¡Hola!
Les traigo esta historia que es la primera que escribo de Harry Potter, espero que les guste.
Como seguro saben no soy J.K. Rowling y por eso no me pertenecen ninguno de estos personajes ni nada de lo que conozcan.
"Toda acción tiene una reacción"
Sentada en su habitación pensaba en los hechos que habían ocurrido hace tan solo unas cuantas semanas, pensaba en las muertes, el sufrimiento, las familias que quedaron destrozadas pero también recordaba la felicidad que sentía pues Voldemort al fin había sido derrotado. La guerra había sido difícil, muchas veces había pensado en rendirse pero sabía que aunque lo intentara nunca podría haber abandonado al ojiverde que tanto apreciaba y mucho menos al pelirrojo que la hacía suspirar con solo pensar su nombre.
-Hermione...- un chico bastante guapo había entrado a su habitación
-¿Qué pasa?-contestó un tanto enojada por la interrupción sin darse cuenta de quién era.
-¿Así saludas a un amigo?- contestó el pelinegro tranquilamente
-¡Harry!- grito mientras abrazaba efusivamente-¿qué haces aquí?
-Me invitaron a la Madriguera por las vacaciones y quería ver si tú también irás
-Recibí una lechuza de Ginny ayer, pero quedamos que Ginny pasará las vacaciones aquí-comentó un tanto apenada-Aún así te veré en tu cumpleaños ¿no?
-Claro, aunque no me agrada que separes a mi novia de mí todas las vacaciones-estaba recargado en la pared observando el cuarto de su amiga
-Yo sé Harry pero ya era hora de que Ginny conociera mi casa- le sonrió a su amigo intentando que él no se enojara por alejar a su novia tantos días de el- Nos veremos seguido, ¿vale?
-Está bien, adiós- salió del cuarto despidiéndose de su amiga con un gesto con la mano
Los días pasaron y Hermione estaba emocionada por la llegada de su amiga. El día al fin había llegado así que se despertó muy temprano y empezó a preparar el cuarto de visitas que sería ocupado por Ginny. Ya que había terminado decidió perder el tiempo tomando el sol tranquilamente en el jardín. Estaba tranquilamente recostada en su camastro bronceándose cuando escuchó un ruido. Al entrar a la sala se dio cuenta de que su amiga al fin había llegado y se estaba quitando los restos de cenizas.
-Ginny-grito corriendo a abrazarla-por fin llegas
-Me...estás...ahogando...-intentaba separar a su amiga sin tener éxito
-Perdón, fue la emoción-por fin la había soltado- ¿cómo estás?
-Muy...-la castaña empezó pero fue interrumpida por la aparición de dos chicos que conocía bastante bien-! ¡Harry Ron!-dijo entre emocionada y sorprendida
-Decidimos venir a saludarte y a asegurarnos de que Ginny llegara bien-el pelinegro miraba a su amiga sonriente- Aparte Ron quería saludarte, ¿verdad Ron?- no recibió respuesta de su amigo- ¡Ron!- grito notando que su amigo no había despegado la mirada del cuerpo de Hermione que estaba cubierto con un pequeño bikini.
-Hola Herms- saludo el pelirrojo completamente rojo-nosotros ya...ya nos vamos, adiós- después desapareció majestuosamente.
Ginny miró sorprendida la desaparición de su hermano-Siempre tan agradable mi hermanito- comento rodando los ojos.
-Yo ya me voy, nos vemos- desapareció confundido por la actitud de su amigo
-Ahora si estoy segura Ginny, tu hermano me ve como una amiga y nada más
-Lo dejaste impactado con tu cuerpo Herms, lo que necesitas es un cambio de look-miraba a su amiga casi rogándole que aceptara
-No necesito ningún cambio, estoy muy bien así Ginny
-Ok, no tendrás ningún cambio pero no vengas a llorar conmigo cuando Ron regrese con Lavender el próximo año. Aunque pensándolo bien tal vez se consiga un nuevo modelito, después de todo ayudó en la caída de Voldemort y seguramente muchas niñas estarán tras de él. Aparte de todo mi hermano no es feo y tiene buen cuerpo pero creo que eso no es necesario decírtelo, lo sabes mejor que nadie
-Ok, lo haré- dijo la castaña no muy convencida
Ginny sonrió triunfalmente, conocía a la perfección a su amiga y también a su hermano y estaba segura de que él se iba a fijar en ella cuando hubiera cambiado un poco su look. Desde que notó como su hermano miraba a Hermione hace tan solo unos momentos supo que esa era la mejor manera de juntar a Ron y a Hermione.
Acostado en su cama pensaba en Hermione, era su amiga y eso lo sabía bien pero al verla con ese pequeño bikini se le olvidaban tantos años de amistad dejando solo un pensamiento en su cabeza: su mejor amiga ya no era una niña, era toda una mujer. Mentalmente repaso el cuerpo que por unos pocos minutos pudo admirar, pechos pequeños pero perfectamente redondos, cintura pequeña y abdomen plano y unas piernas que le gustaría que enseñara más seguido. Sin duda tenía el cuerpo deseado por muchas, pero desgraciadamente iba a ser la única vez que pudiera admirar a su mejor amiga de esa manera. Sabía que no debía de pensar de esa manera de ella pero últimamente pasaba noches de insomnio pensando en ella, en su carácter, su cara, su risa, y su cuerpo. Definitivamente su mejor amiga ya era toda una mujer y una bastante atractiva.
