Los personajes son creados por la escritora Kyōko Mizuki, uno de los seudónimos de Keiko Nagita, y la mangaka Yumiko Igarashi, seudónimo de Yumiko Fijii, publicado en Japón por Kōdansha Ltd. desde 1975 a 1979.

Eres el elegido

Tú siempre fuiste el hombre que yo, esperaba, cuando te vi subir aquella colina y me quede impregnada, embriagada por tu elegancia, tu rostro afable, gentil con unos hermosos ojos azules, que bien representan la belleza del cielo. Escuchaba como tocabas la gaita y de forma graciosa me corriges el hablar, riéndonos de nuestras ocurrencias.

¡Increíble! Que no te haya reconocido, cuando me rescataste de una muerte segura, expusiste tu vida, por mí, me siento avergonzada, por no haber reconocido en ti, al hombre que siempre espere, a pesar de todo, tus hermosos ojos azules, en todo momento me trasmitió confianza-tranquilidad, por eso al haber estado contigo esos dos días alejada de la casa Legan, me sentía en el país de las maravillas. Quizás de forma involuntaria, consolaba mi agonía por tenerte a mi lado, viéndote en Anthony, el cual fue despegado de mi vida, repentinamente. Al final, las piezas terminan encajando, y, nos reencontramos en aquella noche en Londres, pronunciaste mi nombre y nuevamente cometí el error de no reconocerte, hasta que volviste a mencionar "Candy" tu dulce voz, fue la pieza clave para saber, que eras tú, Albert, mi Albert…impresionante tu dulce voz.

Ahora me doy cuenta, que gracias a mi confinamiento en el cuarto de meditación, podía escapar e ir a nuestro encuentro, a disfrutar de nuestras afinidades y similitudes en gustos, como dos almas gemelas.

El destino es inesperado y nuevamente, te separas de mí, pero no importa, en mi subconsciente, sabias que eras el elegido, aunque en el instante lo ignoraba, a penas recibí tu carta informándome, que te habías marchado salí corriendo a la estantería de los libros para ver el mapa, y, tristemente vi la enorme distancia que nos separaba. Sin embargo, en mí, nació el interés por conocer ¿Cómo es el lugar a donde te fuiste? Ese continente denominado África, por suerte en la biblioteca agarre un libro prestado, que ojeaba en mis tiempos libres, me supongo que eso me hacía sentir, que de un modo u otro estábamos más unidos que nunca.

Por un momento pensé, que mi amor era otro, que ciega estuve. Inconscientemente me refugiaba en aquellos lugares, que recordaba nuestro primer encuentro. Incluso, resulta despiadado pero, me sentí atraída por chicos que se parecían a ti, en algún aspecto. Ya sea, en tu apariencia o en tu faceta de rebelde y vaya que sí, eras todo un rebelde, viajando de incognito sin dar a conocer tú, verdadero linaje.

Resulto, que si eras el elegido, todo debía pasar por un motivo especial del destino, abandone el colegio San Pablo y esa noche antes, que Terry lograra intercambiar su castigo por el mío, de ser expulsado, yo solo quería tenerte a mi lado, apoyándome como siempre. No obstante, nos volvimos a ver en otras circunstancias y, por supuesto en ese momento aunque dudosa, supe que eras tú, la presencia de Pupe, me lo confirmo. Empezó nuestra convivencia y, ya ninguno podía vivir sin el otro.

Fui a Nueva York, creyendo que allí estaba mi verdadero amor, honestamente no era así, quizás tus palabras inaudibles en la ventana del apartamento del Magnolia "regresa Candy" surtió un efecto, un magnetismo, que lo hizo realidad, volví y nos unimos más que nunca, sobre todo aquella noche, que bajo la luna pasamos abrazados por el frio, esperando el amanecer.

Sé que al final te marchaste, por las habladurías de las vecinas. Cayendo en un abismo de tristeza, del cual casi no me repongo, hasta que recibí aquel suéter, y, me volvió la esperanza de volverte a ver. Mi pecho, mi corazón, se lleno otra vez de melancolía al notar, que no eras tú. Por el contrario vi a Terry, en un estado deprimente, le desee la mejor de las dichas y al mirar que se repuso, me fui alegre por su recuperación en el escenario, pero me fui defrauda por ti, por tu causa, pues no te vi. Regrese y ya me tenían un destino, casarme con Neal, decidí acudir al Tío Abuelo William, para solventar, tal contrariedad y claro seguir buscándote. Para mi felicidad, el hombre, el amigo, sentado tras esa silla, eras tú. Pensé que solo seria nexos familiares ¿Cuál fue mi sorpresa? Al subir a la colina de Pony, recordar aquella voz, dulce voz, voltee y vi tan bella sonrisa y, por supuesto, tus ojos color azul cielo. De inmediato, me llevaron a aquel momento y, supe enseguida, que siempre habías sido tú, tu Albert, Tío Abuelo William y mi inolvidable, amado y siempre recordado Príncipe de la colina, el elegido.

Basado en el manga y anime…