Disclaimer: En esta historia se utilizaron algunos de los personajes de la saga Harry Potter, creación de J. K. Rowling, todo lo que no reconozcan es sacado de mi imaginación.
¡Muchas gracias por tomarse el tiempo y leerlo! Espero lo disfruten.
Este fic participa en el minireto de junio para "La Copa de las Casas 2014-15" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Virtud: Caridad.
100/ 400
Palabras: 388
Esta historia está escrita, o por lo menos lo intente, en narrador testigo ( desde el punto de vista de un muggle). La hice así, porque creo que el ser humano no tiene la facultad de ver sus virtudes por si mismo.
Severus Snape
Yo vivía en La Hilandera desde que nací. La gente del pueblo era muy pobre. Vivíamos cerca de un río lleno de basura, donde el agua potable era escasa y la mayoría no podía trabajar. Donde la violencia y los accidentes estaban a la orden del día. Llena de lisiados y enfermos. Los adultos siempre se preocupaban porque sus hijos enfermaran en una época equivocada. En las vacaciones de verano, llegaba una esperanza.
Algunos decían que era un brujo, otros, un ángel y la gran mayoría creía que era un curandero. Nadie sabía realmente cuál era su identidad, él era arisco, y no hablaba nunca por más que se le preguntara y, cuando lo hacía, tenía un comentario satírico para responder. Cuando lo mirabas caminar parecía un cuervo, por su nariz ganchuda, tenía dos cortinas de pelo negro que le tapaban persistentemente la cara. Solía ir vestido con una larga capa, siempre negra.
Llegaba al viejo pueblo, solo en la época de verano, y se disponía a curar a los enfermos que lo buscaban en montón. Nadie sabía cómo curaba a la gente. Les daba brebajes de colores, olores y sabores extraños. La gente siempre parecía sanar, por lo que nunca preguntaban. La mayoría decía que el solo seguía viviendo ahí para poder ayudarnos; aunque no quisiera demostrarlo. Su servicio era gratis, siempre estaba dispuesto a curar al enfermo que llegara a su casa. Nadie parecía visitarlo más que para eso y a él no parecía importarle.
Algunas personas, como mi padre, trataban de pagarle con los pocos céntimos que poseían, él no se entretenía ni a verlos. Siempre contestaba malhumorado:
—¿Pretendes que crea que no los necesitas? De ser así no estarías aquí.— seguido de una mirada irónica.
El sanaba por ayudar, por la sola retribución de ver el pueblo en que nació, donde sufrió y donde vivió su vida, un poco mejor. Siempre lo admiré, amenazaba a quien se atreviera a divulgar sus buenas obras, como si temiera que alguien supiera que a pesar de su apariencia y mal carácter poseía un corazón noble.
Un verano no volvió. Ese día el pueblo supo que había muerto y todos lloramos su perdida. Sin embargo, mantenemos su voluntad; nadie además de nosotros sabe la caridad que ejercía aquel viejo mago, en este viejo pueblo.
Esta historia es mi respuesta al porqué Snape, a pesar de tener un trabajo estable, nunca se mudó de La Hilandera. Creo que él siempre fue un antihéroe al que le gustaba estar en el anonimato o por lo menos intentó ayudar a otros como pago de su participación en la muerte de Lily. Considero que la muerte de esta le quitó todos los prejuicios que lo llevaron a volverse un mortífago.
Recuerden que él hizo muchas pócimas que ayudaron a sanar a los enfermos en Hogwarts.
