Finalmente me atrevo a publicar algo de lo que llevo más bien poco. No soy buena con los fics por capítulos así que espero no dejarlo medio abandonado como he hecho con los demás que tengo.

En sí la idea no creo que sea muy profunda, pero no me pareció mala cuando se me ocurrió, por lo que decidí intentar reflejarla. Ya veremos qué es lo que me sale.

He de decir que, la pareja base de la historia, es la ya mencionada, ByakuyaxJushiro, pero, eso no quita para que meta alguna que otra por ahí XD Soy muy prospensa a meter escenas ByaRen, aunque no sé si saldrá o no. Todo depende de cómo vaya desarrollando poco a poco la idea.

Desconozco también todo lo que vaya a contener el fic, por lo que si alguna de las partes contiene algo de violencia un tanto pronunciada o escenas subidas de todo (no descarto el lemon), ya avisaría en ese mismo capítulo.

Eso sí, pido un poquito de paciencia, pues no desde el principio saldrá el romance ni siempre estarán ambos personajes.

Y pues... creo que no tengo nada más que agregar. Tan sólo espero que los personajes no estén muy OoC.

Nada de Bleach me pertenece, la correspondiente propiedad recae sobre Tite Kubo


Prólogo

Rutina, eso era lo que parecía haberse vuelto a apoderar de toda la Sociedad de Almas. Los recientes acontecimientos, el fin de aquella guerra encarnizada, parecía no haber llegado nunca a suceder, tal y como podía verse en cada uno de los escuadrones que conformaban la fuerza de aquél estricto colectivo.

El exterior del Duodécimo Escuadrón lucía igual de protegido que siempre, con sus guardias custodiando la entrada, tal y como se les había dispuesto desde la esfera superior, aunque estos parecían haberse tomado algo de libertad en la manera de hacer las cosas, pues algunos se encontraban reclinados contra la pared o bien sentados en el suelo, una clara señal del aburrimiento del que eran presa. Por suerte para ellos, el mediodía estaba próximo, lo que traería consigo un cambio en la guardia.

Dentro del edificio, en su sala particular, el capitán de dicho escuadrón ignoraba tal insolencia por parte de sus subordinados. A pesar de la escasa luz reinante en el lugar, sus ojos de un apagado tono anaranjado se deslizaban hambrientos por aquellos carácteres que reflejaban la pantalla de considerable tamaño frente a la cual se hallaba sentado. Deslizó su vista hasta un pequeño montón de papeles que tenía a un lado, sobre algunas teclas de aquél impresionante ordenador por el que sus dedos se deslizaban ágiles.

Almacenar toda la información obtenida en sus experimentos era una tarea que realizaba continuamente, sin descanso; no podía dejar que el más mínimo detalle se le pasara por alto. Sabía que aquél sería el único sitio en el que todos sus secretos estarían seguros, pues nadie más que él, y Nemu, eran quienes podían tener acceso a ese ordenador y los datos almacenados en él.

Su vista volvía de nuevo al monitor para asegurarse de que tecleaba todo correctamente, cuando un temblor sacudió el edificio. Al instante se pudo oír el estruendo provocado por las sirenas, así como las luces rojizas de emergencia que se habían activado. Algo muy malo estaba pasando.

Mayuri se incorporó con presteza, echando hacia atrás el asiento, y salió de la sala, llamando a su teniente en el camino. Esta, rauda como siempre, acudió de inmediato.

-¿Qué es lo que ocurre, Nemu? -cuestionó el líder del Duodécimo Escuadrón, andando a paso vivo por los pasillos que eran iluminados por las luces intermitentes.

-Lo desconozco, Mayuri-sama, perdóneme -contestó la aludida.

Este nada dijo, apretando aún más el paso. Había algo en todo aquello que no le gustaba en absoluto. Podría haber sido que alguno de los experimentos hubiera salido mal, pero tenía la corazonada de que no era así, sino algo aún más desastroso.

Finalmente llegó a la sala de operaciones principales. El desorden la inundaba: shinigamis iban de un lado a otro intentando intercambiar una información que no conseguían transmitir a gritos debido al estruendo de las sirenas.

-¿Qué demonios es lo que está pasando? -bramó él entrando en el lugar, con aquella voz un tanto estridente.

-¡Capitán! -los gritos de desespero se apoderaron por completo de la sala. Era obvio que habían estado aguardando su llegada de manera desesperada.

Algunos de los shinigamis comenzaron a soltar una retahíla de palabras que no hizo sino aumentar aún más la pesadaz de la atmósfera del lugar. Mayuri no los escuchó a ninguno, sino que se dirigió de inmediato hacia el ordenador principal en aquella habitación, en el cual en otras ocasiones había visualizado los problemas que habían acontecido por aquél entonces.

-¡Capitán Kurotsuchi! ¡Hay un error en el sistema! -gritó Rin Tsubokura, sintiendo que su superior se acercaba hasta ella-. Algo ha sucedido en el pasillo 378, al parecer se ha producido una explosión.

-Mira a ver qué es lo que ha pasado -ordenó el científico, fijando sus ojos en la enorme pantalla.

La mujer acató el mandato, comenzando a teclear a velocidad de vértigo. Había estado precisamente intentando hacer eso desde que todo se convirtió en caos, pero le había resultado imposible. Algunas cámaras de vigilancia habían dejado de funcionar y de las demás no recibía señal.

Akon se había acercado hasta su posición e intentaba dar un reporte de todo lo que sucedía en los alrededores. Mayuri le gritó algunas indicaciones, a las cual este fue a cumplir enseguida.

Para sorpresa de Rin, por fin fue posible establecer conexión con uno de aquellos aparatos, algo ante lo que no pudo evitar que un gritito de júbilo escapara de su boca.

-¡Capitán, capitán! -llamó ella, ya que este se había girado por un momento para reprender a unos shinigamis que habían causado más estruendo del adecuado al recibir órdenes-. Hemos podido captar finalmente las imágenes de una de las cámaras del pasillo.

El aludido regresó de inmediato su mirada hacia la pantalla. En ella podía apreciarse lo que parecía ser un ancho corredor de sólida piedra grisácea, en el cual habían situadas celdas a ambos lados. Varios shinigamis, posiblemente los guardias del lugar, se encontraban tirados en el piso, algunos con sus respectivas Zanpakutous, y otros despojados de estas.

En la lejanía, el reflejo de una de las lámparas que iluminaban tenuemente el lugar, destellaba en lo que parecía ser el metal de los barrotes de una reja que se había deformado lo suficiente como para dejar un hueco considerable por el que poder emerger.

-¡La celda 20587 está abierta! -clamó en alto Rin, evidentemente sorprendida.

-Era una de las jaulas con experimentos de alto riesgo, Mayuri-sama -apuntó Nemu.

-Ya lo sé, estúpida -el capitán se dio la vuelta de manera brusca y atravesó la sala dando grandes zancadas-. ¡Todos! ¡Quiero a todo el escuadrón de guardia dispuesto para la captura de ese Hollow! Nemu, tú vendrás conmigo.

Ella asintió, mientras los demás transmitían tan rápido como podían las órdenes dadas. Las sirenas seguían sonando, así como las luces continuaban su alumbrar de manera intermitente, pero el Presidente del Instituto Tecnológico ni les prestó ya atención. Tras salir del edificio, fueron reiatsus de sus subordinados y las voces de estos los que lo condujeron hasta la zona adecuada. Al parecer ninguno de los otros Escuadrones se había percatado de que algo sucedía, y si lo había hecho habían optado por dejarlo por completo en sus manos. Así era como debía de ser, a fin de cuentas.

Los alaridos que llegaron hasta sus oídos cuando dobló una esquina, le indicaron que nada iba como realmente él deseaba. Aceleró su ritmo hasta tal punto de verse obligado a utilizar shunpo, algo que a lo que tan sólo recurría en ocasiones especiales, debido a lo cansado que éste le resultaba.

Unas cuantas calles más adelante pudo visualizar por fin a su presa. Un Hollow de unos diez metros de altura, con apariencia de algo similar a lo que debería de ser un camaleón, mantenía a raya a una horda de shinigamis bajo su mando. El capitán se detuvo para evaluar la situación durante un momento.

Otro grupo apareció a su espalda y, al ver allí al líder, se armaron con algo más de confianza. Mayuri volvió el rostro antes de hacerse a un lado y dejarles el camino expedito. Él no iba a hacer un trabajo que bien podrían cumplir sus subordinados.

-¡Id a por él! ¡Capturadlo de inmediato! No importa si perdéis la vida en ello.

Estos hicieron lo que se les encomendaba. O, al menos, lo intentaron. El Hollow parecía ser sorprendentemente hábil, algo por completo increíble para uno de su especie, y esquivaba todos los intentos que los shinigamis hacían por darle caza. Antes de que Mayuri pudiera percatarse de lo que estaba por suceder, este había derrotado a todos sus atacantes, y había logrado abrir una brecha interdimensional.

-¡Maldición!

El capitán llevó una mano a la empuñadura de su Zanpakutou y la desenvainó con premura. Se movió con rapidez, dispuesto a ser él quien terminara por capturar a aquél monstruo. Las palabras de activación de su arma fueron pronunciadas a la misma vez que alzaba esta, dispuesto a asestarle un golpe que lo dejaría paralizado. No quería matarlo; ¿de qué le serviría un elemento de investigación si no podía experimentar con él?

El golpe que Ashisogi Jizo le asestó a su presa hizo que esta se retorciera de dolor y bramara, olvidándose de su intención de traspasar aquél portal. Mayuri se situó a una distancia prudencial del Hollow, esperando a que el veneno de su katana hiciera el efecto deseado.

No obstante, en el mismo momento en el que pensaba en la incompetencia de todos aquellos que estaban bajo su mando, observó como otra silueta se escabullía entre las construcciones circundantes y saltaba para perderse momentos después al otro lado de la brecha. Alcanzó a distinguir la forma de esta antes de que se cerrara aquél hueco, una muy parecida al Hollow que se había propuesto capturar.

-¿Qué...?

Sus ojos se volvieron hacia la que había de ser su presa, a tiempo de ver a esta retorcerse aún más hasta desplomarse sobre el suelo. El científico se acercó a esta con su Zanpakutou aún en mano. Con un pie la hizo moverse hasta quedar boca arriba. Entonces, un grito de frustración salió de entre sus labios. Le propinó una patada al ser, para luego terminar de rematarlo con la afilada punta de Ashisogi Jizo. Aquél no era el Hollow que había deseado capturar, sino una mera imitación creada del otro por él meses atrás.

En sus experimentos había intentado ahorrar tiempo y por ello mismo había decidido crearla. Que aquél maldito monstruo hubiese usado esto en su contra no le agradaba en absoluto. Ya no aseguraba dejarlo con vida cuando diera con él, por que lo haría, aunque le costase mil años encontrarlo; su orgullo tomaba ventaja en sus preferencias cuando sus víctimas tenían la osadía de intentar herirlo.

Irritado, se dio media vuelta, llamando a Nemu a voz en grito. Esta acudió de inmediato en silencio, dispuesta a oír todo aquello que su padre tuviera que indicarle. Había de informar de los recientes acontecimientos a los demás escuadrones, pues sabía que necesitaba de la ayuda adicional para poder capturar de nuevo a aquél extraño espécimen. Porque aquella era una empresa que Mayuri se había propuesto conseguir a toda costa.


¡Muchas gracias por leer!