La magia está en tí

Capítulo 1

El comienzo

            Sirius volvió cargado de golosinas del carrito. Las dejó todas sobre la butaca tras las miradas ávidas de sus amigos. Todos ellos eran muy golosineros y no tardaron ni dos segundos en abalanzarse sobre ellas. Sin embargo, a pesar de ser él que las había comprado, no tenía ningua hambre. Así que decidió hacer una ronda por el tren sólo. Solía ser muy entretenido visitar a todos los alumnos... sobre todo a aquellos que conocía y que no había visto en todo el verano -aparte de los merodeadores, claro está-. Pero justo se encontró con quién menos deseaba. Severus Snape.

            -¿Aún por aquí, Sneviellus? –le dijo Sirius con desdén.

            Des de siempre toda su pandilla le había odiado, pero des del año pasado que ese odio se había acentuado más. Por encima de todos el de Sirius*.

            -Pues sí. Aún. ¿Esperabas no volverme a ver?

            -Hubiese sido de agradecer.

            -Lo siento. Tu amiga Elisa no piensa igual.

            Sirius empujó a Snape contra la pared, sacó la varita y le apuntó al corazón.

            -¡Cállate! No sabes de lo que hablas...

            -¡Sirius! –le llamó alarmada la voz de una chica.

            Sirius se dio la vuelta sorprendido. Un remolino de pelo rojo, ojos esmeralda centelleantes y ceño fruncido apareció justo detrás suyo. Lily Evans le miró con reprobación y dejando bien a la vista su insignia de Jefa Prefecta. Sirius bajó la varita, pero sin dejar de mirar con odio a Snape.

            -Tu salvadora llegó. No esperes que siempre sea igual.

            -No necesito la ayuda de la novia sangre sucia de Potter

            -¡Pero qué pasa contigo! ¡Encima que te defiendo...! La última vez, lo juro... ¡Y ni se te ocurra volver a decir que salgo con ese imbécil! Y tú, Sirius...

            Se volvió hacia Sirius, pero ya no estaba.

            -¿Dónde...?

            -Se esfumó –resolvió Snape.

            Lily le miró desafiante y fue en busca de Sirius. Aquel no se iba a escapar de su reprimenda así como así.

*          *            *

            -Pues vaya.

            -Sí, sí. Y no sólo eso. Existe una magia más antigua y poderosa que la que usamos nosotros. He estado investigando y antes no se usaban las varitas. En realidad, puede considerarse algo muy reciente de la magia moderna. Antes, la magia se hacía con las manos. Y para luchar usaban unas varas increíbles hechas de madera con las que combatían con dragones e increíbles bestias mitológicas.

            -Es increíble.

            -Lo sé. Y de esa misma vara derivó la varita –varita, ¿captas? más pequeño- pero es evidente que el uso no es el mismo y las artes de la lucha se perdieron con el paso...

            -¡ROBIN!

            -¿Q...?

            A Elisa no le dio tiempo para preguntar, su amiga, Katrina, salió como un rayo del compartiemento para ir a abrazar a su querido novio, Robin.

            Elisa no pudo evitar sentirse enojada. Si no hubiese sido porqué sabía que su amiga llevaba todo el verano sin ver a su novio, habría pensado que estaba buscando una excusa para largarse.

            Se quitó el gancho que llevaba en su liso pelo castaño para recostarse sobre el asiento. Paseó sus ojos verdes-azules por el vagón, con resignación. Aquel iba a ser un laaargo viaje.

            Pronto sabría qué equivocada estaba.

            Un chico de pelo oscuro entró bruscamente por la puerta. Elisa le miró con asombro. Era Sirius.

            Sirius miró con ansiedad por la ventana de la puerta que daba al pasillo. Luego se volvió hacia Elisa y soltó un respigno.

            -Vaya por dios.

            -Eso digo yo –sentenció Elisa arqueando una ceja-. ¿Qué haces... cómo... por qué... Qué haces aquí?

            -Eh... –vaciló Sirius mirándola con cautela-. Lily me persigue.

            -Oh. ¿Por? ¿Qué le has hecho...? mejor, ¿Qué le ha hecho James?

            -Eh... ya conoces sus manías de la justicia y todo eso... Defiende a todo bicho viviente, aunque no lo merezca.

            -¿Y cuál es el bicho en cuestión? –preguntó Elisa astutamente.

            -Esto... Snape.

            -Oh.

            -¿No dices nada?

            -¿De qué?

            -Creí que estarías del lado de Lily.

            -Naah... cualquier problema que se busque Snape merece reprimenda

            -Ah. Creí que...

            -No.

            -Porqué tú...

            -No.

            -Ah, bueno. ¿Entonces estoy perdonado?

            -No.

            -Ah. Bueno...

            -Pues eso.

            -Y... ¿el verano?

            -Ah. Aburrido.

            -Oh.

            -¿Y el tuyo?

            -Sí, bueno... he encontrado piso.

            -Vaya, eso es fantástico.

            -Lo es. Bueno, que me voy.

            -Vale.

            Sirius se marchó –no sin mirar si venía alguién, cuando hubo comprobado que no había moros en la costa, se fue-. No tardó mucho en aparecer Lily Evans.

            -¡Elisa!

            -Hola, Lily –le sonrió Elisa.

            -Oye, ¿has visto a Sirius? 

            -¿Sirius? ¿Sirius Black?

            -El mismo.

            -Déjame pensar… no.

            -¿No? –repitió Lily desilusionada.

            -No.

            -Bueno, si le ves me lo dices, ¿vale?

            -Valep.

            -Hasta luego.

            -Oye, ¿qué ha hecho esta vez?

            -Pues... estaba apuntando con la varita a Snape, así que ya te puedes imginar.

            -Lo imagino.

            En aquel momento, alguién más entró en el vagón. Era James Potter

            Lily le miró con asco. Elisa le sonrió.

            -Hola, James.

            -Hola Elisa.

            Lueog James se giró hacia Lily.

            -Hola, Lily ¿quieres salir conmigo?

            -No.

            -Ah, bueno. Había que intentarlo. Escuchad, ¿habéis visto a Sirius?

            -No –contestaron las dos a unísono.

            -Hace una hora que le buscamos. Si le veis nos lo decís, ¿vale?

            -Valep.

            Lily iba a salir ya y se chocó con James. James le hizó una sonrisa seductora y ella solo le miró con furia. James dio una pasa hacia atrás para dejarla pasar. Lily pasó airada. James se giro y le guiñó un ojo a Elisa. Elisa rio. James se marchó.

            -Ay... tortolitos.

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Ôh, l'amour!

            Buenos, chicas, chicos, ¿qué vous est samble? Es decir, ¿qué os parece? Bien? OK? Mal? Horrendo ? Terrible ? Insultante ? Yo no lo sé. Tendréis que decírmelo vosotros, que para eso están los reviews.

*Aclaración. Para la gente que no haya entendido el párrafo dónde he escrito el asterisco, es decir este bichito: *, es que no ha leído historia de una Ravelcaw. Ah, pillines, pillines. No es obligatorio. Pero, para mayor entendimiento, id allí. Que no os apetece leeros una historia entera de trece capítulos, me lo decís y yo os hago un breve resumen para que lo entendáis, ¿de acuerdito?

Bueno, pues si ya está todo aclarado, yo me largo que tengo muchísimas cositas que hacer. Y no lo olvidéis, los reviews son la esencia de esta web. ^^êso quiere decir que dejéis reviews, cuantos más mejor, digan lo digan^^