Resumen: AU. Hubo un día en que los demonios, los ángeles y los humanos convivían en el mundo con un delicado equilibrio pero, cuando un "ángel" se apoderó del trono de los demonios el equilibrio se rompió para siempre.

Los personajes pertenecen a Yana Toboso pero ya que me encantan he querido meterlos en este enredo:

Hubo un día en que los demonios, los ángeles y los humanos convivían en el mundo con un delicado equilibrio.

En ese tiempo el reino humano era un lugar de tierra fértil donde los hombres se complicaban la vida jugando al orden social y al desarrollo tecnológico, y los hijos de los hombres reían y lloraban por diferentes caprichos mientras encontraban la manera de sentirse incomprendidos en ese "orden" de clases sociales creado por sus mayores.

Más allá de las fronteras del reino humano dos reinos más se extendían: uno de ellos era el reino de los ángeles, que eran criaturas celestiales, luminosas y dadoras de inspiración que buscaban por sobre todo la paz y la prosperidad. El reino de los demonios por otro lado era un gran infierno de parajes surrealistas distribuidos en siete territorios de igual tamaño pero de muy diferentes características topográficas.

En el reino humano – que era el más grande de todos – habían muchos pueblos desunidos que luchaban entre ellos y eran guiados por líderes efímeros y mortales cuyos nombres rara vez se escuchaban por espacio de un siglo antes de comenzar a caer en el desuso. Sin embargo, entre los humanos había ciertos seres especiales; seres poderosos que recibían la denominación de hechiceros y que tenían una relación tan estrecha y especia con la naturaleza que eran capaces de manipular la energía de esta para resolver sus propias necesidades y antojos.

Los demonios… los demonios fueron siempre temidos pos los humanos debido a que su dieta se componía principalmente de almas humanas, y aunque era bien sabido la población de demonios se componía de unos cuantos cientos de individuos – en contraste a la población humana de varios cientos de miles – su presencia era temida y rechazada en todas las medidas posibles.

Los ángeles por su parte eran seres más parecidos a los demonios que a los humanos, pero aún así opuestos a los hijos del infierno de todas las maneras imaginables.

Hubo un día en que los demonios, los ángeles y los humanos convivían en el mundo con un delicado equilibrio.

En ese tiempo los humanos eran gobernados por seres efímeros, los ángeles obedecían a un solo, poderoso e incomparable ser supremo y los demonios por su parte tenían una organización compleja en que los príncipes de cada uno de los siete territorios se turnaban para gobernar sobre toda su gente… pero ese tiempo quedó atrás hace casi trescientos años.

Cuenta la historia que su nombre era "Ash" y que debió sus acciones a una malsana obsesión de su alma pero, por lo que sea, a diferencia de otros ángeles Ash al contemplar al mundo humano no veía en las personas chispas de bondad y oportunidades de crecimiento, sino más bien veía sólo lo ruin, lo sucio, lo vil y lo impuro que era el corazón de la humanidad. Así, cuando el ser supremo encomendó a los ángeles que buscaran entre los humanos a los más inocentes y desvalidos y los guiaran y protegiesen, Ash decidió buscar a los culpables y comenzar a castigarlos.

Sí, ese ángel obsesionado con la eliminación de lo impuro fue desterrado del reino de los ángeles por lo que decidió refugiarse en el mismísimo reino de los demonios, donde el rey demonio le brindó cobijo y resguardo, y lo recibió con los mayores honores.

Y sin embargo, también al rey demonio Ash intentó convencerlo de que era necesario limpiar las impurezas del mundo humano. Cuando el rey demonio se negó entonces Ash lizo lo impensable y asesinó al rey demonio robando su trono y su poder, utilizándolos para atacar a la humanidad en la más cruda y despiadada que se pueda imaginar.

Ese fue el día, en que la verdadera guerra entre humanos y demonios comenzó.