-¡Contacto con Dradis¡Múltiples ecos, dirección 3-5-1, velocidad 42,9!-

-Puestos de Batalla, pongan a la flota entera en condición 1, lancen Vipers de Alerta-

Tres minutos después, diez pequeños cazas tipo Viper Mk-II salían disparados de un costado de la gigantesca nave y se unían a una patrulla de reconocimiento, formada por otra pareja de cazas y una nave más grande, llamada Raptor. El líder de la formación, Racetrack, pidió instrucciones.

-Galactica, Racetrack, Confirme cuantos contactos aparecen en pantalla-

El joven oficial que ejercía ese oficio no daba crédito a lo que su pantalla mostraba. De 5 ecos registrados minutos antes, cuatro habían desaparecido.

-Uno solo, mantiene rumbo, pero ha bajado velocidad a 26,4-

La voz de una mujer resonó por la radio.

-¿Cylon?-

-Negativo Kat. Dradis no identifica el transpondedor-

Kat se mordió un labio. La situación era extraña….e iba a empeorar.

-Alguna nave de reconocimiento, quizá…-

-No, el contacto de Dradis es muy grande para ser un Raider. Más bien parece un transporte de tropas-

"Muy extraño", pensó otro de los pilotos, cariñosamente llamado Hotdog. El nombre no le gustaba mucho, sobre todo y teniendo en cuenta quien se lo había puesto; una chica rubia, mala y rebelde, que los superiores llamaban "Starbuck", y quien, según se decía, tenía algo más que una relación "profesional" con el CAG de la nave el cual, para terminarla de amolar, era hijo del comandante en jefe de la flota.

Y ahora, la formación avanzaba a estribor de la flota, en busca de una nave que, aun sin saber si era propia o enemiga, significaba una amenaza para todos. Sus pensamientos, sin embargo, se vieron interrumpidos por el líder de la formación.

-Galactica, Racetrack, confirmo contacto visual con el objetivo. Atención chicos, bandidos, diez en punto y arriba-

Por cuanto más se acercaba, Kat no sabía que decir. Ahora, a menor distancia, esa no parecía una nave Cylon. Cuando se puso a estribor, volando en formación con él, se le figuró alguna versión de Viper, pero mucho más grande. Tenía alas en delta, una sola turbina y a los lados, lo que parecían dos cohetes, solo que más largos y delgados. En lo que adivinó como la cabina se veía una silueta; había alguien a bordo, de eso no había duda, por lo que no debería ser Cylon. Pero la figura no se movió, estaba inconsciente o….muerto. Esto último se vio fortalecido al ver que la velocidad de la nave tan solo era de 02,3, o sea, que estaba a la deriva.

-Galactica, Kat. Parece haber alguien a bordo, pero no se mueve. Quizá esté muerto-

-¿Es nuestra la nave? Confirme- Kat observó las insignias a lo largo del fuselaje, las alas y la cola; aunque parecían de la flota, definitivamente no era suya.

-Imposible decirlo, Galactica. Lleva insignias, pero no parecen ser de la flota colonial…ah, espere….veo unas letras en la parte trasera del fuselaje….- Kat observó, pero no comprendía de quién era la nave.

-Que dice Kat…-

-En capitales….UNITED NATIONS SPACE-

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Cuando abrió los ojos, una mezcla de confusión, dolor y cansancio hacían que su cabeza literalmente estallara. Recordó vagamente que se sentía igual que aquella borrachera, justo antes de declarársele a Aurora, su primera novia de la preparatoria... Miró a su alrededor; primero, la vista le proporcionaba imágenes borrosas, pero finalmente sus pupilas enfocaron lo suficiente para darle imágenes nítidas. Reconocía el lugar: instrumentos electrónicos para medir el pulso, paredes móviles de tela para separar camas y dos o tres personas que, vestidas de bata blanca, caminaban delante de su camastro. Sin duda, y reconociendo el diminuto espacio que ocupaba, era la enfermería de una nave; el problema era que no podía distinguir si era la Ticonderoga o la Copacabana.

Se sentó y volteó a su derecha cuando vio que había otra persona en su "cuarto". Y vino la primera confusión. El tipo vestía un holgado uniforme impermeable negro, con botas altas e intercomunicador de diadema, al estilo de Motorola; se tocaba un casco negro con gafas anti-gas, portaba un rifle de asalto subautomático, parecido al MP-5 pero de cañón corto. Todo este aditamento le recordó al que usaban los elementos del equipo S.W.A.T. pero este hombre tenía la rigidez de un militar... y en ninguna de las naves de la flota había cuerpos de Fuerzas Especiales de Élite como este. Y la confusión aumentó cuando el desconocido, al ver que estaba despierto e intentaba incorporarse del lecho, le apuntó con el rifle. Por reflejo, el chico se tapó la cara con ambos brazos, buscando con la vista su escuadra, aquella CZ que Naciones Unidas le daba a todo piloto de combate, mientras recordaba la parte de su entrenamiento de supervivencia que le decía qué hacer en caso de caer prisionero de guerra, al tiempo que el hombre hablaba por la radio algo que no alcanzó a comprender.

Tan absorto estaba en la búsqueda de su arma personal, la que vio sobre una repisa, no se dio cuenta cuando el soldado salió. En su lugar había otro hombre, vestido de manera diferente, con un pulcro uniforme azul, zapatos y lentes. Mediría un metro ochenta y a pesar de adivinar que rebasaría fácilmente los 55 años, era extremadamente robusto. El personaje lo estudió con la mirada, se volteó para intercambiar palabras con alguien que no alcanzó a ver, y finalmente, se volvió y habló.

-¿Quién es usted?- Su voz sonaba delgada, pero autoritaria. Sabía bien quien era, pero no se lo diría hasta saber con quién estaba hablando.

El piloto recordó su entrenamiento sobre negociaciones con los captores... nada de detalles.

-Antes ¿quién es usted?- El desconocido entornó una ligera sonrisa, al parecer comprendiendo que si no se presentaba, su interrogatorio no iría a ningún lado.

-Bien, soy el Comandante William Adama, comandante en jefe de las fuerzas de defensa de la Flota de las Doce Colonias de Kobol… ¿y usted es?-

Muchos pensamientos se agolparon en la cabeza del piloto. ¿Adama¿Flota de doce Colonias¿Kobol? "¿Qué rayos ocurre?" Así que, maquinando alguna respuesta que satisficiera a quien quiera que fuera, buscó una salida rápida.

-Soy el Teniente Comandante Roberto Torres, Escuadrón Aeronaval de Pelea 256, Segundo Grupo de Caza, Aviación Naval Mexicana. Naciones Unidas- Su voz no disimulaba la confusión que sentía. Según el estándar de la ONU, no podía decir nada más, hasta hablar con alguien de la Cruz Roja o de alguna fuerza neutral... pero la ONU no estaba en guerra con nadie... además, su pistola estaba cerca de la cama, la podía tomar y amagar al desarmado tipo, ya que no veía otros efectivos de Fuerzas Especiales cerca. Pero se contuvo.

Adama nunca había escuchado algo así. Pero sabía que si ese joven venía de donde él creía que venía, no habría llegado hasta aquí solo…La Tierra estaba muy lejos para un viaje de tal distancia. Por tanto buscó otra pregunta menos venenosa.

-¿Cuál es su nave base?-

-UNS Ticonderoga, señor- Ese no era el nombre de alguna nave de la flota que él conociera. Así que no le quedó más remedio que ir al grano.

-¿Viene de la Tierra, piloto?- Torres se mostró confundido, pero se tranquilizó.

-Si señor- Su voz denotaba alguna especie de orgullo.

Lee y Kara, quienes escuchaban todo detrás de Adama, quedaron sin habla. En un ataque de furia, Apollo tomó su arma personal y súbitamente apareció frente al piloto, apuntándole. Ya de pie, Torres dio un paso atrás, confuso. Con la mano derecha comenzó a palpar la escuadra, mientras quitaba el seguro del gatillo y la sacaba lentamente. Si era lo suficientemente rápido podía dejar fuera de combate a los tres y salir corriendo de allí...

-¡Mentira! Padre, es una trampa de los Cylons. Él no puede venir de la Tierra- La Tierra... ¿porqué no cree él que vengo de la Tierra?...

Adama ni se inmutó.

-Lee, baja tu arma….- Habló con suavidad.

-Pero….-

-¡Capitán, baje su arma, ahora mismo!- detestaba usar su rango, mucho más con su hijo, pero si no lo hacía, a Apollo se le podía haber escapado un tiro.

Torres estaba confuso... ¿un Comandante dando órdenes a un Capitán?...

En ese instante, el Dr. Baltar entraba en la habitación, aunque se arrepintió de hacerlo, al ver todas las miradas que lo consumían.

-¿Interrumpo algo?- Llevaba un fólder en la mano derecha. Era raro porque parecía que le habían cortado las esquinas.

-No, no, en absoluto doctor- Adama parecía más tranquilo. Tomó el fólder que Baltar de tendía. -¿Qué tiene para mí?-

Baltar dudó. Volteó con desconfianza hacia Torres, quién le miró confundido.

-El resultado de las pruebas….- Lee y Kara se asomaron detrás del comandante para ver el contenido –Dio negativo, señor. Sus enzimas son naturales, no hay rastros de residuos inorgánicos. Es completamente humano-

Solo Torres no quedó en una pieza, ya que se preguntaba a si mismo en voz alta porque rayos no sería un humano….

No hubo tiempo para más. Las sirenas de alarma aullaron por todos lados.

-¡Puestos de Batalla, Puestos de Batalla!- La voz metálica tomó a todos por sorpresa.

El hombre mayor tomó una suerte de auricular de un viejo teléfono Ericsson de una de las paredes, y mientras Torres se vestía su traje de vuelo, escuhó algo así como "…20 Raiders…..-1-2….ncen los Viper…"

Lee y Kara salieron a escape. La rubia de pelo corto le dedicó una sonrisa y le dijo de modo irónico

-Bienvenido a Battlestar Galactica...- Dicho esto, se fue corriendo

"Si esto es una broma del escuadrón Skull, no es gracioso..."

Adama salió de allí, sin prestarle la menor atención. Torres y Baltar lo siguieron. Tanto la rubia como el chico Apollo ya estaban en las cabinas de sus cazas.

Al pasar frente al hangar 4, que no tenía naves asignadas, Torres vio, a través del cristal, su querido avión. Pero la situación demandaba no quedarse atrás, ya que no sabía donde estaba, qué tan grande era la nave y hacía donde se dirigían estos tipos, de modo que corrió entre todos los que lo hacían en dirección contraria, y entró detrás de Baltar al CIC de la nave.

El Centro Integral de Comando se le antojó al puente de un destructor de la Segunda Guerra Mundial, solo que más grande. Entre toda la confusión, y a excepción de Adama y Gaius, nadie de la tripulación se percató de su presencia. Torres observó el CIC. Arriba, cuatro pantallas de radar mostraban a todo el mundo lo que ocurría. Debía ser radar, aunque solo mostraba un ángulo de 90 grados, no los 360 a los que él estaba acostumbrado. Pronto se dio cuenta que los contactos verdes eran los Vipers (los buenos), y los rojos eran a los que llamaban Cylon (los malos pues).

-Comandante, toda la flota civil ha saltado-La voz provino de una joven morena, que al piloto le recordó el color de piel de las mujeres de las Antillas. Al percatarse de su presencia, lo miró con asombro y esbozó una ligera sonrisa. Quien respondía al apellido de Adama habló.

-Bien ¡Señor Gaeta, calcule el salto en seguimiento de la flota civil y caliente las bobinas FTL!- No le tomó desprevenido el comentario... La ONU ya también había desarrollado saltos de hiperluz, aunque solo para los dos nuevos Acorazados, el UNS Staedtler y el UNS Rotring

"Hasta donde había llegado el capitalismo, pensó, le han puesto a los dos primeros buques con tecnología de hiperluz los nombres de las dos empresas líderes en fabricación de equipo para arquitectos"

Recordó donde estaba

-¡Sí señor!- El oficial caminó de un extremo a otro de la sala y tecleó algunos dígitos de una consola de control. Entonces, una voz conocida resonó en los altavoces.

-Galactica, Apollo. Seis derribos, tres bajas, Batalla indecisa….-La comunicación se cortaba por momentos- Necesitamos ayuda…-

Mientras Adama consideraba la posibilidad de usar las Baterias Antiéreas de la nave, Torres, con paso firme, salió en dirección al hangar 4. Bill Adama, quien ya se había percatado de su presencia en el Centro Integral de Comando y adivinando sus intenciones, corrió tras él, dejando el mando en manos de un tal Coronel Tigh.

Cuando lo alcanzó, ya dentro del hangar, el piloto discutía con una Marine, que no lo dejaba acercarse a su caza.

-¿Qué demonios hace?- Su voz también rasgaba en la preocupación.

-Ya escuchó a su hijo- Dejó perplejos tanto Adama como a la Marine- Necesita ayuda y voy a dársela. Todavía tengo municiones en mi pájaro-

Adama consideró, rápidamente.

-Twinham, déjelo pasar...-

-Pero, señor... – la guapa (a decir de Torres) Marine no quería hacerse a un lado

-¡Quítese de allí Cabo!- Adama estaba muy lejos de estar tranquilo. Twinham salió corriendo

William se acercó al avión. Era largo, al estilo de un Viper, pero mucho más grande. Llevaba una especie de cohetes, largos y delgados en cada ala, y bajo él, uno más grande, también delgado, pero más grueso. Al pie de la cabina rezaba el nombre del dueño, o sea, el piloto: "LT. CMD. ROBERTO TORRES-QUETZALCOÁTL"

Torres, quien se había puesto el casco, lo sacó de sus pensamientos.

-Comandante, señor¿en qué frecuencia de radio estamos…?-

-108.9 megahertz, Quetzalcóatl- Adama saludó al joven, al tiempo que la cabina se cerraba- Buena Caza-

Torres levantó su pulgar derecho, saludó al superior que se retiraba y cuando la compuerta se abrió, Adama ya estaba detrás del grueso vidrio, en zona presurizada.

En el CIC, Adama escuchaba a sus pilotos, pero Torres sobresalió del resto. Era claro que su sistema de radio tenía una capacidad más elevada que los de los Viper, creados como cazas de corto alcance.

-Galactica, este es Valkiria 810 QUETZALCOÁTL ¿me copia?-

Dee contestó la solicitud.

-Fuerte y claro Quetzalcóatl, bienvenido al juego-

Lee fue el siguiente que se expresó

-¿QUETZALCOÁTL¿y quién te invitó a la fiesta?-

-Nadie, yo me invité solo….hey, ese es mio….-El sonido de las balas y luego una explosión rasgaron la frecuencia, seguida de un grito de júbilo- ¡YIHAAA, uno!-

Kat no daba crédito. La enorme nave volaba y se retorcía de manera increíble... imposible para los Viper

-¿De dónde sacaron a este loco, es muy bueno…..-

Torres estaba a punto de dar las gracias cuando Kara gritó desesperada.

-¡Oigan, necesito ayuda¡Bandidos en mis seis, no puedo quitármelos de encima!-

Lee gritó preocupado, pero no podía ayudarla porque estaba muy ocupado con otra pareja de Raiders

-¡Starbuck, resiste!-

La siguiente voz fue de Torres, mucho más relajado.

-Tranquila chica, estas cubierta- Y situándose, tras haber hecho un perfecto tonel, esquivando las balas de dos Raiders, derribados por Kat y Racetrack, detrás de uno de los enemigos que perseguían a la rubia, a la cual avisó por el radio que se quitara del camino, presionó un solo segundo el gatillo. El caza voló en mil pedazos, de tal forma que los restos chocaron a la segunda nave, la cual perdió su ala derecha. Kara respiró aliviada.

-Gracias Quet- Volteó a su derecha y vió a los tres restantes Raiders como saltaban a la Hiperluz- Galactica, Starbuck, los demás Raiders se retiran-

-Enterado Starbuck- Dee hizo una pausa- Atención, todos los cazas regresen a casa. Vamos a saltar. Valkiria 810, puede entrar al Hangar 4, el mismo del que salió-

CONTINUARÁ...