Tenía muchas ganas de dedicarle un espacio a ellos dos :c Hay tantos HC e ideas que se me vienen con sus aventuras. Esto es más que comedia, no tiene otra intención que no sea reír y que amen tanto esta BROTP como yo lo hago.

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen.

Advertencia: Comedia y muchos HC sin sentido. Las advertencias serán conforme a los drabbles.


Mañana arruinada.

By KellenHakuen

El humo de la taza caliente danzó por el aire, terminando por moverse con sosiego dentro de la casa en un camino de la cocina hasta caer despacio sobre el mueble, depositó el postre sobre la mesa y al hundirse en los brazos de la tela del sillón optó por disfrutarlo un rato más.

El silencio y la calma comenzaron por agradarle, invitándola a cerrar los ojos.

Era agradable, lo suficiente como para querer dormir pero no era perfecto, y sus dos hermanos se encargarían de hacérselo saber. En una mañana llena de armonía, un par de balazos y unos toques a su puerta se la arruinaron.

—¡The mother abre!

—¡Rápido es una emergencia, hermana!

Escuchar los gritos desesperados y los bruscos toques contra su umbral la hicieron levantarse más rápido de lo que pensó, tiró la taza, preocupada de que estuvieran en medio de un ataque, y al abrir la puerta, dos escurridizos individuos (quienes venían aterrados) entraron refugiándose con las manos.

—¡Ciérrala! ¡Ciérrala! —gritó Lawless una vez adentro y seguro. El albino a su lado asintió, azotando la puerta.

¿Qué pasó? ¿Tsubaki los estaba atacando otra vez? Pero su pregunta fue respondida por el rugir de un balazo que atravesó la madera, The mother estaba más que sorprendida.

—¡Ahora si lo arruinaste, Wor-kun! ¡Está más que enojado! —bramó descontrolado a su compinche.

—¡No es mi culpa que el hermano envidia sea tan sensible!

Oh.

—Wor End, Lawless —la madre los llamó con el ceño fruncido, éstos voltearon y parecieron nerviosos, más al escuchar otro balazo que se estampó contra la pared. Jeje estaba MUY molesto —, ¿pero qué hicieron esta vez?

Preguntó, ya que no era extraño que por sus desventuras o retos los dos terminaran envueltos en problemas inevitables. Pero ahora, quería saber a qué extremos lo llevaron para provocar la ira de su hermano.

—¡Nada! —comenzó Gula, tratando de apegarse lo más posible a la pared y agachando la cabeza cuándo se escuchó la bala atravesando la puerta. —¡Doubt Doubt nos odia!

—¿Y por qué piensan eso?

—Seguramente nos odia porqué nos tiene envidia.

—JA, JA, JA ¡QUÉ BUEN CHISTE!

The mother solía ser arbitral en este tipo de situaciones, pero cuándo se trataba de esos dos siempre se inclinaba por el tímido envidia, quién, ya era blanco de las bromas pesadas de ambos.

—¡Esta vez no hicimos nada! ¡Sólo estábamos hablando!

Volvió a rogar Lawless, al menos la barrera los cubría de la furia del azabache. The mother seguía tácita y sin mover un solo dedo, World end sabía que si seguían así el moreno no tardaría en atraparlos.

—¡Sálvanos!

Comenzó, con un tono de súplica. Hyde comenzó a entender el mensaje e imitando un tono igual al de él, también añadió:

—¡Por favor, hermana!

—¡Te necesitamos!

—¡No hicimos nada, lo juramos! —secundó Lawless en su defensa, presionándose contra la pared cuándo se escuchó que el mayor cargaba su armamento de nuevo.

—¿Lo prometen? —ella preguntó, la ceja se mantenía en su lugar. Sin moverse, no les creía en absoluto, pero si no hacía algo para resolver esto. El Servamp de la envidia le haría más daño a su propiedad.

La madre ya no pudo ser indiferente a sus peticiones, flaqueó al bajar los brazos y soltar un suspiro. No podía evitar querer intervenir y querer sosegar la ira de su hermano, sobre todo si ellos dos se lo pedían con esa mirada.

—Iré a hablar con él

Ingenuamente, la fémina les creyó y se abrió entre ellos para poder hablar, calmar y alejar al iracundo Servamp con un cerrar de la puerta.

Los dos chicos se quedaron pegados contra la pared tan pronto ella se fue, su respiración precipitada existía como el único dialogo interventor. Luego de que confirmaran que no se escuchará nada, ni por parte del moreno, ni la de la Servamp, se dejaron caer contra el suelo.

El rubio soltó una risa maliciosa,mirando a su compañero que prosiguió a imitar la misma acción.

—¿La tienes? —preguntó Lawless, dejando escapar ese gesto bribón de su parte.

Gula le sonrió, llevó sus manos al bolsillo de su pantalón y mostró la bolsa de papel, agitándola en el proceso.

—¿Quién crees que soy? Es obvio que sí. Me debes el almuerzo de hoy.


Notas finales.

¡Gracias por leer hasta aquí!