I
La mañana se veía extremadamente prometedora para Peeta Mellark, era el primer día de su último año en la preparatoria. Y ese año sería el año en el que Delly sabría que él la amaba.
Peeta era en pocas palabras el popular de la escuela, súper atleta, buen estudiante, buen cocinero y sobre todo buen mozo. Las chicas prácticamente peleaban cuando él sonreía, peleando por la correspondencia de aquella sonrisa.
El primer pájaro canto, la alarma sonó y Peeta despertó.
Abrió los ojos lentamente dejando que el sol dilatara su pupila, absorbiendo cada aroma que la mañana le ofrecía, y dispuesto a cumplir la meta que se había puesto a si mismo desde el primer día que había conocido a Delly.
Antes de irse se miró al espejo y repitió las mismas tres palabras una y otra vez.
"Delly… te amo"
"Te amo Delly"
"Bien, bien, todo está listo"
Se despidió de su madre y salió a la entrada para esperar a que su mejor amigo pasara por el como siempre lo hacía, hasta que algo más llamo su atención, una luz, el reflejo de un espejo sobre el sol cayó sobre sus ojos dejándolo ciego durante unos segundos, molesto miró a su alrededor en busca del causante y se encontró con la casa vecina, la que desde que el recordaba siempre había estado desocupada.
Un carro de mudanza descargaba diferentes cajas en el porche de la enorme casa blanca, y mientras varios hombres descargaban los muebles, una chica con un espejo salía de la puerta.
-¡Hey!
Grito Peeta en un intento de reclamo, pero la chica subió a su bicicleta sin siquiera mirarlo.
"¿Qué rayos…?"
-Peeta, mueve ese culo que no tengo todo el día.
Peeta se dio cuenta de que se había quedado embobado viendo cómo se alejaba la vecina en su bicicleta, sacudió la cabeza y subió al auto sin decir una palabra.
Su mejor amigo, Gale Hawthorne conducía como siempre sin siquiera notar que algo molestaba a su mejor amigo.
-¿Le dirás a Delly este año?
Preguntó Gale de manera burlona, sabía lo mucho que a Peeta le atemorizaba el rechazo, pero Peeta ni siquiera le prestó atención.
-¡Eh! ¡Llamando Tierra a Peeta!
-Lo siento ¿qué?
-Que si este año le dirás a Delly…
Peeta sintió el reflejo del espejo de nuevo sobre su rostro y buscó a su alrededor, encontrando a su vecina de nuevo, aunque sorprendido se dio cuenta de que esta vez no tenía ningún espejo en la mano.
-¡Hey!
Volvió a gritar Peeta ignorando todo lo que Gale decía. Pero la chica ni siquiera lo regresó a ver
-¡Hey!
Gritó Peeta más desesperado.
-¡Peeta! ¿Qué diablos haces?
-Esa chica, lleva toda la mañana echándome el reflejo de su espejo.
-¿Qué chica?
Pregunto Gale intentando no despegar la vista del camino.
-¡La de la bicicleta!
-Vaya, Delly sí que te pone nervioso eh.
Peeta soltó un bufido de frustración y mientras Gale aparcaba el coche intento tranquilizarse.
Sintió el reflejo de nuevo, buscó y ahí estaba, con el espejo en su mano, pero sin siquiera apuntarle a él.
-¡Hey!
-¡Peeta! Me avergüenzas amigo, mira ahí viene Delly.
-Puede esperar
-¿Qué…?
-¡Hey!
Peeta corrió hasta donde la chica estacionaba su bicicleta, y en cuanto se quitó el casco, Peeta perdió el aliento.
-Hey… -dijo en un simple murmullo.
-Así que tú eres el gritón.
-¿Qué?
La miro detenidamente, se perdió en sus ojos grises y sus facciones duras, su cabello se veía alborotado y mientras el sol lo alumbraba con calidez, el viento lo movía con suavidad.
-Que tú eres el gritón –dijo ella con indiferencia –debes dejar de gritar, un día vas a hacer que alguien se moleste.
Y lo dejó ahí con la boca abierta.
-No, no, no, espera –Peeta comenzó a seguirla por el pasillo de la escuela, sin darse cuenta de que todos comenzaban a mirarlos –Tu, me has estado molestando toda la mañana con tu espejo… y no soy ningún gritón.
Katniss lo miró de arriba abajo y se acercó un poco más a él.
-¿Qué yo qué? –Pregunto en tono desafiante –Eres un gritón.
-Me- me- me has molestado con tu espejo… no, no soy ningún gritón.
El timbre sonó.
-En primera, ni siquiera había notado tu presencia hasta que comenzaste con tus gritos, en segunda ¿por qué habría de molestarte? ¿Qué haces de bueno cuando te molestan?
Peeta se quedó inmóvil, mientras que ella comenzó a caminar hasta su clase, sintió el reflejo de nuevo, toda la tarde lo sintió, y cada que buscaba la dirección de aquella molesta luz, se encontraba con el rostro de la castaña y con un espejo cerrado. . .
Bueno, esta será una historia con un poco de magia como a mi me gusta escribirlas, aunque será un poco más de amistad que de amor, tendrá obviamente romance incluido, espero les guste, y claro ustedes díganme si continuarla.
