Cuando el amanecer tocó por primera vez en una década el suelo de Insomnia la emoción colectiva se alzó, las lágrimas de agradecimiento y abrazos llegaron a montones, en especial a los tres Glaives que quedaron fieles a su rey hasta el final.
Cuando una gran porción de personas se reunió en Insomnia y fue hecho público el la muerte del monarca se decidió hacer un velatorio apropiado al Rey Noctis Lucis Caelum. A pesar de que existió, por mínima que fue, la negativa ante el apoyo que aquel rey desertor. ¿Y ahora qué haremos?, ¡ya nadie podrá protegernos! - ¿Por qué tanto alboroto? Si ese infeliz solo huyó cuando las cosas se pusieron feas y vuelve cuando le conviene – Solo era un marica, como su padre.
Al principio se temió que se repitiera la traición de los extranjeros (cómo habían llamado a la traición de los Glaives de Galahd que se volvieron en contra de Lucis) pero se logró calmar a la mayoría masas cuando al día siguiente el sol volvió a salir.
El día del velorio, tres días después del amanecer del siglo, entraron de a montones a la sala del trono, concejales; sacerdotes; sirvientes; Glaives; políticos hasta algunos civiles. Las armas del Coro Espectral estaban físicamente alrededor del rey, insertadas en el suelo alumbradas por los rayos del sol que entraban por el gigantesco hueco de la pared. Todos quedaron en un sepulcral silencio al encontrar al rey sentado en el trono sosteniendo la espada que hacia tanto tiempo había sido poseída por el Rey Regis. Su cabeza se apoyaba en su mano mientras su codo estaba apoyado en el trono, un minuto de silencio fue convocado entre la multitud.
A pesar del silencio desgarrador y pesado en el aire al tener un cadáver frente a todos ellos, el silencio se rompió cuando inesperadamente se escuchó un ronquido. Gladio fue el primero en reclamar que el gracioso diera un paso al frente, el ronquido se repitió y la gigantesca espada de Gladio apareció en sus manos. Ignis se acercó a él y le puso una mano en el hombro, pidiendo al silencio.
El ronquido se repitió. Ignis lentamente se volteó hacia el trono, seguido de todos los demás. Los tres amigos se acercaron subiendo los escalones por dos, cuando llegaron al trono Gladio puso una mano en el hombro de Noctis, zarandeándolo un poco. La sorpresa fue mayúscula cuando el rey apartó de un manotazo al grandulón y se acomodó para seguir durmiendo.
Prompto inmediatamente se le lanzó encima balbuceando todo tipo de cosas ilegibles, provocando que Noctis se despertara de golpe. Lo primero que hizo fue mirar hacia su derecha, después a Prompto y al resto como último.
—¿Qué?
Fue lo único que pudo pronunciar antes de que una ola de llantos, agradecimientos y abrazos se cernieran sobre él. Gladio lo agarró del cuello y lo levantó obligándolo a caminar escaleras abajo, cómo si verlo moverse fuera la confirmación de que estaba vivo.
Sus pies se movían torpemente y su cabeza daba vueltas, no recordaba nada más allá de la figura de su padre apuñalándolo y ahora estaba caminando entre los vivos, entre su gente que hacia lo que fuera por tocarlo.
¡El rey ha vuelto, el rey está vivo! Se escuchaba, la felicidad inundaba toda la ciudad que se había convertido en un santuario para personas de casi todo el mundo. El aire de progreso inundó los corazones de la población, que bajo un decreto popular se dictó que todo aquel que quisiera refugio tendría que ayudar con las reparaciones y así fue, las personas comenzaron a llegar de a montones, arquitectos; diseñadores; artistas; ingenieros; médicos u obreros que a pesar de tener limitados conocimientos se sumaron a la restauración de Insomnia, la cual fue increíblemente bien. Las lluvias se cernían sobre los campos de cosecha cuando era necesario; los días entregaban un clima perfecto para que las construcciones pasaran sin problemas; los animales nacían sanos y se reproducían bien. Todo iba perfecto para Insomnia, tanto que medio año después ya casi parecía que aquellos diez años nunca hubieran sucedido.
Tardó poco y nada para que las noticias de que otros reinos comenzaban a alzarse llegaran a Lucis. En Nifelheim se dio a conocer los experimentos que se hacían en la población, lo que llevó a que la familia real fuera ejecutada y se llamara a la democracia y en Tenebrae un demonio de forma humanoide cubierto por una capa apareció en los campos de Sylleblossoms a borrar del mapa a todo demonio que osara a acercarse, una sacerdotisa de los Seis se presentó curiosa ante aquel demonio, descubriendo que se trataba de nada más y nada menos de Ravus Nox Fleuret, quien a pesar de su aspecto fue cordialmente recibido por su gente, tomando el trono y trayendo alegría al reino entero.
Volviendo a la casi reconstruida Lucis, a pesar de que todo estaba yendo con viento en popa el Rey sentía que algo le faltaba. Por las noches, después de un arduo día de trabajo cuando se acostaba en su cama, la que tenía el tamaño que siempre había tenido, se sentía extrañamente gigante y fría, a pesar de todas las mantas que se ponía. A pesar que no le puso mucho énfasis a aquello se sintió peor cuando un día en medio de una reunión un concejal saltó con un temido, pero delicado, tema.
—¿Ha pensado con quien va a ser su reina, majestad?
Su bolígrafo resbaló de sus dedos hasta llegar chocar contra el suelo, como un disparo al silencio. Noctis levantó su mirada tan lentamente que parecía una amenaza.
—Perdona, ¿qué acabas de decir? —preguntó, deseando haber escuchado mal.
—La gente se está recuperando, la felicidad inunda las calles y creo que sería un buen tiempo para anunciar su boda. — repitió tan tranquilamente, como si fuera una cosa cotidiana.
Sus palabras se sintieron como un puñal, un súbito recordatorio de que era un viudo que no se casó. Ignis pareció darse cuenta, por lo que cambió rápidamente de tema directamente hacia el uso del cristal como fuente de energía renovable y eco amigable. Noctis no escuchó el resto de la reunión tampoco le dio importancia cuando hablaron sobre los casos de "La plaga de las estrellas" que seguía azotando a la población, solo miró al vacío sintiendo su derecha desprotegida.
Parado frente a las ventanas del salón del trono miraba cómo la luna se mostraba grácil, con toda su luz y bondad. La única luz que se podía ver de noche. Ignis apareció a su espalda parándose a su izquierda y colocándole una mano en el hombro.
—Sobre la boda. Creo que deberías pensar en…
—La única mujer que siempre amé está en el fondo del mar de Altissia. — cortó con el corazón destrozado. No iba a burlarse de la memoria de su amada Luna casándose en un matrimonio sin amor y sin pasión. Afortunadamente eso pareció ser una adecuada advertencia para Ignis, quien no volvió a comentar del tema.
La semana siguiente algo extraño pasó. Las flores comenzaron a encontrar lugar en todo Lucis, florecieron todas a la vez a pesar de que todo el último año se veían reticentes a crecer, como si estuvieran asustadas decían algunos niños.
Noctis no le dio importancia a aquello, ni siquiera se interesó en suponer nada pero tampoco se quejó cuando le trajeron un florero de Sylleblossoms. Tal vez si Noctis hubiera sido más atento se hubiera dado cuenta que aquel fenómeno solo podía significar una cosa.
Otro año, otro fic. Planeo que este solo tenga dos capítulos, el cual empezaré a escribir apenas suba este. Espero que lo disfruten, ¡dejen reviews!
