Capítulo 1: LUMINISCENCIA QUE BROTA DENTRO DEL MAR
El teléfono móvil sonaba con ese tono característico del cual Honoka había predeterminado para ese único contacto. 16 llamadas perdidas y el cuerpo desnudo, adornado por una sola toalla alrededor de este, entraba a su habitación. Sin esperar a cambiarse, la pelinaranja inmediatamente llamó:
— ¿Umi chan?, ¿qué sucede? Tengo bastantes llam… — ¡HONOKA, TIENES QUE VENIR A MI CASA AHORA MISMO! —Contestó Umi con un tono bastante aterrador.
Honoka colgó de inmediato. Esa expresión de Umi no le gustaba nada y le aterraba más que la dieta. Se cambió de manera exprés, bajó las escaleras para correr hacia la entrada, no sin antes tomar un pan (para el susto), y correr a toda prisa hacia la residencia de los Sonoda no sin antes despedirse de su mamá.
— ¡VOLVERÉ MÁS TARDEEEE! ¡UMI CHAN ME NECESITA! ¡HASTA LUEGO!
Minutos más tarde, Honoka llegó a casa de Umi. Fue recibida por su abuela. Ambas se saludaron con mucha cortesía y la amante del pan procedió a entrar, dejó sus zapatos y tomó las sandalias para entrar. Recorrió el jardín para llegar a la habitación de su amada amiga. Suavemente, y sin la educación de tocar antes de, recorrió la puerta de Umi para asomar su cabeza y corroborar si se encontraba dentro. De pronto, un par de manos la toma de los hombros y la absorbe a la habitación, azotándola y arrinconándola en la pared. ¡Era Umi con un rostro rojode furia combinado con un pequeño llanto!
— ¡Honoka!... ¡Honoka! ¡Estoy embarazada! ¡Qué eres! ¿Cómo pude yo...?
Los regaños de Umi eran amenazadores, pero trataba de no levantar tanto la voz para que nadie más escuchase. En su parte, Honoka estaba aterrada. Sus bellos ojos azules estaban más abiertos que nunca. Su impresión era inexplicable. Su cabeza sólo se limitaba a moverse de manera oscilatoria. Sí, hace casi un mes que habían hecho el amor, pero fue un acto inesperado y tenía que pasar, la situación era la correcta. Estuvieron solas, sus sentimientos fueron confesados y la excitación logró la conclusión del acto sexual más empalagoso que dos amantes amateur de su orientación podrían experimentar.
—P-Pero Umi chan… Je, je, jé. —Rio nerviosa la ojos azules. — Las dos somos chicas. No podemos procrear. Mira que hasta eso yo lo sé. Aunque una vez vi en un manga yuri que…
Se escuchó un estruendo, Umi había derribado a Honoka sobre el piso, estando la preocupada chica sobre la aterrada pelinaranja.
—Escucha bien, Honoka Kousaka, porque sólo te lo diré una vez, o conocerás la furia milenaria de los Sonoda sólo conmigo. Te vas a hacer cargo de esto y no aceptaré un no por respuesta, ¿entendido? Nos casaremos, viviremos juntas y saldremos… snif… snif… saldremos adelante juntas. ¿¡ME ESCUCHASTE, CABEZA DE HARINA!?
Umi rompió en llanto y abrazo con fuerza a su tonta amada. Honoka correspondió el abrazo y acarició la nuca de su mejor amiga y futura esposa con la intensión de consolarla.
—Entendido, Umi chan. Si tú lo dices, te creo. Honoka hará su mayor esfuerzo para hacerse cargo del bebé, pero no sólo de ella, sino de ti también. Ahora es mi turno de preocuparme, déjamelo todo a mí. Yo me haré responsable absolutamente de todo. —Replicó con voz quebrada.
La arquera no pudo evitar seguir llorando con fuerza y asombro. Esas palabras de Honoka la aliviaban. Seguía siendo la misma tonta de siempre con esa facilidad de convencerla ante cualquier situación.
—Yo… Hablé con Maki… Fue muy vergonzoso el poder decirle. Tomamos 40 minutos y toda la paciencia de ella para poderle decir que lo habíamos hecho y que no me había llegado la regla. No sabes cuánto me costó. Maki no me creyó, pero al ver que me desmayé, se preocupó y me tomó muy en serio. No sólo eso, Honoka. Ella quiere que la veas. Te hará algunas pruebas junto con las mías que tiene ya. Dice que de ser cierto, esto le ayudaría con su tesis de los cromosomas dentro de algunos años, pero que cuenta con laboratorios para aprender más sobre esto.
— ¡Iosh! Sí eso te consuela, Umi chan, entonces lo haré también. Pero quiero pedirte una condición y… no aceptaré un no por respuesta…
—H-Honoka, ¿por qué me ves así? No puedo jugármela sin antes saberlo y…
—Te he dicho que no aceptaré un no. ¿Aceptas la condición? ¡No pido más!
La seriedad era algo inusual en la chica hiperactiva, pero en este caso, se podía sentir una presión invisible. Era una fuerza que llenaba de un aura de gravedad la habitación.
—Siempre he estado contigo en las buenas y en las malas. Será la decisión más ciega que tendré en mi vida, y la más importante, pero está bien, Honoka. Acepto tu condición sin ningún pero. No será justo que tú te lleves toda responsabilidad. Así que sí… ¡Es un sí, Honoka! Pero también quiero proponerte que trabajaré…
—¡NO! ¡UMI, ESCUCHA! —Repentinamente, la pelinaranja dio una vuelta de 180 grados, ahora estando ella sobre su futura esposa. —Esa es mi condición. Honoka será como el hombre de familia porque tengo el cabello corto, así que tú, Umi chan seguirás con tus estudios universitarios. Yo de mi parte, dejaré la Universidad. Ahora tengo algo más importante en mi vida.
Aquellos ojos ámbar eran un mar que derrochaban como cascada las lágrimas que recorrían y acariciaban sus sonrojadas mejillas. No estaba viendo a la misma Honoka. Pudo presenciar la evolución de una nueva, una más madura, una que incluso la consideraba más madura que ella misma. La determinación de esos ojos azules impactaban hasta lo más profundo del corazón de la arquera. Un sentimiento que te da la mayor confianza del mundo. Un sentimiento que sólo se siente una vez.
— Ay, Honoka... Snif...—Continuaba su voz quebrada acompañada de un inmenso llanto. — Te amo...
