Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, todos y cada uno de ellos son obras de DMM & Nitroplus.


"En esta vida la primera obligación es ser totalmente artificial.

La segunda todavía nadie la ha encontrado." (Wilde, Oscar)


— Si me hubiera usado a mí, tal vez eso no hubiera sucedido.

Fueron las mismas palabras de su compañero las que causaron la primera fisura, cuando Kiyomitsu sonrió esa vez con una mueca forzada parecida a la sonrisa y dejó al asunto de lado. Es que no tenía permitido pensar en eso, no saberse atado al antiguo Amo cuando el Saniwa le había dado una nueva oportunidad.

El corazón no podía romperse por el otro.

— Yasusada, ¿sigues cuestionando las decisiones de Okita? — Fingió un mimo, el cariño que áspero le costó.

— ¡Pero si yo…!— La protesta comenzó una vez, como el tormento en forma de remolino en el que era arrastrada la uchigatana inicial. El infierno lo propuso el devoto a Okita y Kashuu le siguió como buen compañero que era. Si uno estaba tan herido el otro no podía quedarse atrás. Fue esa lógica la que más adelante le afectaría a uno de los dos que sin palabras se entendían.

— La historia se escribió así, no la podemos cambiar. —Se trató del menos indicado y del que quitaba el peso de encima de los hombros de uno para cargar con todo, con la sonrisa, con el uniforme que les indicaba regresaba de alguna misión y los daños eran visibles apenas. A nadie le dio tiempo de preocuparse por el inicio de la cicatriz que se vio descubierto por la venda ni la falta de aliento que no fue normal en Yoshiyuki. La espada de Tosa se vio alterada, con la mueca sosteniendo la risa mientras escondía con las ropas la herida de combate. Era demasiado bueno para dejar pasar los remordimientos que podían atacarlo por las noches.

Recordar a esas alturas cuan duro había sido al llegar a la ciudadela para los primeros cinco le dejó una promesa que al día de hoy iba a mantener. Porque se sintió responsable por las acciones de su dueño anterior y los ideales que los llevaron a ser lo que eran hoy, una nación que encontraba la decadencia poco a poco.

Mutsunokami fue el único de los cinco que nunca se dejó tentar por el enemigo y eso los hizo unir para ser fuertes mentalmente; la espada que aceptó un destino inicial sin su Amo y el único que no reveló todos los secretos en la luz de la luna donde la sinceridad en las otras Uchigatanas afloró y los dejó ser libres.

— ¿Vas a la sala de reparaciones?— Los carmín viajaron por el trazo del hombro a donde sostenía con ferviente insistencia el tercero en la conversación y se divisó la preocupación manifestada abiertamente. Con él era casi especial la atención que prestaba, los ojos se dilataban y los dedos se movían antes de siquiera pensarlo.

— El Amo te buscaba, Kashuu. —La barrera estuvo hace mucho y nadie pudo quitarla. Era como si los rechazara y nadie pudiera entrar. Los iniciales odiaban la frivolidad de la espada heredada de generación en generación.

El error había sido ignorarlo.

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— ¡Kane-san llegó! —La wakisashi lo gritó a todo pulmón y los ojos se iluminaron cuando colocó el talismán sobre la hoja. El único que faltaba era Nagasone.


Esto va para un long fic, espero sean los diez que planeo.

¿Les ha gustado?

¿Reviws? Yo vivo de eso ¿?