Eran las siete de la noche. No me sentía bien porque estaba lloviendo y a mí no me gustaba la lluvia. Mi novio estaba conmigo porque mis viejos se fueron al casamiento de un amigo del trabajo de mi vieja y les rogué que dejaran que invite a Naruto (mi novio). Accedieron y me dejaron dormir en su cama.
No vimos televisión ni nada, estuvimos horas en la cama charlando y uno que otro beso.
¿no crees que ya es hora de irnos a dormir? - le dije a Naruto.
Sí tú quieres. Yo encenderé un rato la televisión.
OK, no hay problema. Tengo mucho sueño.
Me tapé los hombros con las sábanas y las colchas y a los pocos segundos me quedé tan dormida que ni un tren pasando a mi lado me despertaría, pero en un momento de la noche, Naruto se había levantado y me había destapado. Igualmente estaba muy dormida, pero no lo suficiente como para no ver las mantas y volverme a tapar. Vi la luz del baño encendida. El nabo me destapó tanto solo para ir al baño que estaba dentro de la habitación, a pocos metros de la cama. Volví a cerrar los ojos. Escuché sus pasos yendo hacia la cama.
Naruto… dame un beso – le dije con los ojos cerrados.
Sentí como se subió a la cama y me besó delicadamente los labios. Le puse una sonrisa y me volví a dormir al instante.
No sé cuánto tiempo pasó hasta que me volví a despertar porque oí un ruido; un goteo. Era muy fuerte… como si estuviera cayendo en un lugar vacío y solo agua. Me levanté para ver que era. Naruto no estaba a mi lado… debía ser él que había dejado algún grifo abierto, a demás de la televisión que seguía encendida. En el baño solo estaba la luz más pequeña encendida. Fui hasta ahí. Cuando entré pegué el grito más fuerte de mi vida. Estaba Naruto tirado en el suelo; muerto, todo ensangretado. El ruido del goteo era de la sangre que caía dentro de la bañera por la mano que había quedado colgando del borde. Retrocedí lentamente y caí sobre la alfombra. Por impulso vi la televisión y ésta decía en un subtítulo "a las cuatro de la madrugada un psicópata escapó del hospital psiquiátrico". Fui nuevamente al baño y sin pretenderlo miré al espejo. Con sangre estaba escrito "los locos también besamos"
