Género: Romence y algo de Shonen ai
Personajes: Chaud x OCC y algo de Chaud x Lan
Autor: Shawan Krisvett


...UNA ROSA NEGRA...

1.- La casa de espanto

¿Qué pasaba? Había estado supuestamente feliz desde terminado el torneo N1... Había vencido a Lan ¿o no: absolutamente, pero aún faltaba algo... la pregunta era ¿qué?

Desde hacia tiempo sabía que seguir al joven Hikari no sería productivo y es que desde un momento a otro comenzó a sentir algo que no debía, algo que se negaba, algo que simplemente... no debía ser.

Ring, Ring El teléfono sonaba en medio de la gran oficina del vicepresidente del multinacional Blaze. Su padre le había informado de la presencia de un importante contratante que debía convencer de unirse como asociado, pero no quería, la verdad era que no tenía ganas, pero ¿qué más hacer? era su padre, era su trabajo, su familia... y lo único que lo distraía de su complejo sentimental.

"Va a contestar joven Chaud"- Cuestionó con amabilidad su NetNavi sacando a su amo del letargo.

"Hum"- fue su gran respuesta antes de atender la pantalla."¿Qué deseas Scott".- preguntó exánime al encargado de su agenda.

"Tenemos que partir, su cita es muy importante..."- y antes de que pudiera terminar, el joven Chaud ya había partido camino a la salida.

"Amo Chaud..."- musitó Protoman; su amo se había comportado extraño desde aquel último torneo y su Navi lo había notado con mucho detalle, era con él con quién compartía los días y noches así que cualquier cambio sería notable en la fría personalidad del ejecutivo. ¿Remordimiento? se preguntaba si eso sería, pero estaba seguro que no. El bicolor no había hecho nada malo en ninguna de sus batallas, su don y victorias eran justas, así que... ¿Por qué mortificarse?... simplemente el Navi se sentía consternado al no poder ayudar a su amo, pero ¿no podía, sí, sí podía y tarde o temprano lo haría.

Tomaron la limusina de Chaud, la joven empresaria con quien contactaría vivía cerca de las locaciones residenciales en Net City, justo el punto central entre su casa y el de su odiada competente Yai. El camino fue corto, pero en realidad para el joven fue como días e incluso años, una agonía interna le trastornaba y su Navi no lo pasaba desapercibido. La cuestión le carcomía, lo único que deseaba para ayudar a su amo era una razón, sólo un por qué... sólo eso. La lánguida mueca del bicolor se marcó al pasar frente la casa de Hikari dando una pista al hábil Protoman: tenía que ver con Lan.

"¡Es aquí"- Exclamó el conductor al tiempo que se detenía frente a una tétrica casa gris. El hecho de que la casa pareciera embrujada no llamó la atención del visitante ya que venía absorto en sus propios conflictos. Bajó lentamente del auto y se dirigió, cruzando la cerca, a la puerta de recepción... estuvo a punto de tocan la pesada manija de plata en forma del rostro de un tigre, pero antes de que el pesado objeto cayera en su estruendo contra la puerta, esta ya se había abierto.

"Buen servicio"- musitó con una torcida sonrisa el joven ejecutivo. Se abrió paso entre las penumbras de la casa, todas las luces estaban apagadas y no se veía absolutamente nada, ni siquiera la figura capaz de abrirle la puerta. Penetró las lúgubres sombras con un poco de exasperación, no estaba como para soportar las bromas de una niña tonta sólo porque fuera una importante comerciante. Una ráfaga de luz llamó la atención del agregado... una vela se encendía al costado del primer escalón y así sucesivamente hacía la punta, pero no había nadie."Protoman, quiero que revises cualquier hecho sospechoso"- indicó y siguiendo la tenue iluminación, prosiguió su camino.

Ya había llegado a la segunda planta y nuevamente la luz escaseaba, eso duró poco tiempo ya que nuevamente una serie de velas se encendieron señalando el pasillo por el que debía proseguir.

"Tétrico"- nombró el Navi, pero Chaud se había propuesto no prestarle atención.

Finalmente había llegado al final, ya no había más pasillos, sólo una puerta al frente por la que suponía debía entrar. La abrió lentamente y escuchó claramente el chillido que esta provocaba al moverse dando un pequeño salto ante la impresión. Las luces de la última habitación, al igual que en todas sus llegadas, estaban apagadas y para su sorpresa las del pasillo se apagaron dejándolo en completa oscuridad; dio algunos pasos al frente, si eso se trataba de una broma se las pagaría a creces, el chico no estaba de humor.

Una nueva vela se encendió sobre lo que sería un rústico escritorio de caoba en uno de los extremos de lo que parecía el estudio de la temida casona. Chaud tomó asiento en la silla frente a él y justo cuando hubo ocupado el lugar, la vela se apagó... esto llegaba a los límites y Blaze carecía de paciencia. Exasperado ante el silencio y la oscuridad se levantó.

"Protoman: iluminación"- y en un instante una pequeña luz emergió de una de las esquinas del PET del bicolor, lo tornó un poco hasta dar con la puerta y avanzó decidido a partir de aquella jugarreta, pero no podía, pues justo cuando iba a girar la perilla, los seguros cerraron negándole la salida." Mas vale que salgas ahora si no quieres meterte en problemas"- musitó el netbattler en una furia inanimada y como respuesta a su 'amenaza' un ruido se escuchó al fondo de la habitación, del impacto, el PET de Blaze cayó al suelo dejándole a manos de la oscuridad y sin permisiva de reestablecerse ya que era tal que no podía ni sujetar lo que había caído; el ruido cesó al cabo de un momento, dejando aún intranquilo al joven... por fuera parecía como siempre exánime e intacto, pero por dentro ardía en temor y coraje.

"Pensé que serías más paciente Blaze"- musitó una voz femenina algo apagada, al tiempo que la luz se encendía cegando por instantes a los cerúleos ojos del vicepresidente de BlazeCorp."... Los negocios no son de un momento a otro, la paciencia es un valor muy apropiado en estas circunstancias".

Era una joven pelinegra la que le llamaba, la chica de no más de diecisiete años vestía una larga capa negra con algunas letras en chino antiguo en las bastillas y ella estaba ya ubicada en su asiento tras el escritorio. Lo primero que hizo el chico fue buscar su PET que casualmente no estaba en el piso, si no ubicado frente a lo que debía ser su asiento.

/'Genial, tenía que tocarme con una loca'- pensó, pero al razonarlo bien, aquel hecho lo había distraído y no había muchos emociones en su oficio por lo que llegó a serle un tanto agradable.

"Hum"- musitó la chica al tiempo que sonreía complacida, su nívea tez resaltaba con la gran iluminación que ahora predominaba."¿Y bien".- Chaud comprendió inmediatamente y bajó la cabeza apenado al darse cuenta de que se había quedado mirando a la misteriosa joven que le había tocado como asociada. Agachó la cabeza ocultando su sonrojo, con la excusa de buscar un papeleo al tiempo que iniciaba su 'discurso de competencia'.

"BlazeCorp. Está en busca de nuevos asociados con fines de expansión en los países del norte, China y Rusia en su caso. El punto es que la compañía ofrece distinguidas oportunidades que conjetura a los que considera como 'ejecutivos potenciales' y en su caso, gracias a sus progresos, capacidad comercial y edad se le da una puntuación bastante alta... por lo que..."

"Vamos Blaze, déjate de rodeos y vamos al grano, me necesitan, los necesito ¿Donde tengo que firmar"

El bicolor fue severamente fastidiado con esa forma de habla, pero se limitó a mostrar los papeles de contratación. La chica los tomó con movimientos finos y delicados, propios para la gran nobleza de oriente, aunque sus palabras contrastaran con ello.

"¿Y bien, no piensa leerlos"- cuestionó Blaze al ver que la chica fue directo a entintar su curiosa pluma y colocar su sello personal donde debía.

"Ya lo hice"- sonrió devolviendo el papeleo.

"Hum"- fue la clara muestra de molestia del chico, que enseguida de recibir los papeles se levantó dispuesto a marcharse de aquella extravagante mansión. Pasó firmemente a través del salón de estudio, pero antes de llegar a la puerta giró lentamente con una duda que deseaba resolver.

"Tao Haku-Rei"- sonrió respondiendo a la cuestión sin siquiera ser consultada, Chaud prosiguió pero justo frente a la puerta ya abierta otra duda surgió ¿Cómo había conocido la pregunta que realizaría? Se giró nuevamente para interrogarla, pero ella ya no estaba.

"Lo acompaño Señor"- la voz del joven mayordomo le 'asustó', por así decirlo, y provocó se girara inmediatamente en dirección a la puerta regresando por el largo camino que antes en penumbra hubiera recorrido dispuesto a finalmente salir de aquella 'casa de espantos'.

"Insisto amo, aquella visita fue... especial."- pronunció Protoman al salir de aquella casa.

"Así es Protoman, creo que ahora algo distinto llegara a BlazeCorp."- y curiosamente como el Navi no había visto desde hacia tiempo, el bicolor sonrió.

Las cosas cambiaban, ahora poseía nuevos intereses, el misterio que envolvía aquella casona no era para nada común, era especial y llamativo, lo suficiente como para despertarle de su letargo y sacarle una nueva clase de ilusiones, desenvolver misterios y toda la excitación que venía a cada misterio para un interesado detective que amaba su profesión... el éxtasis había vuelto a su vida con una pequeña serie de emociones que se proponía resolver que fue lo que las creo..."