Hola de nuevo, hoy les traigo un nuevo fic de Mortal Kombat, espero que les guste. Antes de empezar, quiero aclarar algunas cosas:
- La historia transcurre en la nueva línea de tiempo, la de Mortal Kombat 9.
- Justamente por lo anterior, el fic contiene muchos datos y spoilers sobre el MK9, así que si no quieres que te arruine la historia te conviene no leer, estas advertido/a.
- Rain y Skarlet no tuvieron ninguna participación en la historia, por eso en este fic habrá pequeños (muy pequeños) cambios respecto a la historia mostrada en el juego.
Mortal Kombat y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de Netherealm Studios y Warner Bros, este fic fue hecho simplemente para entretener y blablablabla…..
Agua y Sangre
Capítulo 1: Primera caída
POV Rain
Edenia había caído en las manos de Shao Kahn, no es fácil decir que fue por mi culpa que aquella tierra hermosa fuera conquistada por Outworld pero yo deseaba tener mi ejército y sabía que el emperador me lo daría a cambio de la forma de vencer a la resistencia edeniana.
Como castigo por resistirse a su dominio, las almas de los guerreros edenianos muertos en el combate fueron fusionados en un solo cuerpo y se dio origen a uno de los más poderosos guerreros de Outwolrd: Ermac.
Pero el emperador aún no se dignó a cumplir su palabra, aún no me concedió lo que tanto quería:
- Todavía no te daré tu ejercito Rain - me decía Shao Kahn en referencia mi pedido - Pero serás uno de los guerreros más grandes de mi grupo. Tus habilidades y fuerza me vendrán muy bien para cuando fusione este reino con Earthrealm.
- Señor – dije yo agradecido. – Es para mí un honor ser uno de sus mejores soldados, le juro que no le fallaré.
- Eso espero. – Me contestó con un tono algo amenazante – no tolero los errores.
- Sí, señor. ¿Ya tiene pensado como fusionar Outworld con Earthrealm?
- Sí, pero hay que esperar, envíe a Shang Tsung para que organice el torneo Mortal Kombat allá y varios de mis hombres ya están ahí, incluyendo a mi hija Kitana, para aplastar a esos miserables humanos.
- Con su permiso señor, quisiera ir a Earthrealm, quiero participar y destrozar yo mismo a esos humanos.
- No es necesario Rain, esto será muy fácil, si Edenia no pudo con nosotros ¿Qué te hace pensar que Earthrealm con su gente que no tiene ningún poder podrá vencer?
- Pero… ¿Y Raiden?
Raiden es el dios protector de Earthrealm, manipula la electricidad mejor que yo y es muy poderoso. Shao Kahn no pareció preocuparse mucho por mi pregunta, finalmente me contestó que Raiden no será mucho problema y es solamente un poco más que los guerreros humanos.
Yo me quedé un poco molesto, Shao Kahn aún no me brindó mi ejército y ahora me aparta del torneo. Comencé a sentir lo mismo que cuando estaba en la resistencia de Edenia: no me respetaban, no querían darme lo mío.
El torneo Mortal Kombat transcurría con normalidad en Earthrealm y yo aún seguía en Outworld, mi nuevo hogar. El tiempo parecía eterno, yo iba de aquí para allá, entrenando, descansando y esperando día que regrese el hechicero Shang Tsung anunciando nuestra victoria y la fusión con el mundo de los mortales.
Finalmente llegó ese día, pero no como esperábamos. Yo estaba descansando cuando un grito me hizo levantarme rápidamente, reconocí la voz del emperador:
- ¡Inútil! – sonaba la voz grave de Shao Kahn.
- ¡Lo siento emperador! – decía una voz débil, la voz de un hombre mayor.
La voz suplicante era nada más y nada menos que la de Shang Tsung, la hija de Shao Kanh estaba detrás de él con uno de sus abanicos filosos listo para darle muerte al brujo en cuanto se dé la orden.
- ¡No puedo creer que me hayas fallado, Shang Tsung! – seguía recriminando nuestro líder.
- ¡Perdóneme emperador! ¡Jamás creí que ese maldito monje shaolin pudiera derrotarnos a mí y a Goro! – seguía suplicando el anciano.
- ¡Ahora no podré fusionar los reinos, debo esperar otros 500 años! Las reglas del torneo me impiden ahora conquistar Earthrealm. ¡Kitana, MATALO! – ordenó furioso a su hija, la ninja azul, quien ya estaba lista para decapitar al hechicero con sus abanicos.
- ¡Espere, señor! ¿Y si se cambiaran las reglas? – decía Shang Tsung como ultima respuesta.
- ¡Kitana, detente! – dijo rápidamente el emperador, luego se dirigió al desesperado anciano. - Continua.
- ¡Puede cambiar las reglas, hacer un nuevo torneo quizás, puede modificar todo para su conveniencia!
- No creo que Raiden acepte ingresar a un nuevo torneo con sus luchadores, brujo.
- Lo hará señor, yo personalmente iré a... convencerlo, lo intentaré pacíficamente, pero si se sigue negando me llevaré a algunos tarkatanos para que lo hagan ceder.
- Suficiente – dijo el líder.
Shao Kahn estuvo un rato callado y meditando sobre la propuesta del anciano, hasta que finalmente con seriedad volvió a dirigirse al hechicero:
– Te daré una última oportunidad, Shang Tsung.
- ¿En serio? ¡Oh, gracias emperador, gracias! ¡Pero en el estado en el que estoy no podré enfrentarme de nuevo a Liu Kang!
- De acuerdo, puedo hacer algo con eso.
Y concentrando su poder, Shao Kahn envió una poderosa descarga de energía al hechicero, este se retorcía y gritaba mientras su cuerpo se envolvía en energía. Después de unos segundos pude ver como las arrugas de su rostro desaparecían, sus cabellos y barba blancos se tornaban negros y sus ojos casi carentes de pupilas comenzaban a tener un color miel.
- Usé mi poder para rejuvenecerte, brujo, vuelvo a decirte que no me falles.
- No lo haré emperador, no lo haré. – le contestó sonriente Shang Tsung contento con su cambio.
- Ahora, iras de nuevo a Earthrealm junto con los tarkatanos y le mandarás un mensaje a Raiden y a sus aliados, nadie se mete con Shao Kahn.
- De acuerdo, iré en cuanto me prepare bien.
Mientras todos se retiraban, yo seguí a Kitana y Jade. Es cierto que ella en realidad no es hija de Shao Kahn, sino que la "adoptó" cuando tomó a la reina Sindel, para hacerlo tuvo que matar al rey Jerrod durante la invasión a Edenia. Por supuesto ella ignora por completo eso y cree que el emperador es su padre y que es la princesa de Outworld. Todos, incluyendo a su amiga Jade y yo, sabíamos la verdad pero no podíamos dejar que ella se enterara o tendríamos que sellar su destino.
Me acerqué a ambas guerreras con actitud pacífica, ellas estaban hablando acerca del fracaso del torneo y la casi ejecución de Shang Tsung.
- Kitana. – le dije interrumpiendo la charla.
- Hola Rain. – ella me devolvió el saludo.
- Necesito hablar contigo, a solas. – le dije mirando con desconfianza a Jade.
- Jade es mi amiga, Rain. Puedes hablar con ella también.
- No, está bien Kitana. – se excusaba Jade retirándose. – Habla con él. Los dejo solos.
La edeniana con el vestido color esmeralda se retiró silenciosamente, tan silenciosa como estaba Kitana en ese momento, mirándome seriamente. No puedo evitar sentir algo por ella, es tan hermosa, pero Shao Kahn me partiría en dos con sus manos si le hiciera algo.
- Bien Rain – dijo finalmente ella - ¿De qué me quieres hablar?
- ¿Qué fue lo que pasó? ¿No pudieron derrotar a los humanos?
- No, eran más poderosos de lo que creíamos.
- Pero… ¿Baraka? ¿Reptile? ¿Sheeva? ¿Goro? ¡¿Shang Tsung?! ¿Todos ellos fueron vencidos? - preguntaba sin poder creerlo.
- Sí Rain, también Jade y yo fuimos derrotadas, ambas al mismo tiempo por una humana… una tal Sonya Blade o algo así.
- Shang Tsung mencionó a un tal Riu Kan… Liu…
Los ojos de Kitana se encendieron repentinamente, pareciera que su expresión cambió al oír el nombre, sin perder tiempo me corrigió:
- Liu Kang, sí, él derrotó a Quan Chi, Scorpion, Ermac, Goro, Shang Tsung y…. – decía ella sin poder terminar.
- ¿Y…?
- Y a mí. – concluyó con un rostro algo triste.
- ¿A ti?
- Sí, yo le dije a Shang Tsung que mataría a Liu Kang antes de llegara a la final, pero me venció… y tú sabes que el castigo para la derrota es la muerte.
- Sí… pero tú… tú….
- Me perdonó la vida, dijo que hiciéramos de cuenta que la pelea nunca ocurrió y eso que le confesé que era la hija de Shao Kahn.
- Te perdonó la vida, bien, eso es bueno ¿no?
- Sí… pero…
- ¿Pero…?
- Cuando él me perdonó la vida pude sentir algo… una sensación rara…
- ¿Qué sentiste? – dije un poco molesto, no me gustaba lo que estaba por venir.
- Siento algo, un sentimiento que nunca antes había experimentado…
- ¿Qué sentiste? – repetí aún más molesto.
Pero Kitana volvió a quedarse callada, su lindo rostro aún cubierto por su velo azul como su traje parecía mostrar una leve sonrisa recordando la situación con ese monje shaolin.
- No, nada… mejor dejémoslo ahí, Rain. – me dijo bruscamente mientras intentaba retirarse.
- Pero no has dicho…
- No, es estúpido… no tiene sentido… adiós Rain.
- A… adiós. – pude decir apenas viendo a aquella mujer irse rápidamente.
Quedé consternado, no solo por la respuesta de Kitana, sino también por el hecho de que un simple humano haya podido derrotar a varios de nuestros mejores guerreros, si yo me llegara a cruzar con ese Liu Kang, un dudaré en destrozarlo apenas tenga la oportunidad.
El rejuvenecido Shang Tsung volvió a Earthrealm, pero esta vez acompañado por un ejército de tarkatans. No había pasado mucho tiempo hasta que volvieron, pero trayendo a una extraña mujer encadenada, de ropaje extraño, cabello rubio y ojos azules.
El hechicero se arrodilló ante el emperador:
- Señor, debería haber visto los destrozos que provocaron los tarkatans entre los humanos. – decía con una sonrisa Shang Tsung.
- ¿Quién es ella? – preguntó Shao Kahn mirando a la joven custodiada por soldados de Outworld
- Esta mujer es una aliada de Raiden, ella participó en el torneo y derrotó a Sub-Zero, a Jade y a Kitana, es más fuerte de lo que parece, su nombre es Sonya Blade – contestaba el brujo.
- ¡Sonya Blade! – pensé sorprendido – Es la mujer que derrotó a Kitana y a Jade.
- Excelente, llévenla a los pozos de ácido. – Ordenó nuestro líder – No la maten, manténganla encadenada allí, que Sheeva y algunos soldados la vigilen.
- Bien señor. – dijo el infame.
- ¿Así que tú eres Shao Kahn? – interrumpió la mujer.
- ¿Cómo lo sabes? – dijo sorprendido el señor.
- Raiden nos habló de ti. No te ves muy temible, mis amigos vendrán a salvarme y te derrotaran. – decía sin miedo la humana.
- ¡Estúpida! ¡Soy Shao Kahn, el emperador de todo este lugar! ¡Tus amigos serán aplastados como hormigas ante mis pies! – Gritó furioso y luego se dirigió a sus hombres - ¡Llévensela a los pozos de ácido! ¡Mañana la llevaran al coliseo y la ejecutaran!
Me acerqué a la recién llegada mientras era llevada a los pozos:
- ¿Así que tú venciste a Kitana y Jade eh? – le pregunté con aire molesto.
- Si Jade y Kitana son esas mujeres de verde y azul… sí. – me decía ella sin miedo.
- Estas muy confiada. ¿De verdad crees que tus amigos vendrán a salvarte?
- Sí, lo harán… y a ti y a tus amigos los harán pedazos. – me respondía desafiante.
- Yo no creo eso. Tus ridículos amigos humanos no podrán vencernos. Si no quieres morir lo mejor sería que nos ayudes, tienes conocimientos sobre Earthrealm y eso podrían sernos utile…
No pude terminar la frase debido a un potente escupitajo que esa desgraciada lanzó a mi rostro, con eso bastaba para saber que prefería la muerte. Me limpie la saliva del rostro y le di una sonora bofetada en su linda cara, furioso.
- Realmente estas muy confiada, prepárate porque mañana será tu último día. – sentencié antes de retirarme.
Me fui disgustado, volví con Shao Kahn y los demás, casualmente él me estaba llamando. Me acerqué al trono del emperador, cerca suyo estaba su Jade, al parecer estaban hablando antes de mi presencia.
- Rain. – Me decía el emperador – Necesito que hagas algo.
- Sí, mi señor ¿Qué necesita? – le dije casi automaticamnete.
- Necesito que Jade y tú vigilen a Kitana. – Me contestó severamente – Desde que volvió de Earthrealm ha cambiado… y no me gusta.
- ¿Realmente la ve muy distinta señor?
- Sí, ella tiene muchas restricciones y temo que ahora comienza a pasarlas por alto. No quiero que ella sepa algo de su pasado, por eso necesito que la vigilen y si ella se llega a enterar de algo que no debe, la detendrán… y si es necesario la mataran.
"Matar a Kitana", esa frase nos golpeó mucho a Jade y a mí, conocemos a Kitana desde hace mucho tiempo, Jade es su mejor amiga y yo nunca la vi como una amenaza. Era sin dudas un trabajo que muy difícil para ambos, pero no podíamos desobedecer a nuestro amo.
- ¿Oyeron bien? – nos preguntó el emperador
- Sí – respondí mientras miraba a Jade.
- Sí -contestó ella también con aires de tristeza, el solo pensar en tener que quitarle la vida a alguien que para ella es como una hermana.
- ¿Y dónde está ella ahora, señor? – dije
- La envié a los baldíos y los páramos. La prisionera que tenemos garantiza que vendrán guerreros de Earthrealm y otros lugares a salvarla o para destruirme, así que le encargué a Kitana deshacerse de cualquier intruso que entre.
Sin perder ni un segundo Jade fue a ver a su amiga para hablar con ella, yo fui un rato más tarde. Los páramos es un lugar desolador, repleto de cadáveres de muchas batallas, el olor a putrefacción y sangre invadía el ambiente, pero nosotros ya estábamos acostumbrados.
Una vez que Kitana y Jade terminaron una conversación que terminó en discusión, ya que la ninja de color esmeralda quería que su amiga se quedara en paz y dejara de dudar de su pasado, obviamente para protegerla, pero a la princesa no le gustaba la idea y echó a su amiga.
Yo estaba escondido, desde donde estaba yo podía verla pero ella también a mí, por lo que decidí moverme para evitar ser descubierto. Repentinamente pude ver a los lejos dos sombras extrañas, me acerqué lentamente y sin hacer ruido, siempre escondido y pude observar con claridad a dos hombres con vestimenta ninja, uno de color plateado y otro de un olor azul profundo.
Con esfuerzo pude oír parte de lo que decían:
- … necesito encontrar al que mató a mi hermano y lo sabes, Smoke. Debo vengar su muerte y defender su honor. – decía el sujeto de ropajes azules.
- Lo sé, Sub-Zero. Es una zona grande, será mejor que nos separemos, yo iré por aquí y tú por allá. – decía su compañero de traje gris plata, con un acento extraño.
- De acuerdo. Recuerda que somos Lin Kuei: Sigilosos como la noche… - decía el tal Sub-Zero
- …letales como el alba. – completó el llamado Smoke.
- ¡Los Lin Kuei! ¡Es el clan del que habían hablado Shang Tsung y Quan Chi! – Pensé recordando una vieja charla que tuve con ambos brujos - ¿Qué hacen aquí en Outworld?
Sub-Zero desapareció pero su amigo quedó allí cerca, mirando a su alrededor. No podía dejarlos allí sin saber sus intenciones, me dispuse a salir de mi escondite y atacar al Lin Kuei plateado, pero para mí sorpresa Kitana apareció.
Estaba enfurecida, le prometió a su padre que no pasaría ningún intruso, se dirigió a Smoke con sus abanicos en mano. El desgraciado la trataba de sirvienta y un simple soldadito de Shao Kahn, ella más molesta aún por el insulto le recriminó que es la princesa de Outworld y que no permitirá más insultos y se trenzó en feroz pelea con el hombre, cuyo resultado desconocí porque sin dudarlo me retiré en busca del segundo Lin Kuei.
No fue muy difícil seguir el rastro de Sub-Zero, llegué a la cámara de las almas, el lugar donde se guardan las almas de los guerreros caídos, en ese lugar Ermac se regenera y recupera con el poder de dichas almas.
Frente a la misma cámara pude ver al soldado Lin Kuei, yo no iba a dejar que siguiera su camino… lo detendré y de ser necesario lo destrozaré.
Fin del primer capitulo.
