Parte 1

"Abandonar es algo que solo debe hacerse al tocar fondo, es algo que yo mismo hice en el pasado, me alejé de todo lo que me recordaba al dolor, me fui lejos y ahora estoy bastante conforme con mi vida rutinaria, sin complicaciones o preocupaciones, no es como si haya renunciado al amor…solo que este nunca ha aparecido delante de mi, si yo lo buscase…solo terminaría como la ultima vez. Ya no quiero eso, se acabó…"

La pequeña mesa se llenaba de un montón de bollos blancos de papel, escritos en ellos absurdas ideas sobre la decoración del 14 de febrero para el bar donde este hombre de unos 25 años de edad trabaja, ciertamente era un mar de tontas palabras sin sentido y de las cuales no había ningún tipo de emoción ¿No se supone que es una fecha por la cual uno debe llenarse de emoción? A el no le pasaba esto, claro que no y le era incomprensible el porque debía hacer esto él…porque justamente a él le debió tocar al tarea, era tonto cuestionarse eso, era con el cargo más superior en la empresa pero bueno ahí se encontraba el joven de mechas anaranjadas que solo arrugaba otro pedazo de papel y lo tiraba al suelo sin importarle menos donde acababa-Cada año es la misma historia… -suspiró desganadamente, solo le quedaba exprimir todo lo que le quedaba en su cabeza y quizás así lograría obtener algo para esta noche , tanta prisa en acabar esto , faltaba unas cuantas semanas y era solamente presentar un simple bosquejo, una lista de ideas o lo que sea que reflejara el amor por la fecha aunque a los clientes eso no le era de tanta importancia, solamente querían un lugar confortante con sus parejas,"acompañantes" ,amigos… etc.

Era solamente para animar un poco el bar, pues sería deprimente no ver corazones o rositas o chocolate en un día dedicado a las declaraciones inesperadas y otras ansiadas, pero…ya estaba dudando si necesariamente debía hacerle llevar camisas blancas con un corazón en el lado izquierdo de la prenda a los meseros…bueno trabajo es trabajo, además eran ideas que sus propios empleados ofrecieron y no era como si le desagradase la idea…toda la culpa recaía en la fecha lo que provocaba esta conducta tan fuera de lo normal.

Obviamente el disgusto por el día de "San Valentine" sería callado y sin dejarse notar por sus compañeros o clientes, después de todo una cara larga solo atrae frustración y tristeza, por eso a todos le dedicaba una sonrisa de película, bien disimulada y creíble que incluso hasta su mejor amigo le engañaba, cruel pero ya le bastaba oír los problemas de la clientela que no había espacio para pensar en los suyos, o simplemente no existían.

-Ah… ¡Listo! ya es todo por hoy… -levantándose dejó caer la mitad de los papeles que se habían quedado atrapados entre sus piernas, y solo haciendo unos cuantos pasos por la habitación llegó pesadamente a la cama y se desplomó sobre esta , siendo apenas las diez am. ya se le antojaba la necesidad de atarse a la cama y no levantarse más por el resto del día, quien dice que un trabajo nocturno no cansa el cuerpo, era lo más estresante y aunque no dijese nada sobre el agotamiento ocasionado por las horas extras este no se acostumbrada todavía a la rutina de servir a hombres por mas de 5 horas.

Bueno a veces valía la pena, podía encontrarse con su amigo al que apodaba Ángel-Kun quien por obvias razones ya no aparecía con tanta frecuencia, también podía deleitar su vista con rostros jóvenes y parecían ser un buen partido, para una noche obviamente, pero este ya cubriéndose con las sabanas de su cama quedó pensando en cuando fue la última vez que este salió a "jugar" si entienden ¿verdad? Lo que hace referencia a pasar la noche, haciendo más que simples caricias con su "compañero" ¿Captan?

Bien sin tanto explicar el de cabellos cortos solo se acomodó de costado y recostó su mejilla sobre la almohada haciendo un poco de memoria, buscando en su sombría e indecente mente recuerdos de su ultimo pedazo de diversión y extrañamente ya había pasado un buen tiempo, tampoco es como si eso fuese su culpa, últimamente costaba encontrar el candidato perfecto para sus maliciosas intenciones y que este estuviera dispuesto a todo y sobretodo que le entrara en su cabeza que solo era por diversión de una noche , lamentablemente se metía con tipos que se hacían la idea equivocada y de pronto decían "estar saliendo" y ante esto Hiroto solo podía dejar escapar una irremediable y honesta sonrisa de broma ante el malentendido de aquellos hombres que por suerte no los volvía a ver después de convencerles y hacerlos desaparecer.

Ahora estaba recordando la principal razón de porque dejó esas noches alocadas por un tiempo, de todas formas ya debía dormirse de una buena vez y recuperar las energías para esta noche


"Lo siento pero no soy un marica."

"¿Cómo creen que pueda salir con ese raro?"

"Oh miren, aquí viene Hiroto ¡Mejor cuiden sus pollas!"

Hombre idiota…insensible…realmente resultó ser un estúpido, y de un hombre así debió enamorarse por primera vez, ¿Por qué no de un simple compañero de clase? Hubiera resultado ser solo una simple atracción y se hubiera acabado en la preparatoria pero no…resultó que su primer y ultimo amor sería un compañero de su trabajo de medio tiempo, un gran…gran idiota…y por su causa de este dejó todo, familia, estudio, amigos…quiso y logró olvidar por un buen tiempo aquello que le resultaba tan amargo y detestable, solo volvió a mencionar a ese hombre en una vaga conversación con aquel que llamaba "Ángel-Kun". Ese si que era un hombre bueno, cariñoso y cuando se lo proponía te escuchaba pero no hay que olvidar mencionar que es algo extremista con su amor hacia un hetero frustrado sexualmente, solo podía reconocer que por tanta insistencia habían llegado a algo. Bueno eso fue lo último que se enteró de dicho peliazul.

Y ahora en sus sueños solo podía ver aquel sujeto de oscuros cabellos por el cual sintió algo, exageradamente solo… fue enamoramiento, es verdad que fue doloroso el hecho de ser tratado como un saco de basura todos los días, pero eso le sirvió para una lección personal, el amor existía, lo veía esparcido por todos lados y hacía feliz a los que eran victimas de su poder solo que… no era para él, no podía ir de la mano tranquilamente con alguien sin que el presentimiento de ese bobo sentimiento se burlara de él y lo haga caer más profundo, de nuevo volvía a su pasado aberrante e inservible-No…puedo ni tener un sueño agradable…- dijo sentándose en la cama aun con las sabanas celeste cielo entre sus piernas y sin importarle la horrible desprolijidad de sus cabellos fijó la atención a su teléfono móvil , y por supuesto solo podían tratarse de los nuevos meseros preguntando por sus turnos- Hay chicos…¡Denme un respiro!- llevó ambas manos con teléfono y todo a su rostro cuyos dedos solo masajeaban mil veces la frente, odiaba este comportamiento suyo y todo por un evento creado solamente para que las empresas de dulces se llenen los bolsillos con las ganancias que producen sus caros chocolates, por favor…es solo aguantar una noche de …¿Puro amor? Sin nadie que lo mire se echó a reír como borracho en pena y volvió a caer sobre la cama, todo bien con los clientes cursis y amorosos…con aquellos que aun creían en este sentimiento, solo seguiría la corriente como siempre.

Movió su pesado y atrayente cuerpo de la cama para hacer todos los preparativos, un baño de veinte minutos lo dejaría listo y renovado, al movilizarse por el mismo cuarto llegó al cuarto de baño donde rápidamente se despojó de sus ropas y se sentó sobre el taburete para asearse ya que como buen japonés , debía limpiarse antes de entrar a la bañera y poder disfrutar debidamente del baño, mirándose al espejo situado enfrente de el notó el pasar de los años, ciertamente aun era joven y con muchas expectativas pero… ¿Qué sería de él cuando ya fuese viejo y con arrugas ? De solo pensarlo su cuerpo se estremeció de la ansiedad y para no amargarse más soltó la esponja que había pasado por su cuerpo desnudo, cerró la regadera y se sumergió en la pequeña y onda bañera llena de agua caliente y sales que dejaban un rico aroma en el aire, si que era relajante… y como consecuencia negativa solo hizo que pensara más en aquel muchacho, en ese entonces era dos años mayor que él, que habrá sido de él… ¿Habrá cambiado de trabajo? Seguro que si, pues servir en una gasolinera no es algo de lujo y tampoco era para siempre, debió seguir con sus estudios, conseguido una novia…casarse, siguió normalmente su vida. Jamás fue tomado en serio al parecer.

Saliendo con cuidado de la bañera envolvió su pequeña cadera con una toalla blanca con su nombre bordado, y sin más se encaminó nuevamente a su cuarto en donde su teléfono no paraba de sonar la típica melodía que vienen en cualquier móvil solo para que las personas no se estén molestando en descargar molestos tonos, lo agarró y presionando el botón de atender silenció al aparato y espero pacientemente a que respondiera la persona del otro lado de la comunicación pero…no contestaba nadie- Otra vez eh…sigue molestando, me encanta recibir tanta atención de idiotas como tu…- molesto colgó al gracioso que no paraba de llamarlo desde hace unas semanas y para cabrearlo más no podía acusar a un numero privado, seriamente estaba pensando en comprarse otro teléfono, de todos modos el que tenía ya estaba bastante viejo y le costaba horrores escribir los mensajes ( razón principal por el cual no contesta a los mensajes de sus empleados) y con la idea de un nuevo teléfono este terminó de cambiarse para ir al trabajo, fijándose en la hora aun estaba a tiempo, solo le quedaba caminar unas cuantas calles y llegaría al bar , que suerte que consiguió este departamento a buen precio y a una distancia razonable para llegara tiempo al trabajo.

Bien, camisa abotonada y planchada solo dejando unos botones del cuello sin prender, cabellos ordenados y cada mecha en su lugar o al menos lo que el corte le permitía, un chaleco negro haciendo juego con la camisa roja, ya todo estaba listo, juntó las llaves del apartamento y asegurando la puerta del mismo partió a su trabajo.

Era una noche tan hermosa, tranquila y por supuesto muy fría, no podía esperarse más del cruel y helado invierno que azotaba en la ciudad de Nagoya, pero esta al parecer no molestaba para nada a sus habitantes y menos este hombre de mechas naranjas , teniendo una chaqueta a mano del mismo color que el de su chaleco de algodón se lo puso con rapidez para no congelarse por el viento helado que sopló de la nada contra su rostro, en vez de refugiar su rostro de los duros golpes del viento este levantó la mirada e inhaló profundamente ese aire frió, sensación mágica de que alguien le estuviera mandando ese regalo para tranquilizar sus absurdas preocupaciones y si que ayudaba , casi al tiempo en que el viento su detuvo otra vez sonó el teléfono y esta vez se trataba de su asistente de confianza diciéndole sobre el alboroto de clientes que esperaban en el bar y que su presencia era requerida urgentemente.

Solamente confirmó que estaría lo más rápido que pudiese ir y dejando el teléfono en el bolsillo de su abrigo siguió su caminar ahora un poco más acelerado.

Toda a esa hora era un alboroto, gente saliendo de sus trabajos, autos estacionados que empezaban a moverse y adolescentes disfrutando de sus preciados momentos de libertad, la calle por la cual iba este hombre pronto se llenó de un comunidad de personas de gran variedad en cuanto a su estatura, edad y sexo, nadie estaba metiéndose en los asuntos de los demás….o eso parecía ¿Quién podría negar eso? El joven de cabellos anaranjados solo caminaba por el camino de siempre, calmado concentrado en sus asuntos y sin voltear atrás, pero quizás…debió hacerlo y prevenir lo que iba a ocurrir.


Realmente le sorprendió este hecho, encontrar al doble de la clientela habitual en frente de la puerta del bar la cual aun estaba cerrada, su pobre y nuevo asistente trataba de calmar al mar de hombres que ya exigían entrar y si no se le ocurría hacer algo lo levantarían como una muñeca y derribarían la puerta como salvajes, que pensamiento loco de aquel asistente que llamaban solamente "Kai" que al igual que el principal Hiroto no daba a conocer su apellido entre los empleados, solo por cuestiones de seguridad y mantener la clara separación entre el trabajo y la vida personal.

Ya pensaba darse por muerto entre semejante multitud de hombres mas altos y fuertes que él pero su luz salvadora apareció de pronto y anunció su llegada triunfal- Cálmense chicos, ¡Oh! ¡Son tantos esta noche! Bienvenidos al "Gay Bar Adamsite", espero que disfruten de las comodidades que ofrecemos aquí. Pasen por favor…ah ¡Kai! Cambia esa cara de fantasma y ayuda a los invitados a ubicarse ¿Podrías?- las palabras salientes de esa pequeña y simpática boquita de ángel y su bella sonrisa tan natural que acompañaba a su monologo no solo dejó atónito al bajito y joven de Kai, también a los espectadores que estaban deslumbrados por aquella presencia que parecía brillar siempre que este movía sus rosados y húmedos labios que simplemente seducían a cualquiera que los mirara, claro que aquellos que venían con sus acompañantes o parejas recibían de estos como castigo una mirada que mataba aquellas sonrisas patéticas y que balbuceaban cualquier cosa menos palabras, estos sintiendo el mal a cuestas bajaban la cabeza tratando de no ver a la belleza "inocente" que los recibía en la entrada del bar.

Kai como buen ayudante, les indicó a los meseros donde debían sentarse cada quien, pues la mayoría eran clientes regulares y siempre tenían una preferencia en donde sentarse, y más aquellos que deseaban un poco más de privacidad para sus…amorosas conversaciones, no se dejen a la imaginación, era sobre todo un lugar decente solamente dedicado a aquellas personas que no podían entrar a un simple bar por los prejuicios de los demás clientes e incluso del mismo personal, por eso existían estos bares gays donde todos podían estar a gustos e incluso disfrutar unos cuantos tragos con amigos y seres queridos, para los que eran pareja existía la regla de "no tocar", simple norma que no había porque aclararla , también se exigía respeto a los meseros y a los que atienden detrás de la barra, como se decía antes solo era otro bar donde podían pasar el rato aquellos que necesitaban liberar tensiones o simplemente matar el tiempo conversando con otros. Un buen lugar para hacer amigos.

Todo iba en orden, cada cliente se veía satisfecho no solamente por las bebidas sino por que el ambiente era muy agradable y Hiroto podía apreciar eso detrás de la barra, claro que desearía hacer más pero debía dejar que los novatos aprendieran por su cuenta el como servir correctamente, que mano usar para sostener la bandeja con las ordenes y cual la que colocaba el pedido en la mesa, la actitud de un mesero para el cliente siempre debe ser liderado por una sonrisa, no importa de quien se traté o si has tenido el día más amargo de todos, solo debías pararte derecho saludar cordialmente y dejar el resto al cliente ¿Parece fácil no? Pues lo crea o no esto es una tarea que lleva dedicación y sobretodo practica, hay que admitir que es algo conflictivo el ir por ahí mostrando todo el tiempo la misma expresión todo el tiempo, sería más fácil llevar en la cara el mismo maquillaje que el de un payaso, de esa forma siempre, siempre, siempre tendrías una sonrisa que dar pero…eso solo daría motivo de burlas a los meseros. Ya que, si el pudo hacerlo cuando era simplemente un subordinado estos jóvenes llenos de energía y sueños podrían hacerlo en poco tiempo.

-Hiroto Sama hoy debimos contar con todo el personal ¿A que se debe tanta gente?- el pelinegro de estatura media (claro comparado al lado de Hiroto) se quedó al lado del superior y admiraba junto con el la panorámica del buen trabajo hecho por todo el personal- No tengo idea he…pero eso es bueno ¿no? Además nuestro Barman se cansaba de cumplir con pedidos tan simples ¿Verdad Kaoru? - decía esto mientras señalaba al hombre de cabellos recogidos que solamente prestaba atención a las botellas y a los movimientos de sus manos para llevar a cabo las bebidas pedidas, las cuales eran de gran variedades, aunque este hombre de unos 30 tantos no era muy hablador, de él solo podía apreciarse su larga cabellera castaña siempre controlada con una tira de goma negra. Contratarlo fue la mejor opción aunque Hiroto deseaba que este fuese más extrovertido pero de una forma lo prefería así callado y buen trabajador.

-Kai por que sigues aquí huh?-ahora este recostó levemente su pera en el hombro ajeno del muchacho quien de costumbre no reaccionaba ante esas miradas tan serias pero seductoras por parte de su jefe, sus mejillas se le pintaron de dos grandes manchas rojas y volteó la mirada al del hombre mayor, este chico parecía un adolescente pero engañaba perfectamente los ojos humanos pues era un perfecto joven de veinte años pero con cara de quince, sumamente inteligente y creativo pero demasiado tímido- Bu...bu…bueno Jefe es…q...que no tengo nada…que…que hacer he he, quise acompañarle..¡Si eso!- verlo así era tan divertido,sabía que este niñito adulto tenía un novio por ahí pero de todas formas a Hiroto le encantaba gastarle ese tipos de bromas ya que daba esa sensación de molestarlo ¿Muy difícil de comprender? Solamente se aprovechaba de su adorable conducta y hacía estas escenas apropósito-Que encanto Kai chan si fueras mas grande y soltero ya te habría agarrado para mi solito he he- el muchacho de cabellos negros era de esos que no distinguían la maldad de las personas, principal razón por la que su novio no quería que trabajase aquí, pero necesitaba aportar un poco de dinero para el apartamento donde vivían y sin mencionar la universidad….aunque había ciertos momentos que dudaba si Hiroto sama era una persona tan linda y amable como siempre se lo demuestra, ciertamente esto era demasiado, podía deducir que su pésimo y vergonzoso rojo se pasaba hasta sus orejas, con brusquedad levó sus ojos azules hacía la puerta para no ser descubierto por su jefe , de repente esta se abrió silenciosamente para dar pasó a otro cliente que honestamente nunca antes lo había visto y con mayor razón tenía que ser bien recibido, así que disculpándose con Hiroto lo alejó educadamente y saliendo de la barra fue directo a recibir al hombre que al parecer seguía teniendo frío pues no se había quitado la chaqueta ¿Cuantos grados ya estaba este lugar? Si sabían mas la calefacción sería perjudicable para la salud de sus clientes.

-¡Bienvenido! ¿Me permite buscarle un lugar?- sin falta este demostró su mejor sonrisa pero el hombre sin mirarlo solamente señalo una mesa bien en el fondo.

-Esa esta bien…gracias- solamente bajó la cabeza haciendo lucir el gesto como una reverencia y fue al lugar donde le señaló al desconcertado Kai que volvió a la barra pero esta vez se quedó sentado en unas de las largas sillas que permitían estar al mismo nivel que la barra llena de bebidas, quedó mirando como este cliente era atendido con facilidad por uno de los meseros, sabía que ese no era su función pero el llegar al nivel profesional de ser agradado por los clientes era tan anhelado para él que simplemente le frustraba que tuvieran esa actitud de salto contra él, suspirando bajó la cabeza junto con su animo y ante esa conducta depresiva un pícaro joven se sentó sobra la mesa de la barra, justo detrás de Kai y llevando todo su peso hacia delante envolvió el pequeño cuello del menor entre sus brazos.

-¡AH! Pe... pero que… ¿¡Hiroto sama que hace!?-retiraba lo dicho… ¡Esto si que era demasiado!..su…espacio personal, todo su espacio personal era invadido de un forma tan vergonzosa y ese hombre no le importaba para nada que todos ahora le silbaban y gritaran cosas que no iban al caso. Era su jefe…pero… ¡Porque no le respetaba! Un mar exagerado de lágrimas salía de sus ojitos azules cerrados por la pena.

-¡Caras largas en mi presencia están prohibidas! Vamos que pesaran nuestros lindos clientes si te ven con esa expresión tan fea ¡Saca a relucir tu juventud!- abrazaba con mas fuerza al pequeño mientas dejaba ver una infantil expresión de alegría, si bien fingía a veces su alegría, con este chico era imposible, mágicamente sacaba a la luz el niño travieso que estaba muy bien guardado en su alma, lo extrañaba tanto que a veces lo sacaba solo con su ayudante, lo que no sabía es que esa actitud tan nacida de si mismo llamaba más la atención de sus clientes, demasiado.

Finalmente el niño morado por ser asfixiado en un periodo de 20 segundos se dejó vencer por aquel hombre que tenía una forma rara de demostrar su cariño específicamente a él.

La misma noche bueno con la diferencia que se trataba de otro día en la ciudad de Nagoya solo que al ser apenas las cinco de la madrugada no se notaba el comienzo de ese nuevo y seguro día aburrido , iba ser lo mismo, ir su casa, quitarse la ropa y dormir hasta que llegaba el momento de prepararse para el trabajo, claro que había breves momentos para una comida pre-cocinada y luego controlar el interminable papeleo de la administración, por suerte contaba con Kai que le brindaba su ayuda incondicional.

Hablando de ese chico Hiroto lo esperaba ya desde hace un rato en la puerta, sabía que esas cosas del inventario llevaban tiempo pero... ¡Hombre ya quería largarse a la cama! Afortunadamente el pelinegro notó su presencia al cerrar con llave la oficina del jefe la cual parecía como nueva pues Hiroto apenas la usaba, prefería estar detrás de la barra y a la vez controlaba la caja registradora del bar.

-Al fin llegas…ya vamos que quiero dormir y a ti seguro te esta esperando tu novio ¿No es así?- eso ultimo se lo susurro en su oído usando una especie de tonada provocativa y que fue descubierta sin dificultad por el pelinegro

-A... ¡¿Ah?!No…no ¡Como cree que…!-callo abruptamente y de nuevo escondió su cara súper roja- Cuando llego … él esta profundamente dormido…casi no lo veo…-apenas pudo esconder esa mirada de pura tristeza de su pálido rostro, le encantaba este trabajo pero se había reducido drásticamente los momentos a solas que podía pasar junto a su pareja la cual no se quejaba, entendía completamente que al tratarse de un trabajo y además el estar en diferentes universidades iba a complicarse el hecho de verse más seguido pero no por eso iba a renunciar a estar cerca de la persona que lo amaba. Una actitud muy determinada la de ese chico que le robó el corazón…y ahora extrañaba locamente.

Sin decir nada Hiroto pudo ver los puros sentimientos de su ayudante y sin duda lo conmovió, este acercándose al muchacho lo atrajo hacia el volvió a empezar con la rutina de asfixiamiento bueno…mejor dicho "abrazos "que el muchacho aun no se acostumbraba de todo a esos ataques repentinos que le brotaban a su jefe de vez en cuando y de forma tan sorpresiva.

-… ¡¿Y…Y AHORA?!-

-Cállate niño lindo que me robas el corazón todo el tiempo...ah…te diré algo… mañana te tomas la noche-

-¿En serio?... Do... ¡Domo arigatou!- esta vez correspondió cariñosamente el abrazo de Hiroto, se arrepintió de las cosas negativas que llegó a creer sobre su grandioso jefe y sin más que decirse este cruzó la puerta del bar muy animado y totalmente agradecido, sin duda daría mas de lo suyo en su próximo turno, dándose media vuelta mientras cruzaba la calle despoblada alzó la mano despidiéndose del que apenas volteó a despedirse con el gesto de una sola mano pues la otra luchaba con la cerradura de la puerta que se rehusaba a aceptar a la bendita llave de color plata, solo movió un poco la cabeza para divisar a lo lejos al muchacho que iba saltando descontroladamente de la alegría, quizás dio en el clavo y esa mañana no tenía clases , lo que significaba más tiempo libre para el pelinegro y su novio anónimo pero ese tema ya no le concernía , mejor se dedicaba al querido y bonito San Valentine que lo esperaba ansiadamente en su casa, junto con miles bolitas de papel y un lápiz cuya mina se estaba acabando de forma tan rápida que debería comprar más en la mañana.

Este tema de la ambientación ya le quitaba hasta el sueño pues al cerrar sus ojos solo veía molestos corazoncitos a su alrededor, gente vestida de grandes barras de chocolate y lo peor de todo es que su preciado amigo también aparecía en esos sueños, vestido de una forma tan ridícula pero que ciertamente no le quedaba mal, aparecía como el angelito que era, con sus pequeñas alitas blancas en la espalda y un gran corazón sobres sus cositas , como si fuera una especie de censura , ya estaba perdiendo la cabeza o ese sueño tenía un doble significado del cual no quería enterarse.

Por lo pronto debía tratar de cerrar la maldita puerta que le estaba dando bastante lucha , giraba la muñeca de un lado a otro pero seguía trabándose la llave, cansado de la misma historia llamaría a un cerrajero o lo que sea y le haría cambiar esta antigüedad de cerradura, es verdad…creo que el tiempo le marcó a esta cosa, ya se veía por fuera como la oxidación iba arruinando al metal, pero eso mañana …mañana, no este día de madrugada, sino MAÑANA, cuando todo el personal se toma un merecido descanso.

-¡Al fin! Ha ha ha… No puedes contra mi pedazo de metal...- sonríe victoriosamente mientras guardaba la llave en los bolsillos de su chaqueta y pegaba media vuelta para tomar el camino de regreso al apartamento, aun el cielo era oscuro y soplaba la deliciosa brisa de la madrugada, helada pero rejuvenecedora, no podía quejarse para nada, por lo bajo murmuro un gracias al vacío, sin saber para quien solo sentía las ganas de agradecer por tan agradable regalo, manteniendo los ojos cerrados este dejó envolverse un rato por la brisa, cuando ya tuvo suficiente dio un paso hacía la dirección correcta pero antes de seguir con su caminata repentinamente este fue impulsado contra la pared que aun pertenecía al bar, quiso actuar rápido y levantarse para correr, porque su cuerpo presentía peligro, todo su ser le decía que huyera pero aquel empujón había hecho que golpeara su cara con tal fuerza que ahora este se hallaba sumergido en un molesto e inoportuno mareo , apenas localizaba donde estaba la vía pública …y donde empezaba la calle para los autos los cuales para su mala suerte no transitaban a esas horas de la madrugaba, su cuerpo recostado contra la pared cobró fuerza suficiente para volverse recto y tratar de escapar pero otra vez esa increíble fuerza presionaba dolorosamente contra su espalda, había sido arrinconado de boca contra la fría pared y sus brazos fueron llevados en su contra por detrás de la espalda, la mano ajena que los torcía con total brusquedad no tenía intención de soltarlo, solo sujetaba sus muñecas impetuosamente ,era increíble como solo una mano bastaba para dejarlo así, tan débil y acorralado por completo, por supuesto trató obstinadamente de liberarse pero esa fuerza desconocida lo volvía a golpear más y más fuerte contra el duro sólido que rasguñaba la piel de su cara.

Quebrando su orgullo empezó a gritar para que alguien lo escuchase y pudiera sacarlo de esta situación pero una segunda mano se deslizó por su rostro y cubrió forzosamente su boca , era una mano grande….con dedos largos que se incrustaban en sus mejillas dejando la marca de sus uñas sin ningún problema.

Ahora…solo podía oír el jadeo de un animal justo al lado de su oído, sentir el aliento de aquella bestia que era grotescamente seco y caluroso, era una sensación desagradable, pero más asco fue lo que sentía rozar contra su parte trasera…

Se trataba claramente de un hombre, alguien más alto…más fuerte y superior que él y lo tenía atrapado, que hacer ahora…esto no podía estar pasándole, simplemente era una pesadilla de la que tenía que despertar como sea, pero eso era una dulce mentira pues el sueño comenzó a susurrar en su oído.

-Al fin… puedo tenerte, será mejor que no hagas ruido, eres demasiado valioso para usar esto… - sin más la mano que estrujaba sus muñecas fueron liberadas, oportunidad perfecta para escapar pero…el miedo lo paralizó cuando vio posarse contra la pared una mano que sostenía un pedazo de metal delgado y filoso… ¿De donde pudo sacar un cuchillo de cocina? ¿Lo llevaba consigo? Era algo obvio en realidad la finalidad del cuchillo, el tamaño era el ideal para ser guardado debajo de su manga o en cualquier parte de su cuerpo y nadie se daría cuenta, el filo indiscutiblemente era de lo más liso y afilado, perfecto para rebanar y cortar carne, el brillo de ese instrumento cortante atormentó su vista que simplemente toda voluntad de escapar fue desvanecida, como lo hacía el humo saliente de la mecha de una vela al soplarla.

Quedó mirando tanto tiempo aquel cuchillo agrisado que no se percató cuando este era arrastrado del brazo hasta el callejón donde se encontraba la parte trasera del bar, ese lugar era utilizado para arrojar la basura pero nunca creyó ese ser que serviría para algo peor que el desecho de botellas y comidas en mal estado.

Su cuerpo fue arrojado al montón de bolsas de residuos color negro, cayó boca abajo tragándose a montones el mal olor nauseabundo de esos desechos, quiso poder voltearse o siquiera alejarse de ese lugar podrido pero una mano sobre su nuca impuso fuerza sobre esta logrando estampar su cara contra la bolsa que comenzaba a desgarrarse por la presión que hacían sobre el plástico, si antes odiaba los males olores ahora se alejaría para siempre de la bolsas de basura, intentó remover su nariz de tal lugar pero la mano sobre su nuca seguía reteniéndolo, y para solo empeorar las cosas su espalda era aplastada por el zapato numero 40 del tipo.

Era tan aberrante esto ¡Porque él!… ¿Porque tenía que estar pasándole esto? Si…es una pregunta muy típica cuando algo malo te ocurre, cuando todo va de mal en peor y siempre reinaba la estupidez de esperar a que alguien nos conteste tal cuestión pero al final nadie lo hacia, solo contestaba el cruel silencio dándonos a entender que es así y solo así.

-No pienses en moverte porque sino bañare de rojo tu lisa y linda piel ¿Esta bien?

-Por…Porque… ¿Qué quieres de mi?...No tengo nada que darte…

-En eso te equivocas…Hiroto…- estaba soñando… ¿Verdad?... como rayos este desconocido sabía su nombre, eso significaba que lo conocía, preguntó estúpidamente quien era, pero como respuesta solo obtuvo la presión del pie de su atacante contra su espalda.

El hombre con capucha para tener asegurado la inmovilidad del pelianaranjado dejó presionado el lomo sin filo del cuchillo contra su cuello, no era la parte peligrosa de aquel arma pero no importaba para nada, seguía estando ahí con la posibilidad de que el maleante la diera vuelta y clavara su brillante metal dentro de su cuello.

¿Acaso iba arriesgar su vida de una forma tan estúpida? …era patético pero…solo podía quedarse quieto, aguantarse el terrible olor a alcohol mezclado con la putrefacta basura que causaba revolverle el estomago, ya que lo único que este hombre quería era su trasero…eso no se discutía con semejante bulto chocando contra la prenda de su pantalón, a estas alturas daba por perdido todo…solo esperaba que una vez que este obtuviera lo que quería se largara por donde vino y lo dejase en paz.

Manteniendo su cara contra el plástico residual dejaba que aquel hombre de identidad desconocida utilizara la delgada hoja de metal para partir en dos la tela de su camisa , en esas pequeñas cortadas pudo distinguir la punta del instrumento cortante rozar contra la piel de su espalda, se estremeció ligeramente por el frío agudo que podía provocar aquel arma, pero su estremecer no era de sorpresa, estaba lejos del placer, obviamente temía que este loco comenzara a hundirle esa cosa en su cuerpo, y el hecho de no poder verlo solo hacía crecer más y más la angustia … tenía a la vista el negro color del plástico y pedazos de comida a medio terminar que sobresalían de los agujeros hechos en el plástico, servilletas manchadas con una sustancia desconocida, y también oía por ahí pedazos de vidrio moverse en el interior de la bolsa que estampaba contra su abdomen , seguro era de los platos que los novatos rompieron al querer lavar.

Que peligroso… que…nauseabundo ¡No soportaba esto!

Sus rodillas que estaban apoyadas contra el suelo se removieron hacia atrás y sus manos libres solamente impusieron fuerza para alejar a su atormentada nariz de esa pestilencia, claro que al retroceder cometió un terrible error, pues aumento mas la presión entre aquel asqueroso bulto contra su trasero, si…lo estaba estimulando sin querer… ¿Podía ser mas idiota? ¿Alguien que le pudiese enterrar hasta el cuello? ¿Nadie? Bien.

Ante eso el desconocido solo demostró una retorcida sonrisa, sujetando su muñeca y afirmando su mano sobre ella jaló esta con la intención de voltearlo y dejarlo boca arriba, pero Hiroto estaba rehusándose, poniendo resistencia en su brazo, contrajo sus músculos y llevaba hacia su pecho su brazo, trataba de luchar, que este aflojara el agarre de su muñeca y así poder ser liberado pero…no contaba con la fuerza sobrenatural de aquel sujeto, fácilmente su brazo fue llevado en su contra y luego redirigido potentemente contra la superficie del suelo, haciendo que este gritara ante la repentina y forzosa acción sobre su brazo izquierdo, el dolor fue tan inaguantable que ni siquiera podía moverlo, solo veía como aquella extremidad se quedaba pegada al suelo frío e inmóvil , y aunque quisiera hacerlo, una punzada interna se lo prohibía, ¿Que podría ser?...una distinción o un esguince…sea lo que sea, dolía de forma tortuosa y esta bestia se lo provocó en un solo movimiento…no era un hombre, no podía tratarse de un ser humano.

Su cuerpo que residía sobre el suelo ahora fue impulsado nuevamente sobre el montón de bolsas negras rotas y desbordantes de basura, justo cuando había aliviado su nariz de tal asquerosidad volvía a ser tirado sobre esa inmundicia como si fuera un juguete usado y roto.

La bestia se lanzó sobre el que residía en la basura, y tirando de los pedazos de tela roja logró descubrir casi por completo el pecho de su presa que ahora solo podía mantener los ojos cerrados y cubrir lo que podía de su débil cuerpo con su brazo sano, si no fuera por aquel arma cortante ya se hubiera arriesgado a darle una buena patada en sus bajos pero… aquellas manos grandes lo sometían tan salvajemente que no podía responder, y el brillo de esos ojos debajo de la tela le hacían sentir que estaba en frente de la muerte misma.

El hombre en cambio disfrutaba esto, solo babeaba el pedazo de manjar que temblaba en frente de él, por poco y podía mantener sus fluidos dentro de su cuerpo que temblaba de pura emoción, y soltando la cuchilla ahora a sus pies este utilizó ambas manos para agarrar los flacos y enclenques brazos para sumergirlos contra el sólido inestable de las bolsas que yacían debajo de Hiroto, quien aun seguía con la vista perdida, su boca dejó oír un quejido desgarrante ocasionado por el movimiento de su brazo sensible y que fue arruinado de un solo tirón, quizás este lo dislocó, el daño ocasionado le era inimaginable, jamás tuvo la mala suerte de fracturarse a un hueso, por lo tanto estas sensaciones intensas dentro de su cuerpo eran un total fenómeno para él.

Miraba a cualquier lado, solo quería irse a otro lugar, hacer que esto pasara rápido…que ya se acabase este… ¿Castigo? Un castigo…

¿Porque?... el hasta ahora lo única que hacía era mantenerse lejos de sentimientos lastimeros y complicados…solo por eso… ¿Iba a ser tratado como una muñeca?

No pasó mucho tiempo para que la barrera que creó en su mente como un refugio se rompiera por la dolorosa sensación en su espalda, este salvaje dejó caer todo su peso sobre este, haciendo que su espalda rompiera la bolsa residual y de esta salieran los pedacitos de vidrio escondidos dentro de ese contenedor de basura, de una forma…sentía que esto era hecho a propósito -Pa...Para ¡me duele!..¡AH!...- pero el gritar a estas alturas a ese ser enloquecido era inútil, y solo parecía empeorar, pues este hizo más presión contra el débil ser de aquel muchacho que luchaba con semejante potencia pero solo hacía que se hundiera más…y más contra los desechos que seguro infectarían las heridas que estaba causando el vidrio roto en su piel lastimada

- Eres tan lindo…-dijo el abusador que ahora se dedicaba a morder y destrozar su oído, clavar sus dientes profundamente hasta el punto de crear una abertura en su piel de donde salía un camino de sangre que solo seguía el recorrido desde la hélice hasta quedar acumulado en el lóbulo de la oreja, y eso no acabaría ahí… por su puesto que no, los dedos que paralizaban sus brazos se movían entusiasmados sobre su piel, dejando en ella marcas rojas e hinchadas , ardían y ardían más pues no dejaba de arañar sus brazos sobre la misma zona.

Era una combinación de dolor, el de sus músculos desgarrados más las finas cortadas en ambos brazos hechas por las filosas uñas del de ojos salvajes.

¿Aun faltaban tanto para que terminara esto? Se había hecho la idea de soportar…creyó que podía resistir…pero…estaba demasiado desesperado cuando se creyó eso…

Que pare, solo pensaba en como detenerlo, se equivocó, no soportaría otra cosa, en otras palabras estaba destrozando su piel, lo torturaba con su propia mano y fuerza de animal…porque percibía tanto…tanto odio, a este tipo ¿Si quiera lo conocía?…Quien era.

-¡De...Déjame! ¡Bastardo!- sin saber como, este logró liberar una de sus piernas atrapados por las de su atacante y con la fuerza que podía brindarle su cuerpo este llevó su rodilla contra el abdomen de aquel desgraciado con la intención alejarlo de su persona , pero lo único que provocó fue una burlona risa que ofendía las acciones inservibles del pelianaranjado, ni siquiera lo movió un poco, no logró nada… era claro que la inútil fuerza de Hiroto no se comparaba con la de esta bestia que aprovechó esa postura para sus maliciosas e indecentes intenciones.

Lo único que tuvo que hacer fue sostener su pierna con una mano para acomodarla sobre su hombro, así este hombre manteniendo su mano sobre su rodilla y otra sobre su muslo no dudo en llevar nuevamente su peso contra el cuerpo de Hiroto provocando que surgieran de él una hermosa y desgarradora suplica que deleitaban sus oídos perforados, veía claro el sufrimiento del muchacho, esto provocaba más a su miembro escondido bajo su pantalón y eso que había hecho tan poco hasta ahora, quería lograr más cosas, ver más lagrimas y sangre, pero todo a su tiempo, desviaba de vez en cuando la mirada hacia el metal reposado en el suelo, las ansias de usarlo hacía que este se olvidara de todo, incluso el hecho de estar clavando sus uñas sobra la pierna mal estirada.

La tensión entre los músculos de su pierna estaba sobrepasándose, siendo honesto no era una persona flexible…y ahí estaban las dolorosas consecuencias de ello, el hombre con sudadera hacía cada vez más y más presión para estirar completamente su pierna, sobrepasaba los limites y lo hacía hasta tal punto que un terrible ardor recorría toda su pierna, si seguía así... seguro desgarraría o lesionaría algún ligamento, y no hay que mencionar el tormento doloroso que sería la situación si eso ocurría-Por…favor…basta…solo…acaba…- dejó oír el quiebre en su voz ronca y frustrada, estaba cansado de implorar piedad y que su cuerpo estuviese sufriendo heridas no solamente físicas… esto le estaba llegando al orgullo que poco a poco se despedazaba dentro suyo, quizás eso le causaba placer a ese estúpido, el denigrarlo como un animal indefenso y sin la ayuda de nadie, de repente se le venía a la mente ideas algo descarriladas, por un momento llegó a pensar en Kai… ¿Y si este hubiera ido tras él joven ? No… por dios no, era mejor dejar que esto le pasará a él y no a ese chico que seguía siendo un niño, sin duda lo rompería en pedazos, en cambio él… aunque no lo pareciera…era fuerte, y sobrellevaría esta situación, solo debía aguantar…aguantar hasta el final…y rezar para tener la suficiente voluntad de llegar al día siguiente como el mismo Hiroto que todos conocen.

-¿Te dejas ahora?...Ciertamente no es tan divertido de esta forma…Vamos serás mi puta. Deberías estar más animado – dejando libre su pierna esta quedó desplomada sobre el suelo, la victima solo desvió la mirada y se dedicó a concentrarse más en el ardor de su espalda…los vidrios atravesaron una de las capas superiores de la piel, o eso esperaba el que recibía aquellos pedazos filosos que estaban haciendo surgir manchas rojas en su espalda, pero prefería aquel dolor comparado con el que estaba a punto de empezar.

Sus pantalones y su boxer fueron bajados hasta las rodillas y las piernas del pelianaranjado, juntas y comprimidas por el brazo de su atacante alrededor de estas, las levantó para que cobraban la suficiente altura y dejar ver lo que ansiaba aquel demente y perturbado hombre que de la nada tomó el cuchillo entre sus manos, esa acción simplemente congeló al hombre quien volvió a removerse del lugar haciendo que los pedazos de vidrios rasgaran más de su piel ahora infectada por basura.

-Pe… ¡Pero que harás loco!... haré lo que quieras... ¡Suelta eso!...-

-He…he he…es solo un juego…tranquilo no te las cortare si eso te preocupa… ¿Qué tal si te marco las piernas cada vez que llores al embestirte?-

-No….no por favor…-sus orbes grises destellaron más que nunca, la impotencia de no poder hacer nada era tan frustrante que simplemente le dio ganas de llorar, sus manos temblorosas intentaron de cubrir aquella parte enrojecida que quería ser perforada pero estas fueron movidas por el asqueroso hombre que usaba su mano libre para apretar sus dedos con fuerza y torcerlos hasta dejarlos rígidos.

Nada al parecer lo iba a detener, y menos cuando sentía una superficie áspera rozar contra su ano cerrado y rebelde, oponiéndose al objeto que intentaba entrar, no era el miembro de ese hombre, se sentía diferente, elevó un poco la cabeza para darse cuenta que este aun mantenía su paquete encerrado en su pantalón, entonces… ¡¿Qué mierda estaba rozando y golpeando ahí abajo?

- Ah …vamos quiero ver como imploras que te la meta...- la sombría mirada de lujuria y locura se reflejaban en esa larga sonrisa que hacía relucir sus torcidos y amarillentos dientes de los cuales se escapan hilos de saliva que paraban sobre sus piernas pegadas contra su rostro, lascivamente saboreaba el aroma de su piel mientras seguía imponiendo la espiga del cuchillo sobre su entrada, este maniático quería penetrar su ano con la punta del mango, hacer entrar el pedazo de madera a su interior y lo estaba logrando, empujó insistentemente hasta meter la espiga de forma seca y costosa pero eso era lo divertido, que el pequeño interior de su preciado tesoro retuviera duramente aquel objeto hasta el punto de mover sus caderas desesperadamente para sacarlo afuera, "lástima" que su mano mantenía con firmeza aquel objeto que de a poco iba metiéndose más a fondo-¡AH! N...NO ¡NO! ¡PA…PARÉ!... ¡aaahg!-su brazo izquierdo reposaba sobre su abdomen pero el derecho trataba de alcanzar inútilmente al estúpido, quería…estrangularlo, alejarlo sin embargo… solo logró que esta bestia comenzara a embestirlo una y otra vez con el pedazo de madera gruesa y astillosa dentro suyo, la sensación de ser llenado con algo tan…espeluznante como un cuchillo, si que deseaba morir.

Dolor…y solo más dolor, era la única sensación en esa pesadilla tan real,

cansado este solo miró al cielo y dejó escapar sollozos afligidos acompañados por las lagrimas que aún se deslizaban por sus mejillas, quería morirse…ser olvidado o desaparecer para que hombres como estos no lo volvieran a tratar de esta forma tan horripilante, pero quien cumpliría sus deseos, solo la muerte misma podría hacer realidad aquella oscura esperanza de evaporarse y mezclarse con la suave brisa que ahora soplaba dulcemente sobre su rostro, un alivio…por un segundo…este olvido cualquier pesar, cerrando sus ojos esperaba lo peor pero algo más fuerte que la brisa atravesó sus oídos haciendo que este despertara de su pequeño trance.

-¿Oye… que crees que haces? – dijo una voz a lo lejos que solamente se dedicaba a ver la escena con tranquilidad- ¿Acaso debo avisar a aquellos oficiales lo que esta pasando aquí?- el hombre desconocido no parecía molesto por la interrupción , solo dibujó una sonrisa algo perturbadora la cual fue vista por Hiroto quien solo observaba perdidamente a esa muestra extraña de maldad, cuando vio que se acercaba peligrosamente a su cara , cerró nuevamente sus ojos y las manos causantes de sus heridas se posaron sobre su vientre desnudo, la ultima sensación fue una lamida sobre su oído sangrante seguido de unas susurrantes palabras cerca de su boca seca y tiesa , luego todo era silenciado por la aliviante sensación de libertad., aquel abusador salió corriendo chocando con en el hombro al que recibiría el nombre de su salvador.

Ese hombre al cual no vio claramente los rasgos de su cara desapareció del lugar como la rata asquerosa y escurridiza que era… dejando peligrosamente el arma de su tortura entre sus piernas que lentamente se fue deslizando de su interior hasta caer en el suelo donde se veían caer pequeñas gotas de sangre, claro que el que aun estaba tirado sobre las bolsas solamente juntaba las fuerzas para mover su cuerpo rígido y completamente derrotado.

Lentamente recuperó su postura y dolorosamente trató de acomodar sus prendas inferiores, su espalda…la sentía destrozada, podía oír el ruido que hacían los vidrios coloridos de rojo que se desprendían de su piel y caían al suelo, no quería verla y tampoco los rasguños que ese dejó en su brazo, simplemente esto fue lo más aberrante, humillante que le ha pasado hasta hoy, sus piernas ahora cubiertas por sus pantalones hacían el esfuerzo de pararse pero aun seguían entumecidas, como si ese loco aun las estuviera sosteniendo entre sus brazos y no lo dejara parar.

¿Realmente estaba por cortar su piel? Si solo quería sexo lo hubiera tomado desde el principio, pero era claro que su intención era otra cosa, esa espera inaguantable fue una tortura y ahora estaba acabado física y mentalmente-Mnh…gh…- si no fuera por la vergüenza levantaría el rostro para agradecer a la persona que "espanto"a su abusador, pero se quedó ahí de rodillas cubriendo su torso desnudo, el cual al querer cubrirlo finalmente se percató que su camisa había sido desbaratada, empezó el frío que helaba aunque este lo recibía muy bien por sus heridas.

Se alarmó cuando escuchó pasos acercarse hacía él, inconcientemente este retrocedió con la voz atorada en la garganta, sin poder gritar solo le quedaba defenderse con lo primero que hallara en la basura, vio el cuchillo al alcance de su mano y por su puesto no dudaría en usarlo, agarro el mango ensangrentado y lo levantó del suelo esperando a que se acercara cualquiera que se atreviese a dañarse de nuevo, el arma en sus manos temblaba pero se debía usarlo lo haría.

Ante la defensiva los pasos se detuvieron a cierta distancia, frente al hombre de ojos grises notó el arma pulsante pero no se inmutó, lo que hizo aquel sujeto fue extender lo que parecía un abrigo negro, muy…parecido al suyo - Tranquilo…esto es tuyo ¿Verdad? Quizás deba llamar una….Espera…no es posible ¿Eres tú?...- ¿Como?...esa pregunta hizo que levantara su rostro y se asombrara por la persona delante él.

Imposible, que cruel broma del destino, tener que mandar a esta persona a sacarlo de tal aprieto…no sabía se agradecer o reprochar al de allá arriba por tal gesto pero no importaba…solo tomó el abrigo colocándoselo y con la ayuda de aquel buen hombre este se pudo parar correctamente.

Ahora quedaba volver a casa…pero ¿Qué hacer?...esta situación era muy extraña.

Dejó caer el cuchillo y junto con el sus rodillas que ya no soportaban el peso de su propio cuerpo.