El final de la fiesta llegó, y con ello, la gente salía del gran apartamento. Gente que Rachel no conocía para nada, pero por lo menos pasó un buen rato. La fiesta de Acción de Gracias fue mejor de lo que pensaba, y todo gracias a Isabelle, por llevar a toda aquella estrafalaria pero divertida compañía y… Brody. Estaba sumamente agradecida por ello, porque ¿qué podría haber pasado si tuviera que cocinar ella? Un desastre. Aunque ella fuera vegetariana, estaba agradecida por haberle invitado a cenar, aunque pensaba que cenarían ellos y Kurt. En un principio no pensaba invitarle, debido a su desliz con Cassandra, que creía que era difícil de perdonar. Pero cuando hablaron en esa clase, le hizo entrar en razón: no estaban ni siquiera juntos, y era verdad eso de que le dio plantón por Finn antes de su ruptura. Cuando miró en sus ojos, comprobó que estaba diciendo la verdad, por eso le perdonó.
Pero a pesar de todo, seguía doliéndole en el alma que Brody se acostara con Cassandra. No sólo por que ella fuera su rival, la persona que le amargaba la vida en NYADA con sus clases, tan duras y llenas de torturas como ella misma, fría, calculadora, manipuladora, dura… sino porque, en el fondo de todo, sentía cosas por Brody. Durante los pocos meses que llevaba allí, él la hizo sentirse como en casa, la hizo sentirse bien, respetando sus límites incluso cuando había roto con Finn… y todo ello sin nombrar lo que era. Brody era una de las personas más amables que había conocido, creía en ella y su talento, era divertido, todo un caballero, inteligente, ingenioso, dulce, y todo ello sin nombrar su físico… su increíble físico. Era increíblemente sexy y atractivo… desde que lo vio por primera vez, el vapor de agua envolviéndolo haciéndolo parecer un auténtico dios griego, todo su cuerpo mojado y desnudo, sus ojos azules posándose en los suyos, mirándola con dulzura mientras hablaban en ese cuarto de baño mixto… Nunca habían mirado a Rachel de esa manera, nadie, ni siquiera Finn. Porque, tenía que admitirlo, Brody nunca podría compararse con Finn. Finn podría ser dulce con ella, pero la forma en la que Brody la trataba no era como a una princesa, sino a como a una reina. Por las noches, acababa suspirando por él como nunca suspiró por su ex… Suspiraba porque pensaba que, siendo realistas, un chico como él, tan inteligente, dulce, atractivo, sexy, por mucho que quisiera, nunca acabaría con ella, una chica de pueblo. Era obvio que todas las chicas, o al menos su inmensa mayoría, iban detrás de él, aunque él no les hiciera caso. Pero el caso es que se hicieron buenos amigos, quizás los mejores, apoyándose el uno en el otro, y eso la reconfortaba. Pero no en el sentido en el que Rachel esperaba.
Cuando en el apartamento quedaban pocas personas, Rachel, Kurt, Brody e Isabelle, Rachel empezó a limpiar el apartamento. Estaba un poco desordenado, pero no le importaba, al fin y al cabo se lo pasó bastante bien.
"Rachel, Isabelle está bastante borracha, ¿te importa quedarte aquí mientras la acompaño a la estación o a coger un taxi?" Kurt preguntó desde la puerta.
"Oh, no. Acompáñala, no te preocupes. ¡Tú necesitas una jefa que llegue sana y salva a casa!" Rachel contestó "Además, puede que al final esto te cueste un ascenso o algo…" le guiñó el ojo y se rió.
"¡Tendré eso en cuenta, volveré en media hora!" gritó Kurt desde la puerta antes de salir del apartamento.
Cuando Kurt salió del apartamento, Brody y Rachel se quedaron a solas. El silencio reinaba en aquel lugar, y no era de extrañar. Básicamente el momento era bastante incómodo: ella sentía cosas por él, y quizás era correspondido. Además, la última vez que se quedaron a solas, acabaron besándose, pero al final apareció Finn en la puerta, un momento muy incómodo que nunca volvieron a mencionar. Rachel fue a la cocina a limpiar lo poco que quedaba de suciedad; cuando hicieron el pavo, hubo algún que otro desastre, pero salió bien. Sin embargo, había bastantes manchas en la encimera, y por no mencionar los platos. Rachel se dispuso a frotar la encimera con un paño cuando Brody decidió ayudarla y se levantó del suelo.
"Déjame ayudarte…" dijo desde detrás.
"No tienes por qué, eres un invitado. ¿Qué clase de anfitrión sería si te dejara limpiar?" giró la cabeza y sonrió, encogiéndose de hombros.
"¿Y qué clase de hombre y amigo sería yo si no te ayudara? Sería una pena que esas manos se estropearan…" le contestó al mismo tiempo que acarició su mano, mirándole a sus ojos marrones. "Si al menos me dejaras hacer algo, iríamos más rápido, ¿no crees?" se encogió de hombros.
"Está bien, si insistes…" le dijo dándole un paño húmedo e indicándole dónde frotar "… pero porque sé que eres todo un caballero e insistirás hasta que yo cediera ante tí" se rió.
"Ese era el plan" se rió Brody, enseñando sus blancos dientes y con una se esas sonrisas que derretían a Rachel por dentro.
Tras unos 15 minutos frotando la encimera, casi habían terminado. Habían estado hablando de lo bien que se lo habían pasado aquella noche y sobre las clases, pero aún había un tema pendiente…
"¡Casi hemos terminado con la limpieza, por fin!" exclamó Rachel "Brody, ¿puedo preguntarte una cosa?" dijo en un tono serio.
"Dispara, contesto a cualquier pregunta" él sonrió a Rachel
"¿Qué sentiste cuando estabas con Cassie? Quiero decir, te he perdonado, pero me gustaría saber… ¿por qué?" le preguntó mirándole a sus ojos, sus azules ojos y suspiró
"Rachel… ¿tenemos que hablar de esto?"
"Creo que necesito saberlo"
"¿De verdad quieres saberlo? Está bien, ahí va: nada" le contestó con la mayor naturalidad del mundo, como si fuera normal.
"¿Nada? Quiero decir, ¿es que no te acostaste con ella porque te gustaba?" preguntó confusa
"No es la chica que me gusta, no se acerca ni siquiera a ella. No es ni siquiera la mitad de lo que es la chica que me gusta. Solo lo hice porque… me sentía solo y yo…"
"¡Está bien, no quiero saber más!" exclamó dándose la vuelta "Y entonces… ¿puedes darme una descripción de esa chica?" suspiró, mirando fijamente a la pared.
"Esa chica es… increíble" dijo Brody, acercándose por detrás y suspirando. "Es una chica que entró este año a NYADA y es… increíble. Tiene un gran talento y una voz de ensueño. Su voz es una de las mejores que he escuchado en la vida, y es aterciopelada, fuerte, pero delicada. Su mayor sueño es llegar a Broadway y ser como su mayor ídolo en este mundo, Barbra Streisand. Es decidida, fuerte, con una gran fuerza de voluntad, no se deja derrumbar por los demás, no se rinde nunca hasta conseguir sus metas, pero es delicada, muy femenina, divertida, inteligente, dulce, sensible. Aunque la mayor parte del tiempo cree que no es perfecta, créeme, lo es para mí. Es una chica guapísima, que desde la primera vez que la vi quedé hipnotizado por su belleza. Esa chica es sexy, muy sexy, incluso cuando cree que no lo es. Es tremendamente sexy. Su pelo castaño cae en cascada por sus hombros y, no importa si se lo alisa o se lo riza, pero siempre está guapísima. Su cara es la de un ángel, perfecta, morena y siempre o casi siempre tiene una sonrisa para los demás que ilumina el mundo. Sus labios son rojos, suaves y delicados, pero al mismo tiempo, carnosos. Los he besado una vez y son… sorprendentes. Su nariz es un poco grande, pero al mismo tiempo la hace adorable…" le acaricia el brazo mientras le da la vuelta para mirarla a los ojos "… y sus ojos… sus grandes y marrones ojos me hipnotizan en un solo segundo. Cada vez que la miro… no puedo evitarlo pero sonreír…" sonríe "… y créeme, pienso en ella todo el tiempo y estoy totalmente loco por esa chica…" le acaricia la cara suavemente al mismo tiempo en el que mira fijamente sus ojos.
A medida de Brody hacía aquella descripción y se le acercaba cada vez más, su respiración se aceleraba. ¿De verdad estaba diciendo aquello? ¿Aquella chica… podría ser ella? Cuando sintió sus dedos acariciar su brazo, se dio la vuelta lentamente y miro en sus profundos y azules ojos, aquellos que aparecían en sus sueños una y otra vez, aquellos en los que se perdía cada vez que tenía ocasión. "Brody, yo…" se sonrojó "… ¿de verdad sientes eso por mí?" dijo Rachel nerviosa, y esta vez sus ojos se posaron en sus labios.
"Si no lo sintiera, ¿haría esto?" dijo antes de besarla.
Un beso, puro, tierno, lento, largo, pero sin sobrepasar el límite entre lo dulce y lo sensual. Cuando terminó el beso y Rachel apartó su cara unos escasos centímetros, cogió aire. "Brody, yo… siento exactamente lo mismo. Tú… tú eres uno de los chicos más atractivos y encantadores que he conocido en mi vida. Cada día, cada noche… he estado pensando en ti, incluso cuando aún estaba con Finn. Me gustas… no, no, me encantas" dijo mirando en sus ojos y besándole otra vez, pero esta vez con más intensidad. El beso cada vez se iba haciendo más y más apasionado, hasta llegar a un momento en el que la temperatura subió. Rachel envolvió su cuello con sus brazos, acariciando los pelos de su nuca mientras las manos de Brody bajaron por su espalda hasta llegar a sus muslos y la agarró y la sentó sobre la encimera sin dejar de besarla. Los besos fueron subiendo de temperatura, prácticamente con las bocas abiertas y las lenguas bailando al compás. Hubo un momento en el que se separaron para coger aire. Frente con frente, un total contacto visual, respiraciones agitadas.
"Mmm… creo que deberíamos continuar esto en mi habitación antes de que Kurt llegue y nos pille" dijo Rachel, mordiéndose su labio inferior, y riéndose nerviosa.
"Es muy sexy cuando te muerdes el labio, ¿lo sabías?" dijo levantando una ceja cuando volvió a agarrarla en sus brazos dispuesto a llevarla a su habitación. No rompieron contacto visual mientras Brody la llevaba en brazos, pero una pared fue el obstáculo entre ellos y la cama. Con Rachel entre la espalda y su cuerpo, con sus piernas alrededor de su cintura, Brody empezó a besar su cuello y a dejar marcas, a lo cual Rachel gemía una y otra vez de placer. Cuando Rachel tuvo ocasión, elevó su barbilla hasta que volvieron a tener contacto visual y empezó a desabrochar los botones de su camisa, acariciando con sus dedos su piel bronceada a medida que abría su camisa. La camisa negra cayó al suelo, desvelando su increíblemente formado cuerpo de bailarín, sus musculosos brazos, su firme pecho y sus abdominales, esos abdominales con los que ella soñaba desde que lo vio por primera vez en las duchas, y tragó saliva. No era la primera vez que admiraba su físico, pero nunca lo había tenido así de cerca. Quizás sí en clases, pero nunca de esta manera. Las respiraciones de Rachel eran cada vez más irregulares, y no puedo evitar humedecerse los labios ante semejante vista. Sintió como un fuego empezaba a aparecer entre sus piernas y se podía notar una humedad ahí cada vez más y más notable.
"Brody, yo… erm…" dijo mirando a su pecho, acariciándolo suavemente
"¿Ocurre algo? ¿Quizás… excitada?" susurró en su oído sensualmente
"Llévame a mi habitación ya. No puedo más, ¡hazme el amor ya!" admitió Rachel por fin su deseo más profundo. ¿Cuántas veces habría soñado ella con ese momento, con Brody haciéndole el amor toda la noche? Muchas, sin ninguna duda.
"Antes de eso…" dijo mientras la cogía en brazos, envolviendo sus caderas con sus piernas "… necesito saberlo, ¿tú has soñado conmigo de esta manera?" le preguntó
"Mmm… ¿por qué me lo preguntas?" preguntó nerviosa, abriendo los ojos como platos y sonrojándose. ¿De verdad era tan evidente? "Bueno… pues… quizás un par de veces y además… puede que me… ya sabes…" contestó nerviosa, sin dejar de mirarle a los ojos.
"Bueno es saber que te pongo caliente…" sonrió, levantando una ceja y la besó otra vez, con la misma intensidad y pasión que antes al mismo tiempo que la levantaba y la llevaba por fin a su habitación, enredando sus dedos en el pelo de Rachel mientras que ésta movía sus caderas hacia arriba y hacia abajo, creando una fricción contra las de él, notando una más que evidente erección contra su centro, todo ello sin dejar de besarse apasionadamente. Cuando llegaron a la habitación de Rachel no lo pensaron más y se tumbaron en la cama, Brody encima de Rachel, sus cuerpos lo más juntos posible. La cama era pequeña, pero lo suficientemente grande para los dos.
"Brody…" gimió su nombre al notar sus brazos alrededor de su pequeño cuerpo buscando la cremallera del vestido, mirando directamente a sus labios, intentando calmar su respiración pero sin éxito. Tras unos segundo de silencio, volvieron a besarse como antes, pero con la diferencia de que Brody la sentó en la cama y le bajó la cremallera lentamente, consiguiendo que fuera una tortura para Rachel. Ésta gimió dentro de su boca, haciendo que él sonriera sin separar sus labios. Cuando finalmente la cremallera estaba bajada, ambos se separaron, y él comenzó a deslizar el vestido por sus hombros, dejándola en sujetador negro de encaje y haciéndose visible cada vez más y más de su piel ligeramente bronceada. El vestido cayó a sus caderas, dejando ver un vientre plano, totalmente irresistible. "Quítamelo… ya…" susurró Rachel en su oído, casi gimiendo, respirando sobre su hombro al mismo tiempo que él bajaba las manos por su cuerpo hasta que agarró la tela del vestido y la deslizó por sus muslos, acariciándolos suavemente con la yema de sus dedos, algo que rozaba el erotismo. Cuando por fin se lo quitó, lo dejó en la cama sin cuidado y admiró su cuerpo de arriba abajo, conteniendo el aire.
"Wow…" dijo Brody sin dejar de escanearla con la mirada, admirando su cuerpo, aquel que había escondido durante todo el tiempo que la conoció. "Estoy… sin palabras…" susurró mirándole sus labios al mismo tiempo en el que sus manos recorrían el cuerpo de Rachel: sus lados, deteniéndose en sus costillas y recorriéndolas con sus dedos, dándole a Rachel escalofríos antes de detenerlas en su vientre y subirlas hasta sus pechos cubiertos, masajeándolos suavemente, notando su pezón endurecerse, haciendo que apareciera una sonrisa diabólica en sus labios mientras veía a Rachel morderse el labio, intentando no gemir demasiado alto. "Rachel…" gimió contra su cuello, dejando su respiración allí mismo, dejando notar lo excitado que estaba encima de Rachel.
"Mmm… para" rió suavemente y sonrió malévolamente, separó su cabeza de su cuello y le miró fijamente a los ojos. "Si crees que eres el único que puede provocar, no conoces a Rachel Berry… en absoluto" susurró contra sus labios y le tumbó en la cama, quedando ella encima, acariciando su cuerpo arriba y abajo. "¿Esto… te excita?" le susurró al oído antes de jugar alrededor de la oreja y en su cuello, mordiendo, lamiendo, besando y dejando una marca roja en su cuello, sus manos bajando por su cuerpo hasta llegar a sus vaqueros, bajando su cremallera lentamente, haciendo que el chico gimiera más de una vez. Una vez que le quitó los vaqueros, se alejó pudo observar en todo su esplendor su cuerpo, bastante trabajado y sexy, y no pudo evitar mirar el increíblemente grande bulto en sus bóxers. "Mmm… creo que no necesito preguntar cuánto te pongo" sonrió. "¿De verdad provoco ese efecto en ti?" preguntó antes de morderse el labio inferior.
"No sabes cuánto, Rachel… No lo sabes" se lamió los labios mientras miraba a sus pechos. No eran demasiado grandes, pero tampoco eran demasiado pequeños. "¿Sabes qué? Ahora mismo, haría lo que fuera para que te sintieras como realmente eres. Como una reina" miró fijamente en sus ojos marrones. "¿Puedo hacer algo por ti ahora mismo?" dijo acariciándole la cara.
Rachel tragó saliva. "No quiero tener sexo… quiero que me hagas el amor. Cuando hay sentimientos de por medio… es hacer el amor… y los tengo…" suspiró e inmediatamente cogió aire. "Te… te amo. Lo tengo muy claro ahora. Puedo verlo. Te amo" confesó.
"Rachel… yo también" sonrió suavemente. "Desde que tuvimos esa pequeña cita en tu apartamento y nos besamos… surgió la chispa" miró hacia el suelo antes de continuar. "Y el error que cometí… me sirvió para darme cuenta de mis sentimientos. Creo que es mutuo… Te amo, Rachel Berry". Se miraron a los ojos y se besaron otra vez, tumbándose otra vez en la cama, quedando él encima de ella, y sin dejar de besarla, empezó a deslizar los tirantes de su sujetador por sus hombros, dejando que el sujetador solo le cubriera los pechos. Miró en sus ojos buscando una señal para seguir adelante, pero tan sólo su mirada y su asentir eran suficientes para él, así que no se lo pensó dos veces y rodeó su cuerpo con sus brazos en busca del enganche del sujetador. Finalmente, logró deshacer el enganche, liberando esos pechos con los que había soñado tantas veces… Contuvo el aire cuando vio aquellos pechos, ni muy grandes ni muy pequeños, simplemente perfectos. "Wow…" dijo en un suspiro con los ojos como platos, elevando una ceja, sin dejar de mirar a sus pechos. "Es muy difícil controlarse y no arrancarte lo que queda de ropa interior si me miras de esa manera…" dijo antes de humedecerse los labios, tirando el sujetador por encima de su hombro sin demasiado cuidado
"Bueno… puedes quedarte ahí mirando o…" rodeó su pezón con un dedo y descendió por su vientre hasta llegar al elástico de su tanga, enrollándolo alrededor de su dedo "… puedes venir a quitármelo de la manera que tu quieras. Tu decides…" dijo casi en un susurro guiñándole un ojo. No pudo evitar gemir cuando sintió sus labios besar su vientre, lamer, succionar y morder suavemente, dejando alguna que otra marca por debajo de su ombligo y quitándole el tanga con la boca. Cuando sintió la última prenda de ropa interior que quedaba deslizarse por sus piernas, le agarró del pelo y lo puso a la altura de sus labios, besándole con fuerza y bajando sus manos por la espalda para quitarle la última barrera de ropa que quedaba. Cuando le quitó los calzoncillos, Brody los tiró sin cuidado, al igual que la ropa interior de Rachel, y en general toda la ropa que vestían. Rachel le masajeó el culo, su ¡oh! desnudo culo cuando notó que su miembro estaba rozando su entrada. "Eh… Tengo condones en la mesilla, ¿puedes sacar uno?" preguntó con la respiración agitada mientras le miraba a los ojos otra vez, perdiéndose en ellos hasta que Brody se levantó de la cama para buscar el condón, dejando ver su perfección desnuda por primera vez. Ni muy grande ni muy pequeño, 19 centímetros, ni más ni menos. En los labios de Rachel apareció una sonrisa diabólica y se mordió el labio sin dejar de mirarle ahí abajo mientras se lo ponía, deseando que estuviera dentro de ella.
"¿Te gusta lo que ves?" dijo tumbándose encima de ella antes de que su boca entrara en contacto con sus pechos, lamiéndolos, besándolos, mordiéndolos suavemente. Oyó un gemido salir de sus labios y la miró, dándole su aprobación para terminar ese juego de seducción. Situó su miembro frente a su entrada y lentamente la penetró, gimiendo nada más entrar completamente dentro de ella. "Cuando estés lista… sólo avísame" susurró. Tras una señal de Rachel, empezó a moverse lentamente, haciendo que ambos gimieran casi al unísono.
"Brody… más rápido… por favor…" gimió su nombre antes de besarlo.
"Rachel… oh…" aumentó la velocidad de sus estocadas, gimiendo también su nombre.
Tras unos 30 minutos, moviéndose rápidamente, gemidos, respiraciones aceleradas, jadeos, besos sonoros, te quieros, sus orgasmos estaban a punto de llegar.
"Rachel… estoy… cerca… ¡te quiero!" gritó él antes de llegar a su orgasmo, llenando el condón, colapsando en los brazos de Rachel.
"¡BRODY!" gritó Rachel en su orgasmo, sintiendo el calor entre ambos, con los ojos cerrados, dejando caer su cabeza hacia atrás del orgasmo. Posiblemente, el mejor orgasmo que había tenido en su vida. Posiblemente no, el mejor orgasmo de su vida… "Hola…" dijo en un susurro al abrir los ojos y ver su cara otra vez.
"Hola" sonrió. "¿Estás bien?"
"Como nunca…" sonrió de vuelta. "¿Qué vas a hacer ahora, vas a irte…?" preguntó
"¿Bromeas? Quiero dormir con mi chica" dijo acariciándole la cara
"¿Tu chica?" levantó Rachel la ceja confusa
"Mi chica. ¿Quieres salir conmigo?" le preguntó Brody
"¡Me encantaría!" exclamó antes de darle un beso tierno en los labios. "Mmm… ¿te importa si dormimos? Estoy algo cansada…"
"Como tu quieras, princesa. Buenas noches…" le dio un beso en la mejilla y ambos cayeron dormidos en los brazos del otro.
