tan raro. Le pregunte que hacía en el bosque y me dijo que me estaba esperando, ¿a mi? ¿para qué?, es lo que le dije, entonces, sin decir nada, se me acerco, me puso una mano en mi vientre y me dijo que tendría una hija a la que le pondría el nombre de Sevein Elddyr, yo le conteste que eso era imposible porque yo era estéril y no podía tener hijos, pero él solo se limito a sonreír, y antes de que desapareciera me dijo que esa hija que iba a tener seria la más grande y poderosa de todos los magos y brujas. Después desapareció y nunca supe nada más de él. Al principio pensé que había sido un sueño, pero al cabo de unos meses mi barriga empezó a aumentar considerablemente, fui al médico y me dijo que, aunque era imposible ¡estaba embarazada! Estaba muy desconcertada, pero a la vez muy contenta y agradecida a aquel misterioso hombre gracias al cual concebí a una hermosa niña: tú. Sevein no se lo podía creer, ¡así que era una bruja!, estaba muy contenta y abrazó a su madre. -Gracias por decírmelo mama. -Siento no habértelo dicho antes. -No importa -dijo Sevein negando con la cabeza- tendrías tus motivos. - Tienes sus mismos ojos, ardientes fuegos rojos. Cuando te miro, creo verle a él - dicho esto, le acarició el hermoso cabello y prosiguió - ¿Sabes lo que vamos a hacer? ¿mañana mismo iremos al callejón......Diagon-exclamó mirando la carta- a comprarte todo lo necesario ¿qué te parece? ¿De verdad? ¡Bieeeeeeen! ¡Gracias mama!
Esa noche, que era 31 de julio, Harry Potter estaba recostado en su cama cuando cinco lechuzas penetraron en la habitación. Una de ellas era Pig, la lechuza de Ron, otra era su propia Hedwig, debía de ser de Hermione, otra era de color canela, suponía que sería de Sirius, su padrino, y las otras dos, de Hogwarts. Harry se levanto corriendo y cogió a Hedwig, efectivamente, la carta era de Hermione:
Querido Harry:
¡¡¡ FELICIDADES!!! ¿Cómo estas? Espero que los muggles no te lo hagan pasar muy mal. ¿A qué no sabes qué? ¡¡¡ME HAN HECHO PREFECTA!!! ¡Estoy contentísima! Ron ya me ha dicho que Dumbledore no te deja ir a pasar con ellos las vacaciones, no te preocupes, ¡ a lo mejor te deja que vayas un poco más adelantado el verano! ¿Qué te parece si vamos mañana al callejón Diagon a comprar los libros? Ron vendrá. P.D.: Espero que te guste el regalo. Un beso de:
Hermione
La carta acababa ahí, Harry la dobló y cogió un paquete embalado con un papel de escobas voladoras. Lo abrió cuidadosamente saco una pequeña caja dorada con adornos plateados en la que, con letras azules ponía: "Caja del Quidditch" Encontró una nota al lado y la leyó: Esta caja tiene registrada el partido de Quidditch de los mundiales del año pasado y analiza todas las jugadas una por una con solo apretar un botón, dentro encontraras las instrucciones. Harry abrió la caja, en el centro, había una pantallita con botones debajo, Harry apretó lo que le parecía que era el play, y en la pantallita empezó un partido de Quidditch, que Harry reconoció como el de los Mundiales. Cerró la caja y cogió a Pig (lo que le llevo bastante rato, porque la lechuza no paraba de moverse). Esta vez, la carta era de Ron:
Querido Harry:
¡¡¡ FELIZ CUMPLEAÑOS!!! ¿Te has enterado de lo de Hermione? ¡La han hecho prefecta! No se lo digas, pero está un poco histérica con eso, espero que no vaya por el camino de Percy. ¡Que pena que Dumbledore no te deje venir este verano, ¡que fastidio! pero en fin, sus razones tendrá. No se si Hermione ya te lo habrá dicho, pero mañana vamos al callejón Diagon, intenta venir ¿vale? Te esperamos a las 11.
Ron
Sonrió y cogió un paquete, además de la acostumbrada ración de pasteles caseros y tarta de cumpleaños de la señora Weasley (que comió muy agradecido), había una figurita de un jugador de los Chudley Cannos montada en una escoba que volaba a unos cm del suelo. Dejó la carta aparte y leyó la carta de Hagrid, el guardabosques de Hogwarts, en ella le felicitaba por su cumpleaños y le decía que no se preocupara demasiado por Voldemort. Harry desembalo su regalo, que era......¿una caja de cerillas?, Harry se sorprendió, pero entonces cayó otra nota y leyó lo que ponía: Esto es un "Brilliantaile", y sirve para iluminar las ideas. Harry dejó el Brilliantaile junto con los demás regalos y leyó la de Sirius: Querido Harry:
¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!! ¿Cómo estas? Espero que bien, ¿te duele la cicatriz? Si te duele no dudes y mándame una carta a mi o a Dumbledore. No pienses demasiado en Voldemort y concéntrate en los estudios. Haz caso a todo lo que te diga Dumbledore, y no salgas a deshoras de la sala común, cuando empiece el curso. Sigo queriendo que me informes de todo lo que pase. P.D.: Cuídate y estate alerta. Sirius
Harry frunció el entrecejo, todos le decían lo mismo: no pienses en Voldemort. Pero ¿cómo no iba a pensar en él ahora que había regresado y sabiendo que él, Harry, era su objetivo? De cualquier manera, era muy fácil decirlo, pero apartó la carta y cogió un paquete largo, del tamaño de una...¡escoba! A Harry le dio un vuelco el corazón, con las manos temblorosas, abrió el paquete y tuvo que hacer grandes esfuerzos para no gritar, ¡Sirius le había regalado una escoba! , pero no era una escoba cualquiera, se trataba de una Saeta de Fuego Fugaz, en la nota le explicaba que era el ultísimo modelo y que era mejor que la Saeta de Fuego. Harry no necesitaba leer esa nota para saber que era la mejor escoba del mundo, sintió unos grandes deseos de estrenarla, pero luego se acordó de donde estaba y tuvo que dejar la Saeta de Fuego Fugaz a un lado para coger la última carta, la de Hogwarts, en la que le informaban de que las clases empezaban el 1 de septiembre y que el tren salía del andén 9/3/4 de la estación de King Cross a las 11h, más la lista de los materiales correspondientes para el 5º curso.
Era un día soleado de julio, y Harry Potter estaba en su cuarto mirando por la ventana y pensando en los sucesos que el curso anterior habían tenido lugar. Las imágenes desde que cogía la copa de los Tres Magos junto a Cedric Diggori todavía le atormentaban. Aunque todos le decían lo contrario, Harry pensaba que la muerte de su compañero de Hogwarts había sido por culpa suya, si no le hubiera dicho que cogieran juntos la copa ahora Cedric estaría vivo, pensaba. Le vino a la mente la imagen de Cho, la chica que era dueña de su corazón, derramando lágrimas silenciosas en el banquete de fin de año. Pero lo que más recordaba, desgraciadamente, era a lord Voldemort. Repasaba una y otra vez todo lo que le había dicho y ocurrido: como mató a Cedric, como salió del caldero, como lo miró, como......lo tocó sin sufrir daño alguno... Pero lo que más le inquietaba no era eso, lo que no podía quitarse de la cabeza era que sus padres habían ido a ayudarle, ......otra vez. Ahí, apoyado en la ventana como estaba, sintió un acceso de odio intenso hacia Voldemort, un odio que nunca antes había sentido, un odio mayor del que sentía hacia Draco Malfoy, que ya es decir. Sin embargo, por alguna razón que desconocía tenía la sensación de que este curso pasarían cosas muy inesperadas, tal vez-pensó- este sea mi último año de vida. Mientras tanto, no muy lejos de allí, vivía una chica de la edad de Harry vivía tranquilamente con su madre. La niña, según todos los vecinos comentaban, nunca supo quién fue su padre y si ahora seguiría vivo. ¡Sevein! ¡Baja a desayunar o se enfriaran los huevos cariño! ¡Voy mama! - Sevein, que así se llamaba la niña, tenía el pelo largo, por debajo de la cintura y era de un color rubio-miel, sus ojos eran de un hermoso tono rojizo y de mirada dulce. ¿Por qué has tardado tanto?- pregunto la madre con una tierna sonrisa. Es que me pareció ver algo volando hacia aquí, pero lo perdí de vista -dijo encogiéndose de hombros. Entonces, una lechuza de color canela entro en la cocina y dejó caer sobre el regazo de Sevein una carta amarilla muy gruesa, de pergamino y en la cual, con letras verde esmeralda estaba escrito:
Señorita S. Elddyr
Habitación con balcón
Av. Loxi Maxi Thinney
-¿Señorita S. Elddir? ¿Habitación con balcón?-inquirió Sevein cogiendo la carta.- ¡Es para mi!...pero...¿una lechuza? -......Sabía que llegaría este día......Sevein, ábrela, es para ti.-dijo la madre cabizbaja. Sevein hizo lo que su madre le dijo y la leyó en voz alta, cuando acabó, se quedo unos instantes sin pronunciar sonido alguno, luego dijo: -Es una broma, pero te has equivocado de fecha mama, ¡aún no es el día de los inocentes! No, no es ninguna broma, lo que dice esa carta es cierto: eres una bruja, como tu padre. ¿Mi padre? ¿pero...pero no me dijiste que no sabías quién era? Te mentí, eras muy pequeña para saber la verdad, pero ahora ya estás preparada. ¿Preparada? ¿Preparada para qué? Para que sepas toda la verdad, bueno, en realidad todo lo que yo puedo decirte, ahora escúchame con atención: Hace quince años aproximadamente, yo estaba paseando por el bosque tranquilamente cuando me encontré con un hombre que iba vestido extrañamente, llevaba una túnica y una capa negra, y en su mano una especie de...palo negro. Pensando que podía haberse perdido, me acerqué y le pregunte si estaba bien. El hombre me dijo que sí, luego me preguntó mi nombre y le dije que me llamaba Ailuj, seguidamente le pregunte el suyo y me dijo que era lord Voldemort. Yo me extrañé, nunca había oído un nombre tan raro. Le pregunte que hacía en el bosque y me dijo que me estaba esperando, ¿a mi? ¿para qué?, es lo que le dije, entonces, sin decir nada, se me acerco, me puso una mano en mi vientre y me dijo que tendría una hija a la que le pondría el nombre de Sevein Elddyr, yo le conteste que eso era imposible porque yo era estéril y no podía tener hijos, pero él solo se limito a sonreír, y antes de que desapareciera me dijo que esa hija que iba a tener seria la más grande y poderosa de todos los magos y brujas. Después desapareció y nunca supe nada más de él. Al principio pensé que había sido un sueño, pero al cabo de unos meses mi barriga empezó a aumentar considerablemente, fui al médico y me dijo que, aunque era imposible ¡estaba embarazada! Estaba muy desconcertada, pero a la vez muy contenta y agradecida a aquel misterioso hombre gracias al cual concebí a una hermosa niña: tú. Sevein no se lo podía creer, ¡así que era una bruja!, estaba muy contenta y abrazó a su madre. -Gracias por decírmelo mama. -Siento no habértelo dicho antes. -No importa -dijo Sevein negando con la cabeza- tendrías tus motivos. - Tienes sus mismos ojos, ardientes fuegos rojos. Cuando te miro, creo verle a él - dicho esto, le acarició el hermoso cabello y prosiguió - ¿Sabes lo que vamos a hacer? ¿mañana mismo iremos al callejón......Diagon-exclamó mirando la carta- a comprarte todo lo necesario ¿qué te parece? ¿De verdad? ¡Bieeeeeeen! ¡Gracias mama!
Esa noche, que era 31 de julio, Harry Potter estaba recostado en su cama cuando cinco lechuzas penetraron en la habitación. Una de ellas era Pig, la lechuza de Ron, otra era su propia Hedwig, debía de ser de Hermione, otra era de color canela, suponía que sería de Sirius, su padrino, y las otras dos, de Hogwarts. Harry se levanto corriendo y cogió a Hedwig, efectivamente, la carta era de Hermione:
Querido Harry:
¡¡¡ FELICIDADES!!! ¿Cómo estas? Espero que los muggles no te lo hagan pasar muy mal. ¿A qué no sabes qué? ¡¡¡ME HAN HECHO PREFECTA!!! ¡Estoy contentísima! Ron ya me ha dicho que Dumbledore no te deja ir a pasar con ellos las vacaciones, no te preocupes, ¡ a lo mejor te deja que vayas un poco más adelantado el verano! ¿Qué te parece si vamos mañana al callejón Diagon a comprar los libros? Ron vendrá. P.D.: Espero que te guste el regalo. Un beso de:
Hermione
La carta acababa ahí, Harry la dobló y cogió un paquete embalado con un papel de escobas voladoras. Lo abrió cuidadosamente saco una pequeña caja dorada con adornos plateados en la que, con letras azules ponía: "Caja del Quidditch" Encontró una nota al lado y la leyó: Esta caja tiene registrada el partido de Quidditch de los mundiales del año pasado y analiza todas las jugadas una por una con solo apretar un botón, dentro encontraras las instrucciones. Harry abrió la caja, en el centro, había una pantallita con botones debajo, Harry apretó lo que le parecía que era el play, y en la pantallita empezó un partido de Quidditch, que Harry reconoció como el de los Mundiales. Cerró la caja y cogió a Pig (lo que le llevo bastante rato, porque la lechuza no paraba de moverse). Esta vez, la carta era de Ron:
Querido Harry:
¡¡¡ FELIZ CUMPLEAÑOS!!! ¿Te has enterado de lo de Hermione? ¡La han hecho prefecta! No se lo digas, pero está un poco histérica con eso, espero que no vaya por el camino de Percy. ¡Que pena que Dumbledore no te deje venir este verano, ¡que fastidio! pero en fin, sus razones tendrá. No se si Hermione ya te lo habrá dicho, pero mañana vamos al callejón Diagon, intenta venir ¿vale? Te esperamos a las 11.
Ron
Sonrió y cogió un paquete, además de la acostumbrada ración de pasteles caseros y tarta de cumpleaños de la señora Weasley (que comió muy agradecido), había una figurita de un jugador de los Chudley Cannos montada en una escoba que volaba a unos cm del suelo. Dejó la carta aparte y leyó la carta de Hagrid, el guardabosques de Hogwarts, en ella le felicitaba por su cumpleaños y le decía que no se preocupara demasiado por Voldemort. Harry desembalo su regalo, que era......¿una caja de cerillas?, Harry se sorprendió, pero entonces cayó otra nota y leyó lo que ponía: Esto es un "Brilliantaile", y sirve para iluminar las ideas. Harry dejó el Brilliantaile junto con los demás regalos y leyó la de Sirius: Querido Harry:
¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!! ¿Cómo estas? Espero que bien, ¿te duele la cicatriz? Si te duele no dudes y mándame una carta a mi o a Dumbledore. No pienses demasiado en Voldemort y concéntrate en los estudios. Haz caso a todo lo que te diga Dumbledore, y no salgas a deshoras de la sala común, cuando empiece el curso. Sigo queriendo que me informes de todo lo que pase. P.D.: Cuídate y estate alerta. Sirius
Harry frunció el entrecejo, todos le decían lo mismo: no pienses en Voldemort. Pero ¿cómo no iba a pensar en él ahora que había regresado y sabiendo que él, Harry, era su objetivo? De cualquier manera, era muy fácil decirlo, pero apartó la carta y cogió un paquete largo, del tamaño de una...¡escoba! A Harry le dio un vuelco el corazón, con las manos temblorosas, abrió el paquete y tuvo que hacer grandes esfuerzos para no gritar, ¡Sirius le había regalado una escoba! , pero no era una escoba cualquiera, se trataba de una Saeta de Fuego Fugaz, en la nota le explicaba que era el ultísimo modelo y que era mejor que la Saeta de Fuego. Harry no necesitaba leer esa nota para saber que era la mejor escoba del mundo, sintió unos grandes deseos de estrenarla, pero luego se acordó de donde estaba y tuvo que dejar la Saeta de Fuego Fugaz a un lado para coger la última carta, la de Hogwarts, en la que le informaban de que las clases empezaban el 1 de septiembre y que el tren salía del andén 9/3/4 de la estación de King Cross a las 11h, más la lista de los materiales correspondientes para el 5º curso.
