Lo conocí – La conocí

Capítulo I

-Aaaahhh….! –Un grito ensordecedor lleno toda la habitación.

Proviene del baño – dijo el – no termino de completar la oración cuando sus piernas como con vida propia lo dirigieron hasta ese lugar, no sabía cómo reaccionar, hasta que una voz lo saco de sus pensamientos.

-¿Quién anda ahí? – Dijo ella

-Este… Eh… E… Mmm (Se aclaró un poco la garganta), Soy Terry, Albert me pidió que por favor cuidase de ti este fin de semana, luego te cuento que paso, ¿te encuentras bien...?

-No, no me encuentro bien, trate de alcanzar el…Mmmm…algo y me dio un calambre por tanto me resbale, - hizo una pausa - ¿TERRY? ¿TERRY?, eres el Terry que yo conozco, tanto tiempo sin verte lamento que me tengas que ver en estas condiciones pero por favor ayúdame estoy en el suelo como una estúpida y mi trasero se está congelando – Paro de hablar, cuando de repente escucho unas carcajadas por parte de Terry – No te rías, me duele todo no puedo levantarme, ¿dónde está Albert?

Terry se tensó por un momento, sabía lo que tenía que hacer, pero la situación era algo vergonzosa. Guardo silencio un momento y dijo: -Tendré que entrar en la ducha, te voy a dar una toalla para que te cubras.

La chica comprendió y asintió. Terry le paso la toalla y luego entro, ahí estaba ella en el piso toda mojada y con la cara totalmente roja de la vergüenza; su cuerpo era blanco con un leve tono rosado, su cabello un amarillo tan fino como el sol, pero sin llegar a ser escandaloso, tenía una pequeña nariz respingada y cubierta toda de unas suaves y ligeras pecas y esos ojos, dos esferas tan verdes y lindas como las esmeraldas mismas; La chica se percató como de pronto el rostro de Terry se sonrojo, así que para aliviar un poco la tensión dijo: Oye! Querido Terry – lo último lo dijo en son de burla – ¿qué te pasa? Acaso nunca habías visto a una mujer tirada en el piso del baño mojada.

Terry recobro su postura y con un porte muy gallardo dijo: No es eso, es solo que Albert olvido mencionar la pecosa que se volvió su hermanita- y una vez dicho esto soltó una carcajada y se dispuso a levantarla; una vez fuera del baño, y ya relajados un poco por la situación Terry puso a la chica al tanto de todo.

-Mucho gusto Candy, tenía tiempo sin verte, bueno desde que me fui a Londres, la ultima vez estabas muy pequeña, vine para quedarme a vivir con Albert, pero como veraz hoy descubrió que había un fraude en la empresa de Miami y cuando venía llegando me lo encontré en el aeropuerto, el me indico la dirección y dijo que en la noche te llamaba para ponerte al tanto, que lo disculparas por irse sin avisar, dijo que estaría fuera solo el fin de semana.

FLASH BACK

-¡Albert amigo! ¡Cuánto tiempo!

-Terry, ven acá pequeño desgraciado –dijo Albert y dicho esto se fundieron en un abrazo fraternal – y dime ¿cómo siguen tus padres?

-Huumm, igual, no me puedo quejar, pero al menos ahora se miran a la cara, ¿eso es un avance no?

-Podría decirse, aunque yo no sé mucho de eso, sabes que mis padres murieron cuando yo era aún muy joven.

-Lo siento, oye y que haces aquí, quedamos en que nos íbamos a encontrar en el parque frente a tus oficinas, no me digas que cambiaste de opinión y decidiste venirme a buscar por si me perdía, por si es asi me veré tentado a besarte – ante este comentario ambos chicos rieron a carcajadas.

-Debo decir que me siento halagado – dijo Albert aun entre risas – pero no – su mirada se tornó seria, –Mi jefe descubrió ciertos fraudes en nuestras compañías en Miami y como yo soy su mano derecha me pidió a mi ir, no tuve tiempo ni de avisarle a Candy, jamás habría ido de no saber que tu vendrías, suena egoísta pero si no lo resuelve la compañía iría a la quiebra, por eso quiero pedirte que por favor vayas a esta dirección es donde está mi casa y de Candy y por favor cuides de mi hermanita.

-¿De tu hermanita?... Osea que vine para acá a hacer de niñero - Respondió el con una leve sonrisa de lado.

-Lo siento mucho amigo de verdad, pero Candy es mi única familia y sabes que la quiero más que a nada en el mundo, no me gusta dejarla sola tanto tiempo, además solo será el fin de semana.

-Albert, tranquilo, solo estaba bromeando, ve tranquilo que yo la cuido, solo debes decirme… ¿Dónde guarda sus muñecas? – Terry soltó una carcajada.

-Muñecas, puede que te lleves una gran sorpresa – pensó Albert.

FIN FLASH BACK

-Mmmm, has cambiado mucho Terry, pero sigues siendo más alto que yo, Albert ya me había comentado que un amigo de el vendría a vivir con nosotros, pero jamás imagine que serias tú, bueehh si me disculpas voy a cambiarme.

-Claro pecosa

-Mocoso malcriado – dijo entre dientes – el solo atino a reír

En eso el teléfono de Terry suena: - Aló – Hola Terry – dijo Albert por la otra línea – Cuéntame ¿ya te encontraste con Candy?

-Si – dijo Terry sin mucho animo

-¿Qué te pasa Terry? A ya se! No consigues las muñecas…

-Albert – dijo Terry en tono serio, para luego reírse – empiezo a creer que todo esto es plan tuyo.

-¡Cómo crees! Solo pienso que Candy y tu necesitan un nuevo confidente que no sea yo.

-Oye yo tengo otros amigos –Pero Albert no escuchó esto último porque ya había cortado.

-Maldito Albert

-¡Oye! – Dijo Candy- Deberías evitar maldecir a mi hermano en su propia casa.

-Lo siento mucho – solo atinó a decir, en eso la observo llevaba un conjunto morado muy lindo, de short y camiseta y su pelo estaba recogido en una coleta, sin duda no era esa pequeña niña revoltosa que había conocido hace tiempo.

-Terry – ella volvió a interrumpir – ¿qué edad tienes?

-Yo pues, tengo 17 y ¿tu?

-Yo 16 y desde cuando te ves con mi hermano, primero pensé que habían estudiado juntos por que la verdad nunca supe tu edad y siempre te veías mayor, pero ya veo que no, él tiene 27.

-Fuuuiiii, que inteligente eres, debes sacar muy buenas notas en tu colegio – y antes de que ella pudiera decir nada el prosiguió – pero Albert si estudio con mi hermano mayor Richard, mi hermano murió hace 7 años en un accidente – Terry sintió que se le quebraba la voz, pero recobro el aliento al ver los ojos de dicha chica que inconscientemente le transmitieron confianza y consuelo- para ese tiempo Albert y yo ya éramos amigos, pero con el accidente el me dio más confianza y tranquilidad que ningún otro – sus ojos se llenaron de admiración, para luego cambiar drásticamente a un semblante duro – me dio más confianza que mis padres que para ese momento ya se estaban distanciando.

Ella escuchaba atentamente cada una de sus palabras.

¿Qué me pasa? Apenas si la recuerdo y siento que con solo mirarme puede sacarme cualquier información que desee; es cierto es linda pero hay algo más, será que están volviendo a salir esos viejos sentimientos, no logro comprender y ese verde, esos ojos que aún no he logrado sacar de mi mente – pensó el – me estoy volviendo loco –esto último lo dijo en voz alta.

Candy se percató – ¿dijiste algo? – pregunto, el negó con la cabeza – Candy se extrañó y luego pensó: Terry es muy distinto a todas las personas que he conocido, a veces está muy tranquilo y luego pone esa mirada, donde parece albergar mucho odio e ira, luego amor, ahora que lo noto siempre ha sido asi, en fin no lo entiendo.

Candy y Terry pasaron toda la mañana hablándose y conociéndose, de repente Candy se levantó y dijo:

-Albert ya me había comentado como te dije que un amigo vendría a vivir con nosotros, por eso organice nuestro horario de oficios para que el nuevo, osea tú, tenga algo que hacer en la casa, lastimosamente Albert no está y como tú eres hombre tienes mucha más fuerza que yo, asi que tendrás que hacer tus quehaceres y los de Albert – ella le guiño el ojo, dio una sonrisa de lado y de pronto saco una lista tan largo que seguro no iba a terminar en todo el tiempo que viviera allí.

-¡Quueeeeee!? - Terry pego un grito al cielo.

Candy reía a carcajadas – es broma Terry siempre tengo esta lista conmigo por si quiero fastidiar a Albert o por extensión a su amigo – esto último lo dijo con una sonrisa en su rostro y le guiño nuevamente el ojo.

-Vaya resulta que eres bromista no...? - sabes lo que pasa con el que juega con candela – dijo en tono irónico.

Candy todavía reía – Los oficios los podemos dejar para después, primero necesito comprar ropa, este lunes empiezo mi último año y no puede ir con la misma ropa de siempre.

-Vaya que si eres pretenciosa, la pobre tarjeta de Albert debe llorar, por cierto donde estudias...?...Pedí a mis padres enviar mis papeles aquí para inscribirme en un nuevo colegio y Albert por ser mayor hizo los tramites, me dijo que iba a estudiar en el mismo colegio que tu...

-Waaaoooo! Que emoción! El San Pablo te va a encantar, es un poco estricto eso sí, pero siempre hay posibilidades de romper las reglas – Guardo silencio y se percató de lo que acababa de decir – Digo, digo siempre hay posibilidades de divertirse en grupo, Ay! que emoción, te presentare a todos mis amigos seguro que les caerás bien, vamos rápido Terry es tarde y tengo mucho que comprar – Dicho esto lo jalo por un braza y lo saco fuera de la casa, ya afuera Candy no paraba de hablar, hasta que de pronto hizo silencio, Terry se sorprendió, ella lo miro con los ojos bien abiertos, como si se hubiera llevado una gran sorpresa y dijo: Ese auto es tuyo – era un bello ejemplar color plateado marca Ferrari, totalmente salido de agencia.

-Ese- señalo el auto con una pizca de orgullo – Si es mío, fue un juguete que me regalaron mis padres por mi cumpleaños, ¿por qué? ¿Quieres subir? - La respuesta era obvia, pero ella había logrado subirle su ego y no era tan fácil bajarlo, otro silencio se apodero, al mismo tiempo que ella lo rompió.

-Oye Terry -dijo como dudando de lo que iba a preguntar- ¿vamos a ir en el al cole?

-Jajajajajaja – Terry soltó una carcajada – vaya si serás interesada pecosa, pero sabes yo no te he invitado a subir.

Candy se ruborizo de inmediato -Da igual – respondió – Me gusta más el autobús es más divertido que ir con un mocoso engreído como tú – Candy le saco la lengua y le dio la espalda.

Terry la tomo por el hombro, le dio vuelta, le encantaba verla molesta y sin duda ya se estaba acostumbrando, le regalo la mejor de sus sonrisas y le dijo: Candy, yo no te he invitado, pero eso no quiere decir que no pensaba hacerlo, ven vamos de compras – tomo su mano caballerosamente abrió la puerta de su copiloto y la ayudo a subir una vez esto subió y puso el auto en marcha.

-Aquí es la primera tienda – dijo Candy aun un poco furiosa, en realidad no quería estarlo, pero ante todo el orgullo.

Entraron en la tienda Candy se probó millones de ejemplares - por no exagerar – o bueno eso era lo que Terry pensaba ya que las horas le parecían minutos, aunque no podía negar que adoraba ver parte de su cuerpo cuando salía para que el la viera, desfilaba para él desde pantalones muy largos y ajustados hasta shorts muy detallistas y ni qué decir de las blusas; después de un rato ya la situación entre ellos se había aliviado y no paraban de echar broma y reír a carcajadas - Candy pago y salieron con cantidades de bolsas que incluían desde ropa, zapatos y accesorios, bolsos, todo para que según Candy no faltara nada. Terry pensó que habían acabado, cuando Candy dijo: -Vamos aún faltan muchas tiendas por ver – Dios! Este será un largo día, exclamo Terry.

Llevaban más de 10 tiendas cuando Candy pidió a Terry detenerse en una tienda exclusiva para hombres – Candy sonrió traviesamente.

-Ahh! No! Eso sí que no! – Protesto Terry – no pienso entrar y es mi última palabra – no termino de decir esto cuando Candy, con fuerza de quien sabe dónde, lo había arrastrado hacia adentro y lo tenía probándose infinidad de ropa que parecía no acabar.

– Candy todo esto es necesario, yo estoy bien con lo que tengo.

-Claro que no Terry tienes que comprar y además – ella se quedó mirando fijamente su cabello, entonces Terry tuvo miedo – Necesitas un corte de cabello.

-No Candy no, mi cabello no, lo he llevado largo desde que tengo memoria, es mi selo personal – Dijo el, aunque no quería que ella notara que atino a leer sus pensamientos, él ya había pensado en eso y se prometió a si mismo hacerlo en cuanto se presentara la oportunidad, pero algo era seguro no se la pondría tan fácil.

– Sabes algo Candy, lo pensare, pero con una condición – Terry fijo sus ojos en los labios de Candy y con una mirada acechante y seductora dijo: mi nuevo corte a cambio de un beso – Candy se sonrojo mucho ante tal comentario y lo único que pudo lograr fue negar con la cabeza.

Ya después de un rato Terry seguía probándose ropa por petición, no más bien exigencia de Candy, El comentario de Terry había estado dando vueltas en su cabeza toda la tarde y no podía negar que la sola idea la hacía perder el dominio de sí misma.

-¿Qué te parece? – Terry la saco de sus pensamientos, llevaba unos pantalones negros muy ajustados a sus bien formadas piernas, una camisa con ciertos logotipos pero muy actual y unos lentes oscuros que tomo del mostrador.

Candy se ruborizo enseguida y con lo poco de cordura que le quedaba felicito su elección y se dispusieron apagar los innumerables atuendos que Candy le dijo.

Una vez en la casa Candy entro corriendo y se tiro en el sofá a descansar, Terry tuvo que hacer muchos viajes para poder llevar todo adentro, lo que más le dolía de todo eso era que la mayoría de las cosas eran de Candy, cuando termino ella yacía dormida, con cuidado fue a la cocina y se dispuso a preparar la cena.

-La pase bien Candy, gracias, hacía mucho tiempo que no me divertía tanto – dijo Terry en voz baja y la observo un poco antes de ir a la cocina.