Bueno, aquí una pequeña historia de pocos y cortos capítulos, donde los protagonistas pese a la presencia de Tai, son Kari y Teká.
Disfutadla y se agradecen los reviews:).
Nuestros padres iban a pasar el fin de semana fuera con unos amigos en el monte, por lo que mi hermano Tai y yo nos quedamos solos esas dos noches. El martes siguiente teníamos examen de inglés así que como Teká tenía alguna dudilla del temario se me ocurrió decirle que se viniera a estudiar a casa. No sería la primera noche que pasáramos juntos, ya que nos conocíamos desde niños, en parte por la influencia que nos venía de hermanos mayores, que eran mejores amigos, y teníamos la confianza de quedarnos a dormir uno en casa del otro. Sabía que cualquier persona iba a considerar esa como un motivo de cotilleo y que se dispararían los rumores, pero también estábamos acostumbrados. A la gente le costaba mucho entender los lazos tan fuertes que nos unían, un vínculo irrompible, pero que se quedaba en la amistad, la mejor de todos, pero reducido a eso.
Pero paradójicamente, de la persona que más me iba a esperar que se pensara cosas raras era de Tai...
Él se había ido con sus amigos de bachillerato justo antes de que viniese Teká. No le había dicho nada porque sabía que a mi hermano no le importaría en absoluto. De hecho, era el hermano pequeño de su mejor amigo Matt, así que muchas veces lo consideraba uno más de la familia.
Tai tenía tanta prisa porque llegaba tarde que a penas se despidió de mi: se limitó a gritar desde el pasillo que era hora de irse.
- ¡Hasta luego!- le respondí yo desde el cuarto, y escuché la puerta cerrarse.
Seguí a lo mío. Arreglé un poco más el cuarto para no causar mala impresión a Teká (más que nada porque yo y Tai compartíamos habitación, y el chico no se preocupaba demasiado por la limpieza ni el orden). Una vez listo el escritorio, libre de papeles y bolis, saqué el cuaderno de inglés de la mochila y lo puse encima. Lo mismo hice con el estuche. Se me ocurrió algo. Abrí un momento la ventana que daba a la calle para ventilar y eché un spray aromatizador con olor a rosa, para que la estancia en el cuarto fuera más agradable.
Justo entonces, sonó el timbre.
Con tranquilidad, fui a abrir la puerta.
Teká venía con la mochila colgada a la espalda, y con esa sonrisa y esa mirada inocente y alegre plantada en su cara.
- Buenas, ¿Qué tal? - le hice un pasillo para que pudiera pasar, y cerré la puerta tras él- Me he cruzado con Tai, pero no tenía tiempo para hablar. Iba con mucha prisa.
- Había quedado con Matt y los otros
- Bueno, mi hermano había salido hace tres cuartos de hora- dijo entre risas
- Por eso Tai llegaba tarde- se me contagió la risa. Tai carecía de sentido de la puntualidad. - Bueno, ¿Pasas?
El chico asintió con una sonrisa y se adelantó unos pasos.
- He preparado las cosas en el cuarto, pero si quieres ponerte en la mesa del comedor… como prefieras
- Tranquila, si has preparado el cuarto, vamos allí
Se sabía tan bien mi casa ya que ni si quiera disimuló un poco para encontrar el cuarto. Sabía perfectamente donde estaba.
- ¡Anda! Huele a fresa ¿No?- exclamó al atravesar la puerta del cuarto.
- He echado acondicionador de ese. - Lo había dejado en la mesa así que lo alcancé con la mano para leer lo que ponía en el envase- Aunque aquí pone que es de rosas, no de fresa.
- Es igual, me gusta la fresa. Huele muy bien.
- Lo he echado para crear una atmósfera más de estudio- reí. Él soltó una agradable carcajada ante el comentario, mientras se sentaba en la silla de estudio. Se quitó la mochila para sacar los libros y los puso sobre la mesa.
Yo me arrimé más a él, ojeando por encima mientras el pasaba las hojas de su cuaderno. Había muchas tachaduras en rojo. Dejó la hoja que le interesó y consultó un momento el reloj de su muñeca.
- ¿De cuánto tiempo disponemos?- Me preguntó.
- No te preocupes por eso. Mis padres estarán fuera estos dos días. Si quieres quedarte a dormir y así mañana por la mañana seguimos con lo que nos falte.
- ¡Anda! ¡Es muy buena idea! Luego llamaré a Matt para que se lo diga a mamá. - su emoción pareció interrumpirse por un inconveniente.- ¿Pero sólo tenéis dos camas?
- Había pensado que durmieras en el sofá. O bueno, también podría compartir cama con mi hermano y tú duermes en mi litera.
- Prefiero dormir en el sofá, no quiero molestar a Tai. A veces me ha tocado dormir a su lado en tiendas de campaña en campamentos y créeme que le molesta no disponer de "su espacio"
Rompí a reír. Razón no le faltaba.
- Está bien, en ese caso te adjudico el sofá.
- Correcto- dijo.
Me senté en la silla de al lado.
- Dime, ¿Qué es lo que no entiendes?
- Los phrasal verbs me están dando bastantes problemas.
- ¡Serás vago!- reí yo- ¡Eso es aprendérselo de memoria!
- Ya… pero no los entiendo.
Me desesperé.
- Vamos a ver… yo lo que hago para quedarme con la mayoría es poner una frase de ejemplo ¿Sabes?
- ¿Una frase?
- Sí, o algún verso o título de una canción.
- Ah, ya veo…- el chico se quedó dudando
- Tranquilo- le tomé la mano para calmarlo- No te pongas nerviosa, nos va a dar tiempo a todo. Ya verás. Tenemos toda la noche.
El chico pareció relajarse un poco, me dedicó una de sus características sonrisas y nos pusimos en marcha.
Entre nosotros decir esas cosas no tenía ninguna connotación malpensada ni nada, y aún no me explico como mi maldito hermano iba a conseguir sacar todo fuera de contexto.
Serían las doce de la noche cuando nos levantamos de la mesa para despejar un poco las mentes. Teká se deslizó en el sofá, agotado. Yo abrí la nevera buscando algo comestible que no fueran recetas de mamá.
- Vaya, no tengo ni siquiera refresco de cola…
- No pasa nada, no gastes bebida ni nada. - dijo él desde su asiento.
- ¿Has cenado? Podríamos ir a buscar unas pizzas después.
- Sí, lo cierto es que no vendría mal salir a despejarnos un poco con el aire fresco.
Iba a cerrar la nevera cuando me fijé en una botella que sobresalía de un cajón. La cogí, estaba medio vacía.
- Tengo refresco de Lima-Limón ¿Te hace?
- De acuerdo. No lo he probado nunca ¿Está bueno?
Crucé el salón para sentarme junto a él en el sofá.
- Creo que lo compró Tai. Aunque no sé para qué, si es de marca blanca.
- Mi hermano guardó en la nevera un par de latas de un refresco también de los baratos…
A los dos nos vino la misma idea a la cabeza.
- ¿Para hacer mezclas con alcohol?- pregunté yo. No me lo creía del todo, siempre había pensado que Tai no bebía… pero por otro lado le quedaban pocos meses para cumplir la mayoría de edad, y podía entender que le diera morbo empezar poco antes de la legalidad.
- Pues supongo que sí. Le habrá sobrado y por no cargar con todo el cristal la habrá dejado aquí. Oye, prueba primero no vaya a ser que tenga alcohol.
Creo que lo miré con la cara más rara que me había visto en la vida, porque se empezó a poner nervioso.
- Osea… o olerlo sólo, no te estaba incitando a que bebieras alcohol siendo menor.
Me reí mucho.
- Ya lo sé, Teká. ¿Cómo voy a interpretarlo de esa manera?
Justo entonces llamaron al timbre.
Nos quedamos abrumados por unos instantes.
- ¿Quién puede ser a estas horas?- Miré la hora. No serían ni la una de la mañana, y Tai se había ido hace poco. ¿De verdad iba a salir para volver en dos horas?
- Pues no sé. ¿Tus padres?- dijo con tono calmado Teká.
- No creo ¿No? Hubieran avisado. - volvieron a llamar- Bueno, abriré la puerta, si son ellos seguro que se alegran de verte.
Empezaron a aporrear al otro lado de la puerta y a llamar impetuosamente al timbre.
- ¿Pero qué…?- Teká hizo ademán de seguirme cuando yo apreté el manillar.
Los dos nos quedamos boquiabiertos.
- ¡¿Qué estáis haciendo aquí?!- exclamamos los dos, yo delante y Teká igual de incrédulo detrás de mi- ¿Y por qué llevas a Tai a rastras?
Era Matt, con la cara colorada y con la vista nublada. Tenía cogido a Tai de la cintura y por el brazo, y los dos apestaban a alcohol.
- Lo siento… habíamos quedado para ir a un concierto pero éste- acertó a decir el rubio, refiriéndose a Tai- ha bebido más de lo debido…
- Y tú también vas bueno… - dijo Teká, con un tono desesperado.
- ¡Anda! ¡Teká! ¿Estás aquí?
- Sí, he venido a estudiar con Kari el examen del martes.
- Bien, bien- y sin darle mayor importancia, se apresuró a entrar hasta el fondo del salón y dejó a Tai ahí tirado.- Bueno, yo os lo dejo. Vuelvo al concierto.
- ¡Matt! ¿No vas a quedarte con él?
Tai balbuceó al ver marchar a Matt.
- ¡Tanquilos! ¡dejale que disfute! ¡ha sido culpa mia!- le costaba pronunciar las palabras.
Corrí hacia él y me senté a su lado.
- ¿Pero qué ha pasado? ¿Tanto has bebido?
Estaba tan preocupada como enrabietada por su irresponsabilidad.
- Habíamos ido a beber un poco con bebida que habíamos traído de casa… por lo que me dijo se debió de meter una buena cantidad de alcohol antes de venir haciendo pruebas de sabor…
- ¿En serio lo dices?- Teká no daba crédito, probablemente recordando la botella de Lima-Limón.
- Bueno- Matt puso la mano en el hombro de su hermano, que estaba junto a la puerta de entrada- Ya me cuentas mañana cómo ha ido la noche, pillín.
Y vi cómo le guiñaba el ojo para irse seguidamente. Teká se quedó tan descolocado cómo yo ante el comentario.
Cerró la puerta lentamente sin saber muy bien qué decir. Estaba exactamente igual que yo.
- Bueno chicos, estoy borracho- admitió Tai al menos. Lo segundo ni yo ni mi amigo deseamos haberlo escuchado:- si hacéis algo hacedlo en el cuarto, aprovechad que no me entero…
Y tras soltar la barbaridad, se dejó caer largamente en el mullido sofá, dejándonos a mí y a Teká sin aliento.
Y hasta aquí, la primera parte de esta pequeña anécdota. Cualquier idea comentad:)
