DEVUÉLVEME LA VIDA
Muchos son los que temen al dolor. Tal vez es porque lo asocian a una herida en alguna parte del cuerpo, un corte que provoca que las terminales nerviosas se vuelvan locas, o lo asocian con verse desangrar lentamente y no poder hacer nada por salva su inmunda existencia. Pero ese tipo de dolor no es nada comparado con el dolor que se siente al perder a la persona que amas, hay una herida, cierto, pero una profunda y terrible herida en tu corazón que curiosamente no sangra, pero duele, y el dolor se transporta a través de la sangre por todo el cuerpo, no sientes la desesperación de verte desangrando, pero si sientes las desesperación de que tu estas vivo... y él no. Sientes la desesperación de que tu inmunda existencia si se salvó y él fue el precio para ello... y te duele, y te sientes culpable... y solo...
Tal vez te dirías "Ya estas acostumbrado a estar solo ¿de que te quejas?" pero la verdad es que la soledad había desaparecido desde que él te tomo entre tus brazos y con sus caricias fue despertando en ti la esperanza de vivir y con sus besos te devolvió la vida. Es por eso que ahora que el no esta, la soledad es aún más cruel contigo, recordándote a cada segundo que estas solo, que no estas con él.
*************
-¿Draco? - lo llamó una voz gentil. Hermione lo veía desde la puerta de su habitación. Ron detrás de ella, ambos con miradas tristes. Draco estaba sentado en la base del ventanal, tenía las piernas pegadas a su pecho y sus brazos sujetándolas. Sus ojos estaban hinchados por tanto llorar y aún no dejaban de hacerlo, las lágrimas surcaban su rostro sin misericordia. Hermione estuvo a punto de echarse a llorar ahí mismo nuevamente, pero la mano de Ron sobre su hombro le dio fuerza para decir las siguientes palabras - Es hora - pero Draco no hizo ningún movimiento, la chica pensó que tal vez no la había escuchado, o un peor: que había recaído a un estado vegetativo. Cuando iba a acercarse notó como el rubio cerraba los ojos y suspiraba, ante ese movimiento más lagrimas fluyeron de sus ojos, luego de unos segundos se puso en pie y con lentitud se dirigió hacia Hermione y Ron.
-Vamos - les dijo con voz temblorosa. Los tres comenzaron a caminar rumbo al Bosque Prohibido, su paso era lento a propósito, no querían llegar a su destino, pero tarde o temprano tendrían que afrontarlo. Llegaron hasta una capilla situada a la entrada del Bosque Prohibido, cerca del lago. El profesor Dumbledore la había mandado construir al iniciar la guerra, había dicho que sería el lugar ideal para aquellos que dieran su vida en la guerra, tal vez supo que él estaría entre los que dieron su vida, y no queriéndose alejar de Hogwarts la había mandado hacer. Había muchos magos y brujas alrededor de la capilla, la mayoría se trataba de los sobrevivientes de la guerra, entre ellos estaba el Profesor Snape que, para sorpresa de muchos, presidía el cortejo, al igual que magos y brujas también estaban criaturas mágicas como centauros, elfos, incluso algunos gigantes, todos estaban ahí para darle "el último adiós" a la persona que yacía en un féretro hecho de cristal, lo que permitía a todos verlo a la perfección. El cuerpo no parecía estar ya sin vida, al contrario, parecía estar lleno de ella, su piel ligeramente morena brillaba, sus labios estaban con ese ligero color carmín que los habían caracterizado, su cabello negro y revuelto descansaba a su alrededor, y sus ojos, sus ojos permanecían cerrados, como si disfrutase del placer del sueño, un sueño eterno, del que nunca lo verían despertar.
Al ver llegar a los tres chicos, la multitud se hacía a un lado permitiéndoles entrar, todos sabían de quienes se trataban y el honor y respeto que merecían. Al llegar frente al ataúd, Draco sintió que sus fuerzas se escapaban y por un lado lo deseó con fuerza, tal vez si caía muerto en ese lugar, en ese instante, podría encontrarse con él. Escuchó sollozar a Hermione a sus espaldas, seguramente ahora sería abrazada por Ron en un intento de darle fortaleza, cuando el pelirrojo se desmoronaba por dentro. Todos sufrían, todos lloraban la muerte de ese chico en el que recaía la esperanza del salvar al mundo mágico, y lo había logrado, lo había salvado, pero a que precio. Draco paseó su vista por el féretro, todo estaba según sus ordenes, si alguien tenía el derecho de decidir de que forma se enterraría a ese cuerpo al que tantas noches amó, ese alguien era él. El cuerpo había sido hechizado para que el tiempo no pasará por el y llegara a descomponerse, conservaría su juventud y belleza, no se atrevía a profanar ese cuerpo con el fuego, mucho menos dejarlo pudrirse y que los gusanos disfrutaran de él. No, aún después de muerto lo cuidaría. Muerto, esa palabra se repetía una y otra vez en su cabeza, clavándose como una daga en su corazón.
Ese era el verdadero dolor, al que todos debían temerle.
Observó la placa de oro colocaba a un costado del ataúd, tenía grabados en su superficie, eran palabras expresadas desde lo más profundo del corazón de quienes las plasmaron en la placa. Conforme iba leyendo sentía como sus lagrimas recorrían su rostro, pronto el respirar se hizo una tarea difícil, sentía como su corazón se desangraba, como el dolor de verlo ahí, ser conciente de que ya no lo vería reír, que ya no lo escucharía decirle 'te amo', de ya no tenerlo en sus brazos, lo destrozaba. Se dejó caer sobre sus rodillas, llorando y gritando, nadie se sorprendió de verlo así, sabían lo que Draco habían sentido por él, conocían ese dolor y nadie se atrevió a acercarse a él, salvo un hombre, Severus se acercó hasta el chico que estaba arrodillado reclamándole al cielo el haberle arrebatado lo único a lo que llegó a amar, colocó su mano sobre el hombro de Draco en una señal de compañía en su dolor. Draco temblaba con fuerza, quería morirse, lo anhelaba. En un arrebato se arrojó contra el féretro intentando aferrarse a él, y de ser posible ser enterrado junto a él. Hermione lloró con más fuerza aferrándose a Ron, quien se debatía entre seguir cuidando a la chica o tratar de hacer entrar a Draco en razón. Snape tuvo que intervenir, hizo que Draco soltara el féretro utilizando la fuerza, Draco se aferró al cuerpo de su profesor llorando abiertamente viendo como el ataúd donde descansaba la persona que amaba era llevado dentro de la capilla para luego ser sellada con magia.
Poco a poco todos los presentes se retiraron, Ron llevó a Hermione dentro del castillo, solo Draco permanecía ahí, junto a Snape que se negaba a dejarlo solo, cuando la noche cayó, Severur forzó a Draco a entrar también al castillo, el chico estaba demasiado débil y triste como para oponer la resistencia suficiente que le permitiera quedarse, así que se dejó guiar.
El manto nocturno cubría gracilmente todo a su alrededor, totalmente ajeno a la pena que embargaba a todos los seres vivientes. Un rayo de luna se filtró por una de las torres de la capilla, iluminando la placa de oro que horas antes había sido elaborada por los dos mejores amigos y el amante de aquel al que fueron a despedir.
"Aquí yace el Héroe del Mundo Mágico
El chico que derrotó al Innombrable
Y que dio su vida por ello.
Aquí yace el amigo fiel,
Siempre te recordaremos como el chico
Que nos unió y nos dio la oportunidad
De conocer al corazón detrás de la fama:
Nuestro hermano yace aquí.
Aquí yace el amor de mi vida,
El hombre al que amé y me amó
Al que amaré aunque la muerte se interponga,
Porque aún después de muerto
Mi corazón solo latirá por la esperanza
De reunirnos cuando mi vida termine
Y amarnos como en vida lo hicimos.
Aquí yace Harry Potter"
*********************
¿Qué les pareció la introducción? Se que se preguntará ¿Cómo diablos voy a hacer un fic de Harry y Draco, si Harry ya esta muerto? Pero antes de que la muerta sea yo (por aquello de ciertas amenazas que recibía en cierto fic pasado), permítanme explicarles. Este fanfic se centrará en una de las tradiciones de México, como algunos sabrán soy mexicana, y hoy es dos de noviembre, lo que quiere decir que en México es día de Todos los Difuntos, hay cierta tradición sobre un altar de muertos y que en esta noche a los difuntos se les permite reunirse con sus familiares y seres queridos. Alrededor de eso girará esta historia, claro que además de la cultura mexicana haré uso de la cultura griega, por aquello del Hades, ya se podrán ir imaginando de que tratará este fic ¿cierto? Bueno, para cualquier duda, comentario, o amenaza de muerte, espero sus reviews. Nos vemos
Muchos son los que temen al dolor. Tal vez es porque lo asocian a una herida en alguna parte del cuerpo, un corte que provoca que las terminales nerviosas se vuelvan locas, o lo asocian con verse desangrar lentamente y no poder hacer nada por salva su inmunda existencia. Pero ese tipo de dolor no es nada comparado con el dolor que se siente al perder a la persona que amas, hay una herida, cierto, pero una profunda y terrible herida en tu corazón que curiosamente no sangra, pero duele, y el dolor se transporta a través de la sangre por todo el cuerpo, no sientes la desesperación de verte desangrando, pero si sientes las desesperación de que tu estas vivo... y él no. Sientes la desesperación de que tu inmunda existencia si se salvó y él fue el precio para ello... y te duele, y te sientes culpable... y solo...
Tal vez te dirías "Ya estas acostumbrado a estar solo ¿de que te quejas?" pero la verdad es que la soledad había desaparecido desde que él te tomo entre tus brazos y con sus caricias fue despertando en ti la esperanza de vivir y con sus besos te devolvió la vida. Es por eso que ahora que el no esta, la soledad es aún más cruel contigo, recordándote a cada segundo que estas solo, que no estas con él.
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-¿Draco? - lo llamó una voz gentil. Hermione lo veía desde la puerta de su habitación. Ron detrás de ella, ambos con miradas tristes. Draco estaba sentado en la base del ventanal, tenía las piernas pegadas a su pecho y sus brazos sujetándolas. Sus ojos estaban hinchados por tanto llorar y aún no dejaban de hacerlo, las lágrimas surcaban su rostro sin misericordia. Hermione estuvo a punto de echarse a llorar ahí mismo nuevamente, pero la mano de Ron sobre su hombro le dio fuerza para decir las siguientes palabras - Es hora - pero Draco no hizo ningún movimiento, la chica pensó que tal vez no la había escuchado, o un peor: que había recaído a un estado vegetativo. Cuando iba a acercarse notó como el rubio cerraba los ojos y suspiraba, ante ese movimiento más lagrimas fluyeron de sus ojos, luego de unos segundos se puso en pie y con lentitud se dirigió hacia Hermione y Ron.
-Vamos - les dijo con voz temblorosa. Los tres comenzaron a caminar rumbo al Bosque Prohibido, su paso era lento a propósito, no querían llegar a su destino, pero tarde o temprano tendrían que afrontarlo. Llegaron hasta una capilla situada a la entrada del Bosque Prohibido, cerca del lago. El profesor Dumbledore la había mandado construir al iniciar la guerra, había dicho que sería el lugar ideal para aquellos que dieran su vida en la guerra, tal vez supo que él estaría entre los que dieron su vida, y no queriéndose alejar de Hogwarts la había mandado hacer. Había muchos magos y brujas alrededor de la capilla, la mayoría se trataba de los sobrevivientes de la guerra, entre ellos estaba el Profesor Snape que, para sorpresa de muchos, presidía el cortejo, al igual que magos y brujas también estaban criaturas mágicas como centauros, elfos, incluso algunos gigantes, todos estaban ahí para darle "el último adiós" a la persona que yacía en un féretro hecho de cristal, lo que permitía a todos verlo a la perfección. El cuerpo no parecía estar ya sin vida, al contrario, parecía estar lleno de ella, su piel ligeramente morena brillaba, sus labios estaban con ese ligero color carmín que los habían caracterizado, su cabello negro y revuelto descansaba a su alrededor, y sus ojos, sus ojos permanecían cerrados, como si disfrutase del placer del sueño, un sueño eterno, del que nunca lo verían despertar.
Al ver llegar a los tres chicos, la multitud se hacía a un lado permitiéndoles entrar, todos sabían de quienes se trataban y el honor y respeto que merecían. Al llegar frente al ataúd, Draco sintió que sus fuerzas se escapaban y por un lado lo deseó con fuerza, tal vez si caía muerto en ese lugar, en ese instante, podría encontrarse con él. Escuchó sollozar a Hermione a sus espaldas, seguramente ahora sería abrazada por Ron en un intento de darle fortaleza, cuando el pelirrojo se desmoronaba por dentro. Todos sufrían, todos lloraban la muerte de ese chico en el que recaía la esperanza del salvar al mundo mágico, y lo había logrado, lo había salvado, pero a que precio. Draco paseó su vista por el féretro, todo estaba según sus ordenes, si alguien tenía el derecho de decidir de que forma se enterraría a ese cuerpo al que tantas noches amó, ese alguien era él. El cuerpo había sido hechizado para que el tiempo no pasará por el y llegara a descomponerse, conservaría su juventud y belleza, no se atrevía a profanar ese cuerpo con el fuego, mucho menos dejarlo pudrirse y que los gusanos disfrutaran de él. No, aún después de muerto lo cuidaría. Muerto, esa palabra se repetía una y otra vez en su cabeza, clavándose como una daga en su corazón.
Ese era el verdadero dolor, al que todos debían temerle.
Observó la placa de oro colocaba a un costado del ataúd, tenía grabados en su superficie, eran palabras expresadas desde lo más profundo del corazón de quienes las plasmaron en la placa. Conforme iba leyendo sentía como sus lagrimas recorrían su rostro, pronto el respirar se hizo una tarea difícil, sentía como su corazón se desangraba, como el dolor de verlo ahí, ser conciente de que ya no lo vería reír, que ya no lo escucharía decirle 'te amo', de ya no tenerlo en sus brazos, lo destrozaba. Se dejó caer sobre sus rodillas, llorando y gritando, nadie se sorprendió de verlo así, sabían lo que Draco habían sentido por él, conocían ese dolor y nadie se atrevió a acercarse a él, salvo un hombre, Severus se acercó hasta el chico que estaba arrodillado reclamándole al cielo el haberle arrebatado lo único a lo que llegó a amar, colocó su mano sobre el hombro de Draco en una señal de compañía en su dolor. Draco temblaba con fuerza, quería morirse, lo anhelaba. En un arrebato se arrojó contra el féretro intentando aferrarse a él, y de ser posible ser enterrado junto a él. Hermione lloró con más fuerza aferrándose a Ron, quien se debatía entre seguir cuidando a la chica o tratar de hacer entrar a Draco en razón. Snape tuvo que intervenir, hizo que Draco soltara el féretro utilizando la fuerza, Draco se aferró al cuerpo de su profesor llorando abiertamente viendo como el ataúd donde descansaba la persona que amaba era llevado dentro de la capilla para luego ser sellada con magia.
Poco a poco todos los presentes se retiraron, Ron llevó a Hermione dentro del castillo, solo Draco permanecía ahí, junto a Snape que se negaba a dejarlo solo, cuando la noche cayó, Severur forzó a Draco a entrar también al castillo, el chico estaba demasiado débil y triste como para oponer la resistencia suficiente que le permitiera quedarse, así que se dejó guiar.
El manto nocturno cubría gracilmente todo a su alrededor, totalmente ajeno a la pena que embargaba a todos los seres vivientes. Un rayo de luna se filtró por una de las torres de la capilla, iluminando la placa de oro que horas antes había sido elaborada por los dos mejores amigos y el amante de aquel al que fueron a despedir.
"Aquí yace el Héroe del Mundo Mágico
El chico que derrotó al Innombrable
Y que dio su vida por ello.
Aquí yace el amigo fiel,
Siempre te recordaremos como el chico
Que nos unió y nos dio la oportunidad
De conocer al corazón detrás de la fama:
Nuestro hermano yace aquí.
Aquí yace el amor de mi vida,
El hombre al que amé y me amó
Al que amaré aunque la muerte se interponga,
Porque aún después de muerto
Mi corazón solo latirá por la esperanza
De reunirnos cuando mi vida termine
Y amarnos como en vida lo hicimos.
Aquí yace Harry Potter"
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¿Qué les pareció la introducción? Se que se preguntará ¿Cómo diablos voy a hacer un fic de Harry y Draco, si Harry ya esta muerto? Pero antes de que la muerta sea yo (por aquello de ciertas amenazas que recibía en cierto fic pasado), permítanme explicarles. Este fanfic se centrará en una de las tradiciones de México, como algunos sabrán soy mexicana, y hoy es dos de noviembre, lo que quiere decir que en México es día de Todos los Difuntos, hay cierta tradición sobre un altar de muertos y que en esta noche a los difuntos se les permite reunirse con sus familiares y seres queridos. Alrededor de eso girará esta historia, claro que además de la cultura mexicana haré uso de la cultura griega, por aquello del Hades, ya se podrán ir imaginando de que tratará este fic ¿cierto? Bueno, para cualquier duda, comentario, o amenaza de muerte, espero sus reviews. Nos vemos
