-¿Dónde… estoy?

-Estamos listos para el experimento de nuestro prototipo.

-Proyecto Júpiter listo para la marcha.

-¿Proyecto?...¿Qué va a pasar? No dieron tiempo para responder su pregunta cuando en ese momento una descarga eléctrica fuertemente cayó en el cuerpo de la chica. Gritaba de dolor y haciendo el esfuerzo por aguantar semejante tortura apretaba sus músculos lo más fuerte posible; era tal el esfuerzo que cayó inconsciente al suelo sin más.

-El ensayo ha terminado. Llevensela a una cápsula para su observación. Unas personas vestidas de blanco sin aspecto de médico ni de nadie parecido entraban con una camilla flotante para llevarse ese cuerpo fino y delicado de aquella joven. La levantaban con cuidado, perforaron sus lóbulos de las orejas y le colocaban un par de aretes con forma de rosas.

-Estos aretes nos servirán de mucho. Podremos rastrear su ubicación y saber a modo de bitácora sus registros más importantes; si se resistiera a nuestras órdenes podremos controlarla con suma facilidad. -Es muy bella esta señorita. Será un señuelo fácil para atrapar a nuestros enemigos.

Muchas cápsulas estaban formadas en un largo pasillo, el cristal verde dejaba ver cuerpos humanos en hibernación, el observarlos detalladamente era esencial para poder contemplar que era que conservaban allí adentro. A simple vista pareciera simples cuerpos humanos sin alguna cosa más en especial pero en realidad lo que presenciaba era el último milagro de la tecnología y la ciencia en cuestión de armamento pesado genómico.

Año 20**, la tierra seguía conservando su brillo azul que lo hace característico aunque dentro de ella había una cruel realidad disfrazada en forma de progreso y desarrollo. Habían logrado reforestar y revertir los daños cuantiosos medioambientales que sus antepasados habían desencadenado siglos atrás; pero a cambio de esa hermosura hecha realidad habían experimentado con el ser humano en la loca carrera por el poder y la supremacía. La élite y la burguesía junto con los gobiernos habían echado a andar un programa bajo el eufemismo de "entrenamiento" nadie sabía exactamente que era o de que se trataba y los pocos que entraban no recordaban nada de lo que hací como si les hubieran bloqueado su mente de una manera muy misteriosa.

-Lita, ¿Dónde estás? Buscaba una chica de larga cabellera rubia con un bello moño rojo con gran efusividad, eran muy amigas que desde niñas han hecho un lado muy fuerte lazo afectivo. Corrían en el patio del instituto para poder llegar al auditorio puesto que el decano haría un anuncio importante ante todos los estudiantes.

-Mina qué bueno que llegas. -

Poraquí.-le dijo sonriente Lita a Mina.- Te aparte un buen lugar para que veamos mejor. El decano se asomaba en medio de la multitud, su cara no mostraba un buen semblante, pálido y pensativo carraspeo un poco antes de hablar:

-Estudiantes de la academia Balfourd…-Tenía en sus manos unas hojas de papel con algunos nombres. Era notorio su nerviosismo y más aún cuando un Coronel se acercaba detrás suyo con una mirada impenetrable.

-Algo no me gusta de esto Mina…-Susurraba Lita.

-¿Qué sucede amiga?

-Estos hombres detrás del decano… no es buena señal.

-No lo es compañeras.- Se acercaba una chica de larga cabellera azabache.- Es inevitable… vienen a reclutarnos.

-¿Reclutamiento? ¿Para que?- preguntaba sorprendida Mina. Todos a su alrededor empezaron a inquietarse y murmullar con miedo.

-Es inminente. La guerra se acerca. Lo presiento muy bien.-comentaba triste Rei Hino. Una chica con temperamento pero más informada que nadie de los acontecimientos que se avecinan.

-¿Estamos en guerra? ¿Cómo pasó eso?- pregunto sorprendida Lita.

-Nuestro país Hilal no quiso entregar algunos documentos vitales para el Ejército de Delahu. Hubo muertes de muchos científicos e investigadores que buscaban una energía absoluta, están en la loca carrera de poder por lograr conquistar los imperios y gobiernos del mundo. Hilal culpa a Delahu de ser los provocadores de los asesinatos pero Delahu culpa a Hilal argumentando que es un pretexto para robar sus tecnologías.

-Jovenes que mencionaré a continuación harán una fila al frente de forma ordenada y precisa: Ariethe Goezt, Stewart Ancome, Sareth Farrel, Reí Hino, Darnell Freygan, Minako Aino, Pavel Von Neumann, Lita Kino, Autrehd Vickenfold, Amy Mizuno, Kakyoin Noriaki.

Se iban formando conforme se iban mencionando, el ambiente de ser un lugar jovial y alegre se tornó en uno hostil, lúgubre y angustiante. De repente de en medio de los estudiantes se oían los pasos de uno de los mencionados tratando de huir desesperadamente; una seña de parte del coronel fue suficiente para que un francotirador disparara a la chica que huía de aquella escena.

-¡No me obligaran a irme! ¡No quiero participar en la guerra!

En segundos el sonido del disparo hacia acto de presencia. El Rayo láser había dado en el hombro derecho de la jovencita quien caía al suelo de una manera lenta. Cuando llego a tocar su cabeza el suelo la multitud se alteró por un momento hasta que el coronel hizo disparos al aire calmando a todos los ajetreados.

-¡Escuchen bien bastardos hijos de perra! ¡No nos detendremos si de disparar se trata! ¡Quien no quiera cooperar ahí está su destino!-Señalaba a Amy inconsciente en el suelo.-Nuestras tropas están siendo diezmadas por el ejército enemigo y requerimos de ustedes para poderlos vencer. No podrán escapar de nosotros así que sientanse orgullosos los nombrados por que de ustedes surgirán poderosos guerreros incansables e infalibles. ¡Hombres! Asegúrense de llevarse a la profuga junto con los otros a nuestro cuartel.

La multitud lloraba de desesperación, querían detener a sus compañeros, salvarlos a cualquier costo pero las armas de ellos lograban asustarlos. Lita tenía mucho miedo al igual que su amiga, la cara de horror de Mina lo decía todo; sus momentos de felicidad, de alegrías y de convivencia habían llegado a su fin por una simple orden militar. Tomaba su mano suavemente intentando consolarla.

-¡Oh no Lita! ¡Esto es horrible, un destino frívolo nos ha escogido! ¡Tengo mucho miedo!

-Calma Mina.- intentaba ser compasiva Lita en medio de un miedo gigante haciendo acopio de su fortaleza.-No te sueltes de mí y no nos separaran. El rostro de Lita, alterado y abrumado cruzó por un instante con los ojos de aquel chico Gallardo y fuerte; él también brevemente la contempló aunque poco mientras caminaban en el pasillo rumbo a algunos vehículos futuristas que los enviarían al campo de entrenamiento. Nerviosos, aterrados, impactados trataban de recuperar la cordura en medio de ese mar de angustia.