Bungō stray dogs ni nada relacionado a la obra me pertenecen. Escrito sin fines de lucro.

Basado en el episodio diez de la primera temporada del anime.

Fanfiction simplemente no quería dejar lo tres puntos en su lugar.

I-I

«Con esa fuerza no sobrevivirás en la Port Mafia. ¿O quieres volver a ser un perro de los barrios bajos?»

Las duras palabras lo hacen reaccionar, manteniéndolo consiente tras la caída. El estómago se le revuelve ante aquella memoria, pero no puede darse el lujo de vomitar, así que en su lugar se levanta, al igual que aquella vez, atacando con Rashōmon, perforando al chico desde la espalda, lado a lado.

¿Por qué debía ser él? ¿Por qué Dazai había acogido a aquel niño estúpido e impulsivo? Lo había premiado y sacado de las calles, le había salvado la vida, no lo regañaba por la forma descuidada y torpe con la que utilizaba un poder que acababa de aprender, que a duras penas lograba controlar. Pero con él si lo había hecho. Lo había golpeado tantas veces con el pretexto de enseñarle que había perdido la cuenta, siempre con palabras duras, tratándolo como basura. ¿Entonces por qué? ¿Cuál era la diferencia entre ese mocoso y él?

«Me pregunto si podrás. Mis nuevos subordinados son mejores que tú.»

Las palabras son como acelerante en una fogata ya encendida, llamas descontroladas alzándose como una nueva oleada de ataques furiosos.

No lo permitiría. No permitiría que ese hombre, cuya aprobación buscaba con vehemencia, le dirigiera palabras así nunca más. Destrozaría al niño frente a él en pequeños pedazos, le entregaría su cabeza en un frasco si debía hacerlo con tal de probarle que era mejor que aquel pedazo de basura que intentaba resistir su muerte.

Pero aunque lo derrotara, aunque fuera tan lejos, Dazai solo le dirigiría una mirada fría nuevamente, reprobatoria. Incluso quizá lo odiaría por arrebatarle a su nueva mascota.

«¿Por qué tenías que utilizarla?»

¿Utilizarla?

Responde con un discurso casi ensayado. Yasha Shirayuki la volvían una maquina asesina, igual que Rashōmon lo hacía consigo mismo, ese era su único propósito, ¿Qué otra cosa harían? ¿Qué otra cosa les daría un sentido? ¿Plantar florecillas y cantar villancicos en navidad? Estúpido.

«¡Necesitamos que nos digan que merecemos vivir para seguir adelante! ¿Cómo no puedes entender algo tan simple?»

Las quejas le llegan como un sonido ingenuo e irritante. ¿Por qué no se da cuenta? Había pasado años buscando aquellas palabras, incluso un "buen trabajo" hubiera sido suficiente, pero solo había obtenido desprecio de palabras que le recordaban cuan inferior era, dejándolo tirado como un cachorro en la lluvia. Entonces ¿por qué no aferrarse a lo único que le quedaba? Esa chiquilla era igual. Los tres eran iguales. O tal vez no, porque Atsushi no había tenido el valor de decapitarlo cuando pudo.

«Mis nuevos subordinados son mejores que tú.»

Quizá era cierto.

Quizá él era diferente, no Atsushi. Quizá no era más que un masoquista volviendo una y otra vez a Dazai a pesar de que el resultado era el mismo, intentando ganar su atención con el reguero de sangre que él le había enseñado a dejar, ganando solo miradas indiferentes.

Pero eso ya no importaba.

¿Por qué debía ser él? ¿Por qué Dazai había acogido a aquel niño estúpido e impulsivo?