Marte ha tomado la ventaja en la guerra santa, el cosmos de la Tierra está siendo robado por los distintos reactores, solamente les hace falta Aria, su cosmos de luz para poder terminar con la construcción de un nuevo mundo.
Medea, la hechicera imperial está buscando una manera de acelerar este proceso, se necesitaría una gran cantidad de poder, y en el ejército de Athena existían 2 armaduras que encerraban todo el cosmos que podrían necesitar, sin embargo tales armaduras seguían bajo la custodia de sus portadoras originales, quienes después de haber sido heridas con las marcas de oscuridad prefirieron mantenerse ocultas por seguridad. Medea conocía la ubicación actual de una de ellas, no se encontraba muy lejos, más lo difícil sería quitarle su armadura, le consta que esa mujer era capaz de alcanzar el nivel de pelea de un santo dorado, y a pesar de estar herida no entregaría su armadura por nada, mandar a alguno de los santos de plata traidores no era una opción, su única opción era enviar a Sonia, sin embargo ella no se encontraba ahí en ese momento, ella se encontraba cuidando el reactor del Fuego y evitar que los "rebeldes" lo destruyeran. Tras meditar un poco las opciones decidió comentarle a Marte su idea y él, al considerar las posibilidades, decidió mandar a dos personas de confianza para él, a sus dos amigos Mycenas y Fudo, dos santos de oro.
—Mi señor Marte...¿está seguro de esto?—pregunta Mycenas confundido
—Así es
—Pero...es tomarse muchas molestias...por una mujer que es claro no podrá defenderse—añade Fudo—no será trabajo difícil para un santo de plata
—Entiendo eso Fudo, pero es preferible no correr riesgos
—De acuerdo, entonces puede confiar en nosotros—Mycenas asiente— traeremos lo que necesita
—Bien, ya saben, si se resiste a hacerlo por la buena, acaben con ella—Marte les da la espalda y se retira, dejando a los dos santos algo extrañados por tal petición.
A pesar de tener ciertas dudas fueron a cumplir con su labor, salieron de Babel y se dirigieron a donde se encontraba tal mujer. No sabían cómo era físicamente, lo único que estaban tomando en cuenta era su cosmos y el hecho de saber su nombre, sólo eso.
Finalmente dieron con ella, se encontraba en un pequeño pueblo de Grecia, al principio no sabían si era la persona correcta, pero después de escuchar su nombre repetidas veces y visualizar la clothstone colgada en su cuello supieron que era ella.
—Interesante...—susurra Mycenas— si te soy sincero ella no parece la gran cosa
—No la hemos visto actuar, no la puedes juzgar así
—No será difícil, yo lo sé
—Si tú lo dices Mycenas—mirando a la mujer—oh, se está alejando
—¿Qué esperas entonces?, vallamos tras ella
Ambos la seguían de forma sigilosa, ocultando de igual forma su cosmos para que no los sintiera tras de ella. La siguieron hasta una cabaña, aparentemente su hogar, ella entró y fue cuando ellos dejaron de ocultarse, se acercaron a paso lento a la entrada, en la situación en la que estaban era poco indicado tocar la puerta, por lo que Mycenas estaba dispuesto a tirarla, cuando se estaba preparando para golpearla la puerta se abrió y la mujer permaneció estática en la entrada, mirando de pies a cabeza a los hombres frente a ella.
—Vaya—sonríe de lado—entonces eran ustedes quienes me seguían—ambos caballeros mostraron sorpresa en sus rostros—sentí sus cosmos mucho antes de que decidieran ocultarlos
—Interesante, en verdad—piensa Mycenas— entonces dinos, ¿tú eres el caballero femenino de Asteria?
—Así es, y ustedes son Mycenas y Fudo, obtuvieron su rango de caballeros dorados gracias a que accedieron a ayudar a Marte—suspira—y han venido...porque quieren mi clothstone, ¿cierto?
—Eres una mujer muy astuta—menciona Fudo—y como ya sabes a que venimos, ¿cuál es tu decisión?
—No les entregare nada, tendrán que matarme primero para quedarse con mi cloth
—Será como tu quieras—Mycenas enciende su cosmos
—Pero esto no es justo, las peleas deben ser uno a uno—mirando fríamente a ambos
—O de dos contra dos—voltean hacia el origen de esa voz y observan a otra mujer, aparentemente herida igual por la marca de oscuridad—haha Ariana no intentes divertirte sola
—Rebecca—sorprendida—¿qué haces aquí?
—Un avecilla me dijo que tendrías problemas y decidí venir a ayudarte, además estoy segura de que mi cloth les puede ser de utilidad también
—Eso significa que...—Fudo abre los ojos—tú eres la portadora de Leto
—Chico listo—acercándose a ellos—durante la segunda guerra santa...Athena se encontraba en una gran desventaja, por lo que las dos titánides, Asteria y Leto decidieron brindarle su ayuda, guardando parte de su poder en dos armaduras que las representarían a ambas en el ejército de Athena
—Hmm quizás Marte estará complacido de que llevemos ambas cloths—menciona Mycenas
—Ambas corren riesgo al encender su cosmos—interviene Fudo— ¿realmente están dispuestas a pelear por proteger ese poder?
—Lógicamente—susurra Rebecca—no importa si perdemos la vida, nosotras protegeremos el poder que nos fue encargado—da un golpe contra Mycenas quien muestra enojo con ella—¿molesto? haha entonces atrápame si quieres desquitarte—se aleja rápidamente
—Mycenas espera, no...—advierte Fudo al ver a su compañero alejarse tras Rebecca—olvídalo—voltea hacia Ariana—Bueno, ¿qué esperas?, ¿no darás el primer golpe?
—Estoy esperando a ver qué haces tú—seria
—Yo, honestamente quiero evitar pelear contigo
—¡Qué lástima!, no pienso darte mi cloth por la buena
—No tienes porqué arriesgarte inútilmente—tratando de persuadirla
—Mi decisión es irrevocable, no puedo darte algo tan importante y quedarme viendo como Marte destruye este mundo
—...de acuerdo—resignado—entonces me la darás por la mala ¡Shogyo Danzai!
Ariana se encontraba inmovilizada por la cuerda sagrada de Fudo, sentía mucho dolor gracias a que era apretada con mucha fuerza. Dejó escapar un leve quejido mientras pensaba como liberarse, mientras tanto Fudo sentía curiosidad por saber si podría soltarse antes que la cuerda terminara matándola. Tras unos breves instantes Ariana encendió su cosmos logrando destrozar la cuerda, pero al mismo tiempo consiguió que la marca de oscuridad avanzara por su cuerpo, cubriendo por completo su brazo izquierdo.
—¿Ves lo que consigues al resistirte?—señalando su brazo
—Entiendo que mi poder está siendo limitado Fudo, pero...pero aun así soy lo suficientemente fuerte como para hacerte frente—se lanza contra Fudo asestándole un puñetazo en el rostro, el cual es esquivado sin problemas por el dorado. A continuación se dedicó a tirar golpes a diestra y siniestra, confiando en que en algún momento sería capaz de golpearlo, no se equivocó, llegó un punto en que Fudo, por detener otro puñetazo, no detuvo una patada que lo golpeó de lleno en el estómago. Como respuesta Fudo le envió una ráfaga de cosmos, lanzándola lejos y golpeándola fuertemente contra el suelo.
—Había escuchado que eras capaz de alcanzar el nivel de pelea de un dorado, pero me he llevado una gran decepción al ver que...con esfuerzo alcanzas a un plateado
—Claro, búrlate si quieres Fudo—incorporándose con esfuerzo—sin embargo...no debes subestimarme
—Escúchame—acercándose a ella—ya te he dicho que no quiero pelear contigo
—No quieres matarme ahora, ya que sabes que tarde o temprano todo ser viviente en la Tierra será destruido
—Todo es por el bien
—Estás equivocado, deberías abrir los ojos, el mundo que quiere Marte no es el correcto—suspira—y bueno...tambiéndeberías de...no bajar la guardia—de un movimiento rápido da un golpe hacia el rostro de Fudo, rasgándolo levemente con sus uñas. Fudo retrocede y toca su mejilla, ahora teñida de rojo carmesí, miró a Ariana con ira y sorpresa, ella se incorporó y encendió su cosmos a su máximo, la marca de oscuridad avanzaba cada vez más por su cuerpo, pero al parecer a ella no le importaba
—Detente—cubriéndose de la ráfaga de cosmos—te arrepentirás de esto
—No, no lo haré, te mostrare que sí puedo alcanzar el nivel de un caballero dorado ¡Galaxian Explosion!
—Bodai Shogo!
Ambos cosmos chocaron entre sı, ninguno de los dos pensaba ceder, Fudo estaba impresionado, realmente había cometido un error al subestimarla, el cosmos de ella atravesaba el suyo y le provocaba pequeñas heridas. Imitándola el también llevó su cosmos hasta su límite, logrando obtener una gran ventaja sobre ella. Ariana sentía el cosmos de su rival creciendo y supo que ella no podría resistir más, en un último esfuerzo concentró su cosmos en su mano, y al momento de ser golpeada con la técnica de Fudo lanzó un rayo de cosmos que logró golpearlo en la cabeza. Ninguno de los dos se midió y ambos terminaron en el suelo.
Fudo reaccionó a los pocos segundos, sentía un fuerte mareo, se sentía desubicado y su vista se nublaba a ratos. Se puso de pie con esfuerzo y miro a su alrededor, ambas técnicas habían causado mucho desastre. Buscó a Ariana, no sabía si había quedado con vida o si había muerto, finalmente la encontró, estaba despierta por lo menos, pero la maldición de Marte ya cubría la mayor parte de su cuerpo. Fudo sintió cierto remordimiento, a pesar que le advirtió ella no se resignó y le entregó su cloth. Se acercó con paso lento a ella y se agachó para quedar a su altura, Ariana viró su vista hacia él y sonrió tristemente, él sonrió del mismo modo y removió el cabello de su rostro. Tras suspirar pesadamente ella se sentó y se quitó el collar que traía su clothstone, para acto seguido amarrarlo a la muñeca de Fudo.
—¿Qué haces?
—Te doy mi cloth, ¿acaso no es obvio?
—Sí, pero oye...
—No digas nada, te la doy porque no quiero que tengas problemas con Marte...o Medea
—¿Tú qué sabes de Medea?
—Hahaha yo sé muchas cosas Fudo—le da unas palmadas en la espalda—bien, ahora márchate
—Y tú...tú ¿estarás bien?
—¿Preocupado acaso?, por favor no tienes que demostrar una falsa angustia, pero bueno...sí, sí estaré bien
—Eres una persona sorprendente, estoy seguro que si te unieras a Marte...encontrarías la salvación en el nuevo mundo
—Tu realmente le tienes mucha fe a ese "nuevo mundo", ¿acaso tienes idea de qué ocurrirá cuando ese momento llegue?—recibió silencio por parte de Fudo—bueno, la verdad yo tampoco hehe, pero estoy segura que no será nada bueno. Mira Fudo...los martians y Aria estan siendo utilizados por Marte, pero...a su vez...Marte también resulta estar siendo utilizado por alguien más...incluso tú no eres más que una pieza en un gran tablero de ajedrez
—Sí, puede ser pero...—es silenciado por la chica
—No "puede ser", es un "es". Fudo, yo entiendo que no le tengas fe a la humanidad debido a que...bien...destruimos este maravilloso mundo que nos otorgaron los dioses, nos peleamos entre nosotros sin preocuparnos de dañar a terceros o matarnos unos a otros...considerando todo eso...yo tampoco confiaría en el ser humano, de hecho puedo decirte que abandone parcialmente mis esperanzas de que el ser humano cambie radicalmente su modo de pensar y actuar
—¿Parcialmente dices?
—Así es, no creo que entiendas lo mucho que me asombra no haber abandonado por completo mis esperanzas, las cuales pueden parecer totalmente absurdas e irrealizables, y sin embargo, me aferro a ellas a pesar de todo y sigo creyendo en la inmensa bondad del ser humano, creo en el amor de mi diosa Athena por la humanidad
—hmm yo no le encuentro bondad al ser humano
—Eso es porque solo te estás enfocando en todos los aspectos negativos, deberías abrirte más y tenerles...tenernos algo de fe
—No lo sé, no sé cómo confiar en quienes me desilusionan
—Podrías empezar confiando en mí
—¿En tí?, eres mi enemiga
—Y sin embargo...estas aquí, hablando como si la pelea de hace un momento no hubiera tenido lugar. A pesar de ser tu enemiga, no quise hacerte daño y confíe en ti y te di lo que venías a buscar
—Pero eso traerá consecuencias para ti, ¿no hacerme daño? ha, mi rostro nos dice todo lo contrario
—Ah yo...lamento haberlo hecho—pone su mano en la mejilla de Fudo con cierta duda y la acaricia suavemente con el pulgar. Fudo se quedó sorprendido por tan gentil toque, estaba casi seguro de que se había sonrojado, una reacción no muy normal en él. Pasaron unos segundos en silencio, los cuales parecieron ese tiempo observó con detenimiento a Ariana, se veía pensativa, ahí supo que en realidad tenía duda sobre darle su clothstone, pero que al mismo tiempo quería que se las llevara a Marte...ahí había una razón...— mira, yo sé para qué quiere Marte ese poder—suspira—pero también sé que...
—¿Que no podrá usarlo?—colocando su mano sobre la de Ariana dándole a entender que ya había comprendido su decisión
—Exacto, pero él no lo sabrá hasta que lo intente
—Quizás se moleste un poco al enterarse de eso
—No sería culpa tuya, ni de Mycenas, solamente cumplían lo que les encargaron—se encoge de hombros—ahora...es momento que te marches—sujeta a Fudo de los hombros y le da la vuelta para empujarlo
—Oye pero dime porque no podrá...—por ir volteando hacia Ariana Fudo no se dio cuenta de que había alguien frente a él, chocando inevitablemente—...t-tú...¿dónde está Mycenas?
—Ya aparecerá, no te preocupes—mira a su compañera—hehehe Ariana...tú...
—Rebecca, es la decisión que he tomado
—Y la entiendo—mirando a Fudo de pies a cabeza—bien Fudo, no sé qué es lo que mi amiga te haya visto pero...supongo que es algo muy bueno como para encargarte algo tan valioso como su cloth—sonríe de lado y se quita la pulsera que traía su clothstone—y supongo que...yo también puedo confiar en tí, Marte estará contento de que le lleven las dos cloths y no sólo una—extendiendo su mano ofreciéndole la pulsera
—Yo...—mirándola con duda
—Extiéndele la mano—susurra Ariana— confía en ella
—Confiaré en tí—le susurra y extiende su mano, acto seguido Rebecca depositó con cuidado su clothstone en la palma del chico.
—Ahora sí...puedes marcharte, estoy segura que Mycenas te alcanzará cuando te sienta alejarte—le sonríe abiertamente
—Está bien...—mira a Ariana por última vez—Ariana, ¿estás segura de que no quieres...?
—Yo mantendré mi lealtad a mi diosa hasta el final Fudo
—...lo intenté—da media vuelta y se marcha
—¿Sabes Ariana?, no me preocupa lo que pueda hacer Marte si se entera que no las podrá ocupar, me preocupa...—chasquea la lengua— Medea
—Si ella se da cuenta...tendremos problemas, y él igual—suspira—realmente espeto no ocurra nada malo
Mientras Fudo caminaba se topó con Mycenas, quien estaba visiblemente molesto al haberse dado cuenta de que había sido estúpidamente engañado y que todo el tiempo había estado peleando con una ilusión. Después de haberse calmado un poco preguntó a Fudo si había conseguido la cloth, siendo su duda aclarada en cuanto el moreno le mostró la clothstone amarrada a su mano. Mycenas mostró un poco de sorpresa al ver que su compañero lo había conseguido, y se sentía frustrado por el hecho que él no consiguió nada. Sintiendo su ira, Fudo lanzó a sus manos la otra clothstone.
—Mycenas, le diremos al señor Marte que tú la conseguiste, ¿de acuerdo?
—¿De dónde la sacaste?—tras esta pregunta Fudo no supo qué contestar, no podía decirle que se las habían dado por voluntad, por lo que buscó una salida fácil
—En realidad esa otra nujer no traia su cloth con ella, Ariana las tenía ambas y cuando pelee con ella las dejo caer
—¿La mataste?
—No...no es una amenaza para Marte
—¿Que no es una amenaza?, está herida Fudo, y aparentemente tuviste algunos problemas al enfrentarte a ella—señalando el rasguño en el rostro—...no debes dejarte llevar por un lindo rostro
—No sé cómo puedes pensar algo así de mi, Mycenas—molesto aprieta la quijada—no quiero que vuelvas a decir eso, es mentira
—Si tú lo dices, fingiré que lo creo
—Te agradecería que nos vallamos en silencio...y que no se te ocurra decir eso frente al señor Marte
—Puedo intentarlo—suspira—oye...¿acaso le ofreciste unirse a Marte?
—Te pedi que nos fueramos en silencio
—No evadas mi pregunta
—Bien, sí, sí lo hice, pero se negó, ahora por favor, que no se hable más de esto
—De acuerdo, sólo cálmate, y descuida, no diré nada al respecto
