Desayuno

Capítulo 1

West Chelsea. Hogar de la destacada exposición actual de arte moderno y Vanguardista. 2013. Nueva York.

Mi estómago rugía mientras le pagaba al taxista y abandonaba el vehículo. El sonido estridente de la música de la galería West Chelsea se colaba por las paredes de cristal y llegaba a mis oídos aturdiéndome como si estuviese a punto de ingresar en una discoteca. Acomodé mi saco y mi corbata, y crucé la abarrotada calle hasta la entrada de la galería. Mi estómago volvió a rugir.

Por la mañana mi despertador no sonó, por lo que me levanté con una hora de retraso para empezar con mi día. Como era de esperar no desayuné, y tampoco había tenido tiempo de almorzar. Eran las siete de la tarde, y todo lo que llevaba en mi estómago eran una taza de café que logré tomar en el trabajo, y dos galletas de avena y miel que mi compañero de oficina me ofreció.

-¿Si?- el guardaespaldas que estaba en la puerta era un hombre alto y fornido. Yo era considerada una persona "alta" con mi modesto metro ochenta, pero este hombre me sacaba cabeza y media. Y la otra media en músculos.

-Kurt Hummel-respondí- Me ha invitado un amigo, que expone esta noche. Adam.-Mi estómago volvió a rugir.

El guardaespaldas revisó en su Tablet. Porque las listas de simple papel para ingresar a algún lugar exclusivo ya habían pasado de moda, ¿No?- Kurt Hummel. Aquí estás. Por favor, adelante.

-Gracias- al ingresar, la música se escuchaba aún más fuerte. No había mucha iluminación, y los mozos pasaban de un lado a otro con bandejas y copas. ¿Me había equivocado de dirección? El lugar se asemejaba más a un bar o discoteca y no a una galería de renombre.

-Disculpe. ¿La exposición de arte vanguardista es aquí?- pregunté a una mesera que pasaba con copas llenas que parecían contener champagne.

-Sí, claro. Que no te confunda la atmósfera, esta es la recepción de la galería. Refleja el estilo de la exposición que está en muestra. Como es una muestra vanguardista y moderna se ha ambientado así. Pero deberías verla cuando llegan exposiciones románticas o del barroco. Hasta hay orquestas, es maravilloso. ¿Ves ese arco de allí? Atraviésalo y llegarás a la exposición.-

-Oh, muchas gracias- me dirigí hasta donde me había señalado, rechazando gentilmente las bebidas que los mozos ofrecían. Llegué a una sala bien iluminada, con luces de colores que alumbraban esculturas y cuadros. La música ya no era tan estridente, aunque aún se escuchaba perfectamente, y quedaba acorde a la exposición. Había muchísimas personas de traje. Aunque las mujeres no vestían con vestidos largos y elegantes. Más bien usaban plataformas, chaquetas, chalecos, anteojos de sol. Perfectamente a la moda y acordes a la ocasión. Busqué con la mirada entre las personas que conversaban y tomaban de sus copas, parados o sentados en los sillones de cuerina blanca y roja.

-¡BUU!- de pronto Adam apareció junto a mí, asustándome

-¡Dios! ¡Casi me infartas del susto!- le espeté

-Nah, quería sorprenderte. ¿Y bien? ¿Qué opinas? ¿Has visto algo interesante?- Adam vestía un traje blanco, y una camisa de estampado bastante particular, como si fueran trozos de revista. Yo era más bien el tipo de persona aficionada a la moda, o al canto. Pero Adam se había vuelto un muy buen amigo en el tiempo que llevaba en Nueva York, y lo menos que podía hacer era ir a ver el museo donde exponía sus obras de arte.

-La verdad es que recién llego, y no he alcanzado a ver nada aún-

-¿Qué? ¿Recién llegas? ¡Lo hubieses dicho antes! ¡Camarero!- Adam le hizo señas a un camarero que pasaba, y tomó dos copas de champagne de su bandeja, ofreciéndome una.

-Oh no, yo paso... no me estoy sintiendo muy bien…-

-Oh, por favor Kurt, ¡estamos celebrando aquí! Vamos, brinda conmigo-

-De acuerdo- admití derrotado- Pero sólo una eh…- Ambos brindamos, y nos dirigimos hacia donde estaba expuesta su obra. El cuadro de Adam era espectacular. Un rectángulo gigante, pintado de distintos tonos de violetas y azules. En el centro, el teclado de un piano se deformaba girando en espiral hasta perderse en un punto lejano. Prácticamente podías sentir la música que transmitía.- ¡Esto es genial!- admití –No sé cómo puedes pintar cosas así-

-Ohh, ¿te gusta? Significa mucho para mí Kurt… espera aquí, iré a por otra champagne.- dijo mientras se alejaba a paso veloz

-¡No! ¡Espera! Que yo no quería más champagne….- mi voz decayó hasta terminar en un susurró mientras veía que se alejaba sin escucharme. Mi estómago rugió, por lo que sería la octava vez en una hora

-Hermoso cuadro. ¿Tú lo pintaste?- Un extraño comentó al lado mío. Me sobresalté ¿Dios, estaba aquí antes? ¿Cómo no lo vi?- me critiqué mentalmente por haber sido tan descuidado

-Oh, no, no… es de un amigo, él lo pintó. Lo sé, es hermoso- Comenté, dirigiendo mi vista del cuadro hacia el desconocido. No aparentaba tener más que mi edad, y era apenas un poco más bajo. Tenía unos ojos color miel que hipnotizaban, el pelo castaño oscuro y peinado hacia el costado con gel. Su tono de piel dorada contrastaba con la camisa blanca que llevaba puesta, y sobre ésta, un saco verde con pajarita del mismo color, chupines a juego y mocasines rojos. Definitivamente vestía bien. –Oh, no me he presentado. Soy Blaine Anderson. Encantado de conocerte…

-Kurt, Kurt Hummel,- Agregué, observándolo a los ojos.

-Sabes, adoro este tipo de galerías. No he estado mucho en Nueva York, he llegado hace poco. Esta noche no tenía nada mej… emm, ¿Kurt? ¿Estás bien? Te ves un poco...-

La copa de champagne resbaló de mi mano y calló al suelo, haciéndose añicos. Todo pasó demasiado rápido y demasiado lento a la vez. Las cosas sucedieron repentinamente, y no duró más de unos segundos, pero yo lo viví como si fuesen horas. De pronto todo sucedió como en esas películas de Hollywood, en las que el protagonista siente un vacío en el estómago, y las voces y música cesan, siendo reemplazadas por el agudo pitido, que cada vez es más fuerte y al que nadie parece prestarle atención. Entonces mis piernas me fallan y caigo al suelo. Mi cabeza golpea contra el lujoso piso del salón, y a pesar de que no siento nada en el momento, estoy seguro de que dolerá por la mañana. Si es que había un mañana, claro, nunca se sabe. Muchas personas se aproximan a mí, gritando frases que mis oídos se rehúsan a escuchar. Golpean mi rostro para intentar despabilarme, pero es inútil, porque la negrura empieza a achicar mi campo de visión hasta que lo único que queda es oscuridad.


¡Hola! ¡He vuelto! Y sí, sigo viva jajaaj

Muy bien, aproveche que hoy no me mandaron ninguna tarea, ni tengo pruebas a la vista para estudiar, por lo que me senté a escribir en la tarde.

Les cuento mas o menos la situación: ya que algunos me pidieron que continúe el fic de KurtBastian, y soy una persona buenita (a veces) jajaja voy a escribir la segunda parte que prometí. Una vida Sin Sonidos, la estoy continuando, y ni bien tenga un par de capítulos escritos los voy a subir. Y finalmente, tengo un fic guardado, que ya va por el capítulo 14 y en lo personal lo adoro ya que es mi favorito. Es un libro que escribí y lo pase a fic. Ese estoy esperando a terminarlo para subirlo, pero estoy demasiado emocionada y creo que lo voy a subir en cualquier momento. Si quieren la reseña en breve se las paso por mensaje o algo. Ahora que ya aclare estos puntos...

¿¡Que les pareció?! ¿Les gustó? Confieso que esta idea se me ocurrió anoche, cuando no podía dormir, y como pude la anoté en un papel, y bueno, hoy lo escribí. Si les gustó, avisen y en un ratito o mañana subo la segunda parte de este Two-shoot.

Muchos saludos para todos! Y no olviden dejar reviews, que adoro saber lo que opinan. Besos,

-Roo