Todo lo que no reconozcan salió de mi imaginación.

Bendiciones y mucho amor para ustedes y sus familias! FELIZ NAVIDAD!

¿Por qué, Hermione?

Harry no lograba conciliar el sueño, hace días que no podía siquiera pegar ojo. No sabía si era por estar en esa casa, que tantos recuerdos le traía, pues Grimmauld Place no había cambiado mucho desde la última vez que estuvieron allí. Por suerte sólo estaban de pasada, en lo que arreglaban asuntos legales para poder viajar a Australia por los padres de Hermione.

Un grito en el piso de abajo lo sacó de sus cavilaciones. Sin dudar ni un segundo, tomó su varita y corrió.

-¡Hermione! ¿Estás bien?- preguntó Harry abriendo la puerta de golpe.

La castaña lucía asustada y bastante pálida. Cuando lo vio entrar, le echó los brazos al cuello y rompió a llorar.

Harry estaba confundido, pero aún así la abrazó.

-Perdón, Harry- dijo ella limpiándose las lágrimas con el brazo.

El pelinegro negó con la cabeza y le puso las manos en los hombros.

-¿Qué sucedió?- preguntó él haciéndola sentarse en la cama sin dejar de abrazarla.

-Cuando al fin pude dormir un poco yo… soñé cuando Hagrid te sacaba en brazos del bosque- contestó ella soltando nuevas lágrimas.

Harry no supo qué decir, sólo la abrazó más. No sabía hasta qué grado les había afectado a sus amigos su fingida muerte.

-¿Quieres que me quede contigo?- preguntó Harry con una tímida sonrisa-. A decir verdad yo también lo necesito.

La castaña le devolvió la sonrisa y asintió aliviada.

Con un movimiento de varita, Harry juntó las dos camas y ambos se acostaron al lado del otro. Hermione se abrazó a él. Era algo extraño para Harry, pero ciertamente reconfortante.

-¿Puedo preguntarte algo, Herms?

Ella lo miró a los ojos y asintió.

-¿Por qué?- Hermione podía ver en la mirada de Harry mucha incertidumbre.

-No te entiendo- dijo ella confundida.

-Sí, quiero decir ¿por qué sigues aquí? ¿por qué nunca me dejaste solo? ¿por qué…?

-Porque te quiero, Harry.

El pelinegro se quedó de piedra. Ya lo sabía, pero escucharlo directamente de sus labios lo cambiaba todo.

-Tú y Ron- siguió ella- han sido mi familia desde que los conozco y… a ti siempre te he visto como mi hermano menor. Siempre he creído en ti, aunque tú no lo hicieras a veces.

Lo siguiente, Harry lo dijo con una gran sinceridad:

-Gracias, Hermione.

Ella sólo sonrió.