Capítulo 1: El bulto, la roca y el pony...
Los párpados se abrían lentamente, todo era incomprendible para sus ojos. Su cuerpo le pesaba, más de lo normal. Le costaba ponerse de pié, más bien no podía; la vista mejoraba, de poco a poco, pero ya podía notar blancos pinos, completamente cubiertos por la nieve albina. El cielo estaba en total melancolía, las nubes impedían que el sol ilumine el pálido y tétrico lugar. Con su nublada vista intentó reconocer el lugar, miró para todos lados con esperanza de reconocer el bosque donde yacía petrificado.
Tendió su cabeza contra la nieve, el frío violaba sus sentidos, sus ojos se cerraron nuevamente y todo aquello que alguna vez vivió y sintió se quedó en el pasado; como una pequeña sombra esperando que le ayuden a volver a ser el mal que en antaño hizo sufrir al pobre ser que yacía tendido en la fría y despiadada nieve.
El fuerte viento azotea a los blancos pinos, la tempestad es incesante y unos valientes ponys se aventuran en el bosque. Vestidos con capas negras y de cuero, con pelaje de lobo. Sus abrigos los protegen del intenso frío invernal, tres ponys, dos unicornios, y otros tres pegasos; todos en constante vigilancia; su única misión es explorar la zona, al mismo tiempo en alerta de cualquier ataque de los ponys salvajes. Si no regresaban a la base en seis horas, eran dados por muertos, y si huían o quebrantaban el juramento se les llamaba desertores y eran sentenciados a muerte.
-Ahgg, el norte es una maldición. Estamos condenados a morir aquí. Nuestras pelotas serán las últimas en congelarse -gruñó un pony. Su pelaje era castaño claro y su crin era de color verde.
-Ya estamos terminando, el bosque perdido es el último lugar que tenemos que explorar. Pronto llegaremos a nuestras cómodas camas -habló otro. Éste era un unicornio de color negro, su crin era gris con algunos mechones más oscuros.
El momento de hablar se había acabado, todos preferían guardar silencio. Las espectativas sobre el lugar se quedan en los adentros de cada uno; sus cascos se hunden en la pálida nieve de invierno. La escarchar se adhiere en ellos impidiendo una buena movilidad.
El tiempo pasó como rayo y ya tenían que volver, la oscuridad abrazó al bosque con facilidad y rapidez. En los tiempos de invierno el sol se ocultaba más temprano de lo normal, las bestias salían de sus cuevas y escondites; no era seguro para nadie quedarse en esos paramos.
-Bien, deberíamos volver. La noche no es segura para los terrestres, buen trabajo -todos asintieron, al segundo dieron media vuelta y emprendieron el camino a casa. El que dio la orden se quedó al último e inspeccionó por última vez, tenía que tomar precauciones o iba a pagar las consecuencias, la consecuencia de ser devorado por un monstruo.
Todo parecía tranquilo, estaba por darse la vuelta pero algo le detuvo llamando su atención, un bulto oscuro cubierto por la nieve, apenas si se podía ver. Al principio pensó que era una gran roca, aún así la siguió observando, al rato lo que parecía ser una roca se movió; el pony no lo pensó dos veces y llamó a sus compañeros. Todos respondieron al instante, galoparon lo más rápido que podían; cuando llegaron hallaron a su hermano observando una roca. Los equinos se acercaron pensando que su amigo necesitaba ayuda pero cuando ya estaban más cerca notaron que solo estaba escarbando, movía su casco rápidamente sobre el bulto; al parecer sacaba la nieve que tenía encima. También notaron que la roca no era una roca sino un bulto grande. Al estar presentes los equinos hablaron.
-¿Que es eso? -
-Es mierda, eso es lo que es -
-No seas idiota, eso es... Es... No tengo idea qué es... -
-Es un pony; por su apariencia parece ser de la realeza. ¿Cómo es que llegó aquí? -Dijo el equino que se encontraba sacando la nieve del cuerpo del pobre.
-¿De la realeza? Saquemos todo lo que lleva de valor, nadie lo sabrá -dijo un pegaso de pelaje azul oscuro y crin celeste. En su rostro tenía una cicatriz enorme, desde el ojo izquierdo hasta la mandíbula.
-No, lo llevaremos a Castle Black, allí será atendido, después de que se recupere lo vamos a interrogar -dijo el salvador del pobre equino.
El inconsciente pony solo tenía una capa de cuero pero aparte de eso no poseía nada más; su cuerpo estaba totalmente descubierto, lo que era raro y tonto pues Frozen North era el paramo mas frío y desolado de Equestria.
El más fuerte del grupo lo cargó en su lomo; nuevamente emprendieron el viaje a Castle Black.
El capítulo lo hice corto porque quiero saber si es que les a gustado; obviamente después los haré más largos. Esto es, por así decirlo, como un experimento. Y quiero probar si funciona. Bueno, si a funcionado entonces hago el segundo capítulo. Por cierto, Frozen North si existe en el mundo de Mlp, creo que eso es vemos.
Chao chao...
