Disclaimer: Todos los personajes son propiedad intelectual de J.K. Rowling y no busco lucrar con ellos de ninguna manera. La historia que están a punto de leer es de mi autoría.

Todas las situaciones aquí descritas son ficticias. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Espero la disfruten.


Sentí sus labios sobre los míos una vez más y la tome de la cintura para profundizar nuestro contacto.

-No sé qué es lo que me sucede contigo- admití en un susurro, casi esperando que ella no pudiera oírme.

-Tal vez- respondió ella con una sonrisa dibujada en su rostro- será que después de todo... me quieres.

Yo tenía ganas de reír con fuerza.

¿Yo? ¿Enamorado de ella?

No soy capaz de sentir cariño o afecto por alguien más, mucho menos por esa chica rara y con aires de sabelotodo.

Esto que siento cuando estoy con ella no puede ser amor.

La felicidad que me embriaga al sentirla cerca no puede ser real.

Lo que siento al imaginarla con otro no pueden ser celos.

La otra persona tiene que importarte para sentir esas cosas. Tienes que quererla para sentir esta vorágine de cosas que conlleva el amor.

Y yo no siento nada por ella.

Esa mujer va a volverme loco.

Desde que todo esto comenzó se ha vuelto ridículo, absurdo y demasiado bizarro.
Maldita la hora en que me deje llevar por el color ambarino de sus ojos y el dulce aroma a vainilla que desprende su cuerpo.

Es hermosa, no lo niego.

Pero sin contar la atracción física que existe uno por el otro no hay nada más.

Su voz cantarina me saco de mis ensoñaciones.

-¿Será que te he puesto a pensar?- pregunto con una sonrisa coqueta dibujada en su rostro.

Yo negué con la cabeza y de un solo trago me bebí lo que quedaba del ron que minutos antes me había servido.

¿Qué yo la quiero? Bah, quererla significa perder mi libertad y es algo que no estoy dispuesto a perder.

"Tampoco quieres perderla a ella" repuso la maldita voz interna de mis pensamientos.

Con una mano le pedí que se acercará y ella obedeció caminando lentamente mientras contoneaba las caderas. No sabía si esa forma de caminar suya era natural o un artífice para seducir. Cualquiera que fuera me volvía loco.
Y la volví a besar, reclamando con mis labios cada resquicio de su alma, saboreando cada rincón de su boca.

Era un maldito egoísta.

No estaba dispuesto a quererla y mucho menos quería soltarla.
Antes de conocerla más, debí dejar que se fuera, ahora ya era demasiado tarde para los dos.

Desde el beso pude sentir como sonrió y aunque los ojos los tenía cerrados me imagine esa mueca que hace cuando quiere ser coqueta, me mordió suavemente el labio inferior y se alejó lentamente de mí.

-Tengo que irme, ¿Te veo para cenar?- me pregunto mientras tomaba su suéter y comenzaba a abrigarse.

-No, tengo algunos pendientes que hacer- le respondí secamente, aunque me arrepentí en cuanto vi como su cara cambio de expresión, no por la negativa, sino por mi tono.

Tonto de mí, hasta mal me ponía verla triste.

Me acerque a abrazarla y la bese en la cabeza, le prometí que la vería pronto.

Definitivamente estaba jodido.

Espere a que se fuera para volver a servirme otro vaso de whisky y tomar el teléfono para llamar a mis amigos.

Necesitaba ayuda y había cosas que no podía retrasar más.

Yo, el gran Draco Malfoy estaba enloqueciendo por una mujer, y no cualquier mujer… esa mujer.

Hermione Granger, la rata de biblioteca que tanto moleste en la escuela, ahora me tenía jodidamente perdido.

Porque estaba seguro que lo que yo estaba experimentando en ese momento no era ningún tipo de romanticismo, era solamente la curiosidad por tenerla a mi lado.

Ella se desliza y me atropella

Y, aunque a veces no me importe

Sé que el día que la pierda volveré a sufrir

Por ella, que aparece y que se esconde

Que se marcha y que se queda

Que es pregunta y es respuesta

Que es mi oscuridad, estrella

Ella me peina el alma y me la enreda

Va conmigo pero no sé dónde va

Mi rival, mi compañera, que está tan dentro de mi vida

Y, a la vez, está tan fuera, sé que volveré a perderme

Y la encontraré de nuevo

Pero con otro rostro y otro nombre diferente y otro cuerpo

Pero sigue siendo ella, que otra vez me lleva

Nunca me responde, si al girar la rueda

Ella se hace fría y se hace eterna

Un suspiro en la tormenta, a la que tantas veces le cambió la voz

Gente que va y que viene y siempre es ella

Que me miente y me lo niega, que me olvida y me recuerda

Pero, si mi boca se equivoca

Pero, si mi boca se equivoca

Y al llamarla nombro a otra

A veces siente compasión por este loco, ciego y loco corazón

Sea, lo que quiera Dios que sea

Mi delito es la torpeza de ignorar que quien no tiene corazón

Y va quemando, va quemándome y me quema

Y, ¿si fuera ella?

Ella me peina el alma y me la enreda

Va conmigo digo yo

Mi rival, mi compañera, esa es ella

Pero me cuesta cuando otro adiós se ve tan cerca

Y la perderé de nuevo, y otra vez preguntaré

Mientras se va y no habrá respuesta

Y, si esa que se aleja

La que estoy perdiendo

Y, ¿si esa era? y ¿si fuera ella?

Ah, sea, lo que quiera Dios que sea

Mi delito es la torpeza de ignorar que quien no tiene corazón

Y va quemándome y me quema

Y, ¿si fuera ella?

A veces siente compasión por este loco, ciego y loco corazón

¿Era? ¿Quién me dice si era ella?

Y, si la vida es una rueda y va girando

Y nadie sabe cuándo tiene que saltar

Y la miro y, ¿si fuera ella?

Y, ¿si fuera ella?


Hola hola!

Pues estoy aquí con una nueva propuesta, que espero sea de su agrado y pues les recuerdo que el alimento de una escritora son los review, así que si esta historia les esta gustando por fa dejen un mensaje para saber su opinión.

La canción que inspiro toda esta historia es "Y si fuera ella" de Alejandro Sanz, una canción preciosa.

Besos con mucho amor

Claus Malfoy Kou