Bueno mi hermana y yo decidimos hacer este fic y ojalá les guste, Es nuestro primer fic y pues somos novatas en esto así que sin más que decir les dejo el fic. El primer cap es de mi hermana, yo me encargaré del siguiente :B
Desclaimer:los personaje de South Park no nos pertenecen , le pertenecen a sus respectivos autores, bla bla
1
En el autobús.
—Pórtate bien, amorcito —dijo Lianne Cartman a su hijo, tratando de darle un beso en la mejilla, algo en lo que, por supuesto, falló.
—Te veo luego, mamá —dijo Eric, apartándose y dándole la espalda para irse con el grupo de niños que se amontonaban frente el autobús.
La señora Cartman no pudo evitar sentir un pinchazo de nostalgia, estaba perdiendo a su hijo. Y lo sabía. Claro, ya no era un niño de ocho años al que podía contentar fácilmente con comida y hacer que la acompañara a todos lados. Ahora tenía quince y cada vez se apartaba más. Era su único amigo, y lo perdía.
—¡Hagan una fila ordenada frente al autobús! —gritó el señor Mackey a los alumnos de tercero de secundaria—, Sin empujar, ¿mmmkay?
—Adios papá —dijo Butters, dándole un abrazo a su padre. Tenía una mochila rosa colgada del hombro; a pesar del tiempo, Butters se veía igual de inocente e infantil como siempre. Ni siquiera había crecido mucho en estatura, le llegaba a Cartman a los hombros.
—No desobedezcas al señor Garrison en nada, ¿Me oíste, Butters? —dijo el señor Stotch— o tu mamá y yo lo sabremos y haremos que te castiguen.
—S-sí, señor —dijo Butters, frotándose los nudillos de las manos, una maña que se le había hecho más común con el tiempo.
—Ya están subiendo, ten cuidado y haz caso de todo lo que te digan, no salgas solo y no te olvides de ponerte bien el repelente—dijo la señora besando a su hijo en la frente— Nos vemos en dos semanas.
—Sí, mamá —el chico se dio la vuelta y corrió hacia el camión, donde ya se habían subido todos.
«¿Cómo sabrán si me porto mal? ¿El señor Garrison les avisará por teléfono? Tengo que estar con cuidado…»
Cuando Butters entró, la mayoría de los asientos estaban ocupados, pero el autobús debía estar lleno, eso quería decir que después de todo no había sido el último en subir.
Caminó por el pasillo pensando dónde sentarse cuando vio, casi al fondo, a un chico con una gorra azul cielo y un pompón amarillo, y su rostro se iluminó súbitamente.
—¡Eric! —gritó, y corrió hacia él que podía decirse, había sido y sería su único amigo—. ¿Puedo sentarme contigo?
—No lo sé, déjame pensarlo… —dijo Eric, quien en realidad había estado esperando al rubio—, ¿Qué traes de comer?
Butters puso su mochila en el asiento y comenzó a buscar dentro de ella.
—Mmmm, galletas con chispas de chocolate, un sándwich, un paquete de Cheesy Poffs y…
—Suficiente, puedes tener el honor de sentarte conmigo, Butters.
—Que bien —dijo Butters sonriendo, se sentó y después de una pausa añadió—: Nos vamos a divertir mucho, Eric. Después de este viaje es la graduación y y-yo… me gustaría… —el chico se sonrojó sin motivo aparente, no miraba a Eric sino al asiento de el frente, y esperaba que éste no notara su repentino nerviosismo—, p-pasar mucho… tiem-tiempo juntos… porque luego iremos a la preparatoria y no sé si tu… te quiero mucho, E-eric.
Pero Eric no respondió, Butters levantó la vista y vio que su único amigo miraba por la ventanilla, tal vez ni siquiera lo había escuchado, y eso lo hizo sonrojarse aún más. Y sentirse de alguna forma humillado, tuvo que darse una patada mental por eso.
Pensó en preguntarle algo para ver si lo había escuchando, pero las palabras se atoraron en su garganta, y en vez de eso se recargó en el asiento y miró al frente, sería mejor olvidar esto.
Eric no dijo ni una palabra en un rato, algo bastante raro en él.
Luego de un par de minutos llegaron Stan y Wendy tomados de las manos, y se sentaron tras de ellos. Eran la típica pareja que rompía y volvía. Ni siquiera tenía sentido cortar con Wendy, pensaba Stan, porque siempre volvería con ella. Probablemente terminarían casados y con un matrimonio "perfecto". Estaban apenas en secundaria pero los dos sabían que era lo que se esperaba de ellos.
Inmediatamente tras de esos dos llegó la segunda pareja "perfecta": Kyle y Bebe. Ambos reían y se sentaron en los asientos al otro lado del pasillo de Stan y Wendy. Kyle le susurró algo al oído a Bebe y ella comenzó a reír como una loca.
—¡Ya basta, Kyle!
—Pero sabes que es cierto.
Más risas.
El último en llegar fue Damien.
—Trate de ser más puntual mmmkay? Porque ser impuntual es malo, mmmkay?
El chico vestido completamente de negro apenas lo escuchó, y caminó entre las filas buscando donde sentarse. Pronto encontró un asiento vacío, y sonrió satisfecho.
—Hey Pip, ¿Puedo sentarme aquí verdad? —dijo, y se sentó sin esperar respuesta, no es que tuviera opción de todos modos, era el único asiento vacío. El había confiado en que así sería.
—Buenos días, Damien —dijo Pip en apenas un murmullo.
Damien le intimidaba, y le agradaba al mismo tiempo. Era sentimientos contradictorios. En parte porque el chico era el Anticristo, tenía poderes satánicos y a los ocho años lo había convertido en fuegos artificiales (eso no se olvida con facilidad…). Pero al mismo tiempo, era el único de la clase que lo trataba como una persona, Pip a veces pensaba que la amabilidad de Damien hacia él era porque estaba arrepentido de lo que le había hecho. ¿El Anticristo arrepentido? Todo era muy confuso. Y además si estaba tan "arrepentido"... ¿no hubiera sido más fácil sólo disculparse? Oh, ¿El Anticristo disculpándose? Más raro todavía.
—Bueno, ya estamos todos —dijo la directora Victoria, de pie frente a todos—. Llegaremos al campamento en unas cuatro horas si todo sale bien y haremos varias paradas. Disfruten el viaje.
Llevaban ya tres horas de camino, y el autobús era un caos total. El señor Mackey, la directora Victoria y el señor Garrison trataban de mantener el orden, pero era en vano. Había migajas y envolturas de comida por todo el piso, olía a jugo de naranja porque Kevin había derramado en el piso, y se había hecho pegajoso. Los chicos se pasaban de un lado a otro y aventaban botellas vacías y gritaban. El chofer llevaba unos audífonos para distraerse pero el escándalo era demasiado.
—Tal vez deberíamos ponerles una película —dijo la directora Victoria, cuando la mitad de un sándwich aterrizó en su regazo.
—Estos son unos demonios, lo que deberíamos hacer sería atarlos a sus asientos y amordazarlos —dijo el señor Garrison volteando los ojos en gesto despectivo.
—Creo que traje algunas películas, mmkay?
—¿Cuáles?
—la de Spinky el canguro saltarín…
—¿Está usted loco? —dijo el señor Garrison— Si les ponemos eso los enfureceremos y nos comerán vivos, estos hijos de puta son capaces de todo.
—Esta vez estoy de acuerdo contigo, Garrison —dijo la directora Victoria —¿No hay algo más?
—Voy a ver, mmmkay?
—¿Usted no trae algo, señor Garrison?
—Pues a menos que quiera ponerles un dvd a los chicos de varios hombres follando entre ellos…
—¡Señor Garrison! —dijeron Mackey y la directora Victoria al mismo tiempo.
—Usted preguntó…
—Sí, y no lo vuelvo a hacer— ¬¬
—Traigo la nueva de Harry Potter… —dijo Mackey—, pero es pirata, mmmkay?
—No importa, no importa —dijo Victoria—, con tal de que estas bestias se calmen.
Y así el tercer grado de la secundaria de South Park terminó en un camión con destino a un campamento en medio de la noche (habían salido a las 6 de las tarde) por entre carreteras vacías y viendo la última película de Harry Potter de forma ilegal.
—¡Harry es tan sexy! —dijo Red a Heidi en medio de una risita.
—Yo creo que los gemelos son los mejores 3!
—Esta película es estúpida— susurró Cartman.
—Yo creo que ser un mago debe ser divertido —dijo Butters, sonriendo.
—Ser un mago debe ser marica.
—Pues cuando jug-gabamos a El Señor de los Anillos, tú eras un m-mago.
—¡Cállate butters!
De pronto se escuchó una leve explosión y todos dieron grititos de susto. Pip se agarró al brazo de Damien sin darse cuenta, al igual que Tweek al de Craig.
—GAAAHH —gritó el rubio, aferrándose a su amigo— ¡Jesús! ¡Nos han atacado! ¡Quieren matarnos! ¡MATARNOS!
—No pasa nada, Tweek —susurró Craig, tratando de calmarlo.
—¡¿Pero qué carajo pasó?! —gritó Cartman.
—No se preocupen chicos, ustedes sigan viendo la película mientras el chofer sale a checar el motor, mmmkay? Todo va a salir bien.
Justo entonces se apagaron todas las luces y las pantallas, y hubo varias exclamaciones generales estilo "Mierda!", "Oh Dios mío!" o simplemente "Gaaaah!"
—Parece que se nos acabó la batería, pero todo estará bien, mmmkay? Estense en sus asientos.
Fue entonces cuando Pip se dio cuenta de que no había soltado el brazo de Damien y seguía aferrándolo con fuerza, sintió que su rostro comenzaba a arder, por lo menos estaba tan oscuro que nadie notaría su sonrojo. Lo soltó y se recargó en la ventanilla, su corazón latía demasiado rápido y se asomó. Afuera las estrellas brillaban con fuerza, no se veía nada más que bosque en muchos kilómetros a la redonda, era un bonito paisaje. Pero tenía miedo, allá afuera podía haber cualquier cosa tras el primer arbusto.
—Está bien, Pip —dijo la voz de Damien tan cerca de su oído que se sobresaltó.
—¿Qué cosa? —dijo, tratando de no sonar nervioso.
—No va a pasar nada, así que no tengas miedo, puedes intentar dormir un poco —por algún motivo, Pip se estremeció al escucharlo hablar tan cerca de nuevo.
—No tengo sueño, pero gracias.
Damien intentó decir algo más, pero no se le ocurrió qué, así que volvió a su posición normal. Hubiera querido abrazarlo, pero no se atrevió. En vez trató de ignorar esos pensamientos raros en su mente y esperar que arreglaran el autobús.
Stan sacó un PSP y la luz de su pantalla era la única aparte de la de las estrellas.
—¿Craig?
—…
—¡Oh Jesús!
—¿Qué ocurre, Tweek?
—No puedo dormir aquí, tengo miedo…
Craig le tomó la mano y la apretó.
—No deberías, estoy contigo.
—Cállense, algunos queremos dormir! —gritó Cartman, que en realidad no tenía sueño, y estaba muy aburrido ahí sentado sin hacer nada.
Craig le levantó el dedo de en medio a Cartman desde su asiento más adelante.
—¡Hijo de puta, ¿Quién te crees para…?!
—¡Ya cállate culón, me despertaste! —gritó Kyle, que tampoco había estado dormido.
—¡Cállense todos! —gritó Clyde.
—¡Hijos de puta!
—¡Dejen dormir!
—¡Váyanse al carajo!
—¡Tengo hambre!
—¡GAAH!
—¡Cállense todos o el Sr. Sombrero les hará algo muy malo! —gritó el señor Garrison poniéndose de pie—, ¡No vamos a aguantarlos, así que se callan o su culo pagará por eso, hijos de puta!
Silencio. De nuevo.
Habían hablado por teléfono pidiendo ayuda, y llegaría al amanecer. Por el momento debían pasar la noche dentro del autobús.
Bebe se recargó en el hombro de Kyle y trató de dormir, pero era imposible. El hecho de estar ahí, no se sentía seguro.
Cartman agarró la mochila de Butters sin pedirle permiso y sacó el paquete de galletas.
—Eric…
—¿uh?
—Nada…
El tiempo fue pasando lentamente, y poco a poco algunos fueron quedándose dormidos, el primero en caer fue Clyde. Se suponía que los maestros y el chófer harían guardia pero pronto se quedaron dormidos también.
En un par de horas, el autobús se sumió en el silencio absoluto, interrumpido solamente por las lentas respiraciones de los chicos al dormir y uno que otro ronquido.
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Bueno eso fue todo, si les gusto por favor dejen su opinión y si no también –saca pistola- deja review o muere *inserte música de rap* (?), harán a varias personas felices. Amm la película del canguro si existe D;!
Y se aceptan ideas para el título lol
