"It's alright. It's ok. I didn't need my sanity anyway." —Come and be alone with me, The Jungle Giants.

Es irónico como esta canción habla de alguien que se enamoró y yo la uso para referirme a la manera en que me siento identificada cuando no me he podido contener de comenzar a escribir de Haru y Yuujin. Quiero darme un tiro porque, justo así, Haru y Yuujin me entraron por los ojos cuando menos lo esperé. Culparé a una página de Facebook que hizo un meme y desde entonces no puedo sacarme de la cabeza la forma en que Yuujin mira a Haru. [Q.E.P.D. después de la masacre que incitó Toei en Facebook.]

Dedicatoria: Esto es para ustedes, Digimon Latino. (?)

Advertencia: Spoilers sobre el capítulo 18 de Universe.

Disclaimer: Ni Digimon Universe: Appli Monsters ni ninguno de sus personajes me pertenecen, las miradas de Yuujin hacía Haru en un sentido romántico(?) sí.


Cuestiones que conducen a típicas confusiones

Colección de relatos cortos.

Por Blue-Salamon


I. Desolado y cautivado.


Desconcertado, y también desolado, su visión se mantiene firme en sus pies. Lleva ahí esperando… mucho tiempo. Él no lo sabe con exactitud, puesto que su reloj de muñeca llevaba unos días sin prender y de nada servía traerlo encima de esa manera.

El tiempo lo desgasta y la única referencia más o menos coherente del paso de este está en el color del cielo, que se va poniendo de a poco más anaranjado conforme a la puesta de sol.

A Yuujin no le enseñaron cómo debería de comportarse cuando se sentía rechazado. Nunca en su vida se había sentido así, porque siempre había gente a su alrededor.

La cuestión es que ahora se encuentra solo y, desde que las clases acabaron, había esperado ahí, paciente, a que los demás chicos se acercaran. Estaba dispuesto a ignorar lo que sea que hubiera sido aquello de "¿por qué no juegas tú solo?" debido a lo tonto que sonaba después de que lo que había tratado de corregir era precisamente el trabajo en equipo de todos.

Yuujin no había hecho nada malo. Al menos, no lo creía y tampoco pensaba que los demás estuvieran mal, solo que no sabían todavía como agruparse. Pero eso era algo que se corregiría, poco a poco, con la práctica. Tenía experiencia en ello, él sólo quería ayudarlos a mejorar para poder ganar.

Aún así, lo cierto es que estaba solo. Y todo apuntaba, por desgracia, a que él había hecho mal. Ni siquiera sabe en qué, pero si nadie ha venido ni le ha hablado en todo el día desde la hora en que pudieron salir a practicar…

Lo que rompió con la monotonía y la asfixiante sensación de soledad, fue ese sonido con el que estaba bastante familiarizado: un bote, y luego los rebotes, de un balón de fútbol que avanzaba rodando. Finalmente, el esférico rodó frente a sus ojos, pero estos apenas lo alcanzaron a registrar cuando toda su atención se vio atraída por completo por unas lentes de protección enmarcadas por unos cabellos verdes, una mueca de pena y unos ojos azules que no perdían su brillo aún a pesar de la torpeza en la que su dueño se sentía.

—No pensé que mandar un pase a otro fuera tan difícil…

Lo siguiente que Yuujin pudo ver fue una sonrisa muy linda.

—Oozora-kun, enséñame a jugar fútbol.

Yuujin no estaba seguro de haber entendido bien, pero, aún así, se acercó con el balón que no supo cuando tomó en sus manos y procedió a enseñarle a jugar fútbol.