Para Elyza el apocalipsis zombie le había traído la libertad que siempre había buscado. Sin leyes, sin nadie que le dijese que hacer. Aunque también le había traído demasiada soledad. Le gustaba estar sola, pero en situaciones así se llega a un punto en el que nunca viene mal estar acompañado. Había visto grupos de gente, pero nunca decidió unirse a ellos. Quién sabe si serían de fiar. Con todo esto del apocalipsis se habían hecho grupos de personas que se dedicaban a robar las pertenencias de los demás y mucho peor, a matar. Ya no sólo zombies, si no que también humanos. Por eso prefería estar sola, además de que así no debería mirar por nadie más.

Solía ir todas las semanas en busca de comida, medicamentos y armas. Últimamente le costaba encontrar variedad de todo ello, es por eso que se planteaba el irse hacia otra parte. No quedaba mucho que aprovechar en Los Ángeles.

Ese día le tocaba ir a por suministros, había visto un supermercado cerca de donde se encontraba al cual aún no había ido nunca así que decidió probar suerte allí. Una vez delante de este se encontró con una farmacia justo en la acera de en frente. A pesar de que tenía medicamentos suficientes decidió ir primero ahí. Nunca se sabe lo que puede pasar y vale más tener de más.

Una vez dentro se aseguró de que no hubiese ningún caminante. No se oía nada. Todo bien. Se acercó a una de las estanterías y miró todos los medicamentos que había allí. ¿Caramelos para la tos? Por qué no llevar una caja.
Estaba cerrando su mochila cuando escuchó un ruido. Rápidamente se puso alerta. Sacó su cuchillo y su pistola por si las cosas se ponían difíciles y caminó hacia el pasillo de al lado. Una vez giró la esquina se llevó una sorpresa al encontrarse con una mujer la cual al verla se alertó.

- ¿Te han mordido? - preguntó Elyza aún con las armas en posición de ataque -

- No - al oír eso Elyza guardó sus armas y se dispuso a irse, no quería saber nada más - ¡Espera! - le dijo la mujer al verla dispuesta a irse - ¿Podrías ayudarme? Estoy buscando antibióticos

- Tengo que irme - no quería establecer ninguna relación con nadie por lo que prefería ser cortante con todo el mundo -

- Por favor, son para mi hija, un militar le ha disparado y la herida se le ha infectado - Elyza al oír eso se estremeció, por alguna extraña razón sintió angustia al oír la palabra "disparo", le traía malos recuerdos pero no sabía a qué se debía. Tal vez fuese eso lo que la hizo permanecer allí e interesarse más -

- ¿Un militar la disparó? ¿Han mordido a tu hija?

- No, simplemente escapamos del campamento donde nos tenían retenidos - tomó aire al recordar ese momento - Abrieron fuego contra nosotros y le dieron en el abdomen - La angustia dentro de Elyza creció, ¿qué le pasaba? No las conocía de nada, ¿por qué le invadía ese dolor en el pecho?

Cuando dejó sus pensamientos a un lado dirigió a la mujer en busca de los antibióticos adecuados. Una vez los encontraron Elyza comenzó a darle distintos tipos con distintas indicaciones de cada uno. Antes de haber llegado a la situación en la que estaban, era estudiante de medicina. Su madre era médico y quiso seguir sus pasos, pero ahora nunca podría acabar. Aún así tenía algunos conocimientos avanzados que le podían sacar de algún apuro.

- Vaya, veo que sabes de esto... - le dijo la mujer rubia con un gesto de sorpresa -

- Si, estudiaba medicina antes de que todo esto ocurriese - la mujer la miró inmediatamente a los ojos -

- Sé que no me conoces de nada, ni yo a ti, pero estoy desesperada por salvar la vida de mi hija, ¿podrías acompañarme y echarle un vistazo? - le suplicó - Te lo recompensaré con lo que quieras, por favor - tal vez fue la mirada de la mujer la que le hizo acceder, o tal vez fuese aquella angustia que seguía sintiendo en su interior; asintió a la mujer y esta se le echó encima abrazándola - Muchísimas gracias, de verdad. Te prometo que te recompensaré - Elyza asintió, la recompensa era lo que menos le importaba -

- ¿Dónde estáis ubicadas? - preguntó Elyza una vez saliendo de la farmacia -

- No muy lejos de aquí, he venido yo sola pero somos más.

- ¿Más?

- Si, mi hija, mi hijo, mi marido, su hijo y dos familiares de mi marido - A Elyza no le gustaban los grupos de personas porque complicaba mucho más la supervivencia - Por cierto, mi nombre es Madison.

- Elyza

No tardaron más de 10 minutos desde donde se encontraban y una vez llegaron Elyza contempló el lugar. Era una casa bastante grande, tenía una valla alrededor lo que la hacía parecer "segura". Una vez entraron al patio delantero se pudo dar cuenta de que aquel lugar era bastante lujoso. ¿Sería su anterior casa?

- ¿Travis? He vuelto - dijo la mujer entrando por la puerta. Al entrar pudo ver a un hombre bajar las escaleras directo a ellas -

- ¿Quién es ella? - preguntó mirando a Elyza algo desconfiado, detrás de este hombre aparecieron dos personas más, un chico de unos 18 años y una mujer de unos 25 -

- Ella es Elyza, la encontré en la farmacia y le pedí que viniese a echar un vistazo a Alicia - así que su hija se llamaba Alicia - ¿Cómo sigue?

- Tiene aún mucha fiebre y ha empezado a delirar - dijo la mujer que estaba en las escaleras -

- No perdamos más tiempo - dijo Madison haciéndose un hueco por las escaleras, Elyza la siguió hasta la habitación en la que se encontraba su hija, primero entró Madison, mientras ella se quedó en la puerta, desde allí pudo ver a alguien al lado de la cama y un bulto en esta, supuso que esa sería la hija - Alicia cariño, he venido con ayuda... - desde allí no podía ver a la chica, por lo que decidió adentrarse un poco más, al verla se estremeció, estaba con los ojos cerrados, la piel sudorosa y unas grandes ojeras alrededor de los ojos, no tenía buen aspecto -

- No ha abierto los ojos aún - comentó el chico que estaba al lado de la cama - Tengo miedo, mamá

- No te preocupes, he venido con ella para que ayude a Alicia - dijo Madison señalando a Elyza -

Fue entonces cuando Elyza analizó el rostro de la chica en la cama detalladamente, se estremeció, se sintió marear al verla, ¿qué le estaba pasando? Sentía que conocía a esa chica, es más, le dolía verla así, no entendía nada. Volvió a la realidad al escuchar la voz de Madison de nuevo.

- Nick, vete a por un paño y humedécelo - el chico salió de la habitación - Elyza, ven aquí.

Elyza tardó en reaccionar, seguía en estado de shock. Una vez se acercó a la cama se fijó en el vendaje alrededor del abdomen que tenía la chica. Estaba manchado de sangre. Probablemente tuviese una infección lo bastante seria para que se encontrase así.

- Alicia, cariño, despierta - la chica se empezó a agitar y a balbucear -

- Mamá...

- Si cariño, estoy aquí - esta le acarició el rostro - Te vas a poner bien - fue entonces cuando abrió sus ojos, Elyza quedó hipnotizada mirando aquellos ojos verdes que la miraban débilmente de vuelta. Mil imágenes pasaron por su cabeza de una chica morena con ojos verdes, fue entonces cuando escuchó algo que le hizo perder el equilibrio -

- Clarke...