Traducción autorizada de Spiraling, fanfiction escrito por Narukashi666.

s/9109787/1/Spiraling

Disclaimer:

Tiger & Bunny y todos sus personajes pertenecen a Studio Sunrise (que produjo la serie), Masafumi Nishida (que escribió el guión) y Masakazu Katsura (que diseñó los personajes. Por cierto, amo tus obras Katsura-sensei!), y demás personas físicas o jurídicas involucradas en su creación. La historia "Spiraling"/"En espiral" pertenece a Narukashi666. La traducción es mía. Ni Narukashi666 ni yo recibimos nada a cambio de esto.


"¡OIGAN! ¡¿Por qué no me ESCUCHAN?!" Grité, resistiendo el impulso de patear el suelo. "Estoy tratando de decirles algo impor−"

"Cállate, viejo," estalló Blue Rose, "¡A nadie le interesa!"

"Pero−"

"¿Por qué tienes que actuar siempre como un niño?" suspiró Fire Emblem, meneando la cabeza.

"Porque yo−"

"Lárgate, Kotetsu," masculló Antonio.

Abrí la boca para decir más, pero ya todos me estaban ignorando. Todos se estaban yendo, despidiéndome, actuando como si yo no existiera. Hacen esto cada vez que intento hablar. Es como si yo no importara.

Los miré con rabia, pero decidí que no era TAN importante. Es sólo una costilla rota, de todos modos. Y no es como si a alguien le importara si no puedo trabajar por unos días. Soy invisible. Soy peor que Cyclone. ÉL al menos es callado.

Sabía que no debería estar molesto. Esto es normal, después de todo. Pero me enoja cuando me despiden así, y me enoja cuando me dicen que actúo como niño. A veces lo hago (actuar como niño, digo), pero la mayor parte del tiempo sólo me están ignorando y no me escuchan realmente. ¿Por qué hacen eso? ¿No soy TAN malo, verdad?

Pensé en la carta de renuncia en casa, pegada con cinta al refrigerador para que la viera cada vez que fuera por una cerveza. Hay tiempo… Podría simplemente correr de vuelta a casa y entregarla… No hay nada malo con rendirse.

Sí que lo hay.

Cerré los ojos y apoyé mi frente sobre los fríos azulejos de la pared en el cubículo más alejado a la izquierda, en los vestuarios de hombres. Aquí es donde vengo cuando ya no puedo tratar con ellos. He estado viniendo aquí más y más seguido, últimamente. El frío me aclara la cabeza, la mayoría de las veces. Y es tranquilo. Nadie viene aquí. Bueno, no hasta que alguien tiene que cambiarse. Pero mayormente es tranquilo. Es… es agradable.

Mi celular vibró. Suspiré y lo saqué de mi bolsillo, sin apartar mi frente de la pared. Siempre estoy cansado después de que me enfado. Vi el número y nombre, y sonreí un poco antes de contestar.

"Hola, chaval."

"Hola, viejo," dijo la persona del otro lado. Nunca he conocido a este tipo, pero por alguna razón, sigue llamándome. La primera vez me dijo que mi número solía ser el del teléfono en casa de sus padres. Le dije que eso era una lástima, pero necesitaba volver al trabajo. De algún modo, me hizo tener una conversación con él, y ahora me llama regularmente. Es una cosa… algo rara. Por lo que su nombre de contacto es 'Bicho raro'.

"¿Qué pasa?"

"¿Tienes algo de tiempo?"

"Sí, claro." Giré y me apoyé en la pared, cruzando los brazos tanto como pude con el celular en mi oreja. "¿Necesitas alguien para lamentarte otra vez?"

"Algo así," dijo, sonando como si se disculpara. "Yo… bueno, necesito tu consejo. Esperaba que pudieras ayudarme."

"Uh. No soy muy bueno dando consejos, pero haré un intento. ¿Con qué necesitas ayuda?"

"Mujeres."

"Ah, bueno, DEFINITIVAMENTE no soy bueno dando consejos en esa materia," dije vehementemente. "Dame lo que sea menos mujeres."

"Eso debería decir yo. Pero realmente necesito ayuda. Verás, tengo una amiga del colegio que es bastante, eh, cariñosa… y se está volviendo algo incómodo. ¿Cómo le digo que no estoy interesado?" Sonaba desesperado y confundido, y no pude evitar una pequeña sonrisa.

"Gritarle que te deje en paz no funcionará, ¿ne? No. ¿Ha dicho expresamente que le gustas?"

"Cuando estábamos en secundaria, me lo dijo; pero entonces me dijo que se había dado cuenta de que era mejor ser amigos. Y ahora se está volviendo insinuante de nuevo. No quiero herirla o humillarla, pero ha estado empeorando, y su novio está empezando a preocuparse también. ¿Cómo explicarle a ella?"

"Sugiero que le digas que hay algo llamado espacio personal, y que apreciarías que se quedara fuera del tuyo."

Se rió. "Directo como siempre. Me gusta el modo en que hablas. ¿Actúas de la misma forma?"

"Eso me han dicho," confirmé, sintiéndome un poco engreído. Al menos a ALGUIEN yo le gustaba. "Es raro, eres la única persona con sentido por aquí."

"¿En serio?" La pausa parecía pensativa. "¿Por qué lo dices?"

Parpadeé. "Ah, bueno. Sólo… era una broma," murmuré, como disculpa. "Una muy mala broma. Eso es todo. Lo siento, no estoy realmente, ya sabes, realmente AQUÍ. Tomé un montón de calmantes antes. Estoy un poco ausente."

"No, está bien. ¿Casi logras que te maten de nuevo?"

"Eeh." Eché un vistazo a mi torso, con una mueca de dolor. "No, es sólo una costilla rota. Se arreglará. Nadie por aquí parece darle mucha importancia," murmuré antes de poder detenerme. "Sé que es sólo que todos ellos me odian, pero aun así, al menos que tengan el sentido de escucharme así no hay razón para regodearse y regañar. Saltan a cada oportunidad que tienen, uno creería que les gustaría otr−" Me interrumpí, sintiendo una repentina marea de ansiedad y culpa. "Lo siento, lo siento, no quise quejarme. Sobre la chica−"

"Ella puede esperar. ¿A qué te refieres con que todos ellos te odian?"

Sonaba incrédulo, desconcertado, demandante y enfadado, todo al mismo tiempo. Me habría sentido halagado si él no hubiera estado preguntando por algo tan antiguo como el tiempo y tan profundamente enraizado como el Árbol de Mundo. Me odian. Quisieran que desapareciera. ¿No es eso lo que todos ellos dicen, una y otra vez? Yo, yo mismo, estaba desconcertado y enfadado por su negativa a aceptar eso.

"Me odian. Eso es todo. Soy más viejo que la mayoría, y no soy tan bueno como ellos en mi trabajo, y soy más idiota con ellos de lo que soy contigo." Lo pensé un segundo, y luego dije, casi pero no realmente sorprendido, "Creo que eres la única persona además de mi má que alguna vez realmente me ha ESCUCHADO desde que me mudé a Sternbild permanentemente. Tal vez es por eso que me gustas."

La puerta del cubículo de repente fue arrancada, y yo chillé, tratando de mantener el agarre de mi celular, alejarme de un salto por la sorpresa, y no caerme en el retrete.

"¿Te gusta quién?" demandó Antonio, y fue la primera vez en varios meses que se había visto tan lívido. "¿A quién le hablas?"

"No es asunto tuyo," repliqué, todavía un poco sobresaltado. "¿Para qué hiciste eso, de todos modos? ¿No podías sólo tocar, como una persona normal?"

Repentinamente me arrebató mi celular, y sólo tuve tiempo de lanzar un corto grito de protesta antes de que le hablara furiosamente; "¿Quién es?"

No pude escuchar lo que Bicho dijo, pero Antonio enrojeció más con rabia. Podía ver las venas en su sien comenzar a palpitar, y su mandíbula se contrajo tan fuerte que temblaba. "¡Eso no importa! ¿Quién eres, y por qué estás llamando? ¡…Yo pregunté primero, así que tú responde primero! ¡Reglas de etiqueta!"

"¿Desde cuándo te importa la etiqueta?" demandé, pero me encogí cuando me fulminó con la mirada. Recuerdo esa mirada. Una vez que has cruzado navajas con una pila de ciento y algo de kilos de músculos a los catorce años, aprendes a no meterte con ellos. Especialmente no con Antonio Lopez. Especialmente no cuando está furioso.

Lentamente, la tensión de su cuerpo disminuyó; la tensión en el aire a su alrededor se volvió más densa. Me senté encima del tanque de agua del retrete y me recosté contra la pared lo más lejos que pude. Si él enloqueciera en la puerta, yo tendría que trepar el tabique hasta el próximo cubículo. Conozco la etiqueta para ESO bastante bien.

Finalmente, su actitud era simplemente de molestia, mientras que su expresión facial y el aura que proyectaba no eran nada más que de puro disgusto. Y… ¿era esa una mirada posesiva en sus ojos? No, seguramente no podía serlo. Podremos haber sido amigos, pero eso fue mucho tiempo atrás. Una vida atrás. Ambos acordamos nunca mencionarlo, y tomar cada quien su rumbo. ¿Por qué desenterrar un pasado que hiere mucho más que el presente?

Antonio bufó. "No me importa con quién estás relacionado, por qué lo llamas, o cómo conseguiste su número. Sólo no lo llames de nuevo. ¿Entendido?" Luego de un segundo, supuestamente durante el cual Bicho prometió cortar contacto conmigo, presionó el botón y mi celular hizo un bip obedientemente, colgando la llamada. Me lo regresó, aún lleno de disgusto e indignación. "No lo llames de nuevo nunca más," gruñó. "Ni siquiera PIENSES en ello."

"¿Por qué no?" demandé, sintiendo la rabia de antes empezar a latir en mi cráneo otra vez. "¿Qué hay de malo en hablar con alguien?"

"Todo," dijo simplemente, y se fue.

Oh, estaba tan tentado de llamar inmediatamente… pero Antonio tiene un modo de dejar impresa en ti la importancia de seguir sus órdenes. Supe que tendría que ser más tarde, en casa. ¿Pero por qué estaba tan enojado? Sólo era alguien con quien hablo regularmente. Quizás había sido la parte acerca de no escucharme. Fruncí el ceño a la puerta arrancada –iban a culparme a mí por eso− y me deslicé fuera del baño. Yo no había dicho nada más que la verdad. Era obvio que me odiaban, y cuando salí de los vestuarios, tres pares de ojos se fijaron en mi con diferentes grados de sorpresa o enfado. El enfado no era mucho (de hecho era más como insatisfacción u ofensa,) así que eso era seguro. Era la sorpresa, y la manera en que Sky High, Dragon Kid y Fire Emblem apartaron la vista algo rápido, como si los hubieran pillado mirando a uno de los adultos en la sala luego de debieran haberse ya ido a dormir. Fruncí el ceño a la parte de atrás de sus cabezas, desconcertado, pero me encogí de hombros y me fui al rincón más alejado de la habitación, escondiéndome detrás de las bicicletas fijas.

(Todos se ríen de ellas, porque que corremos mucho ya, pero siguen aquí. Sólo las apartamos a un lado, y hacen un práctico lugarcito para reflexionar. Es una regla entre nosotros que si alguien está en el área de reflexión, tienes que esperar tu turno. Normalmente trato de hacerlo rápido, pero cuando es el turno de Blue Rose o Fire Emblem, pueden pasar horas deprimiéndose. Ya cansan.)

Me senté en el piso y me recosté contra la pared, mirando al techo mientras pensaba un poco. Descarté el incidente del teléfono luego de unos minutos como simplemente un extraño y pequeño tic que tienen todos porque yo tenga conversaciones privadas, y que encima no derivan en discusiones. Miré una araña cruzar el techo. Je. A Agnes le iba a dar un ataque.

Al Sr. Maverick no. Sonreí ante ese pensamiento. El Sr. Maverick era como el tío favorito de todos, aun cuando en verdad me sentía un poco inquieto cerca de él. Cuando me encontré fuera de su presencia, me regañé a mí mismo y me concentré en cómo él era agradable con todos, y nunca hacía más que sugerir que estabas siendo un idiota. Intenté agruparlo en mi cabeza con Mr. Legend, pero no importaba cuánto tratara, nunca se equiparaban. Siempre había esa pequeña cosa, en la parte de atrás de mi cabeza…

Quizás él sabría qué pasaba. Me sentía un poco incómodo, pidiendo hablarle yo solo, pero difícilmente podría confrontar a los otros, y sus mánagers eran sólo cosas distantes, oníricas y etéreas que en realidad no existían, en mi opinión. Quizás realmente DEBERÍA llamar a Bicho otra vez. Normalmente daba buenos consejos en cuanto a tratar con situaciones sociales. Sonreí para mí mismo. Él era MUY bueno en situaciones sociales. Yo había comenzado a ser mucho más educado, y todos aún estaban sospechando, pero no estaba teniendo muchos problemas.

Bueno, no en público, al menos.

Mi sonrisa desapareció como la sombra de un ave. Todo seguía lleno de obstáculos y en carne viva y equivocado, pero estaba aún peor con mis compañeros héroes. Otra vez, la carta de renuncia…

Eché un vistazo al reloj. Mis treinta minutos habían pasado. Me paré con un suspiro y me sacudí el polvo, alejándome cansina y hoscamente de la masa de equipamiento para instalarme en el segundo lugar más solitario, junto a la gigantesca ventana. Todos lo ignoraban porque tenían miedo de que los medios pudieran poner cámaras, pero a mí no me importaba. Nadie me reconocería. No tengo muchos amigos afuera. No tenía ningún amigo adentro, tampoco.

La vista es buena, pero me gusta mirar a la nada y pensar en cómo sería estar en casa. No en casa con má y Muramasa; en casa con Tomoe, y Kaede. Con las dos… mi niña y mi centro del universo…

No podía sonreír cuando pensaba en ella. Es decir, podía, pero no en público. Podía imaginarla, sentada aquí junto a mí, sonriendo calmadamente y riéndose de alguna mala broma que yo habría hecho, que ella entendería, porque ella me entendía. Y mi bebé−no, niña, mi niña, ya muy lejos de ser un bebé. Mi niña sentada con nosotros, con el brazo de su madre alrededor suyo; sin gritarme, sin decirme lo terrible que era, sólo riendo con nosotros y siendo leve al reñirme. ¿Por qué tuvimos que separarnos? ¿Por qué tuve que abandonarla, dejarla ir, perder mi centro…

Podía sentirla junto a mí, pasando sus dedos por mi cabello. Quise disculparme, pero mi garganta tenía un nudo y mi boca estaba seca. Normalmente no es así de malo; normalmente puedo sonreír por dentro. Pero no hoy… Hoy era un día triste. Una costilla rota, nadie con quien hablar excepto alguien que me habían prohibido, y todos siendo malos.

Dios, quería un trago.

~~~\0/~~~

"¡¿QUÉ DIABLOS, TONY?!"

Se me quedó mirando fríamente y dejó caer los restos triturados de mi celular. "Te dije que no le hablaras."

"¡No eres mi maldita madre!" rugí, agachándome para recoger los pedazos. Me sujeté fuerte de la banqueta para no caerme. "¿Por qué te molesta tanto? ¿Vas a decirme que no le hable a mi hermano también? ¡¿Quién dijo que tienes el derecho de decirme qué hacer?!"

"Él no traerá nada bueno," gruñó, ignorando al grupo que se estaba formando. "Lo sé."

"¿Cómo diablos sabes?"

"¿Por qué le dijiste que todos te odiamos?"

"¡Porque me odian!" Casi grité. Puedo igualar su temperamento, y puedo llegar más lejos. Una de las razones de que fuéramos rivales por tanto tiempo, y de que lo seamos de nuevo. "Ninguno de ustedes se molesta siquiera en escucharme cuando les estoy gritando en la cara. Diablos, Nate y las chicas me llaman viejo verde cada vez que me ven. ¿Cómo rayos eso no es odiarme? ¿Y qué importa con quién hablo?"

"Importa porque es él el que te está corrompiendo, ¿cierto?" retrucó Antonio. "Nunca eras agradable antes de ese idiota. Algo está mal, y es por culpa de él."

"¡¿Cómo es que ser agradable es estar corrompido?!" gruñí, dominándome con esfuerzo. Beber no me hace sentir confundido; en todo caso, me da un fuego que hace todo más intenso. Solía beber antes de las llamadas, pero Tomoe me arrojó un florero y paré. "¿Y qué quieres decir con que "nunca era agradable"? ¡Yo era muy agradable antes de que ustedes empezaran a ser idiotas!"

"Tenía la impresión de que armaste un escándalo porque Nate trató de robar tu ropa interior, y eso fue lo que empezó la tendencia hacia abajo," Antonio comentó secamente.

Sólo me le quedé mirando, la rabia elevándose. Eso fue sólo una semana después de… todos ellos sabían y… por Dios, ¿cómo puede alguien haber pensado en…?

"Tomoe," fue todo lo que pude soltar a través del nudo de mi garganta. Quería gritar. Quería desgarrarlo. Pero la expresión en su cara me hizo querer hacerlo rápido y doloroso, en vez de lento y tortuoso. Su cara se puso blanca, y la incertidumbre reemplazó al desprecio. Cuando tuve control sobre mi voz, de algún modo siseé, "Y tú fuiste el primero en olvidar. Lo sabes. Fuiste el primero en decirme que lo olvide. Tú. TÚ me dijiste que lo olvide. Tú, quien se había esforzado tanto como yo…"

"Yo…" pude ver el remordimiento latiendo enérgicamente a través de cada parte de él.

Entonces se recuperó visiblemente. "Eso no tiene nada que ver c-con la situación actual," dijo en una voz temblorosa que sonó la mitad a pregunta. Tenía tantas ganas de sólo matarlo, destriparlo, ofrecerlo a los dioses mayas. Pero ese era el coñac circulando a través de mi. Lo sabía bien, y eso amortiguó mi sed de sangre.

"¿No?" Pregunté, mirándolo con los ojos entrecerrados. "Hay una razón por la que me rendí. Hay una razón por la que un día tiré todo por la puta ventana. Quizás no debería haber arrojado mi actitud por la ventana," reflexioné, fingiendo sobriedad, "Quizás debería haberte arrojado a TI. Y a las otras malditas pústulas que se hacen llamar nuestros colegas. A los bastardos, los cabrones, los hijos de puta− debí haberlos arrojado a USTEDES por la ventana!" Grité, sorprendido de mi propio volumen y de la forma en que Antonio temblaba y se encogía alejándose de mí. El coñac debió haberme afectado más de lo habitual. La sed de sangre surgió, pero yo sabía que no debía ceder. Me sujeté a ella con todas mis energías, pero Antonio sabía que no podría soportar, y fue por eso que estaba buscando una salida, y yo no podía sujetarla más−

Los pedazos rotos de tecnología en mi puño apretado sonaron débilmente.

Dí un pequeño respingo por la sorpresa, la rabia súbitamente tomando control sobre mí cuando mi atención se quebró, y es sólo por el poder NEXT de Antonio que sobrevivió a la repentina lluvia de ataques. Él mantuvo la suya, me magulló bien, me rompió otra costilla; pero hay un motivo por el que me llaman "Wild Tiger", y él entiende, si es que no respeta exactamente, que cuando te dejo ir es mejor que busques algunos malditos refuerzos, o terminarás hecho una pulpa.

Se necesitó de otros siete clientes para separarme de él, y para ese entonces él estaba furioso también, y se necesitó de cuatro para contenerlo. Noté vagamente que todos los hombres y mujeres más grandes, pesados y fuertes me estaban sujetando por los brazos y la parte de atrás de mi camisa, y una mujer me estaba sacudiendo y gritándome a la cara mientras yo forcejeaba para apartarla, gritándole a Antonio, que me estaba gritando, y entonces se me acabaron los insultos en inglés y cambié a una mezcla de francés, alemán, danés y japonés. Muchos de ellos sonaban más sucios que su significado, para un angloparlante, lo que lo mejoró. Antonio, que es fluido en español ibérico y latinoamericano, había cambiado también.

La mujer que me zamarreaba de repente puso sus manos sobre mis oídos, y me fui apagando, sorprendido de que no ser capaz de escuchar hiciera que todo se calmara. Seguía bullendo por dentro, listo para matar, pero hubo una repentina disminución de todo, y de pronto estallé en llanto.

Esto fue probablemente más atemorizante que la idea de que yo asesinara a uno de mis propios "amigos". Nadie espera que un asesino en potencia de repente comience a llorar a mares, pero Dios, cuando no puedes darle con tus puños al problema, la frustración encuentra otras salidas. Todavía murmuraba insultos y maldecía todo en este mundo, pero llorar requiere un montón de energía y aire, así que no pude ser tan ruidoso como siempre. Y simplemente me disolví cuando la mujer que intentaba calmarme me abrazó. Era una de esas obreras de fábrica que olían a metal y hollín y aceite, y tenía los brazos tan gruesos como los de cualquier hombre, pero ella sabía cómo tratar con un sollozante hombre adulto. No me habían abrazado en… Por Dios. No me habían abrazado en… en años. Al menos, no por nadie salvo má.

Soy una persona de abrazos. No me gusta estar sin expresiones físicas de afecto. He sido privado por tanto tiempo, que incluso una mujer que nunca he conocido y abraza demasiado fuerte y está cubierta de cosas que probablemente me darán un sarpullido es una sensación hermosa. Era una madre. Fue la manera en que murmuraba y me sujetaba, en la forma particular de las mujeres que tenían que ocuparse de niños llorones gran parte de su vida. Eventualmente, el alboroto se disipó, mientras Antonio seguía gritando algo que sonaba extrañamente como a disculpas mezcladas con amenazas de muerte, aún en español, así que la aparté con mis brazos y la mujer limpió mi cara con su manga.

"Bueno, eso fue interesante," dijo, con un acento escocés que hacía sonar su voz como si estuviera ronroneando. "Nunca había visto a un hombre adulto desmoronarse después de gritar amenazas de muerte a su sobreprotector amigo."

"Él no es un amigo," le dije fríamente, frotándome los ojos con la muñeca. "Es un compañero de trabajo. Probablemente no escuchaste la parte donde trataba de negar que odia mi pellejo. Después de eso, ya no tiene razones para fingir. Y no veo POR QUÉ es tan protector," estallé en contra de mi voluntad. "No es MI culpa que Bicho me siga pidiendo consejos−"

"¿Bicho?" preguntó curiosamente la mujer. Enrojecí.

"No sé su nombre, así que lo llamo Bicho, porque es raro. Hoy me pidió que lo ayudara a disuadir a una amiga, y Tony decidió que no tengo permitido hablar con él." Fulminé con la mirada a Antonio, que a esas alturas estaba a mitad del salón. Había varios tipos fuertes que aún me rodeaban, inseguros, aunque yo me sentía cansado y de mal humor y lleno de punzadas de dolor que hacían imposible volver y romperle la nariz. Fallé las tres primeras veces que lo intenté. Va a tener unos ojos morados absolutamente preciosos mañana.

"Bueno, viendo que no sabes su nombre, yo estaría preocupada también," dijo ella secamente. Fruncí el ceño.

"Es un buen chico. Raro como la mierda, pero un buen chico. Apuesto que lo odiaría en la vida real," murmuré para mí mismo, luego tomé aliento profundamente y lo solté. "Muy bien. Ya puedo con esto. Sólo… sólo necesito una más, y estaré bien," balbuceé para mí, tratando de no sonar desesperado. "Ayudará con…" No pude pensar en con qué ayudaría, así que sólo fui bajando la voz y me encaminé tropezando de vuelta a la barra. Jerry sacó rápidamente una Cerveza Héroes, y ni siquiera le di las gracias, sólo la vacié y le di demasiado dinero y me tambaleé (no hay otra palabra para ello) hacia afuera al aire demasiado caliente de una pegajosa noche de verano. Podía sentir a la gente mirándome, pero estaba demasiado exhausto para que me importara.

Noté que seguía sujetando mi teléfono. Estaba absolutamente destruido, pero seguía titilando débilmente, tratando de ganar mi atención. Me apoyé en una pared intentando presionar el botón para abrir el buzón de voz. No funcionó, así que empecé a presionar botones al azar, y eventualmente, abrió el buzón de voz y me obsequió con una recitación distorsionada y lamentable.

"Hola, viejo. Sé que tu amigo dijo que no, pero necesito hablar contigo. Es urgente. Y… dime qué pasó. Sé cuándo algo anda mal, y lo sabes. ¿Está bien? …Llámame. Gracias."

Los parlantes sisearon en las últimas palabras y colapsaron. Las luces se apagaron. Mi teléfono estaba muerto.

Cerré los ojos y traté de no llorar de nuevo. No sé cómo llegué a casa, pero creo que hubo un taxi involucrado, y por suerte conseguí uno respetable que no me llevó a algún área privada para que una pandilla me destripara. Como dije, pagué demasiado. Definitivamente no le importó, quizás porque yo no había vomitado o hecho demasiado ruido y estaba listo para soltar una carga. Estoy muy seguro de que vió la condición vacía de mi billetera y la culpa y rabia y emociones negativas mezcladas en mi cara, y fue por eso que él fue amable y esperó hasta que realmente lograra abrir la puerta de mi casa y pasara adentro. Es bueno saber que alguien sobrio con un auto está ahí para asegurarte de que no caigas muerto en tus escaleras. No hay mucho que puedan hacer una vez que estás adentro, pero aún así…

Me quedé de pie en la ducha hasta que me sentí marginalmente mejor, y comí un par de bananas y me fui a la cama, anticipando un dolor de cabeza mortal por la mañana. Olvidé completamente mis huesos rotos, pero a mitad de la noche, cuando trataron de matarme, me activé y los hice sanar más rápido. Lo he hecho antes. Toma mucho tiempo, y no lo logra por completo, pero ayuda muchísimo. Estaba tan exhausto que seguí durmiendo sin escuchar la alarma, y Agnes tuvo que despertarme gritando, "¡OYE IDIOTA PEREZOSO, LEVÁNTATE!"

"No tan fuerte," gruñí, luchando hasta para alzar mi muñeca para mirar a Agnes a los ojos vía pantalla holográfica. "Mi cuerpo entero está tratando de asesinarme."

"No te golpeé tan fuerte," objetó Antonio sarcásticamente. Mi atención se enfocó, y me tensé al recordar la noche anterior, aun cuando él no aparecía en mi pantalla.

"Y si lo hiciste, yo te golpeé un millón de veces más fuerte," siseé, para así no tener que gruñir y hacer vibrar mi garganta, lo cual haría doler la base de mi cráneo. "Te olvidas de que soy más experimentado en peleas que tú."

"Porque eres un borracho violento," comentó Dragon Kid. Casi grité, pero no pude, física ni mentalmente. No tenía el corazón para protestar, y no importaría si intentara negarlo. Era verdad. Ya no tenía sentido. Ya no tenía sentido negar nada…

Me senté para apartar mi mente de todos esos pensamientos y escuché a Agnes transmitir la información, haciendo una mueca ante su tono, el cual era de absoluto y extremo regocijo, mientras se deleitaba explicando cuán horribles eran nuestras nuevas tareas. Era un día ocupadísimo. Cerré fuerte los ojos e intenté prepararme mentalmente, pero no funcionó. Cortó la llamada justo a la marca de siete minutos, y me arrastré como una cosa muerta hacia el baño.

"Que lo llame, dice," murmuré con pesar mientras tomaba una toalla. "¿Qué lo llame, eh? Difícil de hacer sin teléfono…"

Miré a mi muñeca, a mi brazalete, y me pregunté con cansancio si tenía una función para hacer llamadas. Probablemente. Bien podría revisar.

No sé por qué tenía memorizado su número, pero cuando descolgó y dijo "¿Hola?" sonando todo confundido, sonreí. Mi día iba a ponerse mucho mejor.

"¡Hola, chaval!" ¿Por qué su voz me da un sentido de estabilidad en este mundo cruel? "Lamento lo de ayer, Tony rompió mi teléfono. Creo que estábamos en medio de una conversación, y tenías algo importante que decirme, ¿no?"

Se rió, una risa feliz que llegó clara como el cristal, a diferencia de cuando usaba mi celular. "¡Ah, bien! Me alegra que hayas recibido mi mensaje, entonces. ¿Tony es la persona de quien te has estado escondiendo?"

"Sí. No sé cómo voy a enfrentarlo hoy, le di unos feos moretones anoche. Perdí los estribos." ¿Sobrevivirá el brazalete a la ducha? Puse mi brazo bajo el chorro de agua experimentalmente y sonreí. ¡Síp, aún funciona! Me quité los boxers y entré de un salto alegremente. "¿Y cómo van tus cosas?"

"Bueno, la chica con la que he estado teniendo problemas me ha dejado en paz. Le expliqué que de verdad no resultaría, porque ya tengo alguien especial."

Fruncí el ceño. "¿Alguien especial? No me dijiste."

"Porque tú eres ese alguien."

…Creo que ni el núcleo del Sol pudo haber estado más caliente que el rubor que se extendió por mi cara. "Umm…"

"No de una manera romántica," me aseguró apresuradamente. "Sólo te usé como excusa. Espero que no te importe."

"Para nada," respondí, tratando de hacer que mi ritmo cardíaco se calmara y perdonarlo por el susto. "Entonces alejaste a esa chica. Genial. ¿Qué era tan importante?"

"Yo… ah." Era muy impropio de él hacer una pausa incómoda antes de empezar siquiera la frase. "Me preguntaba… si te gustaría… venir a la ceremonia de graduación."

"¿Graduación?" Es difícil lavarse con una mano, pero me las arreglé. Sacrifiqué tres preciosos segundos para pasarme los dedos por el cabello y hacer que el champú penetre un poco más. ODIO tener el cabello graso. "¿Te vas a graduar de la universidad?"

"No, me… me voy a graduar de la Academia de Héroes."

"…Oh." Me di vuelta y me eché para atrás, para que el chorro de agua pudiera enjuagar bien la espuma. "No me dijiste que ibas a la Academia."

"¿No?" contestó vagamente. "Ah, supongo que no. Bueno, he estado ahí alrededor de seis años, es hora de dejarlos que me echen."

Me reí de eso. "¿Echarte? Chaval, te conozco, a ti no te echan; sales por tu cuenta y dejas que la gente se convenza a sí misma de que fue por ellos. ¡No lo niegues!"

"Nunca dije que lo haría. ¿Te gustaría venir o no? Es la semana que viene, así que…"

Me mordí el labio. "¿Cuándo en la semana que viene? Tendré que hablarle a mi jefe; ya sabes, extraños horarios, malas horas y todo eso."

"Jueves, a las 7PM. Asumo que sabes cómo llegar ahí, ¿no?"

Lancé un bufido. "¡Ja! ¿Quién no? La Academia es tan nueva, que la cinta de la inauguración sigue en las puertas. Mejor dicho, así es como todos la ven todavía. ¿Está bueno ahí? ¿Realmente te enseñan cosas?"

"Ven a la graduación y revelaré todo."

"Bastardo."

"Anciano idiota."

Quería hablar todo el día, pero ya casi terminaba mi ducha. Hice una mueca de desagrado para mí mismo. "Bueno, no sé si pueda ir. Y tengo que irme al trabajo en unos minutos, y no tengo idea de cuándo saldré. Te llamaré cuando todo esté aclarado. ¿Está bien?"

"…Sí. Entiendo."

"Bien." Sonreí mientras salía y tomaba una toalla. "Eres un buen chico. Prometo esforzarme mucho para conseguir el día libre o algo."

"Gracias. Que tengas un buen día en el trabajo."

"Eso es completamente imposible, pero gracias por el sentimiento. Buena suerte con tu última semana de clases."

Colgó primero, y aunque eso me puso un poco triste y algo herido, me encogí de hombros y dejé de pensar en ello, secándome con la toalla y echándome la ropa encima, con total indiferencia de si mi camisa estaba metida bajo el pantalón o no, y me di una rápida rasurada para deshacerme de esa estúpida, estúpida sombra de barba. ¿Por qué debo ser maldecido con un vello facial tan oscuro? Nadie se da cuenta cuando Sky High no se rasura…

Crucé la puerta luego de dos rápidas botellas de Heineken y una última y anhelante mirada a los panecillos que estaban dentro de su bolsa de plástico en el mesón de la cocina. Ya me sentía mal por haber sido tan cortante y breve con él, pero tenía trabajo que hacer. Podría llamarle y tener una conversación apropiada más tarde.

Excepto que, cuando Tony me vió, caminó violentamente hacia mí, me sujetó del cuello de la camisa y gruñó, "Retira lo que dijiste, idiota. No tenías razón ni derecho para decir eso."

"Oh, tengo razones de sobra," contesté, deshaciéndome de su agarre. "Y porque tengo razones, tengo derechos. País libre, hombre*. A diferencia de donde vienes tú."

Tony odia que le recuerden que sus padres huyeron de España para instalarse en México. Se le puso la cara púrpura, lo que hizo que sus ojos amoratados se fundieran bastante bien excepto por ese tinte verdeamarillento, y hubiera intentado matarme si Agnes no se hubiera metido.

"¡Oigan idiotas! Vayan a sus estaciones," espetó, señalando hacia la imprecisa dirección del criminal que se suponía debíamos intentar atrapar. "Pueden continuar con su altercado después, ¿entendido? Ahora mismo, HeroTV necesita algo para mantener a los televidentes, y desafortunadamente ustedes son el dúo cómico que atrae multitudes. ¡Vayan!"

Ambos le gruñimos y fuimos a cumplir con nuestro deber.

Dúo cómico, bah… Hasta Tony tiene fans. Yo no tengo nada, y con mis costillas pulsando y mi cabeza aturdida…

"Oi, Ben," alcé la mano hacia mi mánager con cansancio, a modo de saludo; "¿Cuáles son las posibilidades de que pueda tener el jueves de la semana que viene libre? Mi amigo se va a graduar y quiere que vaya."

"Llámalo o mándale una tarjeta," Ben aconsejó sin rodeos, "Porque no vas a ir a ningún lugar el jueves." Me alcanzó mi traje y se lo arrebaté con un gruñido.

"Ben, estoy asquerosamente harto y enfermo de esta mierda, ¿por qué ninguno de nosotros puede tener al menos un día libre pago? Prometo no pasarlo bebiendo…"

Me devolvió el ceño fruncido. "Rompes promesas tantas veces como rompes paredes. Quizás el Mandamás te dejará libre por unas horas, pero no tendrás tiempo pago hasta que dejes de acumular todas esas deudas. Sé CUIDADOSO por una vez, ¿quieres?"

Me dolía la mandíbula, así que me forcé a dejar de rechinar los dientes. "Sí. Seré cuidadoso."

~~~\0/~~~

"No es tu culpa."

"¡Sí lo ES!" estallé, luchando contra las lágrimas. "¡Es mi culpa, ¿okay?! ¡Si no hubiera tirado esa pieza de mierda de dizque "arte", habría atrapado a ese tipo, Y habría ganado algo de tiempo libre! ¡Así como están las cosas, mi jefe me pondrá a hacer horas extra, OTRA VEZ, y no tendré nada de tiempo en absoluto por el resto del año! ¡Esto es mi maldita culpa, así que no trates de ser todo gentil y alentador al respecto!"

"No estoy siendo gentil, estoy diciendo la verdad. No tengo idea de sobre qué estás barbotando, pero lo que sea que es, no es todo tu culpa. Primero, es culpa de quien sea que estuviera haciendo esa "pieza de mierda de dizque arte" el haberla puesto en semejante área. Segundo, es culpa de la persona el que estuviera huyendo de ti. Tercero, es culpa de tu jefe por negarte tiempo libre remunerado. Hay leyes laborales contra eso."

"Pero no soy parte de ningún tipo de sindicato," murmuré, tratando de no hundirme demasiado en la miseria, o en los cojines del sofá. "Y nadie quiere adherirme a su sindicato porque la descripción de mi trabajo es un caos. Cambia cada varias semanas, sabe Dios por qué."

"No necesitas ser parte de un sindicato. Hay leyes para prevenir que tengas que trabajar todos los días a horas tan extrañas, si es dañino para ti."

"Mi trabajo ES para ser dañado." Presioné con una mano mis costillas lesionadas y solté un gesto de dolor. "Si trato de señalarle ese tipo de leyes, mi jefe se me reirá en la cara y me amenazará con jubilarme antes de tiempo. Y ni siquiera será una buena jubilación, sólo unos pocos miles y las cosas de mi cubículo."

Suspiró; un suspiro cálido, aunque triste, que hizo que me preguntara si alguna vez habría tenido la sensación de ahogarse en su propia carrera. "Eres un anciano tonto. No puedo darte ningún consejo, pero puedo decirte esto; siempre hay maneras de conseguir lo que quieres. Pero si no puedes venir a la graduación, eso está bien para mi. Sólo pensaremos en algo más."

Sonreí, de mala gana. "Vaya. De verdad estás decidido, ¿no?"

"Por supuesto. Quiero conocerte en la vida real, así no tengo que adivinar cómo eres sólo por tu voz. No es como si uno pudiera juzgar a alguien y a su personalidad simplemente por teléfono o su palabra escrita. ¿Cómo sé que eres una buena persona con todos los demás así como conmigo, si todo lo que hacemos es hablar? Quiero saber cómo eres," aclaró, y hubo una extraña intensidad en su voz que me hizo sentir extraño. "Quiero saber si realmente eres una persona odiosa, o si eres paranoico, o si tus compañeros de trabajo son sólo prejuiciosos contigo. Quiero saber por qué ese tal Tony no me deja hablarte. Quiero saber si la imagen en mi cabeza es la imagen real."

"Ah." La sensación extraña había cambiado, y se sentía un poco como vergüenza ahora. "Me gusta pensar que soy una buena persona, y no que estoy paranoico, pero es difícil cuando estás en un pozo de víboras. No creo que te agradarían. Mis compañeros, quiero decir. Pero, aparte de eso… bueno, ¿cuál es tu imagen de mí? Siempre he imaginado que eras algún chico popular con cara de niño y suficiente carisma para llenar una piscina."

Se rió, y sonreí tanto al deleite como a la vergüenza en el sonido. "Bastante cierto, supongo. Al menos, así es como otros me ven, o eso dicen. ¿Pero qué fue lo que te dió esa impresión?"

"Tu modo de hablar. Tu acento. Tienes una manera particular de juntar oraciones que me hace pensar que fuiste bien criado, y eso normalmente se traduce en ser un chico popular. Y eres demasiado amable. Sé que hay contenido en ese exterior de niño bonito, pero la forma en que hablas de tus amigos y compañeros de clase, y lo que ellos hacen y dicen a su vez, me hace pensar que te ven como alguna especie de… ah, no sé. Alguna especie de modelo en cuanto a ser humano." Me pausé para dejar que lo negara, pero no lo hizo. "¿Adiviné?"

"Supongo… supongo que sí," concordó lentamente, sonando un poco tímido. "Gracias, creo. ¿Dijiste eso con la intención de hacer un cumplido?"

"Oh, supongo que puedes pensar eso si quieres," suspiré, sonriendo un poco. "Tu turno."

"No creo que te gustará…"

"Estupideces. Dime, o te fastidiaré hasta el fin de los tiempos."

"Bueno, es lo justo," accedió con un pequeño suspiro suyo. "¿Quieres descripción física o perfil de personalidad?"

"Ambos. Pero personalidad primero. No quiero escuchar sobre cuántas verrugas tengo."

Una risa pequeña. "Oh, no te preocupes, no me gusta ponerle verrugas a mis amigos. No… Creo que eres un solitario viudo de mediana edad sin idea de cómo operar en un ambiente público. Solitario, porque me toleras. De mediana edad, por el tono de tu voz. Bebes demasiado, me lo has dicho tú mismo, así que eso bajaría automáticamente tu capacidad de funcionar en reuniones sociales. No estás en la pobreza, pero no eres parte de la clase alta. Tu trabajo te ha endurecido y amargado, pero todavía hay puntos suaves en ti, en algún lugar. Finges que en verdad no te importa lo que piensen de ti, pero en realidad mantienes las heridas cerca tuyo. No te quejarías ni la mitad si en verdad dejaras que los insultos y demás te resbalaran. ¿Es un hábito de superación, o simplemente eres una de esas personas que no les gusta dejar que otros sepan sus verdaderos sentimientos?"

No pude hallar las palabras para estar de acuerdo o no con ninguna de las opciones. Eso… ¿cómo puedes decir tanto sobre alguien sólo por hablar con él? Era como si hubiera leído mi diario, si yo tuviera uno. Quizás era porque le había contado tanto de mí… "Su… pongo que es… ¿un poco de ambos? De verdad que eres jodidamente raro, ¿lo sabías?"

"¿Por qué? ¿Lo capté bien?"

"Diste en el maldito clavo." Creo que fascinación no debería ser mi más fuerte reacción cuando me enfrento a alguien que ha diseccionado todo mi ser, pero no puedo temerle. No sé por qué. Simplemente no puedo. Es perceptivo, lo he sabido por… ¿cuánto tiempo? ¿Realmente ha sido más de un año? Por Dios. "Creo que deberías decirme qué clase de cara le pusiste a eso."

"Lo siento… No quise ofenderte."

"No lo hiciste. Es sólo que eso fue muy extraño. No lo hagas de nuevo."

"De acuerdo. Lo prometo. ¿Estás seguro de que quieres que te…?"

"Sí."

Un suspiro corrió por el altavoz, pero como yo seguía usando mi brazalete, no hubo estática en absoluto. "Bueno, pienso en ti como en una persona regular, altura promedio, estructura promedio, con un poco más de musculatura que la mayoría de los tipos en la calle. Quisiera que fueras apuesto, pero realmente, ¿cuántos hombres hoy en día no lucen como lo que se considera un "gilipollas"? Esa es una frase altamente impropia, por cierto−"

"Sí, sí, ahórrame la lección. Veamos si puedes decirme cómo me veo por fuera tan bien como lo que soy por dentro."

"Hmph. Bien, sé un palurdo ignorante, como si me importara." Es imposible para él esconder cuando está bromeando. "Hmm. Ya que te quejas de tu vello facial tan seguido, me inclino a creer que o estás bien afeitado o tienes una mínima cobertura; una barba parece más probable que un bigote."

Me froté la barbilla y sonreí. "Bingo en ese aspecto."

"Je. ¿Cabello oscuro?"

"Castaño."

"Ligeramente más largo de lo que dicta la moda."

"Tienes una foto mía, lo juro…"

"Bueno, como no espío a mis amigos, eso es altamente improbable. Perdona si te ofendo, pero siempre he imaginado que tienes bonitos ojos."

Mis orejas y mi nuca fueron las primeras en arder, pero mi cara estuvo un segundo cerca. "Nada acerca de mi es 'bonito'. Así que ESO está errado."

"Apuesto a que son de un suave color café como de ciervo," añadió intensamente, lo que hizo que mi cara doliera aún más. "Con pestañas perfecta y naturalmente rizadas, y apenas una arruga a la vista."

"Bueno, ahora te estás burlando de mí."

"Au contraire. Y cejas rectas, y una nariz ligeramente torcida por haber sido rota tantas veces, y sonríes más a menudo de lo que frunces el ceño. Y tus manos están llenas de cicatrices, pero no tanto para que sean feas, sino para que muestren lo trabajador que eres. Y el efecto total de ti es que eres fuerte, capaz y fuiste atractivo previamente en tu vida."

"Um." ¿Es triste que estos fueran los primeros cumplidos hacia mí en años? "Ya te lo dije, no soy atractivo. Nunca lo fui."

"Tienes ojos hermosos. Admítelo."

"¡Que no!"

"¿Son avellana, en cambio? Porque eso sería también bastante adorable, combinado con el resto de ti."

Se me estaba haciendo difícil respirar, y mi corazón latía tan fuerte que podía oírlo. "¡P-para! ¡No soy adorable! ¡No soy atractivo! ¡Mis ojos son sólo de un marrón normal, eso es todo!"

"Bueno, no me importa cómo luzcas físicamente. Eres un viejo adorable."

Fue ahí que empecé a llorar.

~~~\0/~~~

"Te lo dije. Nada bueno saldría de eso."

Intenté fulminarlo con la mirada, pero no pude. Todavía estaba preocupado. "Vete a la mierda, Tony."

"¿Qué hizo?" demandó, parándose frente a mí. Traté de lanzar un gruñido, también, pero no salió. Aún si estaba enojado con él, no estaba realmente listo para ponerme a la defensiva.

"No hizo NADA," murmuré, tratando de rodearlo. Se puso en mi camino cada vez. "¡Maldita sea, Tony, muévete!"

"No. Si no hizo nada activamente, entonces ¿qué dijo?"

"¡No tiene nada que ver contigo!"

"Seguro que no." Tony se plantó en sus pies y cruzó los brazos sobre su pecho, fulminándome desde arriba con un toque de Antonio el Terror. "Pero sigo queriendo saber."

"No es asunto tuyo," murmuré, esquivándolo y dirigiéndome a la ventana. Las bicis no eran lo suficientemente buenas para hoy. En este estado, ocuparía la mayor parte del día… "Y todavía no veo por qué te importa si tengo amigos de verdad o no. No eres mi madre, y esto no es la maldita escuela. ¡Córtala de una vez! ¡Eres un chico grande ya, deja de joder y actúa como uno!"

Me sujetó del hombro y me giró, pero antes de que pudiera empezar, Fire Emblem apareció de pronto y agarró su trasero, haciéndolo gritar de la sorpresa. "¡Maldita sea! Deja de hacer eso, duele."

"Oh vaya, pensarías que es el fin del mundo," Dijo Fire Emblem con un puchero, luego comenzó a acurrucarse contra él. "¡Pero tienes el trasero más glorioso en el que haya posado la vista! ¿Cómo me puedo resistir?"

Me escabullí mientras Tony estaba distraído, y me pregunté si Fire Emblem estaba sólo aprovechando la oportunidad, o estaba tratando de ayudar. Nah… nadie me ayuda. Probablemente sólo estaba cachondo hoy. Gracias a Dios que me ve como el epítome del viejo repulsivo sin ningún tipo de cualidades atractivas en−

Tienes bonitos ojos.

Me froté la boca para ocultar el repentino calor en mi cara. NO tengo ojos bonitos. No sé por qué me molesta que él haya dicho eso. No, no me molesta; me asusta. Nadie ha dicho una cosa así, nunca. Tomoe y yo no teníamos que decirnos qué rasgos físicos eran los mejores. Má nunca dijo que era lindo. Ninguna de las mujeres con quien alguna vez he intentado tener una relación mencionó jamás cómo me veía, además del inicial "Hola, guapo" en el bar. Nadie nunca ha dicho que tengo bonitos ojos.

Me dejé caer en el sofá contra la ventana y doblé mis brazos sobre el respaldo, mirando con furia mi reflejo en el cristal. ¿Qué quiere decir con atractivo previamente en mi vida? Sé que nunca me ha visto realmente, pero aun así… De verdad… NO soy guapo, majo, hermoso, adorable, lindo, sexy, precioso, bonito, ni ninguna otra descripción halagadora. Soy una persona.

Mi reflejo era pálido y muy transparente, pero también severo y despiadado. La nariz torcida; ceño permanente; líneas como paréntesis de tanto fruncirlo. ¿Cómo pueden ser considerados otra cosa más que ojos? Tienen la forma de pequeñas esferas de algo viscoso que tienen toneladas de nervios y están coloreados algo raro. No me gustan. Supongo que pueden ser etiquetados como "marrón claro" a veces, pero cambian de color. Como ahora. Lucen como fango.

Cerré mis ojos y enterré mi cara en mis brazos. Él sólo estaba confundido. Nunca antes me ha visto. Así que está bien. Quizás le enviaré una foto mía, para mostrarle que se equivoca, o quizás le pediré su dirección de email. De hecho, no. Me gusta no saber quién es. No me importa si sabe quién soy, sólo quiero que mantenga en secreto quién es ÉL. Es más divertido así.

Esperar, esperar… ¿cuándo tendremos nuestra próxima llamada? No quiero hablarle ahora, por lo que dijo, y porque no sería un sistema cerrado. No quiero que todos sepan de qué estamos hablando. Y Tony podría objetar. Pero Tony es un bastardo posesivo y puede irse a arder en el infierno para lo mucho que me importa.

"¡Hola, Wild Tiger!"

"Hola, Sky," murmuré, resistiendo la urgencia de gruñirle. "¿Qué quieres?"

"Saber por qué estás enfurruñado, eso es todo." Se sentó a mi lado en el sofá, cruzó sus piernas y entrelazó sus dedos alrededor de su rodilla, lo cual nunca he visto realmente hacer a nadie en la vida real. Lo observé con desconfianza, pero él sólo sonrió, siempre alegre e inocente. "¿Entonces, qué pasa?"

Volví a mirar hacia afuera de la ventana y traté de no estar enojado. "…Mi amigo. Actuó como un idiota y no se disculpó."

"Ahh, ¡Algo así como tú!" comparó Sky High.

Mi cuerpo entero ansiaba gritarle, pero no. Debería al menos tratar de ser diplomático. "Sí... Supongo. Tal vez estoy más apegado a él de lo que ninguno de los dos se ha dado cuenta. O… él me aseguró que estaba tratando de halagarme, así que no me enojé con él tanto como debería. Entonces bebí demasiado otra vez. Eso es todo."

Asintió pensativamente, y quise golpearlo. Maldito seas, bastardo, no intentes juzgarme basándote en este único incidente. Odio cuando la gente me hace eso. Va a decirme que "explique mis sentimientos" y pida una disculpa, sólo miren…

"Supongo que podrías explicarle por qué estás molesto," sugirió Sky High. ¡Boom! ¿Qué les dije? "Pedir una disculpa no sería egoísta tampoco. Estar enojado sin encontrar una manera apropiada de deshacerse de dicho enojo es poco saludable."

"Ya lo sé," murmuré, enterrando mi cara en mis brazos para así no tener que mirarlo. "Nunca hay una manera de "deshacerme" de mi enojo. Pasarlo con la bebida o a los golpes. A veces desaparece. Esto desaparecerá." No pude evitar añadir, casi en un susurro, "Espero que esto desaparezca, al menos."

No tuve que verlo para saber cuál sería su expresión. Contrariado, quizás. Ofendido, lo más seguro. Con él, la lástima se daba por hecho. Ese idiota siempre me está compadeciendo. Probablemente soy el más bajo de los bastardos alcohólicos hijos de una jardinera de coles y un vendedor ambulante que haya visto.

Claro que, no sé exactamente si mi padre era un vendedor ambulante. Sólo me gusta cómo suena.

Me tensé cuando Sky High puso su mano en mi hombro. "Estará todo bien," dijo, y mi mandíbula se endureció ante la gentileza de su tono. "Estarás bien." Entonces se alejó caminando.

Cerré los ojos fuerte e intenté no llorar.


Notas de traducción:

*hombre: En español en el original.

Intenté usar superíndices para estas aclaraciones, por parecerme más sutiles, pero no sé cómo ponerlos aquí.

Acerca del título del fanfiction: El título original es Spiraling, palabra que describe un incremento/decrecimiento/agravamiento precipitado de algo (así como la forma de una espiral, que empieza en un punto y con cada giro va creciendo en magnitud, sin detenerse ni volver a como estaba). Es como una caída en picada, una escalada precipitada, o que todo se va complicando más y más. Tómenlo como les parezca, o mejor aún, según lo que vaya aconteciendo en el relato.

Feedback, reviews, comentarios, saludos y expresiones de ánimo, aunque no sean en inglés, por favor déjenlos en el fanfiction original, así animan a la autora a que siga escribiendo :)

s/9109787/1/Spiraling

El 20/01/2014 Narukashi666 me autorizó a hacer esta traducción.

Lo que me motivó a pedírselo en primer lugar, fue que no puedo tolerar la idea de que tantas personas se pierdan tan buenas historias sólo por la barrera que implican los idiomas. Sé lo difícil que es cuando algo nos interesa pero como está en un idioma que no manejamos sólo nos queda esperar a que alguien lo traduzca o intentar leerlo aunque con el diccionario al lado (lo cual puede llevar tanto tiempo que uno termina frustrándose).

Hoy, 14/03/2014, lo subo de vuelta con los errores corregidos; espero sea al menos correcto. Disculpen si me pasé con algún modismo, de verdad que intenté hacerlo lo más neutro posible, tratando al mismo tiempo de que los personajes mantuvieran su frescura y naturalidad.

Esta historia will be the death of me. Pensar que casi no empiezo a leerla sólo porque casi todos los fanfiction escritos en primer persona que he leído antes resultaron estar out of character, desviándose mucho de la personalidad del protagonista. Lo de universe alterations también casi me disuade, pero mis temores resultaron infundados. Es algo mágico que te inviten a comprender a un protagonista, o al menos, a dejar de verlo como a un ser unidimensional. Fue la sensación que tuve cuando vi el primer capítulo de Tiger & Bunny. Es la sensación que tengo al leer este fanfiction.

No tengo idea de cómo será el final, pero no puedo dejar de revisarlo cada día para ver si ha actualizado. Debo decir que me es muy agradable cada vez que esto sucede, no sólo por la alegría que siempre causa ver que tu fanfiction favorito ha actualizado, sino porque siempre son capítulos muy rendidores que si bien me hacen desesperar ante la idea de esperar otro capítulo, no me dejan insatisfecha.

Gracias por leer hasta aquí, los invito nuevamente a que si quieren dejar algún review a esta historia, lo hagan en el fanfiction original:

s/9109787/1/Spiraling

Comentarios sobre esta traducción (necesito críticas para mejorar!), por favor envíenme un PM :)