-Oikawa tiene depresión. -decían sus compañeros de equipo- Está enfermo. Es un enfermo. Está en estado de pensamiento absoluto. Se la vive atrapando moscas. Es un idiota, está bien. Se volvió a lesionar, probablemente. Lo dejó la novia. No, no, lo engaño la novia, eso tiene más sentido. ¿Piensa sobre su futuro? Problemas en casa. Hajime lo golpeó demasiado... Crisis de los 40. -Todos voltearon a ver a Matsukawa antes de acertarle una serie de coscorrones de a uno en uno.
Hubieran seguido sacando conclusiones si no fuera porque el individuo en cuestión hizo acto de presencia.
-Um... ¿Qué es esto? -preguntó Oikawa, que recién salía de las regaderas del gimnasio- ¿Por qué están todos reunidos? -Que en un equipo, los integrantes de este gozarán de una agradable convivencia era algo bueno, o más bien, así es cómo debería ser si querían conformar un buen equipo... Solo que, aquel circulo en el medio de la cancha, después de acabado el entrenamiento, con todos los jugadores reunidos y sentados en el suelo, portaba un aire algo menos que natural.
-Es por tu bien, Oikawa-san. -le aseguró Kunimi.
-Cállate, vas a espantarlo. -bisbiseó Kindaichi
-No, yo creo que ya lo espantamos. -señaló Hanamaki al ver como Oikawa se desplazaba discretamente hacia la salida.
-La verdad es que planeamos sacrificarte en una hoguera para tener buena racha en la copa de invierno. -soltó Matsukawa
Es entonces que, sobresaltado y temiendo por su vida, el setter emprendió la huida. No llegó muy lejos antes de que Hajime lo atrapara y lo arrastrara de vuelta al gimnasio por el cuello de la camiseta. Ahí iba otro coscorrón para Matsukawa.
Ya en calma, luego de callarle la boca a Issei y de garantizarle la vida a Tooru, Hajime, siendo la persona más madura y cercana a él, le explicó la razón de tanto alboroto.
En resumidas cuentas, Oikawa se había convertido en un desastre como jugador. Llegaba tarde a los entrenamientos, duraba milenios en el calentamiento y duchándose, sus pases terminaban chocando contra la cabeza de alguien, sus servicios se volvieron flojos y desganados, perdía el hilo de las conversaciones... Siempre con una expresión distraída en el rostro. Para sus compañeros, esa "fase" o "retroceso" en su setter, era algo simplemente desesperante. El entrenador también lo notó, solo que prefirió no participar en esa inquietante reunión suya. 《Seguramente tiene cosas que hacer.》 se dijeron algunos de ellos en un intento de sentirse menos subnormales.
-Dinos ya qué te está pasando. -le pidió Iwaizumi. Más en tono de orden que de petición-. No solo estropeas el talento que tienes al despistarte así, sino que también perjudicas al equipo.
Oikawa se quedó inmóvil, batallando para encontrar las palabras correctas para un problema que, no era más que un revoltijo en su cerebro. Al verlo pensativo, fue notorio como sus compañeros comenzaron a perder la paciencia.
-¡Demonios! -maldijo Oikawa-. No puedo decirlo, es demasiado raro. Trato de acomodarlo dentro de mi mente pero no sé por dónde empezar. ¿Saben a lo que me refiero?
-No.
-¡Que crueles!
Y así, volvían a toparse con el muro de siempre.
-Creo que está claro lo que hay que hacer. -dijo Hanamaki levantándose del círculo- Hajime, tú habla con él, se sentirá menos nervioso si solo es contigo. Los demás, vámonos. -ordenó Hanamaki, demostrándoles que también era capaz de tener espíritu de líder si se lo proponía. Los restantes obedecieron y salieron del gimnasio, no sin primero mostrar su desconformidad-. Hasta luego -se despidió Hanamaki junto a los otros-, pero no crean que después no nos contarán ¿eh?
Ese Hanamaki, siempre presente si de burlarse de Oikawa se trataba.
-De acuerdo, ahora estamos solos tú y yo -señaló Iwaizumi-, puedes decirme lo que está pasándote. No es la primera vez que debo lidiar con tus problemas. -Era bien sabido que Hajime era la persona de confianza de Oikawa, y aún sin necesidad de planear aquel círculo antinatural, hubiera terminado hablándolo con él de todas formas-. Tu forma de actuar, es exactamente como sucedió en Kitagawa. Lo que sea que te pase está vez, solo dilo.
-Bueno... -Ese discurso de Iwa-chan fue, sinceramente, demasiado comprensivo para un problema como el suyo-. Sabes, yo... ¿Recuerdas a los de Karasuno?
《 ¿Karasuno?》pensó Hajime confundido. Primer pista que le sacaba y última que esperaría oír.
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Primer capitulo. Aunque el primer capítulo había sido originalmente el segundo, pero como no me gustó lo suficiente lo volví a empezar, y cómo me dio pena desechar el tiempo gastado en él, simplemente lo cambié y BOOM capítulo 2 a continuación.
