Esta historia ya fue iniciada por una amiga pero por problemas personales no la pudo seguir DDD: Asi que yo voy a ser la que la siga porque creo bastante interés en los lectores. Espero que os guste ^^

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Eran las 12 de la noche y una pelirosa de 20 años estaba trabajando en uno de los pubs más céntricos de Tokio, como todos los días. Tenía el pelo largo, casi le llegaba a la cintura, sus ojos jade eran capaces de darle luz a la noche más oscura, su piel era clara y de tacto aterciopelado, y su cuerpo era como el que toda mujer quería tener, de cintura estrecha, delgada y con una medida mediana de pecho, ni mucho ni poco.

Aquella noche no parecía ser muy diferente a todas las anteriores. La gente se amontonaba en la barra pidiéndole bebidas alcohólicas de todo tipo, y la música sonaba a todo volumen haciendo que la gente se moviese a su ritmo. Tras unas horas, cuando el alcohol ya empezaba a hacer su efecto, los hombres se le acercaban lanzándole piropos e intentando que aceptara a ir a un lugar más "privado" con ellos, y los más ricos presumían de su fortuna y de todos los lujos que podrían ofrecerle.

"Babosos" pensaba ella.

Si pudiera utilizar sus habilidades para deshacerse de ellos… Pero entonces seria tratada como un bicho raro, la gente normal le temería y para acabar de rematar las cosas, la cogerían y la tratarían como a una simple rata de laboratorio. No podía arriesgarse a que todos descubrieran aquello que tanto se había esforzado en esconder.

Años…e incluso el amor de sus padres…

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Flash Back

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Aquel día parecía tan normal como cualquier otro, una Sakura más joven, de 16 años, entraba por la puerta de su casa sosteniendo la mochila de deporte en una de sus manos tras un haberse pasado la tarde entrenando con el equipo de voleibol de su instituto.

-Mama! Ya estoy en casa!- sonrió al oler el olor de la cena que inundaba toda la casa

-Cariño puedes preparar la mesa mientras viene tu padre?- se oyó la voz de su madre salir de la cocina.

La pelirosa deja la mochila en la entrada y se dirigió rápidamente a la cocina –Que estas preparando?- se acerco a los fogones viendo como su madre removía la comida.

-Arroz con curry- su madre la miró y soltó una pequeña carcajada al ver como a su hija se le caía la baba –Anda pon la mesa y después ve a ducharte que como no te des prisa tu padre arrasara con toda la comida al llegar-

Sakura rió por el comentario y asintió sacando sotos los cubiertos, platos y vasos sobre la mesa subiendo luego rápidamente a su habitación subiendo las escaleras de dos en dos. Se quitó toda la ropa al llegar pasando al pequeño baño que había en su habitación y encendió el agua de la ducha esperando a que saliese caliente mientras volvía a la habitación para coger el ipod y poner lo sobre el lavamanos seleccionando una de sus canciones favoritas. Se puso a cantarla mientras sonaba y se acerco de nuevo la ducha para tocar el agua, pero entonces algo extraño sucedió.

En cuanto su mano todo un simple gota todas ella se convirtieron en hielo cayendo como piedras hasta que incluso el agua de las cañerías se congelo obstruyendo las cañería e impidiendo que saliese más agua.

Los ojos de la pelirosa de abrieron desmesuradamente. Qué demonios acababa de pasar? Aquello no era normal toco con la mano temblorosa lo que antes había sido agua y ahora no eran más que hielos, su corazón latía a un ritmo acelerado, tanto que incluso podía oírlo. No sabía que acababa de pasar, no sabía cómo había pasado ni qué hacer ahora. Pero entonces oyó la puerta de casa cerrarse. Así que decidió ponerse rápidamente el pijama de verano y recogerse el pelo en una coleta para luego bajar a la cocina haciendo como que nada había pasado…o al menos por ahora.

-Pequeña como ha ido el entreno?- pregunto su padre sonriendo al verla entrar por la puerta de la cocina

-B-bien- asintió ella aun atónita por lo que había pasado recientemente

-Sakura, te encuentras bien? Estas completamente pálida- comentó su padre examinándola

Entonces reaccionó y le mostro una de sus falsas sonrisas que al parecer su padre no sabía distinguir –Estoy bien papa, es solo que estoy cansada. Prepárate porque este verano te daré una paliza- dijo haciendo referencia al partido voleibol que ambos hacían todos los veranos en la playa.

-Ey, vosotros, queréis dejar de picaros el uno al otro y venir a comer? Si no se os enfriara la comida- les miro su madre entre risas mientras servía la cena en cada plato llenando un poco los vaso con agua también.

Padre e hija asintieron y todos se sentaron en la mesa. Sakura miró el vaso de agua que tenia frente a ella con miedo y luego a sus padres los cuales conversaban sobre cómo les había ido el día, rápidamente alejo todos aquellos pensamientos que la perturbaban y alargo el brazo para coger el vaso y beber un poco de agua.

Y volvió a suceder…

El agua de todos los vasos se congelo antes los incrédulos ojos de sus padres que posaron sus miradas sobre ella. Durante ese mes habían aparecido varias noticias en los telediarios anunciando la aparición de nuevos casos en los que se habían encontrado humanos que poseían extraños poderes, y se ofrecía una abundante recompensa a aquellos que entregasen uno de esos humanos al estado para la exanimación de sus cuerpo.

Los ojos de la pelirosa se cristalizaron al relacionar dichas noticias con lo que le está sucediendo. A caso se había convertido en uno de esos bichos? No, no podía ser. Ella siempre había sido normal, porque en ese justo momento había cambiado? Como había conseguido obtener esos poderes? Porque ella?

Pero todos esos pensamientos se nublaron al sentir el fuerte agarre con el que su padre la cogía por las muñecas levantándola de la silla. Parpadeo un par de veces mirándolo a él con desconcierte y luego dirigió la mirada a su madre, la cual parecía estar hablando con un agente de policía informando de la captura de uno de esos extraños humanos.

Lagrimas empezaron a caer de los ojos de la ojijade. Que estaban haciendo? Eran sus padres! Y la iba a entregar como si fuese alguien completamente desconocido. Dirigió la mirada de nuevo a su padre con dolor pidiendo una explicación.

-P-papa…porque me estáis…haciendo esto?- susurró entre sollozos

La dura mirada se du padre logro atravesar su corazón haciéndole una brecha.

-No vuelvas a llamarme así, tu ya no eres mi hija…no eres más que un simple monstruo-

El cuerpo de Sakura temblaba pero no era solo por el miedo, sino que también influían toso esos sentimientos que iban a pareciendo…el rechazo de sus padres, el saber que si la entregaban no volvería a ver la luz del día, perdería a sus amigo y su vida sería destruida hasta el punto en que no querría seguir viviendo en aquel infierno.

Su madre colgó, y volvió con ellos.

-Han dicho que vendrán lo antes posible y que tengamos cuidado con ella- dijo mandándole una mirada de asco a la pelirosa.

Esta agachó la cabeza derrotada. Su vida había cambiado radicalmente en solo un par de segundos. Pero que podía hacer ahora ella? Nada, solo esperar a sus verdugos atrapada por aquellos que durante 16 años fueron sus padres…su familia.

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Fin Flash Back

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Por suerte pudo escapar de allí antes de que los agentes pudiesen cogerla. Tubo que pasado un par de años en la calle pero gracias a este trabajo y gran esfuerzo finalmente pudo pagarse un piso medianamente decente. Y ahora era capaz de, no solo ocultar su poder, sino también manejarlo a su antojo.

Notó como poco a poco los hombres ya se iban acercando a la barra mientras ella secaba con un trapo las copas que habían sido lavadas recientemente.

-Oye guapa, que te parece si tu y yo nos vamos a dar una vuelta?-

-Dios preciosa, no sabes todo lo que te haría-

-Hey pelirosa! Si te doy 200 euros que favores serias capaz de hacerme?-

Sakura suspiró con pesadez cerrando los ojos y frunciendo un poco el caño, todas las noches pasaba lo mismo. Hizo oídos sordos e ignoró todas y cada una de las cosas que aquellos individuos le proponían. Daba gracias a que estuviese la barra de por medio porque sino seguro que se le echaban encima.

Entonces pudo oír como se abría la puerta de pub dando paso a un hombre y una mujer.

La primera en pasar fue la mujer que parecía tener unos 30 años aproximadamente. Era rubia con el pelo largo recogido en dos coletas. Tenía unos pechos abundantes y vestía con lo que parecían ser unos vaqueros negros y una gabardina beis puesto que estábamos en pleno invierno.

Tras ella entro el hombre que rondaba por su misma edad, quizás uno o dos años más que la mujer. Llevaba puesto un traje negro que contrastaba con su pelo blanco grisáceo. Era bastante delgado pero parecía estar en buena forma.

Ambos se quedaron unos instantes en la entrada examinando el lugar con la mirada hasta que sus ojos se posaron en ella. Se dieron una mirada cómplice y se dirigieron hacia la barra sentándose en dos de los pocos taburetes que quedaban libres.

A Sakura le extraño un poco su forma de actuar, porque la estaban observando? No es que nunca antes alguien le hubiese observado, pero aquello parecía ser diferente. Se acercó a ellos dejando la copa ya seca en su sitio. Le picaba la curiosidad pero actuaría prudentemente.

-Les sirvo algo?- preguntó apoyando las manos en la barra

-A mi ponme una buena copa de sake- habló la mujer

Una leve sonrisa se escapo de los labios del hombre.

-Tan alcohólica como siempre, no Tsunade?-

-Tu déjame a mí con mis vicios y pide de una vez Kakashi-

La ojijade no pudo evitar rodar los ojos ante tal escena, parecían ser unas personas normales y corrientes.

-Yo prefiero una coca-cola-

Sakura asintió y sirvió primero la copa de sake para después sacar una coca-cola de refrigerador y servirla en un vaso, pero cuando fue a ponerle el hielo se dio cuenta de que no quedaba. Resopló frustrada, no tenía ganas de bajara al sótano del pub para coger dos bolsas de hielo así que escondiendo las manos en el cubo de hielo y tapándose un poco con su propio cuerpo hizo servir su poder para crear con una de sus manos cinco cubitos de hielo con facilidad. Ya lo había hecho varias veces antes.

Cogió dos con las pinzas y los puso dentro del vaso de coca-cola para luego llevárselo a los clientes.

-Aquí tienen-

Cada uno tomo su bebida y la miraron sonriendo.

-Desde cuando haces esto?-

Sakura se quedó un poco sorprendida ante la pregunta, a caso la habían visto? Se hizo la tonta e intento disimular su sorpresa, así que respondió a la pregunta con total naturalidad.

-Ah pues…creo que llevo trabajando aquí desde los 16 más o menos, necesitaba el trabajo para pagar el alquiler de un piso-

La mujer negó con la cabeza.

-Sabes perfectamente a lo que nos referimos-

Un escalofrió recorrió el cuerpo de la joven al escuchar esas palabras y notó como Kakashi la miraba directamente, giró su cabeza para enfrentar sus ojos y entonces pudo escuchar en su cabeza la voz de ese hombre.

-"Te hemos estado buscando, no eres la única que puede hacer cosas que están fuera del alcance de un simple humano"-

Eso era…telequinesis?

La simple idea de que fuera cierto le hizo retroceder un paso pero volvió a escuchar esa voz.

-"Sí, a diferencia de ti yo puedo leer tu mente y comunicarme contigo mediante ella. No te asustes, solo hemos venido para proponerte algo"- la ojijade que parecía estar un poco más calmada, asintió haciéndole ver al peliblanco que le escuchaba atentamente-"A las afueras de Tokio, en uno de los lugares más escondidos del bosque Kyomi se encuentra una residencia donde conviven mutantes como nosotros de todo tipo. Allí se les ofrece la estancia donde podrán aprender a controlar mejor sus poderes, clases de defensa y ataque, y donde no deberán esconderse de nadie. Es un lugar seguro. Hemos venido a buscarte para proponerte que vegas. Que te unas a nosotros y dejes de esconder lo que realmente eres por naturaleza"-

Sakura se quedo en silencio durante unos minutos mirando fijamente la copa de sake que llevaba Tsunade en sus manos.

"Un lugar donde no ser diferente…" . Pensaba aturdida.

Un lugar donde no tendría que esconderse nunca más. Llevaba años deseando que existiese algo así y por fin alguien le informaba de que realmente existía. Pero…sería capaz de dejarlo todo atrás por ir allí? Entonces levantó la mirada mirando directamente a los ojos de la rubia.

-Podrían darme un poco de tiempo para pensármelo?-

-Sí- dijo Tsunade posando una de sus manos sobre la de ella- Y si decides venirte solo debes piénsalo, Kakashi podrá oírte y enviaremos a uno de nuestros alumnos a por ti-

Tras decir esto, Kakashi le dio el último trago a su bebida, puesto que Tsunade ya se la había terminado, y se levantaron dejando un billete de 10 yens como pago. Sakura los siguió con la mirada hasta que la puerta se cerró tras ellos. Realmente era cierto lo que le estaban diciendo?

De una cosa estaba segura y era que por lo visto no era la única con poderes, pero aun así no podía confiarse. Quizás lo que le estaban diciendo no eran más que una serie de mentiras para hacer que se descubriese a sí misma y así llevársela a un laboratorio para hacer pruebas con ella.

Quizás…

Quizás…

Quizás…

-Sakura!-

La chica zarandeó un poco la cabeza saliendo de sus pensamientos para encontrarse frente a ella a su jefe que parecía tener un humor de perros en ese momento.

-Llevo por lo menos diez minutos llamándote! A caso no me oías?-

-Disculpe- susurró agachando la cabeza- Hoy ha sido un día duro y estoy muy cansada-

El hombre de avanzada edad suspiró compadeciéndose un poco por la ojijade.

-Está bien, no pasa nada. Ya puedes irte si quieres, quedan solo 10 minutos para que cerremos.-

Sakura asintió y salió de la barra cogiendo su abrigo de el perchero que había cerca de la puerta y poniéndoselo antes de salir. Cogió un taxi y al llegar a su apartamento fue directamente a su habitación y se sentó sobre la cama.

Lo había estado pensando durante todo el trayecto y aun estaba indecisa. Era un riesgo que no sabía si tomar o no. Si todo era una trampa sería una rata de laboratorio de por vida y si era verdad finalmente podría liberarse y relacionarse con gente que comprendiese lo que se siente al no poder ser lo que eres.

Que podía hacer?

Pero entonces todo lo que le hacía dudar parecía haber desaparecido ante una sola palabra.

Cobardía.

Ella no era cobarde, así que se enfrontaría a cualquier situación. Fuese la que fuese. Si era una trampa utilizaría todo su poder para escapar. No permitiría que nadie la enjaulara.

Ya estaba decidido así que se levantó rápidamente de la cama y saco una maleta de un armario empezando a llenarla de toda la ropa, zapatos y complementos que tenía en su habitación. Cuando terminó se miró fijamente en el espejo que había cerca de su tocador.

-Se acabó ser la Sakura que reprimía su poderes por miedo a ser rechazada, por miedo a ser un bicho raro, por miedo a no encajar…por miedo a quedarme sola. Pero la verdad es que no lo estoy, hay más como yo…La Sakura que ahora veo ha muerto…ahora voy a ser una Sakura segura de sí misma que no le importe lo que los simples humanos piensen de ella…libre para utilizar plenamente su poder.-

Se sonrió a si misma ante el espejo y cerró los ojos lentamente.

-"Acepto vuestra proposición"

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Continuara...

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Que les ha parecido? Por favor dejan reviews con vuestra opinión y todo lo que creen que se puede mejorar ^^ Espero que les haya gustado y nos vemos en el próximo capítulo~

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~Nanname~