Capitulo 1
Renne
Volterra, Italia 1752
Sabes que algo va a pasar cuando un simple paseo se convierte en el peor de los infernos.
Llevaba a mi pequeña Isabella a nuestro paseo matutino, en el carruaje blanco que tanto le gustaba, era solo un bebe, pero sus ojos brillaban al ver el hermoso carro, sonreí ante la felicidad de mi niña y llame a Giorgio para que echara a andar a los caballos rumbo a los jardines, como acostumbrábamos.
Cuando esos dos chicos completamente hermosos pararon mi carruaje para pedir ayuda. Sonrieron con ojos completamente rojos, rostro pálido y moratones bajo sus ojos, demonios salidos del infierno para llevarse mi vida y a mi bebe, los caballos intentaron escapar haciendo volcar el carruaje, me aferre a mi bebe que lloraba descontroladamente ante aquel ataque improvisto, ante el miedo de su propia madre. Residí un golpe en la cabeza que hizo que el mundo se tornara negro, pero me negaba a perder a mi niña de vista, me negaba a dejarla sola con esos dos monstruos persiguiéndonos, le grite a Giorgio que escapara, que fuera a pedir ayuda. Sabía que no lo iban a perseguir, sabía que me querían a mí. Me aferre a una esquina del carruaje susurrándole a mi niña que dejara de llorar, un fuerte golpe movió el pesado coche haciendo que la puerta se abriera aun estando volteado, una cara sonriente se asomo haciéndole señas a su compañero, hablando un idioma completamente desconocido para mi, los veía aterrada mientras ellos abrían a tirones un carruaje que debía ser impenetrable.
Demonios de la noche que caminaban en el día. Caminantes diurnos.
-fue algo más aburrido de lo que esperaba. No Eleazar? – hablo el primero con voz musical. El otro solo sonrió.
- no deberías de quejarte Dimitri, después de todo está yendo todo de acuerdo al plan. – no podía hacer nada más que temblar rogando por su piedad.
- no se preocupe madonna, no aremos nada para dañarla… - dijo el tal Dimitri.
- ni a su hermosa niña – agrego Eleazar. Dimitri lo volteo a ver queriéndolo cuestionar pero basto una mirada fugas de Eleazar para que no se atreviera a decir nada.
Después todo pasó muy rápido, me jalaron de mi escondite con una fuerza incomparable, sin siquiera la posibilidad de dar pelea, me arrebataron a mi bebe de los brazos y lo siguiente que sentí eran unos cuchillas aferrándose a mi piel tan fuerte que me hizo gritar… el dolor se propago rápido por todo mi cuerpo, doliendo como si me hubieran prendido por dentro. Sabía que iba a morir, mi último pensamiento fue para mi esposo y mi dulce niña.
Desperté sintiéndome dura y fría, no quería creer que esto era estar muerta, la habitación en donde me encontraba no era muy diferente a la mía, era elegante y espaciosa, como la de un castillo. Me sorprendí a mi misma viendo tan claro, distinguiendo cada molécula de polvo en el ambiente, viendo cada color en el que se descomponía los rayos de sol que entraban por el balcón, viéndome a mi misma… brillar. Unos pasos lejanos me sacaron de mi asombro, haciéndome sentir furiosa al instante.
Un hombre no más viejo que yo, con ojos tan rojos como los de mis atacantes, con una túnica negra que arrastraba hasta el suelo y una piel nívea de apariencia frágil, se paro frente a mí, me sorprendí al ver que el también brillaba.
-mi querida – dijo como saludo. Su voz igual de cantarina y contagiosa como la de sus camaradas. – me alegra tanto que hayas despertado. Debes de tener hambre? – ni siquiera me dejaba hablar. Trono los dedos y enseguida llego un niño de no más de 15 años jalando consigo a una mujer que parecía distraída. Me aleje de ellos, el hombre sonrió – tan descortés de mi parte al no presentarme. Soy Aro Vulturi – mi entrecortada respiración paro abruptamente, que estaba haciendo yo en el castillo de los Vulturis? Porque al parar mi respiración no sentía aquel dolor contribuyente a la perdida de aire en mis pulmones? Porque brillaba? Porque estaba con la realeza? Aro sonrió. – puedes posponer todas tus preguntas. Antes que nada debes alimentarte – voltee a todo el salón en busca de algo de comida, pero no había nada. De donde quería que me alimentara? Un extraño dolor en mi garganta hizo que carraspeara en busca de aire, el niño arrojo a la mujer hacia donde yo estaba con tal fuerza que hizo que esta cayera en el suelo a mi lado abriéndose la frente, sangre broto de la herida, y sin darme cuenta de lo que hacía mordí a la mujer abriéndome paso entre su piel y el anhelante liquido rojo de olor exquisito. El ardor en mi garganta disminuía entre cada trago y mi cuerpo se sentía más fuerte. Cuanto termine con ella la arroje lejos de mí, sintiéndome un monstruo por lo que acababa de hacer, asqueada de mi misma. Que me habían hecho!
Mi nuevo fic. llevo trabajando un rato en el. espero que les guste y dejen reviews. tengo algunos capítulos completos así que actualizare seguido. no se, por si a alguien le importa.
(soy pésima poniendo nombres así que, el titulo no tiene casi nada que ver con el Fic!)
XOXO
