Nota de autora: ¡Hola a todos! Aquí traigo un nuevo fic Nessie/Jacob (ea, me ha encantado la parejita). Este va a ser más largo que el anterior (es una historia completa, no una simple aventura corta), aunque los capítulos serán más cortos para que me cueste menos actualizar. Hablando de actualizaciones, voy a tratar de actualizar todos los domingos a partir de ahora. Es decir, este domingo actualizaré de nuevo.

Por cierto, no me gusta ponerme tiquismiquis, pero yo soy una autora con gran necesidad de reviews. Me animan, me motivan y me ayudan a escribir más y más rápido. Además, mi inseguridad me hace dudar numerosas veces de si estoy haciendo las cosas bien o no. Por el contrario, cuando no recibo nada, me desanimo y entro en una relación de amor-odio con la historia. Conclusión: si estás leyendo mi fic, tampoco te cuesta mucho decirme cómo va la cosa. :-) Por favor.

DISCLAIMER: No soy Stephenie Meyer (ojalá hubieran salido los personajes de mi cabecita...), y por tanto, no tengo ningún derecho sobre los personajes ni sobre el mundo de Twilight. Tampoco me beneficio de este pequeño hobby que es la escritura de fan fictions. Escribo sin ánimo de lucro, y simplemente como entretenimiento mío y de otros.


PRÓLOGO: Nessie

Desde el momento en que posé la mirada sobre el bosque que circunvalaba nuestro hogar días después de nacer, supe que me encantaba la naturaleza. Hacía ya ocho años de eso, pero las cosas no habían cambiado mucho. No había un solo día que no pasase unas horas paseando por el bosque, sola o acompañada, observando la belleza a mi alrededor.

Sonreí cuando llegué a mi lugar favorito, y me permití aspirar el limpio aroma repleto de vida, hinchando mis pulmones al máximo. Me senté en el gran tronco caído que había sido testigo cada día de mi acelerado crecimiento, detenido hacía tan solo un año. El tronco estaba puesto de tal forma que formaba un puente entre las dos orillas de un pequeño riachuelo. Con gesto ausente, cogí un pequeño guijarro para lanzarlo suavemente a las aguas, que corrían por debajo de mí, y reí quedamente al vislumbrar un par de peces huyendo despavoridos de las ondas que mi acción había causado sobre la superficie. Acto seguido, levanté la vista al cielo. Desde donde estaba sentada, podía ver un solo círculo de luz solar, que se filtraba por entre los altos árboles llenando el lugar de luces y sombras que le daban a mi pequeño refugio un ambiente un tanto místico. Agucé el oído, y me deleité unos momentos con los alegres cantos de los pájaros que habían anidado entre las grandes ramas de los árboles. Poniendo un poco más de atención, era capaz de separar incluso las distintas especies. Pequeños animales se movían a mi alrededor, cada uno ocupado en sus distintos quehaceres mundanos, ajenos a mi intrusa presencia.

Tras un rato de relajación y contemplación de mis alrededores, me levanté y crucé hacia una de las orillas, donde crecían campanillas y lilas salvajes. Me incliné sobre las flores, aspirando su aroma, ponderando si a mi madre le gustaría que le llevara un ramo para ponerlo sobre la chimenea.

Fue entonces cuando lo sentí.

Un escalofrío me subió por la espalda, y el fino vello que cubría mis brazos se me puso de punta. Me enderecé de golpe y rechiné suavemente los dientes, aguzando mis sentidos en un estado de completa alerta.

El bosque estaba en absoluto silencio. Los cantos de las aves y los movimientos de los animales habían parado de golpe, como si hubieran notado esa extraña presencia de la misma forma que yo.

Olisqueé el aire con atención y no capté nada extraño. No había ningún efluvio, ni ningún aroma que estuviera fuera de lugar. Otro escalofrío me subió por la espalda, y me abracé el torso con mis brazos, adoptando una posición cautelosa.

No olía nada, pero ahí había algo. No sabía qué era, pero sentía una presencia, como si me estuvieran observando.

Ahí había algo.

Sin perder un segundo, eché a correr a velocidad casi vampírica en dirección a casa. Fuera lo que fuera lo que anduviera por allí, yo no me iba a quedar para averiguarlo. No, hasta que no tuviera a alguien a mi lado, alguien con más experiencia que yo... y más fuerte que yo con mis limitaciones semihumanas. Tendría que preguntarle a Jacob si la manada había visto algo raro.

Tan ansiosa estaba por llegar, que cuando vislumbré el sendero que cruzaba el bosque hasta mi casa aceleré de tal forma que llegué a mantener durante unos momentos la velocidad de mi padre, el vampiro más rápido de mi familia.

Pero no llegué a salir del sendero.

Algo detuvo mi avance y me lanzó a gran velocidad hacia el duro tronco de uno de los árboles a mi alrededor. Por supuesto, el árbol tuvo menos suerte que yo, pues cayó hacia atrás con un fuerte crujido debido a mi ascendencia vampírica. Pero mi parte humana quedó absolutamente aturdida por el fuerte golpe que acababa de recibir. Me froté la cabeza, intentando aclarar mi emborronada visión mientras peleaba contra mi paralizado cuerpo para intentar ponerme en pie. Un hilo de sangre me recorrió la frente, y me la sequé con rapidez sabiendo que se curaría en un santiamén. Mi piel no era tan resistente como la de los vampiros, ni tan vulnerable como la de los humanos. Lo máximo que un golpe así podía haberme hecho era un simple arañazo. Cuando al fin conseguí incorporarme, adopté una postura defensiva.

¡Cuántas veces me habían advertido de que no saliera al bosque sola! Aterrorizada como estaba en ese momento, deseé haberles echo caso.

Algo se movió detrás de mí, y me di la vuelta con rapidez, sin saber a qué atenerme. No había efluvios extraños. Nada que mi agudo sentido del olfato pudiera captar. ¿Qué era esa cosa?

Entonces, sentí un fuerte empujón en mi espalda que me llevó de nuevo a volar unos metros para golpearme la cabeza contra otro tronco. Esta vez, las tinieblas se ciñeron sobre mí, aplastándome con fuerza, arrebatándome la consciencia. Antes de dejarme arrastrar por ellas, algo se inclinó sobre mí, y pude atisbar y grabar en mi embotada mente unos espeluznantes iris de un fuerte color rojizo.

Aterrorizada y no quedándome más que un hilo de consciencia, por mi mente sólo pudieron pasar tres nombres, los nombres de las tres personas más importantes de mi vida, antes de que las tinieblas me engulleran del todo.

"Mamá… papá... Jacob".


Pues ya empiezan los problemas para los Cullen. ¿Qué le habrá pasado a Nessie...?

¡Reviews, please!

Muchas gracias a todos por leer. ¡Un beso!