Nota: Sé que aún me falta mucho para ser una buena escritora, pero puse mucho esfuerzo en este fanfic, ya que se lo dedico a dos personitas especiales.

Clau: Gracias por que gracias a ti me empezó a llamar la atención el k-pop. Por ser una gran amiga que siempre sabe escuchar. Te quiero!

Pato: Por que te quiero mucho y se que esta es una de tus canciones favoritas, y no podía dejarte fuera. Gracias por que sé que de repente soy muy gorrosa y difícil de aguantar y aún así me sigues hablando.

Espero no ser tan confusa con los tiempos, ya que esta historia maneja muchos flash Back, pero como aclaración, la letra cursiva o, en su defecto los 0o0o0o0 marcan la diferencia. Gracias =D

Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertenecen.

WEDDING DRESS

By Ninde Elhenair

o0o0o0o

Era el día.

Levantó su mano a la altura de su cara para ajustar perfectamente el botón plateado a su muñeca. Éste, al recibir un ligero rayo de luz, produjo un destello que le recordó a sus ojos; esos ojos nacarados con los que soñaba cada noche desde hacia casi dos años, unos ojos que con su brillo y alegría lograron sacarlo del abismo de soledad en el que se encontraba, permitiéndole ver lo hermoso de cada día, por el simple hecho de que en su camino pudiera encontrarla al pasear.

Tomó del perchero junto al espejo un chaleco negro que hacía juego con la camisa y se lo colocó, dejando los últimos dos botones de la camisa de abajo desabrochados, una máscara en tono negro cubría la mitad de su rostro, que por esta ocasión tan especial no portaba la banda shinobi que lo representaba como ninja de Konoha. Por el reflejo pudo apreciar la mesa que se encontraba detrás de él; dándose la vuelta tomó la pequeña caja de terciopelo rojo que estaba en la esquina. No supo exactamente cuanto tiempo la estuvo mirando, simplemente reflexionando lo que esa pequeña caja significaba, la guardó en su bolsillo izquierdo, antes de salir del apartamento.

Suspiró.

Por más que intentaba mantener su cabeza fría y serena, todo en lo que podía pensar era en ella, en sus sonrisas, en sus miradas de complicidad, en ese lazo que formó con él y nadie más. No entendía como, porque o cuando se comenzaron a dar las cosas entre ellos.

Siempre pensaba que nunca conocería el amor, pero lo hizo, a sus 35 años estaba perdidamente enamorado de la última persona que se hubiera imaginado, y ¿cómo no hacerlo? si en lo largo de los últimos tres años, su convivencia se volvió casi diaria, escuchándose mutuamente, de misión, encuentros casuales en las calles, todo se tornó simplemente perfecto.

Sintió en su cara un poco de viento más fuerte de lo normal; no pudiendo evitar sonreír. Fue precisamente el viento el que había comenzado a tejer su historia...

0o0o0o0

Regresaba de una misión de varias semanas de espionaje en el país de la Niebla. Había llegado un comunicado de que viejos ninjas querían implementar el antiguo y sangriento sistema que se manejaba con anterioridad en la academia; siendo él designado para ir a corroborar estos hechos, no fue una tarea fácil, debía admitirlo. La mayoría de la gente aún desconfiaba de otras aldeas tras cuarta guerra ninja; sin embargo pudo disipar a los rebeldes, ayudando en su captura.

Y ahora que por fin volvía, lo que más deseaba en ese momento era llegar a casa, tomar algo caliente y dormir hasta el día siguiente, pero tenía que ir con la Godaime e informarle, después de todo, esa misión se la designo ella especialmente a él.

Se ajusto mejor la capa que lo protegía del fuerte viento que se había desatado una hora antes, y camino rumbo a la torre, en el trayecto notó como todos los habitantes de la aldea se había refugiado en sus casas, cerrando negocios y atracciones públicas, el viento era, en una palabra, feroz. Rápidamente sus pasos lo llevaron donde la Hokage, siendo testigo del caos que predominaba dentro del edificio: Varias ventanas estaban rotas como consecuencia de la ventisca, haciendo que papeles volaran de un lado a otro, con gente tras ellos, intentando de ponerlos en cajas para ordenarlos posteriormente.

Al fondo del pasillo pudo ver a Sakura y Naruto. La primera golpeando al rubio en la cabeza después de que este derramara sobre una montaña de portafolios un garrafón de agua con el que tropezó.

Definitivamente sus alumnos, no importando la edad que tuvieran, seguirían actuando como niños de 12 años.

Tocó dos veces.

Al escuchar el permiso para ingresar, entró, encontrándose a la Hokage, intentando ordenar el lío de papeles sobre su escritorio; no le tomó mas de dos minutos explicar los resultados y contrariedades de la misión; por fin iría a casa a descansar.

Las calles estaban completamente vacías y él simplemente seguía la dirección a su casa, sin ser conciente exactamente del terreno donde pisaba... y quizás si, si fue casualidad que un papel color rojo se atravesara en su camino, pero la decisión de seguirlo de reojo hasta perderse en el parque, fue de él.

Y la vio.

Al principio no distinguió a la joven sentada en el columpio, dándole la espalda, pero ese tono de cabello era inconfundible; sus pasos se dirigieron hacia ella y la miró temblar de forma compulsiva, sus manos sujetaban las cadenas a sus costados con fuerza, sus nudillos estaban más blancos que el resto de su piel. ¿Cómo se le ocurría estar a la intemperie con solo esa ropa puesta? Un pantalón de mezclilla y una blusa de manga larga en tono lila, ni siquiera llevaba zapatos adecuados, sino unas simples zapatillas que dejaban al descubierto sus tobillos desnudos.

-Hinata- le habló, esperando respuesta.

-Kakashi sensei- respondió ella al mismo tiempo que se levantaba y daba la vuelta para saludarlo. Se abrazó a si misma

-¿Que haces aquí con este frío? Podrías resfriarte

-Yo... espero a Naruto kun... tenemos... u... una cita- respondió con las mejillas sonrojadas.

-Ya veo... pero, debiste traer un abrigo.

-C...Cuando llegué... n...no hacía... frío.

Kakashi cerró los ojos. La temperatura había descendido drásticamente hace sólo dos horas cuando el viento se soltó... ¿Tanto llevaba esperando? Se sentía decepcionado de su ex alumno; acababa de verlo hace unos minutos en compañía de Sakura, probablemente olvidando la cita con la heredera Hyuga. Suspiró cansado. Desvió su mirada al reloj que estaba en el parque, acto que imitó ella.

-Pero- la escuchó susurrar -Creo que... debo irme... es... tarde.

-Te acompaño- respondió Kakashi, por reflejo. Comenzó a caminar a su lado, a los pocos minutos vio como el edificio con su apartamento se perdía de vista y no pudo contener un bostezo, realmente quería llegar a dormir y no despertar en al menos 15 horas.

Un extraño sonido lo distrajo y volteó a su izquierda, Hinata seguía abrazándose a si misma y temblaba demasiado, abrazándose a si misma. Kakashi se desabrochó su capa de viaje y, al estar frente a frente, la acercó a él, metiéndola entre su ropa para darle calor; vio como sus mejillas se teñían de escarlata y el también sintió repentinamente calor en su rostro, a pesar de que el cuerpo de ella estaba helando.

-¿Por que no llegó?- exclamó en voz baja, antes de romper a llorar.

Lloró con todas sus fuerzas, aferrándose al chaleco de Kakashi; y él la dejó, sabía que necesitaba desahogar todo el sentimiento guardado, ni siquiera supo cuando terminaron los dos de rodillas en el suelo, lo que si sentía era cada lágrima que tocaba su pecho, hasta que quedó dormida de tanto llorar.

Después la llevó a su casa.

0o0o0o0

Aún recuerda que al día siguiente, en la tarde, la tuvo enfrente de su puerta, con una caja de galletas caseras "Gracias" le había dicho ella, antes de irse. Ese día también (a pesar de querer seguir durmiendo) buscó a Naruto para contarle lo sucedido; la cara de arrepentimiento de Naruto nunca la olvidaría.

Porque sí, había olvidado su cita por ayudar a Sakura con el desastre por el que pasaban.

Prestó mas atención a sus pasos al ver los pies de los niños corriendo frente a él, y se detuvo para dejarlos pasar tranquilos mientras jugaban; al voltear a la derecha, pudo ver la florería Yamanaka: Ino le daba la espalda a la vitrina mientras se encargaba de, lo que parecía ser, un ramo de orquídeas blancas; a su lado veía a su madre, terminando de decorar con rosas pequeños adornos sobre pedestales, de esos que se colocan en los pasillos. Por la puerta salían Inoichi y Choza, cargando los pesados laterales, atrás de ellos, Sai cargaba una caja mediana que contenía algunas velas.

Todos iban al mismo lugar que él.

Cruzó la calle, no perdiendo de vista el campanario ni las estatuas de Hokages más atrás... Y es que allí, en ese lugar, se podría decir que su amistad comenzó. Mientras miraban toda la ciudad de Konoha, varias semanas después.

0o0o0o0

-Hinata- le llamó al verla recargada en el barandal.

-Kakashi sensei, buenas tardes- le respondió con una sonrisa.

Él se situó a su lado, recargándose también. A veces, cuando se encontraban cruzaban palabras de cortesía pero lo que más disfrutaba de ella, era su silencio; en esos tiempos era reconfortante la gente que sabía callar cuando era necesario... pero hoy sentía ánimos de entablar conversación.

-Escuché que harás el examen para chunin de nuevo, me da gusto.

-Espero lograrlo... me... me he esforzado mucho- calló unos segundos -Sensei

-Si

-Aquel día- refiriéndose a lo acontecido en el parque -Me siento mal... yo... lloré como una tonta sobre usted.

-Tienes sentimientos, Hinata. Malo hubiera sido que no lloraras, o peor aún, que lloraras sola-.- volteó a verla, sintiendo su cabello, ondeando, rozarle la mejilla -¿Hablaste con él?

-... No, pero está bien... él, debió tener cosas que hacer... y no habrá tenido tiempo de avisar.

-"Imposible"- pensó Kakashi. El sabía que Naruto realmente la había olvidado -Seguramente- mintió -De ahora en adelante, Hinata... puedes confiar en mi, como un amigo.

-¿Amigo?

-Si, todos necesitamos uno. Y yo estaré allí cuando lo necesites- la vio sonreír a modo de respuesta.

El silencio reinó entre ellos unos minutos más...

0o0o0o0

Entró por la parte trasera de la iglesia, allí había una especie de sala de espera, con tres sillones en tono rojo, en la pared un espejo y al fondo una puerta que conectaba con un pequeño salón, el cual se encontraba cerrado con seguro, metió la mano en su bolsillo derecho, acariciando con ternura el contenido.

Se sentó en el sillón que estaba mas cerca de la segunda puerta, escuchando el alboroto del interior. Todas las voces eran femeninas, dando indicaciones, pidiendo cosas e incluso gritándose por, seguramente, algún error cometido; la inconfundible voz de Ten Ten con su gritó "Así no es" era inconfundible, pronto las risas llenaron la habitación de al lado. Sin embargo él solo fue consciente de la de ella. Y es que su risa jamás la confundiría, no desde que la escuchó por primera vez.

Cerró los ojos.

0o0o0o0

Se sentó en el columpio que estaba junto a ella, como ya llevaba varias ocasiones haciéndolo. Ella vestía un sencillo vestido en color beige y un suéter rosa pastel abierto de enfrente, sus pies calzaban unas sandalias de listones color rosa.

-Yoo- saludó mientras se sentaba.

-Hola- le respondió, sonriéndole un poco. En sus manos sostenía un libro de cuero pequeño.

-¿Qué lees?

-¡Ah! Esto... es... no... no leía... es... mi diario.

-Ya veo... matabas el tiempo mientras esperabas, bien hecho. Yo suelo leer- le dijo mientras le enseñaba un libro de portada verde. la vio sonrojarse mientras su mirada seguía fija en el libro. -De hecho, te pareces a uno de los protagonistas- soltó, intentando molestarla un poco.

-¿Yo? Como personaje de... esos libros.- su rostro estaba completamente rojo.

-Si... mira- se levantó y se situó delante de ella, en cuclillas, abriendo el libro en una página elegida al azar.

-N... no- alegó Hinata, cerrando los ojos y volteando su mirada. ¡Por Dios que no quería leer! y menos sabiendo la lectura que habituaba el junnin

-Vamos, lee, lee, lee- le dijo tomando su mano por la derecha, jalándola un poco -De acuerdo, entonces lo leeré en voz alta: Era un día caluroso... - comenzó -... Todo el verano lo había sido pero eso no le impedía pensar en el sueño de esa noche, y es que los hombres que conoció el día anterior jamás los olvidaría.

-Basta... no... no...- intentó cerrar el libro para evitar que siguiera, forcejeando en ello. Sintió cuando se despegó del columpio, pero no pudo hacer nada para evitar caer sobre Kakashi. Él sólo atinó a aventar el libro a un lado para recibirla y evitar que se golpeara al caer.

Recibió el impacto de lleno en la espalda, Hinata cayó sobre él, con una pierna a su costado y la otra entre sus piernas, sus manos pequeñas apoyadas en el pecho de él. La sintió respirar agitada, su pecho moviéndose de arriba hacia abajo.

-"Mierda"- pensó Kakashi. Seguro la había lastimado por su tonto juego. Y ni siquiera era un Icha Icha, el contenido no era erótico, pues era el primer libro de Jiraya, aquel que tanto le gustó a su sensei, Minato. Con su mano rodeó su cintura -Hinata ¿estas...

Pero la pregunta quedó en el aire al escucharla. Estaba riendo. Riendo con ganas mientras seguía aferrada a su pecho, la soltó y comenzó a reír junto a ella. Poco después la ayudó a levantarse, sin dejar de reír.

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Y supo que fue esa risa la que lo hizo notarla, no como una alumna o una amiga, sino como mujer. Comenzó a amar sus sonrojos, sus disimulas sonrisas, sus pláticas amenas. Ella era como esa luz en medio de la oscuridad que se había vuelto su vida, llenando cada aspecto en su corazón, convirtiéndose en la mujer ideal; aquella que pensó no existía o jamás encontraría... Siendo sincero, aquella que pensó jamás le correspondería. Y se conformó con ser su mejor amigo, encontrándosela en las calles, en alguna misión, cualquier momento a su lado lo atesoraba como lo más hermoso de su vida.

Sería tonto decir que se enamoro a primera vista. Fue cuestión de tiempo y circunstancias apropiadas... Y aquí estaba, dos años después, esperando por...

-Kakashi sensei... ¡Llegaste temprano!

-Naruto- dijo, reconociendo la voz. Abrió los ojos y se levantó -Insisto ¿cuando fue el día que perdiste respeto por tu sensei?

Naruto rió -Lo siento

-Sinceramente pensé que llegarías tarde como siempre- Shikamaru se quedó recargado en la puerta al hacer el comentario.

Choji, Lee, Neji y Sasuke ya estaban acomodados en los sillones.

-No este día, Naruto... Es muy especial.

-Vaya que si... y dime- se acercó a él, dándole pequeños codazos -¿La has visto? ¿Como se ve?

-¡Ustedes!- La inconfundible voz de Sakura les puso los pelos de punta.

Vestía un vestido color celeste, su cabello, de nuevo largo, recogido en un sencillo pero elegante peinado

-No pueden estar aquí- continuó -Ni el novio ni ningún hombre debe ver a la novia antes de que llegue al altar.

-Eso no es del todo cierto- alegó Kakashi.

-Fuera, fuera, fuera... Además, la ceremonia esta por empezar, ¡deberían estar ya adentro!- los sacó y cerró con llave, sonrió -Hinata... me alegro por ti.

...

No supo cuando dejó de escuchar las voces de los otros. Sólo podía escuchar su corazón latiendo con fuerza, incluso su respiración se torno ligeramente mas rápida.

Con cada paso escuchaba las campanadas de la iglesia, que avisaban que la ceremonia empezaría, se detuvo al frente, tomando su lugar y mirando con insistencia la puerta.

Recordando todos y cada uno de los momentos a su lado, pero sobre todo, el que los llevo al lugar donde se encontraban en ese momento.

0o0o0o0

El cumpleaños de la Godaime era algo que toda la aldea celebraba con una gran fiesta, que más bien parecía una feria, pues juegos locales y de recuerdos se abrían a todo el público por el día tan especial.

Probablemente Tsunade sama se molestaría con él por intentar opacar ese día con lo que tenía pensado, pero no podía esperar ni un día mas, la localizó rápido, hablando con su hermana Hanabi y con Ten Ten. Ese día llevaba unos pantalones de mezclilla ajustados y una blusa un poco holgada que caía por sus hombros, ciñéndose a su cintura, su cabello recogido en una coleta alta.

-Tengo que hablar contigo- le dijo antes de tomarla de la mano y llevársela a una calle que en ese momento se encontraba desierta.

Los nervios estaban a flor de piel, casi ni podía respirar y un hormigueo se apoderó de su estómago, se detuvo y la vio recargarse en la pared, mirándolo confundida al principio. y sonrió... Cuanto amaba esa sonrisa. La amaba tanto.

-Yo... verás- metió la mano en su bolsillo derecho, dándole vueltas al anillo que había comprado justo el día anterior -Hinata...

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La vio aparecer en la puerta, con el ramo de orquídeas que justo hace unos momentos vio a Ino hacerlo. Parecía un ángel, sonriendo y con las mejillas sonrojadas. El vestido le quedaba a la perfección, la falda no era amplia y la tela parecía tersa y cómoda, su cintura estaba ajustada por un corsé con incrustaciones de piedras brillantes, delineando su cintura. su escote era de la misma tela vaporosa de la falda. Su cabello, en bucles, caía sobre sus hombros y espalda.

En su vida pensó que vería una imagen tan perfecta como lo era ella; pudo imaginarse tomándola de la mano, abrazándola de la cintura, y después besarla, demostrarle cuanto la amaba en ese beso. Su corazón latía furioso y sus oídos dejaron de escuchar al tenerla a unos pasos de él.

Estaba tan hermosa con su vestido de novia que no pudo contenerse mas y...

Cerró los ojos.

Su pecho dolía.

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-¿Amigo?

-Si, todos necesitamos uno. Y yo estaré allí cuando lo necesites- la vio sonreír a modo de respuesta.

El silencio reinó entre ellos unos minutos más...

-Llegué...- escucharon a sus espaldas. Al voltear, vieron a Naruto, apoyando las manos en sus rodillas, intentando recuperar el aire -Siento la tardanza, Hinata chan... Kakashi sensei, gracias por acompañarla mientras llegaba.

-.-.-.-.-.-.

Recibió el impacto de lleno en la espalda, Hinata cayó sobre él, con una pierna a su costado y la otra entre sus piernas, sus manos pequeñas apoyadas en el pecho de él. La sintió respirar agitada, su pecho moviéndose de arriba hacia abajo.

-"Mierda"- pensó Kakashi. Seguro la había lastimado por su tonto juego. Y ni siquiera era un Icha Icha, el contenido no era erótico, pues era el primer libro de Jiraya, aquel que tanto le gustó a su sensei, Minato. Con su mano rodeó su cintura -Hinata ¿estas...

Pero la pregunta quedó en el aire al escucharla. Estaba riendo. Riendo con ganas mientras seguía aferrada a su pecho, la soltó y comenzó a reír junto a ella. Poco después la ayudó a levantarse, sin dejar de reír.

-¡Sensei!- exclamó Naruto al llegar, podía ver un golpe en su cara -No le estés enseñando tus libros pervertidos a Hinata- le dijo al ver el libro tirado en el suelo, a sus pies.

-Na...ru...to- respondió Kakashi, apretando su puño -¿Crees que es lo único que leo?

-Si.

-Serás- dijo antes de salir corriendo tras él, mientras lo escuchaba decir que con los golpes de la Godaime tenía por un día

-.-.-.-.-.-.-

-Yo... verás- metió la mano en su bolsillo derecho, dándole vueltas al anillo que había comprado justo el día anterior -Hinata...

-¡Hinata! Por fin te encuentro- dijo alegremente Naruto, miró a Kakashi y su sonrisa se ensanchó -Kakashi sensei, también estas aquí, que gusto por que yo... bueno- lo vio meter la mano en su bolsillo y sacar algo rápidamente.

-"No lo hagas, Naruto, por favor, no"- se escuchó pensar Kakashi.

Naruto tomó la mano de Hinata- Sé que muchas veces te defraudé, pero seguías allí a mi lado, esperándome, animándome -suavemente deslizó un anillo de oro con un pequeño diamante rosa en el centro

-"Ese anillo es..."- Kakashi sintió que la cabeza le daba vueltas

-Y quisiera que así fuera para siempre, contigo a mi lado-continuó el rubio; tomó aire -¡Cásate conmigo, Hinata!

-Yo... yo- Hinata sentía que estaba a punto de desmayarse y una lágrima corrió por su mejilla -¡Si! - le dijo antes de abrazarlo, rodeando su cuello con sus brazos

-Sensei- habló Naruto, al ver al hombre tan pensativo -Tú sabes que yo nunca conocí a mi padre... Jiraya murió y bueno... me gustaría que ese día, hicieras el papel de mi padre, llevando los anillos y eso.

Kakashi analizó sus palabras unos segundos. Sonrió sinceramente -Claro que si, Naruto. Cuenta conmigo.

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El resto de la ceremonia la pasó en silencio, los vio sonreírse mutuamente, jurándose amor y fidelidad eternos. Cuando su participación llegó, se bajó la máscara delante de todos, mostrando su sonrisa al acercarse para entregarles las argollas de matrimonio.

-Felicidades- murmuró cuando ambos las tomaron.

Al terminar, los vio salir, tomados de la mano. En la parte trasera de la iglesia, estaba dispuesto un banquete para celebrar la boda, cualquiera que quisiera llegar era bienvenido.

Se detuvo frente a la mesa de regalos, viendo a los nuevos esposos bailar una melodía suave y lenta.

-Se ven felices- escuchó a su lado. Gai también tenía las manos metidas en los bolsillos del pantalón.

-Lo son.

-Kakashi a mi... no puedes mentir ni engañar - Kakashi alzó una ceja, pretendiendo no entenderlo -Soy tu rival número uno pero también, soy tu mejor amigo...Esa muchacha... la amabas ¿verdad?

-No hay tiempo pasado, Gai- respondió el junnin -Aún la amo

-¿Porque no evitaste la boda, entonces?

-Nunca haría algo así... amar es ser feliz viendo al ser amado sonreír, es hacer lo que sea por llenar su vida de felicidad... Es ser feliz, sabiendo que ella es feliz, aunque no esté a tu lado.

-Lo sé, pero- puso la mano en su hombro -¿Cómo te sientes?

Kakashi, levantó su mano hacia el hombro que era sostenido por Gai, palmando un par de veces. Sonrió y rodeo la mesa de regalos; cuando estuvo seguro de que nadie lo escuchaba, respondió.

-La verdad...- sacó de su bolsillo derecho un anillo de oro blanco, con un diamante transparente sobresaliendo en el centro. Ese anillo de compromiso lo diseñó el mismo pensando en Hinata. Lo miró y no pudo evitar que una lágrima resbalara por su mejilla. Dejó el anillo en la mesa.

-Me estoy muriendo.

.

.

.

Notas de la autora:

¿Fui cruel? Lo sé, la respuesta es si... pero me moría de ganas de escribir esta historia cuando escuché la canción "Wedding Dress" de Taeyang. Es hermosa, aunque triste... pero como dijo Kakashi: Amar es ser feliz viendo al ser amado sonreír.

Espero les haya gustado porque me esforcé en hacerla D'= incluso cuando la escribí la primera vez se fue la luz y no recupere nada de lo que llevaba escrito! pero la volví a escribir y hasta siento que quedó mejor.

Espero no haberlo mareado con el cambio de tiempos, pero eran necesarios para desarrollar la historia. Y les recomiendo que escuchen la canción, al ver el video entenderán todo si es que aquí no lo deje claro.

xoxo