IMPORTANTE: Los personajes de "Inuyasha" le pertenecen a Rumiko Takahashi, por lo que sólo ella puede lucrar con ellos. Lo único mío es esta historia y el mundo en el que se desenvuelve.

También, este fic estará siendo publicado consecutivamente en el Foro de Fanficslandia, bajo el nick de LoopsMagpe.


Preludio:

El cuerpo abandonado

El bosque seguía ardiendo, pero ya nadie gritaba. Los muertos no pueden gritar. Miró sus brazos y los encontró manchados de sangre hasta los codos. Lo más seguro era que su cuerpo se encontrara húmedo a causa del color escarlata. Lo sabía por su potente olor a óxido y sal, y por el recuerdo de que hacía sólo unos cuantos minutos acababa de matar, dejando a su espalda una pila de cadáveres.

Pero no era el único. Esta noche —al igual que las anteriores— muchos tuvieron que elegir entre matar o morir, entre ser heridos o herir; y él era uno de los pocos que seguían de pie.

Dos de seis.

El sonido del metal chocando contra metal, los gemidos, el llanto de los desquiciados y los gruñidos rabiosos. Así era como se escuchaba la desesperanza en medio de los escombros. Porque en tan pocos días el mundo se había convertido en el infierno, por su culpa.

—Basta —susurró. Su boca también sabía a muerte—. Ya he tenido suficiente de todo esto.

Estaba harto, cansado y sólo quería ponerle fin a todo en ese preciso momento. Volver a mojar sus manos si con ello lograba romper esa cadena de sufrimiento, destrozarla hasta que no quedara nada.

Dio un vistazo al cielo nocturno el cual era iluminado exclusivamente por los relámpagos, y caminó lentamente, arrastrando un poco la pierna izquierda. La sangre que lo ensuciaba también era suya. Le estaba costando respirar con normalidad, había perdido la visión del ojo derecho y todo su cuerpo pesaba. Aun así, se dirigió nuevamente a la batalla.

Se encontraron como si ambos se hubieran estado buscando desde siempre.

Se vieron, comprendiendo que el final había llegado y que existían sólo dos formas —dos posibilidades— en las que eso ocurriera. Dos deseos, dos personas. Uno de ellos se cumpliría; sin embargo, no habría un ganador.

Ambos lo sabían y aceptaron los términos.

Se lanzó hacia su contrincante después de abrazar su lado salvaje, batiéndose en una lucha de blanco y negro, mientras se despedían del respeto, el pasado y hasta del amor para darle paso al odio. En cada ataque se estaba entregando completamente, haciendo a un lado los destellos de sentimientos que se colaban en su mente, ya fueran suyos o ajenos. Tenía que borrarlo todo, incluso a sí mismo, para lograr que su cuerpo expresara todo lo que tenía que decir.

Los sobrevivientes observaban con atención, sin querer siquiera pestañar. Era peligroso quedarse ahí, pero ninguno quería moverse. Nadie pretendía perderse el resultado, ya que de ello dependería el curso que tomarían sus vidas.

La historia lo dijo: quien pierde es el malo, quien gana es el bueno.

La distancia se redujo considerablemente y los dos tenían más heridas. El ser humano que se enfrentaba a la enorme criatura comenzó a cambiar de expresiones faciales, viajando rápidamente de un sentimiento a otro, incluso se rio. La demencia te da total libertad de tomar cualquier riesgo por más absurdo que fuera. Eso lo comprobó al verlo correr hacia su dirección, gritando su nombre. Él logró esquivar sin dificultad su ataque. Pero eso era lo que se esperaba que hiciera.

Entonces sintió un profundo dolor en su pecho y, al bajar la vista, se encontró con su sonrisa de dientes ensangrentados, introduciendo aún más su katana entre las costillas.

Él gritó lo suficientemente fuerte como para que los presentes se cubrieran las orejas. No obstante, continuó ahí y seguramente seguiría aferrado a la empuñadura sin importar lo que hiciera para evitarlo.

Si eso era lo que deseaba, que así fuera.

Todas sus extremidades y hasta sus dientes, se aferraron al cuerpo del agresor quien abrió los ojos de par en par e intentó escapar inútilmente de su agarre. Ya estaba atrapado, y él comenzó a presionarlo.

Nuevamente se escucharon gritos frente al palacio y desde las alturas caía sangre, alimentando la tierra, como si aún no estuviera satisfecha.

Un último recuerdo llegó hasta su cerebro, dispersando nostálgicos días no vividos, los cuales no le pertenecían. Los ojos desorbitados pudieron liberar lágrimas por una última vez, mojando la piel morada. A pesar de todo, no se detuvo.

Lo aplastó, reduciendo su existencia a una masa desagradable de carne y huesos rotos, dejando un sabor que bien pudo envenenarlo.

Adiós momentos que jamás regresarían.

Uno de seis.

Los espectadores contuvieron el aliento cuando lo vieron caer, chocando contra el suelo. Eso era todo. Habían deseado el final y ahí estaba, tomando como pago el futuro que soñó ilusamente.

Su visión limitada y opaca notó la presencia de una mujer hermosa, y de alguna forma se sintió tranquilo sabiendo que era su turno de descansar. No volvería a participar en más conflictos ni atestiguaría más dolor. Porque los hilos habían sido rotos.

Hasta que sintió cómo la caprichosa causa de su locura abandonaba su cuerpo, buscando un nuevo huésped al cual poseer y conducir al sendero de la podredumbre, arruinándolo todo. Terminando con vidas sin verse en la necesidad de cometer asesinato alguno, como ya lo había hecho en incontables ocasiones.

Seguramente hubiera llorado por la ira e impotencia, pero los muertos no lloran.

Las personas se agitaron, gritaron y rompieron en llanto. «Estamos vivos» pareció ser el pensamiento en común. Esa era la causa de su gozo y preocupación, no el cuerpo que se enfriaba mientras su cabello era acariciado por unos pequeños y temblorosos dedos.

Nadie más lo tocó. Y cabía la posibilidad de que, a no ser por la llegada de los suyos —de su propia sangre—, hubieran optado por dejarlo ahí. Pues a pesar de todo, para ellos él seguía estando maldito.


Hola. Como lo prometí, he regresado. Si eres alguien que ya ha leído algo mío, sabrá qué tanto me gusta hacer sufrir a los personajes y esta no es la excepción, así que me disculpo de antemano (¿?). Algo importante que también debo comentar es que esta historia será extensa, pues incluso se dividirá en varios fics para no saturarte (tómalo como si esto fuera una saga de libros, siendo que "La maldición de Tokei" es la primera parte —casi me siento profesional, jaja—). También, se tocarán temas mas más serios que entrarían en la categoría de "maduro".

¿Se nota que estoy emocionada? Pues sí lo estoy. Dios, he trabajado en este fic durante más de seis años y por fin da inicio, hoy, primero de abril (y me acabo de enterar de que también es el cumpleaños de Inuyasha). En verdad espero que les guste y que comenten al respecto. Ahora, me despido, pero regresaré mañana y el lunes para traer capítulos. ¡Saludos y bienvenido al inicio de todo!

Loops Magpe.