Harry Potter y la herencia de los Vlad es la segunda parte de Harry Potter y el nuevo comienzo así que si no te lo has leído puede que te pierdas un poco pero aya tu. También he de decir que contiene spoilers de los verdaderos quinto y sexto libro, luego no digáis que no avisé xxD. Los personajes no son todos míos y no cobro por esto más que la satisfacción personal de manipularlos de mala manera e incluso con crueldad.

Harry se despertó sobresaltado sin las gafas puestas y sin estar muy seguro de donde estaba, cuando sus ojos se hicieron a la oscuridad y encontró sus gafas pudo reconocer el lugar. Estaba en su nueva habitación en el numero tres de Privet Drive. Su hermana Vane había convencido a los Sres. McHany que la alquilaran la casa a ella y a sus primos y ellos no vieron inconveniente ya que se mudaban temporalmente a Rusia porque la Señora McHany había encontrado un nuevo trabajo. Por supuesto el monstruo de Sam también se largaba con ellos así que este año Harry tendría una preocupación menos. Con ese pensamiento Harry se recostó sonriente sobre su cama esperando que le venciera el sueño. Claro que la prisa era poca, ahora que vivía con su hermana podía levantarse y acostarse a la hora que quisiera. Ella siempre decía que sería una hipocresía que lo mandara a la cama temprano cuando nadie más en esa casa lo hacía, ni sus primos que llevaban un claro horario nocturno, ni ella aunque era una dormilona o Eli que tenía el horario más raro que hubiera parido padre acostándose y levantándose cuando la venía en gana. Así tenían que meterse en vena café todas las mañanas pero seguían a su bola disfrutando del día a día sin complicarse demasiado.

En esas estaba cuando miró la hora de su reloj: 10:00 a.m. otra hora tan buena como cualquier otra para levantarse. Cogió sus zapatillas y comenzó a bajar las escaleras. No necesitaba ser adivino para saber que encontraría a su hermana leyendo el quisquilloso sentada en la encimera y a su novia con corazón de bruja y los pies sobre la mesa. En su sitio estaría el profeta y un zumo recién hecho. Luego de besar a su novia repetidas veces y beberse el zumo, su hermana le preguntaría que le apetecería de desayuno y el podría elegir cualquier cosa que se le antojara. Parecía como si la nevera siempre estuviera llena a pesar de que la mitad de los allí residentes no la usaban para nada. Luego podría ir a dónde quisiera y hacer lo que se le antojara siempre y cuando estuviera en casa antes del amanecer lo que para Harry era margen más que suficiente.

Pero esa mañana Harry no iba a seguir esa agradable rutina pues ese día, el día de su cumpleaños, todo iba a ir patas arriba.