PRÓLOGO
-Hoy segundo del mes de siembra, los llantos y sollozos serán los fluidos que inundaran nuestras tierras- un hombre de porte juvenil hablaba a una incontable muchedumbre, la mayoría de ellos lloraba, los niños quienes asistieron permanecían temerosos e intranquilos entre los brazos de sus madres, quienes de igual manera disimulaban bien sus miedos. -A pesar de todo, la gran enseñanza de nuestro sabio maestro no se perderá mientras exista entre cada uno de nosotros el deseo de ser libre, sé lo que su partida significa, pero también sé que ahora la responsabilidad de cumplir las metas de mi maestro recaen sobre mi.- La situación se tornaba muy complicada ahora, sin él, las defensas las pocas que poseíamos ahora eran blancos fáciles de quebrar; y al igual que un endeble marcador para escribir era el espíritu de los hombres. La única pregunta era por cuánto tiempo seriamos capaces de resistir. A pesar de la fuerza, determinación y habilidades en combate del ahora autoproclamado nuestro líder eso no sería suficiente.
Entre lágrimas amargas y una mirada destruida pero con el intento de no querer demostrar debilidad, él juró ante todos que nunca caeríamos, que por más que el fin estuviera cerca él lo pospondría, que daría su vida para que cada uno de nosotros tengamos años que vivirla.
-No nos rendiremos nunca, la gran muralla estaba, está y se mantendrá tal y como está por siempre; les pido hermanos y hermanas luchemos hasta el fin y no demos por rendidos nuestros brazos cuando parezca todo perdido, esa fue la más valiosa enseñanza del gran maestro. Esta vida que nos deja hoy fue para darnos más tiempo, para resistir y crecer.
Por alguna razón misteriosa, la cual era bastante incongruente, esas palabras resonaban entre los corazones de los asistentes, cada uno secaba sus ojos con lo que tenían a la mano, sean pañuelos, papel e incluso las mismas manos desnudas. Él esta en lo correcto, por más que esto parezca nuestra extinción los hombres daremos pelea.
Todos se miran unos a otros, el grito de una mujer retumba en el silencio, no es un grito de pena o de dolor, es el gran y alentador grito de guerra que nos enseñaron desde niños, ese grito era emitido únicamente por las fieras más salvajes en el momento de cacería, ese grito se propagaba por cada uno de los presentes, en pocos momentos el sonido se hizo unísono. Esto podría resultar.
Nos damos cuenta que este sujeto de pie enfrente de todos tampoco puede abstenerse de las ganas de alzar la voz hasta los cielos.
-Hoy le decimos hasta siempre maestro, gracias por todo; de ahora en adelante pondré todo mi ser para proteger esta nación de naciones tal y como usted lo hizo durante incontables años, y le prometo también que superaré su nivel.-, se seca las lágrimas nuevamente y como es tradición en nosotros el cálido fuego se deja esparcir sobre el cuerpo sin vida de aquel a quien cada uno consideró más que un héroe.
Pocos se dan cuenta de la mirada del nuevo sucesor, algunos creen que es una que muestra furia y sabiduría simultáneamente, otros creen enteramente en él, y sólo algunos temen.
…
-Abran las puertas, todos los misiles apunten hacia la entrada principal, carguen el todos los caños del nivel "D", mantengan posiciones de ataque quiero ver entrar a esos bastardos sanos y salvos.-
La tensión que se creaba cada vez que esa vieja y enorme puerta se abría ya casi era inexistente, durante aproximadamente 15 años el comandante Fennin había cumplido su promesa, todas nuestras tierras permanecieron a salvo, y aunque siempre hubo batallas algunas muy feroces él siempre se mantuvo en pie; aunque era solo un rumor ya las personas realmente creían que él había logrado superar a su maestro. Admirablemente se pudo aumentar las extensiones territoriales, derrotamos a 4 enemigos claves y casi siempre Fennin era el único con quien los 3 artífices del asesinato del gran maestro podían medirse, realmente era poderoso.
Ahora se vislumbraba una señal de fuego tranquilizante en medio de los cielos, ese era el anuncio de una llegada, las tropas guerreras retornaban a casa luego de 2 meses de exploraciones.
Las puertas se abrieron durante unos instantes entraron mil guerreros, mil valientes montados en mil bestias tan furiosas como sus jinetes; al final entró el capitán de todos. –Cierren las puertas-. La orden fue acatada de inmediato, el retumbar del madero hizo que parte de la tierra adyacente temblara ahora la tensión desaparecía rápidamente.
Tres sujetos se bajaron de sus bestias compañeras de batalla, al caer al suelo se notaba el cansancio y las enormes heridas que recorrían su cuerpo mas aun así su mirada seguía denostando temor a todo aquel que en su sano juicio quisiera retarle en combate; el sujeto que bajaba por la derecha del anterior era realmente enorme, los otros 2 parecían criaturas a su lado, su barba prominente le daba un ligero toque de madurez, este al reportase en tierra simplemente atinó a reír. Por último, el que se acercaba por la izquierda mostraba un profundo corte en el hombro izquierdo; pero al parecer por la enorme sonrisa dibujada en su rostro eso le ponía de buen humor.
El sujeto quien dio la orden de abrir la puerta se acercó a los 3 hombres en señal de respeto saludó con disciplina al comandante principal. -Es un placer que estén de vuelta capitán Fennin, supimos que las fuerzas enemigas fueron increíblemente casi exterminadas, esos infelices tardarán mucho tiempo en reponerse tal baja.-
Fennin y sus acompañantes miraron seriamente al principal. –Es necesario que hablemos en una junta, ahora. Prepare todo comandante esto no será una decisión sencilla.-
El incrédulo comandante cuyo nombre era Sebs no entendía que podría significar esto, en su mente aún pensaba en la gran victoria obtenida hace poco, cuál era esa razón para realizarse una junta militar y de tomar decisiones cuando el enemigo estaba totalmente incapaz de atacarnos. A pesar de ello escondió sus dudas. –Señor, no creo que nadie le pueda contradecir, alistaré todo-.
…...
DESCICIONES
-Pero Fennin, estás seguro, cómo podríamos creer en eso, que tal si es una treta de esos canallas-
-Ellos no tienen piedad en enviar a sus hombres a la masacre con tal de derrotarlo a usted- habló otro.
-Seamos más sensatos mi señor, recuerde que el gran maestro estaba en desacuerdo con tal idea, que pasaría si…- Un enorme tumulto de gente se debatía incesantemente durante ya varias horas, al parecer la idea del principal de todos ellos era la de salir en busca de algo, algo importante pero que lamentablemente sólo se había escuchado rumores y leído en libros como algo mitológico o fuera de lo racional.
-Creo, señor teniente, que mi maestro no se imaginó nunca que las cosas pudieran evolucionar ante tal punto, no tenemos opción. Debo partir. El enemigo está debilitado no atacarán en un buen tiempo, tiempo que puedo utilizar en salvar a esas personas, con ellos podremos ponerle fin a todo esto-
La duda era evidente en la cámara del senado. Esta habitación era bastante grande, con numerosos asientos dispuestos de forma concéntrica por todo el salón, el cual esta vez relucía un lleno total, los capitanes de escuadrones se debatían una lucha idealista incesantemente determinante. Los de mayor cantidad numérica correspondían al ministerio militar "R" cuyas fueras se especializaban en el combate y preparatoria de reclutas para las misiones en el exterior, es decir en campañas realizadas fuera de la gran muralla y por ende era ellos quienes protegían la seguridad externa, así como también eran ellos quienes acompañaban a Fennin en las luchas. El siguiente sector le correspondía al ministerio de seguridad interna, cuyo objetivo básicamente era el de guardar el orden y la administración dentro de la gran muralla; los siguientes era miembros del ministerio de arsenales, su función era considerada sobrevalorada por aquellos quienes arriesgaban sus vidas fuera de la gran protección pero nadie en absoluto se interponía en las investigaciones que realizaban, se trataba de una poderosa organización de pensantes y científicos cuyas mentes le brindaban armamentos al escuadrón militar "R", entre todos ellos Yam era el único miembro de esta sede que gustaba por acompañar a las tropas externas; como tal Yam debería estar entre ellos pero su reforma y su característica personalidad desligada de las leyes le habían otorgado favores del mismo Fennin, y ahora era considerado uno de sus generales representativos del mismo escuadrón "R".
El senado militar fue establecido desde que el gran maestro la solicitó y hasta el momento incluso los más grandes líderes debían catar todas las decisiones que se tomaban en aquel lugar; regla que incluso Fennin no desobedecía. Durante 15 años el sabio caudillo había logrado acertar en cada una de sus decisiones sin haber fracasado en ninguna, su habilidad en combate y los éxitos en sus campañas le permitieron gozar de ciertos bienes en cuando a la toma de decisiones políticas y en su totalidad era bien toleradas pero el temor que infundía su nueva idea era algo aterrador para todos.
Un anciano se logró poner de pie tenuemente de su asiento. –Lo dejaremos a votación-
-¿Votación?, eso es absurdo, todas las batallas desde que Fennin tomó el cargo fueron perfectas, nos hemos mantenido en pie hasta la fecha, cuál es el motivo para dudar en él- hablaba uno de los sujeto que se sentaba a la izquierda de Fennin. Se trataba de Yam, su altura era intimidante, se consideraría como un gigante a simple vista, pero su calidez lo convertía en un ser amigable; sin embargo esta desaparecía cuanto se trataba de manejar los asuntos en orden y de apoyar a su fiel compañero.
-¿Cómo creen que se sentirán las personas si se enteran que Fennin salió con rumbo desconocido, creen que no se establecerá un miedo incontrolable en todos?- Ahora un miembro de las fuerzas internas, con una gota de sudor que denostaba inquietud y terror bastante bien disimulados hablaba. -Por favor recapaciten, si te dejamos partir las defensas perderían confianza, entiende que todos aquí te necesitamos, no es tiempo para andar buscando supuestas profecías y misterios.- Ello cayó como un baldazo de agua helada entre todos los asistentes, sin embargo nadie supo que contestar, era evidente que por más descarado que pudiese haber escuchado eso era muy cierto; el miedo embargaba los corazones de aquellos que temían la salida del único capaz de enfrentarse en batalla a 3 seres monstruosos.
-Dijiste algo interesante comandante, nadie pero en absoluto sabe si en cualquiera de nuestras misiones futuras regrese yo con vida, si creen todos ustedes que no hay nadie que pueda superarme entonces estamos solo evitando nuestra inminente masacre- Era increíble ver la frialdad con la cual hablaba Fennin, siempre subjetivista, nunca con temor incluso de su misma muerte, es más durante muchas ocasiones las fuerzas enemigas de Adkar, el sujeto quien usando toda su capacidad y fuerza logró asesinar al gran maestro, pudieron darle muerte pero por alguna circunstancia esta se volvía contra el enemigo y les dejaba más que anonadados.
Silencio absoluto. Los rostros de todos mostraban una vez más estar de acuerdo con él, pero que tal si el enemigo se entera que se fue, no tendríamos oportunidad de vencer.
-Eso es torpe, (las miradas giraron hacia atrás, encima de todos casi al final de los asientos) Fennin es el mejor si, pero depender siempre de él sería nuestro exterminio. Si a votación lo quieres yo estoy a favor de mi capitán.- Todos se asustaron ante tal comentario, el joven Marcus, una promesa en combates, de gran talento aunque Fennin estaba muy por fuera de su alcance era realmente bueno, sus habilidades dieron triunfos importantes mientras se sostenían batallas poderosas contra los que derrotaron al gran maestro, evidentemente Fennin era el único quien intervenía en esas situaciones; sin embargo ninguno de los fieles guerreros dejaría morir a su líder sin dar la vida para tratar de evitarlo –Si él se va y nuestros rivales se enteran de ello, aun así tengo la esperanza de que nuestra muralla no caerá.-
-Qué estupideces hablas muchacho, si Adkar se entera de esto enviara todo su arsenal, el mismo en persona él y sus 2 miserables hijos, no hay nadie salvo Fennin que pueda combatirlos.-
-Por eso es necesario que me vaya, si logro encontrar a esos niños y entrenarlos, no habrá temor cuando el día de mi muerte llegue.- Nuevamente el silencio y las miradas cruzadas. Fennin y su frialdad para tocar el tema de la muerte era admirable.
Luego de 10 horas de larga disputa la decisión fue tomada, el consejo denegó la idea de Fennin, esto desagradó rotundamente a todos los miembros del escuadrón "R".
-Malnacidos, acaso ustedes arriesgan sus vidas en combate-, -Cuándo será el día en que realmente peleen, siempre están dentro con protecciones y bienes mientras nosotros morimos fuera-. –Corruptos, infelices hagamos un cambio de roles una vez para que entiendan lo que Fennin propone-…..
El senado se mantuvo estoico, los insultos por parte de los combatientes exteriores llovían como gruesas gotas de agua sobre loa cabezas de los jueces mayores; no obstante el mayor de todos ellos mostraba una ligera sonrisa dibujada en su rostro.
Terminada la sesión y ya cuando la mayoría de los asistentes se proponía en abandonar la reunión, uno de los ministros de alto rango se acercó hasta el asiento central para estrecharle la mano en señal de respeto,-Es democracia amigo, todos debemos obedecerla-. -¿Pero qué rayos…? El miedo se instauró tan velozmente como una plaga en un campo, la mano que el coronel estrechaba simplemente era una proyección, todo el cuerpo de Fennin lo era, como un acto de vida o muerte el gigante Yam sacó una enorme hacha de su espalda, nadie supo cómo habría logrado camuflarla de una manera tan impresionante al punto de engañar la seguridad del pleno. –Mi señor sabía que ustedes jamás pensarían en ello, ahora está muy lejos lo único que nos queda es creerle, será mejor hacerlo o de lo contrario sabrán que yo mismo puedo acabarlos a todos ustedes acá-
La presión era incalculable, todos excepto los miembros del escuadrón de lucha externa estaban petrificados en vida, todos siendo amenazados por armas en sus cuellos y pechos por el escuadrón "R". -Deséenos suerte inútiles- Los ojos de los otros altos medios se quedaron casi en blanco al saber que su poca esperanza estaba muy por fuera de sus cabales. –Ni siquiera tú te quedaste, maldito-.
-Fennin es demasiado astuto para sus retrasadas mentes mis señores, es obvio que esta será la misión más peligrosa, mi presencia es relevante-. Marcus también estaba fuera, también era un holograma. Los dos máximos exponentes de defensa estaban fuera, la humanidad estaba sin su gran líder y el supuesto segundo al mando tampoco.
.Será mejor que nos escuchen cautelosamente ancianos, nadie hablará de esto en las ciudades, de hacerlo, tengo órdenes de mi capitán de enterrarles mi hacha en sus cabezas por haber infundido el caos entre los hombres (dirigiéndose a todos), ¿me escucharon? A veces es necesario un sacrificio para tener éxito, Fennin lo sabía, ahora es tiempo de acorazar la gran muralla y prepara mejor nuestra defensa, ahora es tiempo de que ustedes crean en nosotros.-
-Para evitarnos molestias, serán íntimamente vigilados cualquier sospecha de traición, la pagaran con sus vidas.- Era otro miembro de las fuerzas externas quien amenazaba con tirar el gatillo de su arma la cual apuntaba directamente en la nuca de uno de los senescales del territorio del norte.
-¿Traición?, te atreves a mencionas esa palabra luego de haber tomado un consejo considerado sagrado desde los tiempos del gran maestro por la fuerza y la irracionalidad y de haber confabulado una decisión unánime del consulado nunca les perdonaré esto salvajes, comunicaré a cada miembro de la humanidad que su gran salvador a huido, que ha preferido escapar para sobrevivir por tener miedo y no ser más que un cobard…
Los ojos de los asistentes quedaron inmovilizados, esos sujetos realmente estaban muy mentalizados en ello. Yam había dado muerte a un miembro del consejo, la sangre de tal individuo embarraba el asiento donde estaba. –Traición sería dejar ver morir a nuestros hijos e hijas en manos de tiranos y no haber hecho nada para evitarlo, traición sería dejar que nuestro futuro sea quien pague las consecuencias de no haber actuado en el presente, confiemos en el juicio de Fennin, sé que suena descabellado pero es necesario hacerlo….. ¿Quién en esta habitación piensa lo contrario?, háganmelo saber y saborearan el poder de mi arma tal y como ya lo experimentó este….traidor…-
Nadie en lo absoluto mostró señales de queja, todos se miraban con temor, pero en el fondo reconocían que cada uno juró lealtad a Fennin y dejar de lado absurdas tradiciones, todo por el bien del futuro.
…
Pasaron 10 años desde la partida del gran Fennin, muchos pensaron que ya estaba muerto, que tal vez Adkar o alguno de sus hijos o los 3 juntos le habían dado la misma muerte que al gran maestro; el escuadrón "R" no pudo camuflar el hecho de su ausencia tanto tiempo, al correrse el rumor de su muerte el pueblo lloró amargamente, luego vino una depresión ya que cada uno solo esperaba la muerte que les vendría ahora que el protector no estaba.
Pero tal pensamiento se borró, luego del año de que se enteraran los siguientes nueve fueron no muy alarmantes, la gran muralla logró soportar todos los ataques, todos pensaron que cuando Adkar se hizo presente la muralla cedería, pero tal cosa nunca ocurrió. Ni siquiera alguien tan poderosos como él podía destruirla, y frente al incesante ataque de las defensas detrás del muro, la humanidad ganó una importante victoria; aunque no fue muy decisiva, el hombre sabía que su confianza había vuelto y que ahora podían pelear.
NUEVA ERA
Y sonaban cerca de 11 años desde que el hombre quien le había dado fe y esperanza a la humanidad estaba desaparecido, cerca de 11 años que solamente las fuerzas únicamente permanecían a la defensiva mas aun eso era suficiente para que la humanidad haya prevalecido; once largos años desde que Fennin no daba rastro de su existencia, once años desde que la última fe desapareció. Pero luego de ese tiempo llegó algo que cambiaría una vez más la vida para los hombres.
-Señor es mejor que venga a ver esto- un hombre de porte alto con un poco barba pero con una notoria calvicie que delataba su avanzada edad permanecía en silencio hasta altas horas de la noche pero en esta rara circunstancias había abierto la boca solo para pronunciar esas palabras, antes su dedo había digitado 7 números para marcar al sujeto que ahora estaba a cargo de toda la seguridad de los hombres.
-Qué quieres a estas horas, será mejor que no sea nada aburrido-
….
-Es imposible, algo no puede viajar tan deprisa-
-A esa velocidad no sabemos si la muralla pueda resistirlo-
-Alerta a todos, que nadie se quede sin un arma; activa a los cañones nivel D-
-¿Cuánto tiempo tenemos?
-Imagino señor que sólo 1 hora antes del impacto-
-Qué debemos hacer ahora Yam, sea lo que sea viaja muy rápido, si Adkar encontró una forma de…
El suspenso que se vivía era más que agobiante, ni siquiera la cuarta parte de los miembros de defensa estaban dispuestos para una emergencia como tal, siempre se usaban los cañones D para facilitar el trabajo, su poder era altamente destructivo, hasta el gran maestro sabía que era armas con la capacidad de volver todo a cenizas, residuos que más tarde el viento se las llevaría. Nadie supo nunca como tal arsenal llegó hacia nosotros, pero la corazonada de que el gran maestro fue entrenado por los mismos titanes era creíble; supuestamente fue él quien los trajo para defensa de la humanidad, traerlos significaba una sola cosa, que el gran maestro fue capaz de hacerle frente a uno de los titanes; criaturas tan poderosas que ni siquiera el poder combinado de todos los seres vivientes serían capaces de igualarles en lo más mínimo el 50% de uno de ellos. Pero viniendo del gran maestro esto no podría ser una falacia.
Sin embargo los cañones eran usados para blancos con poco movimiento, o para crear explosiones gigantescas que amedrentaban al enemigo e incluso era capaz de atinarle a objetivos con rapidez alta per de poco alcance, es decir aquellos que si bien poseían una velocidad considerable no podrían mantenerla como para mantenerse fuera del impacto secundario de los cañones; pero este objeto era casi sacado de sueños, una quimera impensable; su velocidad sobrepasaba la velocidad el sonido y no daba muestra de reducir tal dimensión era una amenaza que ni siquiera el mismísimo Fennin hubiera podido afrontar.
-Cañones en posición, dentro de unos segundos esa cosa volará esta muralla si no reducimos al menos en un 20% la velocidad que tiene-
-Apunten todo el arsenal hacia el noreste, disparen a mi señal, que todos los combatientes sean de donde sean estén listos para batallar, si esa bendita muralla cae entonces nos invadirán. Que el miedo no se esparza o sabrán que yo mismo les daré el tiro de gracia-
El miedo se establecía en los hombres como si fuera una cálida fogata de campamento, era como si fuera mejor aliado que el agua en un desierto, pero el temor a ver a todos los hombres, mujeres, niños y niñas, hermanos, padres, madres, hijas era superior a cualquier cosa en el mundo, Yam estaba de pie en la cumbre de la gran muralla exhibiendo su antigua y afilada hacha, algo que él consideraba como su mejor amigo desde que Fennin partió, ese fiel amigo ahora tenía sed de sangre.
-Si hoy hemos de extinguirnos, hombres, hagámosle que eso sea lo más difícil que jamás hayan imaginado cómo; que cada uno de esos monstros recuerde este día como aquel en donde perdieron tantas vidas que les dará terror recordar el momento en que decidieron irse en nuestra contra…..Peeeeeleeeeennnn-
El grito de guerra era cantado una vez más, un grito que despertaba incluso a los más pusilánimes, Yam era un gran líder, nada en comparación en cuanto a poder con Fennin. Pero en determinación y fe era igual y sus años de daban cierto toque de sabiduría superior.
Diez segundos restaban para que el objeto impacte con la muralla, y aunque no se veía a nadie que lo acompañe una grietea en la poderosa defensa era suficiente para el inicio del exterminio de la humanidad; los del nivel inferior, soldados que estaban dispuestos a dejar su vida con tal de eliminar al menos a uno de los rivales eran liderados por una mujer, Giova, su temperamento era intimidante y aunque pocos recordaban que hubiera reído ocasionalmente, en situaciones de extremo peligro la sonrisa se dibujaba en su rostro de oreja a oreja –Mis dos hijos saben que volveré a casa a leerles un cuento o a prepararles comida, es gracioso que tenga que romper huesos minutos antes- Jamás se le vio rendirse, y mucho menos temerle al peligro; el amor a sus hijos la guiaba siempre a la victoria, siempre solía mencionarlos a los 2 pero todos sabían que uno de ellos ya estaba en mejor vida y al parecer eso la condujo a demostrar fortaleza para que nunca otra mujer perdiera un hijo en combate.
El mayor de sus hijos ,un hombre temible en pelea fue cobardemente asesinado por el mismísimo primogénito de Adkar, Alucard, el joven guerrero dio su vida para que el capitán Fennin pudiera salir con de esa peligrosa lucha, nadie se atrevía a pronunciar su nombre frente a su madre, nadie que estuviera lo suficientemente cuerdo para soportar una paliza o un par de huesos rotos por los golpes propinados por esa fiera. Hoy esa mujer, si esa muralla cedía, si el poderoso enemigo y sin Fennin dentro, esa mujer se reuniría con su amado hijo; tal vez no hoy pero sí lo haría. Aun así cada uno de los combatientes, estén donde estén confiaban y seguían ciegamente a sus superiores; esa maldita ley era enseñada a todos los principiantes desde que aprendía a leer.
A 30 metros de ahí, las tropas silentes se preparaban para un ataque sorpresa masivo, su líder siempre había sido Marcus, ahora en señal de respeto y fidelidad ese cuartel llevaba tal nombre y se mantuvo siempre sin capitán, todos era uno solo.
-Prepárense para el impacto, (terror y pánico, viejos conocidos pensaban algunos)5, 4 ,3, 2,1-
-Fuego, apunten a todo lo que sea, disparen los cañones de nivel "D"-
El cruel impacto y las explosiones exuberantes mostraban que los cañones hubieron impactado en tierra y las ondas expansivas deberían de haber detenido en algo al desconocido objeto; las cenizas se elevaban por los cielos de forma impresionante, cada uno presenciaba como la destrucción hecha por las defensas era cada vez mayor, nada en absoluto terminaría ileso de eso, nada ni nadie.
Durante unos segundos de terror y el abrir y cerrar de ojos de los soldados, se escuchó una voz desde los trasmisores –Señor, el objetivo ha sido detenido, repito se ha detenido-
Los trasmisores eran siempre precisos en cuanto a los datos tanto fuera como dentro de la gran muralla y es que eran bastante usados desde que el general Fennin se fue; muy a menudo las tropas rivales pero eran esas poderosas armas obtenidas por el gran maestro las que se encargaban de exterminar a las fuerzas opuestas. Ya casi nunca la humanidad pretendía una exploración externa ahora eso se había reducido a cruentas afrontas cercanas a la protección.
-Señor Yam, algo brilla desde el centro de la polvareda-
Yam, el último general con un poder aceptable pero con un conocimiento inagotable bajaba rápidamente por las escaleras de la torre de control principal. Su fiel amiga, el hacha, estaba pobremente guardada en su vieja funda, ahora el enorme sujeto buscaba respuestas ante tal suceso fortuito. –Qué es eso-
-Señor, podríamos enviar a un escuadró completo a investigarlo-
-Eso sería demasiado arriesgado, buscas hacerme creer que ¿algo que sobrevivió al poder de esos impactos se le permita tener la oportunidad de ver las puertas abiertas?- Yam estaba furioso, pero su ira era producto del desasosiego, producto de la enorme duda de tener frente asimismo una tenue imagen de los monitores que mostraban un destello rojo brillando sobre las cenizas mescladas con el polvo que se atenuaban luego que los cañones hubieran destruido una gran extensión.
-Qué es lo que debemos hacer señor- Silencio absoluto. –Señor, órdenes-
Las pantallas poco a poco iban esclareciéndose, la figura que Yam miraba ahora era más evidente, al parecer sus temores se hicieron realidad. –Eso es Adkar o alguno de sus hijos, ¿cierto?, desafiaron los límites de sus fuerza y ahora son capaces de sobrevivir a nuestros cañones-
-Hagamos una evacuación inmediata, que los soldados más capaces permanezcan en las puertas, que los más jóvenes inicien la retirada hacia zonas seguras-
Una mujer de cierta edad se acercaba hasta Yam, su porte era amenazante, su mirada llena de tristeza le permitieron acercarse hasta el corpulento general. –Prométame que irán por mi hija, yo me quedaré en la puerta; eso es lo que mi hijo hubiera hecho-
-Giova, yo…-
Yam en su cortada expresión sabía que eso era una petición, una que la conduciría directamente hasta la muerte. Este simplemente accedió ante tal propuesta, luego hizo que todos los capaces de luchar se concentraran detrás de la puerta principal de la gran muralla.
Estas, tras 20 minutos de suspenso se esperaban que fueran destruidas por el inmenso poder actual de Adkar o de sus hijos, pero eso no sucedió. Las puertas se abrieron por si solas como si alguien más las hubiera abierto desde el interior; la mirada de desconfianza y miedo de todos se concentraba sobre la torre principal, al parecer existía un traidor entre ellos pero eso era improbable, si hubiera uno por qué se esperaría en abrir las puertas en ese momento y no desde que Fennin se marchó.
Yam, en pleno pánico demostró serenidad y ordeno la permanencia de las tropas –luchemos sin sentimientos amigos, sea quien sea se enterara de lo fuertes que somos-
Alguien se asomaba por la puerta semi aperturada, su caminar era exhausto, su rostro estaba totalmente cubierto por una bufanda, y los ojos cubiertos por unas gafas oscuras su mismo atuendo por una manta grisácea y sucia pero algo en él era extrañamente familiar. Giova fue la primera en precipitarse, ella fiel a su estilo se acercó a retarle cuerpo a cuerpo, habilidad contra habilidad al extranjero; sus cortes fueron precisos, su vieja cuchilla, la cual usaba su hijo, clavó directamente en el cuello del intruso, con destreza logró también impactarle en los brazos y en el tórax pero él ni se inmutó.
-Tus ataques son impresionantes pero necesitas mayor precisión- luego su mirada giró hacia Yam ante la implacable inmovilidad de todos.
-Yam amigo me alegro saber que lo que pactamos una vez no se quebró, tal y como lo supuse ninguno de ustedes se rindió-, paso a paso este intruso se quitaba los harapos que vestía, inició por los que le cubrían los brazos y lentamente pudo notarse unas marcadas cicatrices en toda su longitud; seguidamente y ante la inquietante pasmosidad de todos se quitó la bufanda y los anteojos, sus ojos eran claros con una mirada que intimidaba a cualquier sujeto que se parase enfrente. Algunos pensaban que era una infeliz broma, otros atónitos se desmayaron, pero ella la leona Giova lloró. Débilmente los miembros de seguridad sintieron como el aire se volvía seco y como una densa sensación de calor los envolvía a todos.
-Qué ha sido de ti en todo este tiempo, has estado vivo siempre y nunca te apareciste ni siquiera en mensajes-
-Mi buen amigo nadie debía saberlo, creo haber descubierto todo al fin, de ahora en adelante tendremos mucho trabajo que hacer; pero nuestra lucha terminará-
-Sin duda Fennin realmente ha superado todas las habilidades de su maestro niños- esa voz era reconocible por todos, algunos miraron dubitativamente hacia donde esa voz provenía… -Marcus, cómo.- Entre las risas del nuevo aparecido la algarabía de los hombres resucito por segunda vez, luego de once años de penumbras y pocos éxitos volvía el ser quien los había dado esperanza en el pasado y junto a este uno de los muy pocos hombres de gran poder en pelea como para resistir en algo un ataque del mismísimo Adkar.
-Las explicaciones serán para después, ahora Yam necesito todo de ti para que me digas como funciona esto.- Fennin sacó unas cinco piedras opacas de su bolsillo, una de ellas brilló con el contacto en la mano del general, solo una lo hizo las otras permanecieron oscuras, pero con ello una enorme sonrisa de dibujaba en los labios de quien las sostenía a todas.
-Si encontramos a los portadores de estas piedras significará que surgirán 5 más poderosos que yo que detendrán esta absurda guerra, lastimosamente el enemigo no es ajena a esta información, debemos movernos-
-Primero déjame curar tus heridas, traigan paramédicos inmediatamente.-
-No, no hay tiempo que perder si mal no me equivoco hoy nacerán a la misma hora 5 niños, esos cinco deben ser resguardados. Marcus encuéntralos.-este último simplemente asintió con respeto.
La mirada de Fennin mostraba cruenta decisión y aunque nadie entendía bien lo que acababa de explicar; nadie, como en los viejos tiempos, se quejó o titubeo en contra suya, los principales generales y capitanes salieron en búsqueda de 5 niños nacidos a la misma hora. Cinco nuevas esperanzas esa palabra era muy familiar entre todos nosotros, esa palabra cambiaba siempre el transcurso de nuestras vidas.
-Que bueno verte, maldito imbécil vaya susto que nos diste-
-lo lamento tanto Giova ve a darle alimento a tu hija-
….
Cuando todos se hubieron marchado, Marcus retornó con su maestro sin que nadie, salvo Yam se diera cuenta de ello.
-Marcus, hay un traidor entre nosotros, ve por los 2 dile a Gysem que te acompañe huyan, de aquí; si tenemos suerte nos veremos luego de la muerte viejo amigo-
Yam escuchaba temeroso tal información. –Un traidor dices-, -Si viejo amigo, al menos ya estoy preparado para esto-
LAZOS DE AMISTAD
Ya había pasado 2 noches sin dormir, la ocasión no ameritaba menos, si fallaba en la única misión que se le fue otorgada todo habría acabado; pero no era su intención rendirse. Algo traía entre brazos era tan débil como un cachorro y frágil como una copa de vidrio; dubitó un par de veces en soltarlo y quizás así salvar en algo su vida, pero las órdenes fueron claras. Se quedó luego de caminar misteriosamente por 4 horas pensando que si sus otros amigos con la misma fortuna que él estaría aún con vida, con tal idea el hombre se durmió cerca de una banca en las puertas de un orfanato de la ciudad, consideró cada movimiento cada estrategia antes de realizar lo siguiente.
Eran las 6 am el poseedor del objeto se trasladaba por las calles de la ciudad pero ahora sin el objeto en brazos, parecía un tanto aliviado por haberlo dejado sólo a su suerte pero algo en él sabía que era lo correcto; su caminar lo llevo hasta un pequeño riachuelo, cogió una piedra la lanzo al agua y pudo notar que no estaba sólo en tal lugar.
-Nunca pensé que llegarías hasta este poblado tan deficiente, paupérrimo y desagradable Lezmenh-
-Uno nunca sabe dónde puede terminar si camina sin rumbo-, respondió él.
Aparecieron 3 sujetos más, todos ellos con una misma intención; solamente hablo uno. –Sólo tienes que dárnoslo, será más fácil, considéralo podrás conservar tu vida…y la de ella.
Lezmenh sabía perfectamente que estaba a punto de ocurrir, un tanto cabizbajo sacó una especie de cuchillas de su abrigo negro, - Antes de iniciar, sólo preguntaré algo. ¿Han dado con el paradero de Gysem?-.
Uno de los otros soltó una leve sonrisa, saco algo de su mochila en forma de trapos sucios que cargaba en su espalda y le mostró un par de diademas manchadas con sangre.
-Bien aunque me tienen algo anonadado; sí, traen las jemas de mi amigo, pero no traen con ustedes lo más valioso, vaya, craso error. Moriré orgullosamente al saber que no fallamos. Dijo Lezmenh; pasaron 10 segundo y ya hacia él tirado en el riachuelo conducido por la suave corriente del agua teñida en rojo por su sangre…."No fallé, no fallé" se dijo antes de mirar con una sonrisa al cielo.
…
En el orfanato de la calle principal se celebraban continuamente los onomásticos de los "inquilinos", muchos de ellos llegaban envueltos en mantas o rescatados por autoridades luego de ser inhumanamente abandonados en lugares increíbles, otros eran entregados por los mismos padres, entre lágrimas, por el hecho de falta de solvencia para darle una vida decente y así era la lista de los ingresantes al orfanato; sin embargo existía un grupo diferente el cual era la minoría de ellos pero eran considerados los suertudos del local o como algunos los decían; fueron milagrosamente rescatados. A éste grupo pertenecían aquellos niños abandonados en ocasiones de extremo peligro, no era una cosa muy cuerda pocas veces se observaba a un recién nacido desamparado muy cerca de un incendio o incluso como el caso de un mimbro de la familia, en manos de unas leonas del zoológico de la ciudad; cosas de ese nivel eran más que impactantes.
Todas esas historias de niños rescatados eran contadas en cada cumpleaños, los cuales eran considerados como el "día en que fueron rescatados"; los niños mayores eran quienes las relataban. Se rumoreaba que el día en donde fui encontrado, tocaron a la puerta del orfanato 5 veces y en cada ocasión dejaron 5 cestos, curiosamente solo 2 estaban con un niño; el resto solo contenían objetos como pañales y mantas. Tai era el muchacho a quien rescataron el mismo día que a mí, por ende nuestros cumpleaños coincidían; es más luego de ya 16 años eso era bastante normal, lo admirable de la casa de amparo era que poseía apoyo de unas instituciones para brindarle educación a todos los miembros de la gran familia. Tai era como un hermano para mí, desde que tengo memoria nos hemos llevado bastante bien, es más somos compañeros de clase y casi siempre bromeamos de cualquier cosa. Durante los 10 años de estudio en la escuela nos hicimos de muchos amigos pero en especial de una chica, Sora, una estudiante bastante simpática, de pelo marrón claro y ojos café; siempre rodeada de patanes que la invitaban a salir; aunque era siempre Tai a quien golpeaban por tratar de defenderla y eso me aludía que me golpearan también; nos llevábamos bastante bien los 3 aunque sabía a la perfección que mi casi hermano sentía unos sentimientos más por ellas, eso se notaba.
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-Ey Sora, ya es tarde no crees, te acompaño a tu casa ya está oscureciendo y si llegas tarde me gritaran como la otra vez-. Decía cierto castaño de pelo algo alborotado. Haciendo un recuerdo, se imaginó la escena que la madre de su amiga le reprendió por haber llevado tarde a Sora a su casa.
-Solo si dejas que te golpee una roca en la espalda y sobrevivas-, le contestaba su amiga en tono de risa y aceptación. Él la acompaño hasta su casa…Gracias. 30 minutos más tarde yacían en el departamento de la chica. Él la dejo en la puerta luego de que tocara el timbre, raudamente se despidió de ella con algo de rubor en su mejillas que ella no notó, pero la puerta se abrió antes que le muchacho pudiera escapar; solamente y antes de que pudiera reaccionar observó como unas poderosas manos se colocaban en su oreja derecha.
-Espera ahí jovencito, sonaba una voz de una mujer de un porte de 40 años, ni creas q te vas a estas horas sólo, llamare a la directora que para que manden a recogerte, mientras pasa te daré algo de té, pero eso no significa que te paso la última vez que la trajiste tarde eh…- Vaya tu mamá sí que me adora- decía irónicamente el joven Tai, eso era casi muy regular, y esque ambos justaban por practicar deporte juntos hasta horas algo tarde y cada vez que ellos llegaban de noche algo atrasados para el horario impuesto por la cruenta senora a la casa de la chica, la madre de la última ofrecía con calidez algo de té a su fortuito invitado luego de haberle dado un estirón de orejas. -Si te ofrece té ahora es buena señal- dijo entre risas su compañera.
Charlaron cerca de 20 minutos.
Tai: mmm y por qué no vienes a la fiesta del orfanato la comida sabe mejor además….
Sora: jajaja puede ser pero mi mamá quiere que vaya a la del colegio, además un chico me invito como su pareja es algo tímido pero bueno.
Tai: Si se sobrepasa lo asesino
Sora: Hasta que venga Ryoka y te de una mano o los maten a ambos, son muy escandalosos.
Tai: son solo protecciones, mmm oye que te parece si yo te inv… Sonó el timbre de la casa, era mi amigo Ryoka y unos 3 más. La madre de Sora los atendió, ella siempre se mostraba atenta con él, nunca escuchó ningún comentario negativo al parecer a su madre le gustaba más la compañía de Ryoka, un joven de la misma edad pero algo más inclinado a la lectura regular en el deporte y habil en juegos de mesa, que la de Tai para con su hija y pidió esperasen por aquel que se hallaba dentro de la casa. –Dime hijo no deseas algo de té, mi hija estaba esperandote ella pidio a la directora Birgih que vengas tu, cuando será la boda, pero cosas digo, esta es tu casa por favor entra-
La esena era bastante cómica, Tai no entendía como su amigo de la infancia se llevaba tan bien con esa señora quien cambiaba la mirada de extrema sobreprotección y desconfianza que se la dirigía a él a una sincera y amigable con Ryoka. Este ultimo solamente se ruborizaba por el comportamiento de la mujer y dejaba al visto unas gotas de pudor.
-Bueno me voy creo q ya vinieron por mí, pues sí eso parece dijo ella. Nos vemos el lunes cuídate mucho y gracias por la invitación pero no creo q puedas dejar la fiesta del orfanato por mi Tai, me hubiera gustado ser tu pareja de baile pero mi mamá me pide ir al otro evento… Eso fue demasiado para Tai, acaso habría sido incómodo, solo se avergonzó, se despidió de Sora y de su madre (aún con una mirada algo amenazante) y salió con cierto aire de alegría.
-Déjate de andar de galán tan noche o harás que te corten el cuello en la calle hermano-
Tai: Si claro sería buena idea (lo dijo en voz alta algo atontado)… Pero qué rayos! Llegaron en mal momento en fin tenemos que arreglar todo para la fiesta del orfanato mañana.
Ryoka: Sabes. Ella siempre ha estado con chicos más feos que tú y eso ya es bastante terrorífico, así que no veo por qué no te acepte algún día si tan sólo fueras menos, jaja tú me entiendes.
Tai: Eres idiota hermano. Gracias por venir.
Los otros tres amigos que acompañaban, solo bromearon camino al orfanato, todas ellas molestando a Tai sobre su rostro y de su relación con ella.
Mientras lograron conciliar sueño (ya en el orfanato) 2 imágenes surgían en la oscuridad de la noche, 2 personajes miraban atentamente las instalaciones externas del albergue, como esperando alguna señal. – ¿Será posible que estén dentro? Sólo nos quedan 2 días más, luego habrá que actuar, le dijo uno a otro.
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Era bueno saber que la fiesta que el orfanato realizaba cada fin de año era bastante concurrida por personas distinguidas de la ciudad y ciertos empresarios que veían con buenos ojos como un grupo de señoras habían logrado forjar con éxito una construcción para albergar a niños desamparados y es más haber conseguido apoyo para su educación; la directora de la gran familia, como así le decíamos, era la encargada de año tras año dar las palabras de bienvenida a los invitados, así como también la de anunciar los próximos eventos y novedades para el siguiente año. La señora Birgih era una dama bastante distinguida de nariz respingada y casi siempre denostaba un aire que caracterizaba su firmeza; hoy paseaba asesorando que todos los hombres y mujeres del orfanato cumplan con una tarea para la gala nocturna, nadie sabía cómo pero cada uno tenía siempre una prenda elegante para la ocasión, no es que ya era mucho que lograsen alimento y educación, sino que también se preocupaba en la ética de las personas por más jóvenes que pudiesen ser.
Eran las 4 de la tarde Ryoka y Tai iban hurtando parte de la comida a la señora Sera, ella era una mujer que había servido al ejército por algún tiempo y su comida increíblemente no era sosa, es más para tener rudeza en el trato y cierta disposición exagerada por la disciplina al momento de las comidas, era agradable probar su cocina; pero esa tarde como casi de costumbre solíamos adelantarnos en probar aperitivos recién cocinados, algunas veces eran una especies de pan que jamás supimos que tenía pero sabían geniales u otras veces algo del brindis.
-Ey pelo alocado si tuviera 5 años menos te alcanzaría y te haría trapear el suelo hasta que quede limpio con tu alocado pelo- bramo la señora Sera. Mientras Tai solamente corría con una bolsa de aperitivos; y en la otra dirección, Ryoka se encargaba de almacenar en botellitas pequeñas unas cuantas gotas del brindis, el cual era hecho por la misma cocinera. –No creas que no te vi ojos de uva, vuelve con eso ahora, en mis tiempos sólo podían tomar alcohol los cumplidos 21 años-.
Tras ver a los jóvenes huir con sus cosas, la madame solo miro cabizbaja y con un cierto grado de tristeza muy rara en ella, se dijo así misma. – Esos 2 hacen siempre lo mismo, pero vaya son como unos hijos para mí; siempre les dejo comida extra para que se los lleven pero nunca se dan cuenta…..niños aun.
Ya lejos del "peligro" ambos jóvenes comían y bebían, era como si fueran hermanos de nacimiento, ambos pensaban igual y casi no tenían que hablarse cuando planeaban algo para que saliese como pensaban ambos, algunas peleaban como cualquier niño, adolescente o joven pero lo resolvían siempre, a la edad de 6 años cuando fueron al colegio juntos conocieron a una niña que curiosamente practicaba soccer con otros niños, y era tan talentosa como los mismos; si Tai nunca le hubiera golpeado con la pelota en la cara ella no hubiera reaccionado y golpearlo a él y eso no habría provocado que Ryoka lo ayude. Eso fue el inicio de una gran amistad con ella, Sora, luego de ese incidente os tres fueron muy buenos amigos, más por el lado de Tai quien era ligeramente más apegado a ella; un dato era que ella llegó a la ciudad solo acompañada de su madre, y casi nunca decía nada de su padre, más tarde nos daríamos cuenta que había sido asesinado por unos pandilleros mientras recogía dinero de un banco.
-Ey hermano, probablemente sea el siguiente año el último que nos veamos seguidamente, sabes nunca fui muy bueno con los estudios pero al parecer mi vocación es el soccer y eso bueno me dieron invitaciones para jugar por ligas fuera de la ciudad-
-Si lo sé, pero no significa que vas a dejar de ser medio idiota, (entre risas), estaré ahí para cuidar tu trasero cuando haya problemas no te preocupes.
Ambos bebieron sus botellas; pero una sombra encorvada llamó la atención de uno.
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Era una anciana iba caminado por las veredas algo desubicada pero se acercaba firmemente hacia los muchachos. Al llegar frente a ellos ninguno sabía que sensación, pero por las miradas de ambos pareciese que el cuerpo se les congelaba. - ¿podrían decirme donde está el orfanato de la ciudad jovenzuelos- pregunto la anciana; era muy extraño ver a alguien de aparentemente 80 años con una altura mayor a la de un adulto normal, con varas en ambas manos y una mirada que congelaba. –Es 4 cuadras más abajo en aquella dirección señora-, dijo Ryoka esperando satisfacerla y evitar su presencia o que les pidiera acompañarlas; no por el hecho de ser altruistas sino por la sensación que emanaba de ella.
La anciana se alejó por la dirección señalada y luego giro para aparentemente ir a una panadería cercana a su posición pero sólo siguió su camino.- Reacciona son las 7 de la noche debemos volver- dijo Tai con el fin de evitar conversación de lo sucedido. Ambos caminaron rápido para llegar a tiempo pero los distrajo un brillo cerca de la panadería, Tai los recogió eran como piedras de colores intensos oscuros, parecían cosas valiosas y al observar que nadie reclamaba por ellas las guardo para sí y le entregó otra a su compañero. Qué extraña cosa pero puede que valga algo si se lo entregamos a la señora Birgih como un supuesto regalo y luego lo usamos como justificación por llegar tarde. Ryoka accedió.
-Válgame Dios miren sus caras sudadas y son sus ropas puestas, encima tienen el aliento que los delata haber cogido sin permiso la comida de madame Sera, esto les costara un castigo de veranos ahora váyanse, tómense un ducha por favor y vístanse para iniciar con la ceremonia….rápido. Les grito la directora. –Espere le compramos algo dijo el de cabello negro, haciendo recordar a su amigo los objetos encontrados, pensábamos regalarle algo a uste la señora Sera por cuidarnos compramos esto para ustedes- . La directora se fijó en las piedras que ambos ahora mostraban como señal de obsequio, al parecer dio resultado, se justificó por haberles regañado y agradeció el gesto.
Luego de una improvisada ducha la hora había llegado, la señora Birgih daba por concluido su discurso, y ahora sonaba música en el salón de la gran familia, algunos bailaban en pareja y otros comían; los menores se distraían afuera en los jardines del orfanato entre ellos, aunque podía notarse algo de tristeza en algunos ya que habían sido llamados para ser adoptados; pero en fin eso era normal.
Los más jóvenes se reunían aparte para celebrar entre muchachos de su edad, con algo de bebidas y música, parecía todo en orden; luego de una hora de baile y canto llego una simpática señorita de vestido marrón oscuro acercándose en dirección a Tai, le abrazo por detrás y sacudió su cabello como si fuera una esponja, -Al fin de todo mi mamá también vino, dijo que le gustaba más la compañía de personas estrictas que de mujeres chismosas del colegio- Además tuvo un fortuito incidente con una colega del comité de clase así que para evitarnos quedarnos encerradas vinimos para celebrar-.
La voz era inconfundible, aunque con un atuendo diferente siempre se sentía la cálida presencia de ella cuando se acercaba.
-Vaya sorpresa, así que al fin de al cabo te animaste a divertirte como se debe-
-Pues parece ser que por esta vez acertaste, nada mal buen traje; a qué hora nos divertimos-
Al notar ella que todos aún disfrutaban de sus tragos cogió a Tai y lo arrastro para iniciar con el baile.- Al menos tienes que haber aprendido a bailar luego de 2 años no-.
…...
Eran las 3 de la mañana, al parecer los invitados habían terminado divirtiéndose abundantemente. Los muchachos despedían a los asistentes luego de una velada asombrosa, la directora, la señora Birgih, se despedía de los empresarios con agudeza esperando seguir contando con su apoyo el siguiente año. Por último una chica se despedía de todos y agradecida de pasar un buen momento; su madre le llamaba para volver a casa.
Luego de una larga siesta los jóvenes despertaron incómodamente, algunos preso del cansancio optaban por preferir que madame Birigh sea la verdugo de sus sueños antes que despertarse por sí mismos, otros sin embargo se ilusionaban por el inicio de las actividades de verano del orfanato; ya las actividades estaban listadas y colgadas en un espacio de la pared de la sala principal todo daba a pensar que sería otro verano como cualquier otro no obstante un semi-somnoliento muchacho estiraba sus brazos y piernas sosamente y como de costumbre en él saco uno de sus brazos en sentido contrario para levantar su almohada y colocarla encima de su cabeza para evtar que la luz lee impida dejar de dormir pero al hacerlo se percató que un objeto extrañamente familiar estaba en la cabecera de su almohada. Imposible se lo entregué pensó él.
-Tai despierta mira lo que….- no pudo terminar la frase; ya que justo cuando bajaba del camarote para levantar a su amigo notó que aquella piedra que encontraron el día pasado en las afueras de la panadería cerca al orfanato se hallaba también junto al otro muchacho. Era imposible, trató de pensar unos instantes; probablemente la señora Birgih se los haya devuelto pensando que eran objetos de en precio considerable y que no podía aceptarlo; pero eso era incongruente, jamás la directora entraría a la recámara de los jóvenes mayores sin avisar y es más lo haría con tanta sutileza de devolver objetos y colocarlos en las almohadas de cada cabecera; cuando dicho sea de paso tenía que subir a un camarote para entregar el otro.
Ryoka despertó a Tai, le advirtió que no era una broma suya.
-Será mejor que le devolvamos los objetos a la directora, le diremos tal y como sucedió, quien sabe de repente nos jugaron una broma esta vez a nosotros- inquirió el castaño de pelo alborotado. Aunque una broma de ese tipo parecía banal frente a las otras realizadas por los mismos adolecentes, la gran directora siempre les educó que ninguna alhaja o dinero o cualquier cosa de valor sería usado como objeto de mofas y todo aquel que se atreviese a desobedecer tal orden recibiría un castigo de la misma directora la conocida "cámara de la tortura".
Los dos jóvenes bajaron rápidamente hacia el despacho de la Birgih, ubicado en el primer piso de las instalaciones, era un sitio tímidamente iluminado y con varias fotografías de personajes importantes en la historia de la nación; ello sólo denostaba aún más la incorruptibilidad y el apego por la historia y la buena disciplina de la señora directora.
-Disculpe señora Birgih, no sabemos cómo pasó pero al parecer nos tendieron una broma y los objetos que le regalamos a usted a la cocinera ayer aparecieron en nuestras camas hoy en la mañana-
Madame primero miró con dureza a los jóvenes –Jóvenes, deben entrar luego de tocar la puerta-ambos entendían esa postura seria de su directora, pero luego de unos instantes ella abrió un cajón de su escritorio y les puso a la vista una piedra de color negro brillante con algunos puntos dorados visibles -Eso es imposible chicos, los objetos están acá, ambas estaban en una especie de vaso de cristal donde había colocado una de las piedras que le fue obsequiada ayer- si piensan que puedo caer en bromas hoy, pues bien no-. Su tono era firme pero delicado como si presintiera algo. -Ayer fue una noche muy agradable, en especial para usted joven Tai, y al ver la alegría de todos los participantes hoy puedo decir que estoy de buen humor. Retírense a desayunar y prepárense hay cosas que hacer como su primer día de actividad social.-
Las actividades sociales consistían en lo que se conocen como trabajos de medio tiempo, eso era un medio lucrativo para ciertos jóvenes pertenecientes de la gran familia en otras ocasiones era para evitar el aburrimiento o el ayudar en los quehaceres del orfanato. Entre ellos había el trabajo de cuidado de mascotas, actividades en ayuda a personas de la tercera edad y otras más. Pero el punto era que ambos objetos habían sido duplicados como por arte de magia y por si fuera poco habían retornado a sus dueños "originales", puesto que simplemente los encontraron.
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-Los chicos están listos, creo que ya es momento.-
-No aún no primero debemos esperar a que ellos den el primer golpe, de lo contrario nos tomaran ventaja en la sorpresa, aun debemos esperar.-
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Habían pasado 3 semanas desde que los chicos encontraron unos objetos extraños y el tema pareciese haber finiquitado, la mañana era nublada pero se sentía una cálida brisa y una que otra ventajeada de aire calurosa; algo usual en el pueblo. En la tarde los mayores volvían de sus actividades sociales y prendían los televisores para descansar, otros tomaban duchas, pero 2 en especial visitaban a un gran amigo suyo. El señor Takiya era un hombre corpulento con una que otra cicatriz en los brazos, en ocasiones alardeaba sobre cómo le propinaba tremendas palizas a los delincuentes juveniles que querían robarle el almacén; es que él se dedicaba a vender abarrotes en las afueras a los turistas que se avecinaban por el pueblo. Tai y Ryoka habían logrado conocer al señor Takiya porque era ex pareja de la cocinera del orfanato, es más tenían un hijo el cual ya era mayor de edad y había emigrado en busca de mejores oportunidades de empleo; aunque visitaba el orfanato cada mes hace 10 años para darle dinero a su ex esposa y cuidar al niño, jugaba con ambos chicos también pero cuando el sujeto emigró iba muy raras veces.
Esa tarde ambos chicos no pudieron conversar amenamente con su amigo, aquel hombre estaba muy preocupado, como si estuviera ocultando una detonación en su almacén.
-Takiya estas bien, te ves muy preocupado, acaso estás enfermo- pregunto un chico de pelo negro corto pero alborotado, no tan exagerado como su mejor amigo; de similar talla pero ligeramente más calmado en actitud.
-Sí, miren esto-, llamó a los 2 jóvenes a que vieran las noticias. Esto se debe a que casi nunca ambos las veían porque no mostraban interés por los asuntos informativos.
Esta mañana al igual que hace 3 días, fueron encontrados cuerpos en estado de coma de 2 jóvenes que salían de excursión en un campamente estudiantil de la secundaria de Okyba, ambos fueron reconocidos por un campesino que recogía sus cosechas cerca al río cuando vio 2 objetos flotando. La tiranía del suceso es inexplicable.
No era para menos, era la secundaria del pueblo, pero lo más alarmante era la inhumanidad mostrada por los agresores, ambos cuerpos habían sido torturados al parecer con objetos punzantes en el pecho.
Takiya les enseño un periódico que dejo un turista un día antes en su almacén, invitó a los muchachos aun anonadados a leer: Joven de 16 años fue hallado muerto en su misma casa a las 22 horas, padres descartan supuesto suicidio. La noticia era menos aterradora porque era extranjera pero lo intrigante era la edad que todos tenían en común.
2 páginas más adelante una noticia similar, y una página siguiente; 2 jóvenes mueren asfixiados en río y torturados por agresor, cuerpos fueron hallados en la mañana siguiente por un grupo de excursionistas que acampaban en la zona.
-Ustedes no pueden estar saliendo mucho, deben volver a casa ahora, llamaré a un taxi a que los recoja-
-Espera por favor, bramó Tai, la secundaria del pueblo, por qué nadie ha dado noticias abiertamente-
-No lo sé, si lo supiera habría ido de inmediato a contárselo.- Al parecer, el alcalde no desea que la prensa se alarme con una noticia así-
Unos segundo incómodos se trasmitían en la sala del hombre de aproximadamente 50 años de edad, su barba estaba algo sudada por la tensión y sus brazos parecían débiles y algo asustados. Sólo pudo esperar un rato más hasta que la siguiente opinión; aún más abrupta rompiera el silencia de la habitación. –Un momento, la secundaria sigue de excursión en el bosque, debemos avisarles antes que algo pueda sucederles-
-Sora- se escuchó una voz preocupadamente aterradora. Un segundo habría sido suficiente para comprender la situación, uno de los jóvenes salía corriendo con rumbo a lo que se suponía era el campamento de estudiantes de la secundaria del pueblo. Tonto, inseguro, incauta, impredecible, un gran amigo salía corriendo arriesgándose a sí mismo; -Ryoka, espera- Tai lo imitó.
El señor Takiya, a su edad le fue dificultoso alcanzar a los jovenzuelos, regresó a su almacén cuando perdió de vista a ambos por la espesura del bosque, tomó una linterna y un cuchillo de carnicería que guardaba en su cocina desde que salía a cazar; jamás pensó en usarlo como defensa.
Ryoka logró adentrarse al bosque, el campamento no estaba cerca, no había rastro de cenizas dejadas por leña de fogata o restos de alguna tienda armada…simplemente había nada. Una figura familiar se le acercaba corriendo a toda prisa. -Salgamos de acá ahora, esto no es bueno.- Era Tai, lo había encontrado; pero se sentía que hubiese alguien más.
Curiosamente los arbustos empezaban a torcerse más a prisa y la adrenalina se liberaba de manera abrupta eso hacía que los sentidos de ambos se agudicen rápidamente; cada movimiento entre la densa arboleda amedrentaba a los muchachos pero lo extraño era la sensación inquietante entre ellos, ambos no sabían si era o no producto de su mente pero se podía ver una silueta parecida al de una mujer y aunque la imagen era bastante débil por la distancia que les separaba sus ojos se quedaron observándola viendo como ella se acercaba y luego desaparecía para luego, y más cerca, reaparecer en otro sitio. –Quién eres-
No huno respuesta de la mujer. Pronto ambos se dieron cuenta.
Ambos jóvenes sabían que intentar correr empeoraría las cosas, un asesino suelto, un arma, una trampa, cualquier cosa negativa los había acorralado. El miedo era insoportable, habrían deseado gritar ayuda o encontrase con su viejo amigo Takiya, pero el temor se los impedía. Pero cuando la desesperación llegaba a su pico más alto, la silueta de un grupo surgía; eran hombres de color azul, cascos y una que otra arma apuntándoles directamente. Era ayuda. –El asesino está cerca, hagan algo- Se escuchó 2 disparos al aire que congelaron a los muchachos, posteriormente los sujetos armados se acercaron.-Ahora están a salvo, un grupo de estudiantes tuvo la impresión de que algo sucedía en este sitio ayer en la noche, alertaron a la policía y ahora mismo realizamos la segunda guardia del día; que hacían solos en un lugar así a estas horas. Interrogó el oficial.
Ambos explicaron lo sucedido y de cómo irresponsablemente uno de ellos había salido corriendo de la protección de un adulto por querer avisarle las noticias a una amiga suya; la reprimenda fue inmediata.
-Señor, los chicos dijeron que escucharon una voz amenazándoles a ambos, pero cuando llegamos hicimos un rastreo, no había nadie, no huellas, ni rastros de armas, nada. El segundo oficial a cargo era quien habló; su porte era menos que el capitán oficial principal pero daba cierto temor mirarle al igual que al otro sujeto. Tai protestó por qué los sucesos no habían sido anunciados a la ciudad sino sólo a los alrededores.-Eso es asunto nuestro jovencito, ahora váyanse antes que llame a sus padres y les multe por esto. El comentario fue frío, ambos le habían dicho al oficial que eran miembros del orfanato la gran familia, eso simplemente provocó ira y tristeza en ambos.
-Usted no tiene derecho en tratarlos así, era un adulto algo alto, con un cuchillo de carnicería colgando en el cinturón, el señor Takiya se presentaba sudando ante el policía. –Debería demandarlo, ellos solamente se preocuparon por una amiga suya.
Era cierto pero la culpa era de Tai, él era consciente de ello; no sólo se arriesgó tontamente sino la vida de su mejor amigo, de su hermano. Luego de una conversación privada entre el oficial y el señor Takiya en el despacho del primero, ambos salieron mirando direcciones opuestas, el señor Takiya cogió a los chicos de los brazos, los embarcó en un taxi para que llegaran a casa.
-Eso fue peligroso niños, la próxima vez los cuidaré mejor se los prometo- se dijo para sí mismo mientras veía como el taxi llevaba a ambos jóvenes por la carretera central.
-No te sientas mal amigo, ellos aún están protegidos; pero ya nuestro tiempo se agota sino actuamos hoy será muy tarde, ellos deben llegar ante él dentro de 2 días.-
-Creo que tienes razón, Lezmenh, pero aún me debes un favor por salvar parte de tu alma en aquella tarde. Por ahora te pediré que cumplas tu palabra de no delatar nada, en lo absoluto.
-¿Y la chica?- preguntó serenamente Lezmenh.
-La memoria de su madre aún está intacta y a salvo pero es crucial que venga con nosotros también. Además si le quitas a su amiga cualquiera de los 2 será vulnerable.
…...
LA MUJER DE SONRISA PLATEADA
Luego que el taxi dejara a ambos en el orfanato y el resondro de la directora Birgih ambos fueron a sus respectivas camas, aún con algo de miedo pero ya más tranquilos de que todo hubiese salido no del todo mal.
-No tienes por qué sentirte mal, hubiera hecho lo mismo por Sora; sólo que tarde en reaccionar.-
-¿En serio?-
-Tambiés es muy s especial para mí, es una gran amiga también pensé directo en ella cuando Takiya nos contó lo de la secundaria. Aunque no puedo entender la voz que nos hablaba; no sé por qué se me hace que la he escuchado antes. Además no sé si te fijaste o no pero parecía la voz de una mujer.
-Sí, sí me di cuenta, por momentos pensaba que era alguien joven pero también me percate de la voz.- Será mejor dormir, mañana será mejor día, espero. Especuló Tai.
La mañana era calurosa, con abundante sol desde muy temprano, eran cerca de las 10 de la mañana, Tai se había levantado temprano; su amiga le había pedido visitarla luego del desayuno para contarle algo que la tenía angustiada. En esta ocasión caminaba sin su gran amigo, este había salido de paseo con unas muchacha de la secundaria del pueblo, casi siempre tenía una cita en las vacaciones de verano; aún si las actividades sociales eran de vez en cuando tediosas, él siempre se las arreglaba para disfrutar su juventud en compañía de alguna chica.
Eran las 11 de la mañana cuando Tai sintió que su brazo empezaba a dolerle, no le dio mucha importancia y siguió su camino en dirección a un edificio de departamentos donde vivía su amiga. Por algún motivo el dolor se hizo más intenso pero con ciertos cortes; al parecer era un adormecimiento así que nuevamente ignoró tal molestia, cuando logró alcanzar el departamento número 301, llamó a la puerta; notó que su amiga lo recibía como de costumbre (con un gesto de desordenar su peinado cada vez que lo visitaba), algo no estaba del todo bien, se sentía un clima diferente en el departamento de ella.
-Qué era eso tan importante que tenías que contarme Sora- preguntó el castaño con el fin de romper el silencio incómodo que había surgido en la sala desde que había entrado en ella.
-Ah. Olvida eso, solamente quería que vinieras; ayer una anciana me contó algo interesante, creo que ya es hora Tai.
-Una anciana, contarte qué, hora para qué-
-Para volver Tai, lo siento mucho-
Antes que pudiera reaccionar, Sora había logrado inmovilizarlo; sujetándolo de ambos brazos y con una fuerza totalmente desconocida. Luego de unos segundos lo tomó del cuello para elevarlo unos centímetros del suelo.
-Por qué haces esto Sora…-
-Lo siento Tai, es necesario que confíes en mí, pero debo hacer esto primero, es por nuestro bien; si no sale de acuerdo a lo planificado perderemos más que una…..- La frase no pudo ser terminada, una sombra familiar para el chico aparecía por la derecha de la muchacha.
-Niña, dame a ese chico y todo estará bien- decía una anciana, bastante corpulenta como para fingir una edad tan avanzada, esta vez podía verse su rostro lleno de cicatrices en el, poseía además un anillo en el dedo índice el cual encandecía como deseando un objeto cuando apuntó directamente a Tai.
Sora miró a su amigo algo exangüe, soltó una ligera sonrisa y se llevó la mano derecha a la boca. –Jamás te permitiré que lo toques, aún si es que mi vida depende de ello-
Acto seguido con una velocidad no humana ella cargó al muchacho como si éste pesara menos que un lapicero de mesa, y lo dejo caer suavemente en el pavimento de la calle. –Mátame y te lo llevarás- le retó a la anciana; quien parecía alagada por la amenaza. Tai sólo pudo abrir pesadamente sus ojos, la gente caminaba libremente sin mostrar inquietud por el hecho de que una chica haya caído desde un tercer piso con un hombre cargado en brazos y no sufrir daño alguno. –Antes que te mate, observa quien viene hacia nosotros jovencita-, denostó la anciana.
Un hombre escuálido cargaba a un joven en un brazo y a un sujeto del tamaño de un adulto en el otro con mucha facilidad. Ambos sujetos fueron identificados por la joven cuando el extraño se acercó lo suficiente hacia ella; inconfundiblemente esos dos eran El señor Takiya, dueño de un almacén en las afueras de la ciudad, pero quien más llamó su atención fue el otro quién venia cargado, era Ryoka; ambos sin conocimiento.
-Este idiota no fue mucha diversión, gracias a una extraña coincidencia logré encontrarlo a él muy cerca también. Ahora sólo queda uno, pero me extraña que esto haya sido tan fácil-
-No hay nada que puedas hacer Sora, si aprecias la vida que tu padre prefirió que conserves será mejor que te olvides de esto, entrégamelos con obediencia- espetó la anciana amenazantemente.
Sora quedó aterrada al ver al señor Takiya derrotado por ese sujeto de apariencia débil, pero ahora las cosa se habían complicado, ambos muchachos debieron haber sido dormidos y trasladados sin problemas. Reaccionó rápidamente, alcanzo recoger a ambos muchachos y correr lejos. –Vaya que eres joven aún, ese movimiento fue muy obvio chica- era aquel sujeto escuálido que ya se hacía frente a ella-, -Eres débil no sé por qué razón nos pidieron tener cuidado con alguien de tu nivel-
-Creo que eres más joven que yo- Sora saltó hacia atrás dejando un resplandor en el pecho de su atacante. -Incinéralo, FUUUEEEEGOOOOOOOO-gritó ella. Una ola de llamas atrapó al sujeto dejándolo en envuelto en llamas, el grito de dolor hizo notar su incontrolable dolor. –Te diste cuenta que hay una gran diferencia entre los dos- Se lo dijo mientras caía al suelo desplomado y sin conciencia luego del ataque.
-Creo que no es bueno subestimarte niña- era la anciana que ahora estaba sentada detrás de ella en una especie de roca, -Sabes bien, puedes sentirlo, a pesar de derrotar fácilmente a mi subordinado, te será imposible a mí; ambos emblemas brillan en dirección mía, ambos pertenecen a Alkard. Dámelos yaaaaaaaaaaa- al momento de gritar unas ondas de energía emitían desde su cuerpo. La anciana había sacado de su abrigo una especie de arma filosa, con dientes en ambos ojales y con ciertas grietas en las puntas. Luego se acercó a ella raudamente.
La batalla no era fácil para Sora, cada golpe era el doble de fuerte que el anterior, sentía que sus brazos no daban más y que sus piernas dejaban de moverse, mientras Tai y Ryoka estaban dolidos, pero podían ver como su amiga de tantos años era otra persona, alguien desconocida, eso era increíble.
Aproximadamente habían pasado ya dos horas desde que la anciana y una irreconocible compañera peleaban entre los callejones de la ciudad ante la parsimonia absoluta de los habitantes. Era como si ellos estuvieran limitados a observarles por alguna extraña razón.
Los cortes en el brazo y piernas de la muchacha se hacían cada vez más profundos, la intensidad de la lucha le estaba ocasionando notables estragos. -Aguanta solo un poco más, vamos solamente un poco más- se repetía para sí misma-
-Qué tanto piensas niña, al parecer esperas a alguien. Lamento decirte que ese alguien no vendrá, sabíamos que sus poderes estaban sellados y que cuando nosotros apareciéramos entonces el sellador aparecería y te devolvería tus habilidades completamente; por eso le ataque antes de venir justo el día que les entregue las gemas negras a esos chicos.- esa noticia heló el cuerpo de Sora, jamás pensó que atraparían al sellador en esas dos piedras; ahora ellas estaban fuera de alcance como para tratar de abrirlas. Luego de ello cerró los ojos en señal de derrota, soltó su cuerpo, su respiración se debilitó y abrió las manos para recibir de pleno el ataque de su rival.
Los dos jóvenes aún incapaces de poder producir movimiento alguno veían como aquella anciana empuñaba su arma blanca directamente al pecho de la joven, ambos cerraron los ojos para evitar ver lo que sucedería….después solamente se escuchó un grito ahogado, algo paranoico pero agónico; no parecía que la voz fuera de ella.
-Era cuestión de tiempo- Sora había detenido el ataque con solo un mano, al parecer el choque había logrado romperle el brazo a la anciana- . –Por alguna razón él supo que vendrías por ellos, así que a mí no me sellaron, me durmieron pero si atacas directamente mi corazón el sueño se rompe, claro para ello es necesario tiempo, el cual ya me lo diste-
La joven sujeto con su otra mano a la bruja, su mirada denostaba una risa de placer y aterradora, -Duérmela fuego- fueron sus silenciosas palabras. Acto seguido ambas se envolvieron en llamas largas y cortas que penetraron el cuerpo de la desfigurada anciana produciéndole la muerte. -Lamento que hayas tenido que hacerlo-, hablaba una voz en medio de la nada. –No te preocupes sanaré muy pronto, ahora debemos llevarlos rápido- dijo Sora.
Una silueta surgía desde la avenida contigua al centro donde se realizó la batalla. Era una mujer de porte grande y mirada triste pero decidida, ambos chicos notaron que la voz era de alguien familiar, imposible de equivocarse, era la señora Bright, la directora del orfanato del pueblo sabía de ellos y de la nueva Sora que tenían frente. –Abriré la puerta, por favor cuídalos bien, sé que esto pasaría, no pensé encariñarme con ellos- cambio su mirada hacia los dos hombres tirados en el piso, -Siento mucho no haberles contado nada de sus padres ni de ustedes cunado niños pero era por protegerlos, váyanse ya, si es que regresan con vida despídanse de mí….La señora Bright una dama muy distinguida entre los habitantes del pueblo, habría una especie de puerta en medio del aire, esta succionó a los tres muchachos, 2 de los cuales no tenían ni la menor idea de lo que les aguardaría ahora. La puerta se cerró –Me gustaría verlos una vez más, pero sé que sólo uno podrá regresar- dijo la dama soltando una lágrima. Luego, la directora, sonrió para dejar ver una sonrisa plateada, -Adiós-.
…
SUEÑOS PELIGROSOS
Hace tan solo unas pocas horas atrás que una misteriosa y conocida muchacha a la vez había sorprendido a dos jóvenes quienes pensaban conocerla por más de 15 años, no solamente ella sino también la señora a quien consideraban una mujer distinguida del pueblo; ella siempre supo algo más sobre sus padres y había guardado silencio durante todo este tiempo
La oscuridad de la cámara donde se encontraban poco a poco fue desopacándose, brillos de luces empezaban a entrarse por lo que se asemejaban a ventanas que tenía. -Llegaremos en 30 minutos aproximadamente, les pido disculpas antemano por lo que sucedió hace algunos días. No es fácil pero es necesario que sepan quienes son…así como yo también- dijo Sora muy tranquila que estaba sentada en la parte posterior de la cámara mirando al vacío y con una mirada de tristeza pero serenidad a la vez.
-Explícame algo Sora, por qué fingiste ser mi amiga, por qué me…..- dijo Tai antes de ser cortado abruptamente por su compañera, -No sabía nada en lo absoluto hasta una hora antes de que te pidiera venir a mi casa, lo único que sabía era que debía protegerlos, nada más-, dijo con mucha nostalgia, pudo notarse que unas lágrimas caían de sus ojos pero debía mantenerse firme.
Fue entonces cuando el otro chico semi-aturdido habló: -Sora, pase lo que pase de ahora en adelante yo te creeré, espero que ahora sepamos más de lo que se acerca, aunque no niego que tengo un mal presentimiento. Tai sólo podemos confiar en ella no hay otra opción, viste como pudo derrotar a esa mujer y recibió muchas heridas por protegernos-
Éste último aprobó la frase de su compañero, se pudo notar que Sora agradecía a Ryoka por sus palabras de apoyo. -Llegamos.- dijo.
Las puertas de la cámara se abrieron de golpe, la intensidad de la luz era deslumbrante, había muchas siluetas que por la luz en la habitación solamente podían verse sombras.-Mi señora miembro de la orden fuego, bienvenida, su misión fue un éxito gracias.-
Otro sujeto sacaba una especie de micrófono, -ambos emblemas llegaron señor, necesitan sangre sus signo vitales disminuyen periódicamente procederé a iniciar.-
Cuatro sujetos más, entre ellas un voz femenina, se acercaron a Ryoka, este sin oponerse vio como le colocaban en una camilla de emergencias y empezaban a suministrarle líquidos vía endovenosa, sus pocas fuerzas empezaban a menguar conforme el suero corría a través de él. -Por favor Sora no nos metas en líos- lo dejo en un tono de broma para al fin caer dormido.
-Aun debo averiguar quién soy y por qué tengo estas habilidades Ryoka pero tengo la corazonada que todo saldrá bien- le respondió la joven con pequeñas lágrimas en los ojos.
-Gracias por traerlos, sé que estas confundida por eso vine a aclarar todas tu dudas- habló un hombre parado cerca de una ventana, era como si el aire se volviese pesado, lentamente los hombros de todos los personajes presentes en la nueva habitación empezaron a debilitarse, se sentía como el aire así mismo se volvía reseco como si un calor insoportable derritiera la humedad típica de la atmósfera. –Sé que debes acordarte de mí Sora, deja que tu mente se despeje lo que te contaré será muy duro pero esencial- . Ella estaba al borde de caer de rodillas ante tal presencia, pudo observar como el resto hacía una reverencia corta en señal de respeto por el sujeto recién entrado. –No debes temer, yo me encargaré de que todo termine a lo planeado; confía en la persona en quién tu padre confió, por favor-.
-Mi señor, es de gran alivio para todos que haya regresado, curaremos sus heridas cuanto antes….Traigan un equipo médico ahooooraaaa- ordenaba uno de los que rodeaban a Tai; pero fue interrumpido por un ademán del sujeto misterioso, ordenando que atendieran primero a los 3 jóvenes. -Lamentablemente nos queda poco tiempo antes que sus fuerzas se regeneren, Adkar está en otra dimensión ahora pero volverá; mi maestro estaba en desacuerdo con lo que haremos pero la situación lo amerita. Aprisa mi buen amigo es a ellos a quienes necesitamos más-.
La mirada de aquel sujeto se posó directamente a los ojos de la moozuela, -Sígueme, hay mucho que explicarte-, pero ante la duda de la muchacha este con mucha confianza agregó: más que palabras puedo mostrarte. Ella lo siguió hasta que las sombras de la siguiente habitación les envolvieron y dejaron de verse por completo. –Espera Sora, no te vayas, por favor- era un gemido de tristeza pero la fatiga y debilidad le impedía hablar con fuerza; era Tai, el chico de cabello alborotado pudo ver como su amiga salía fuera del alcance de su visión, ahora estaba solo sin saber lo que le pasaría al igual que a su amigo.
Los tipos le llevaron hacia una habitación llena de artefactos que nunca antes había visto, las siluetas de las personas que le rodeaban ahora estaban claras, el sujeto quien obedeció las ordenes de curarles momentos antes preparaba unas ampollas para aplicarle, inmediatamente se le acercó un hombre alto con barba gigante y poco cuidad, su brazo estaba desnudo y mostraba cientos de cicatrices alrededor de este, el sujeto levanto la camilla hacia una altura más prudente; el miedo era inevitable el hombre colocó sus manos en el pecho del chico pronunció unas palabras que él no le encontró sentido y empezó a sentir como sus huesos empezaban a crujir lentamente, sus heridas aunque a simple visa lucían únicamente superficiales empezaba a sangrar, esto le demostró que eran más profundas de los que esperaba. –Esa chica hizo bien su trabajo, tus heridas sanarán dentro de 15 minutos, lamento mucho tener que curártelas de una forma poco ortodoxa para ti; pero creme pudo haber sido peor. Sabes hace mucho que trato de realizar nuevos experimentos en cómo ayudar a la sanación instantánea haciendo un mínimo esfuerzo pero todos mis modelos han fracasado hasta ahora si tú me lo autorizas puedo extraerte algo de sangre para continuar la investigación al parecer tienes una actividad fisiológica muy exquisita, ahora sé porque el señor Fennin los ha buscado tanto, pero si sale algo mal te construiré otro brazo qué opinas- burlonamente su rostro mostraba una sonrisa juguetona, lucía como si la idea fuera cómica o algo por el estilo. Tai de un salto impresionante salió de su camilla golpeó la cabeza del sujeto haciéndole caer, pero este se levantó rápidamente; -Cómo puedes hablar de esas cosas, acaso crees que dejaré que me cortes un brazo- dijo el chico con una gota de pánico y comicidad en su cabeza. –Jajaja mírate muchacho alguna vez en tu vida has logrado saltar de ese modo- preguntó el gigante.
Era cierto Tai se dio cuenta que había saltado una altura de casi 4 metros, ese hombre era realmente enorme mucho más de lo que percibió anteriormente, y eso no era todo la distancia que recorrió luego de aplicarle el golpe fue de casi 6, imposible para alguien que no fuese un atleta. – ¿Impresionante no crees?, mi poder no se limita solo a curar heridas sino que también logra despertar ciertas habilidades básicas para poder evitar contraer nuevas lesiones, me tomo años perfeccionarla; pero quién diría que un simple niño absorbería de forma tan rápida esa habilidad.-
-De qué rayos estás hablando, déjenme salir ahora no los conozco, donde están mis amigos que le hicieron a Ryoka que le dieron a Sora para que nos atacará y….- sus palabras se cortaron. Ella nunca los atacó realmente sólo los defendía, pensó.
-Ella nunca los atacó niño, ahora relájate hay cosas que debes saber; sino dominas tu emblema en este lugar tu cuerpo absorberá tanta energía como puede hasta hacerte explotar, créeme tardaría milenios en encontrar algo para curarte de eso-. Sin embargo ahora, con una velocidad inexplicable el sujeto estaba detrás del chico sosteniendo la ampolla que un anterior sujeto había preparado para aplicarle minutos antes, él solo sintió un pinchón en el brazo. -¿Cómo rayos hiciste eso?, aaaaaaahhhhhhhh, dueleeeee-. –Vamos no te quejes tanto, me recuerdas a mi primer cadáver él también chillo cuando le puse este medicina, pero creo que me equivoque de brazo con él por eso….Tai le aplico oro golpe en la cabeza produciéndole otro pequeño chichón en ella. -¿Cómo puedes hablar así tan normal que clase de médico eres? El sujeto estaba sonriendo plácidamente de nuevo. – Sólo bromeó Tai, si te diste cuenta todas tus heridas ahora sanaron y ya no te duele la espalda producto del choque que te arremetieron en la casa de la señorita, cuando apareció la anciana recuerdas, deberías ser más agradecido niño. Seguía mostrando una sonrisa. Además ese golpe que te diste cuando caíste de un árbol en el orfanato cuando eras niño no se trató como se debe, sé que puede ser secundario pero puede limitar tu velocidad si es que….
-Cómo sabes eso, y quien te dijo mi nombre- dijo Tai sorprendido por la información que le proporcionó el sujeto, pero notó algo más.
-Ya era hora que te dieras cuenta, márcale 8 minutos Sagri, cambió su mirada a una mujer que sostenía un cuaderno de apuntes, este niño es un fenómeno no pensé que lo haría tan pronto, (dirigiéndose nuevamente a Tai) nunca abro mi boca para hablar pero puedes oírme cierto e incluso escuchaste mi risa en sólo 8 minutos, sorprendente; cuando curé a Fennin en su niñez le tomo 3 días en notarlo, aterrador; ahora sabes que puedo escuchar lo que piensas. Útil en batalla sin duda-.
El muchacho lo miraba anonadado pero antes que pueda soltar otra pregunta él le respondió, la técnica que te aplique, te mencione que recuperas habilidades secundarias para evitar nuevos accidentes, una de ellas es la lectura de mentes; siempre pudiste hacerlo sólo que nunca lo notaste sino no pudieras escucharme nunca joven Tai. Ahora los dos estaban separados y callados, nuevamente el joven quiso hablar pero una vez más el gigante estaba detrás de él con una velocidad impresionante, -Ahora tus memorias serán reconstruidas; pero temo que tendrás que olvidar ciertas cosas. El lugar que te reservamos es enteramente peligroso, nuestro equipo lo estudia desde hace siglos no se sabe cómo es que ese lugar tiene vida, pero no estarás solo ahí; pero tu acompañante decidirá primero.
El gigante logró inmovilizar al chico y lo postró en el suelo, con mucho recelo colocó una especie de amuleto en sus manos, como esperando que este estallara se cubrió como acto reflejo pero nada sucedió; luego ante la mirada de terror ya que no podía moverse (Tai), lo colocó en una silla de ruedas poco inusual; -Espero que sobrevivas, Fennin confía en ti chico.
Tai miro que de una forma inexplicable las personas incluyendo al gigante desaparecían de la habitación, luego miró como poco a poco el suelo se convertía en hierba y los rayos de luz entraban en la cámara, luego ya no estaba ahí.
En la otra habitación una desesperada e incontenible chica terminaba su conversación con el sujeto que la invito hace unos instantes, con lágrimas en los ojos sabía que ere realmente lo correcto, su decisión sería única e inevitable pero a quien escoger para tal destino era la duda que la atormentaba. –Únicamente te puedo permitir quedarte con un recuerdo Sora, dime cual quieres que sea ese- le dijo a ella. Luego de cavilarlo durante casi 1 minuto y luego de todo ese tiempo ahí y luego de todas las tristes noticias que supo al fin sonrió, -Déjame recordar tan sólo cuán importante es para mí-. Él acepto, alistó una especie de mesa de billar para después dejar caer su espada sobre ella, se acercó a la muchacha. –Como el guerrero oficial a quienes ustedes encargaron proteger este mundo, yo el capitán Fennin portador del emblema de fuego y maestro de los futuro 5 escogidos te entregaré ese recuerdo que me pides a cambio de la enorme pena Sora- se pudo notar que una cálida nube de energía roja envolvía a ambos sujetos, el resplandor era intenso pero no demostraba peligro alguno, se escuchaban voces poco inteligibles dentro pero poco a poco ella sentía como cada uno de los recuerdos que vivió fueron borrados; incluso el nombre de las personas que conocía se desvanecían cada vez más; hasta que por último el nombre de quien le había dado calidez siempre.
Fennin cogió su espada de la mesa, vio como un destello rojo menos tenue que el anterior salía de su arma y encendía un ordenador, -Ahora puedes entrar, cuando lo encuentres espero que cuando estés frente a él no te contengas debes atacarlo hasta que despierte completamente aunque sabes que con eso tu…- ella lo interrumpió antes de ser absorbida por el portal que se abría frente a ellos, -No lo digas mi señor, sé cuan peligroso será esto puede confiar en mí- tras ello el portal la absorbió completamente. La puerta se abrió de golpe inmediatamente era el hombre que había logrado hacer que Tai fuera llevado a un extraño lugar, su apariencia estaba sudosa y temerosa.
…
-Despierta, mmmm despierta, mmmm wwaaaaaaaahhhhhhhhhh, un grito ensordecedor retumbó en el lugar. –Pero que rayos, ehh- él despertó repentinamente producto del grito rotundo del ser que lo emitió, sus ojos estaban rojos como si no hubiera dormido en días, al mirar al sujeto que le había sacado de sueños no podía creerlo, era un ser muy pequeño de facciones humanas pero con capucha que le asemejaba a un gato pequeño, -Ya despertarse Ryoka eres muy insolente como te atreves a hacerme esperar tanto- su tono era disgustado pero infantil, el chico miró nuevamente al ser que le hablaba rio con incredulidad y se desplomo nuevamente al suelo –Que demonios significa esto-. La escena se veía un tanto cómica hasta que él recordó algo,- ¿Me llamo Ryoka, dijistes?´,¿por qué lo sabe eso y yo no?, Cogió en brazos al sujeto extraño y le cargó suavemente –Gracias a ti recordé mi nombre, no sé realmente que esté haciendo en este lugar sabes cómo salir de aquí?-
-mmmm, yo tampoco sé cómo, pero para tu información me llamo Yushitha- dijo la criatura algo indignada, pero luego trepó con dificultad hasta el hombro del chico, -Tenemos que comer algo, además hay muchos que pueden hacernos daño aquí, salgamos.-
¿Daño aquí?, ¿muchos?, evidentemente no somos los únicos seres en este extraño lugar, una curiosidad de continuar le envolvió al muchacho pelinegro; junto a su nueva compañera empezaron por escalar una empinada que les diera idea del sitio donde se encontraban ya que desde esa altura probablemente puedan encontrar algún sitio de ayuda.
Ya habían pasado cerca de 2 horas, por alguna razón que se les hacía inexplicable el sitio querido parecía estar a la misma distancia desde que emprendieron el viaje, tras pasar cerca de 3 horas más el panorama no se alteró, provocando desconcierto en los 2.
-Que rayos, no nos hemos acercado ni siquiera un poco- maldijo él. Pero la tierna voz de su acompañante le interrumpió, -Tengo sueño…descansemos aquí no resisto más, vamos para de una vez, te estoy hablando, paarraaaa, quiero irme a dormir…..
-Aaaaaaaaaahhhhhhhhhh- gritó el muchacho, él había proseguido su camino sin hacerle caso omiso a ella pero en un acto de rabieta Yushitha le mordió el brazo para hacer que parar bruscamente.
-Qué tienes, por qué hiciste eso-
-No me escuchas, además ni siquiera te has percatado verdad; (se le acercó nuevamente encima de su hombro para sugerirle que estaban siendo espiados). Hay muchos ojos por ahí.-
El chico sintió un temor inmenso al notar que lo que decía ella era cierto, como por acto reflejo, le cargó y salieron corriendo del sitio sin rumbo alguno, no sabía por qué pero aquellas miradas le daban un miedo enorme, poco a poco sintió como sus piernas perdían rapidez así mismo que se acentuaba más su cansancio pero el terror le obligaba a seguir huyendo –Estoy seguro que he visto eso antes, esos ojos nos matarán…-. Luego de correr tras mucho tiempo, cayó desplomado en la superficie verdosa del lugar; su acompañante saltó rápidamente donde estaba notó que su pulso era muy acelerado su mirada vacía y su tez completamente pálida, -Párate Ryoka responde, no me obligues a morderte otra vez- antes que lo hiciera ella giró rápidamente su cabeza hacia el este, -No sé quién seas pero créeme él no irá contigo a ningún lado, he visto su interior no podrás ganarle-
-Su miedo es más grande que su confianza, el trato en este sitio debe respetarse; ahora me pertenece lo sabes-
-No te lo llevarás, él fue enviado aquí y por algún motivo sé su nombre, no permitiré que le….-
De los arbustos donde se escuchaba la voz salió una especie de insecto gigante con 12 ojos rojos, colmillos sobresalientes, pero con cuerpo humano; sostenía en su cuello desnudo una especie de collar con un objeto de color rojo dentro de este. Para cuando el muchacho reacciono, inicialmente pensó que estaría fuera de riesgo; pero al parpadear logró aclarar su miedo. –Esa criatura está aquí- repetía para sí con un miedo incontrolable en los ojos. –No lo mires Ryoka, de nada vale huir es mucho más rápido que nosotros, debes hacerle frente, Chris, no te rindas, niño reacciona, mira sin miedo, reaaaacciooonaaaa, nuevamente la criatura pero con ciertas lágrimas en los ojos había mordido a su amigo pero esta vez no hubo reacción; él solamente veía como ese ser tan monstruoso se aceraba ahora a paso lento directamente a ellos.
Tras percibir los segundo más largos de su vida el chico cerró los ojos, ahora la criatura estaba por lanzarse con sus colmillos directamente hacía su cuello.
No se sintió dolor, ni tacto alguno, con temor aún abrió los ojos, la escena era sorprendente. –Sin quieres huir hazlo antes que pierda el control- . Yushitha había colocado una especie de barrera delante de ellos y con mucho esfuerzo la mantenía para que la alocada criatura no los atacase. Sin poder reaccionar todavía y viendo como ella detenía a la criatura el chico empezó a levantarse. Pero al notar que ella perdía equilibrio debido a la pérdida de energía él la volvió a cargar y correr lo más rápido posible.
-Correr no sirve niño, tu miedo me alimenta-, el ser se acercó nuevamente, el peli negro sólo pudo notar que sus ojos se desvanecían; lentamente tuvo una especie de sueño en trance mientras esperaba el ataque de la siniestra criatura…..
Estaba parado junto a unos amigos en las afueras de una especie de albergue, todo le era muy familiar, los salones, los dormitorios, el patio, las personas; pero por alguna razón no sabía quién era él. A pocos metros donde estaban reunidos junto con unos compañeros suyos se presentaba un hombre de apariencia extravagante; entregaba boletines a las personas para que se acercasen a disfrutar un espectáculo inolvidable esta noche. Cuando nos acercamos a el sujeto este nos entregó amablemente los boletines, pero mostraba una sonrisa tenebrosa en algún punto.
Al regresar al dormitorio, el chico sintió como las horas trascurrían velozmente, sin ni siquiera poder logrado descansar algo la noche cayó; como por acto reflejo el muchacho se vistió, sacó unas cuantas monedas de un mueble cercano a su cama y las colocó en su bolsillo, -Por si acaso-. Eran las 9 de la noche, todo era bastante tranquilo en el pueblo, las luces prendidas, el tráfico era normal y las personas salían a pasera por las avenidas, él sin embargo tenía otros planes para esta noche. Sin percatarse de sus pasos ni que estuviera sin compañía, avanzó hasta las afueras del espectáculo que prometía ser inolvidable para quienes asistieran. Entro en la cola y espero a que llegara su turno de entrar, algo dentro de sí le exigía hacerlo. Trascurrieren cerca de 20 minutos para que lograra entrar, las luces no eran nada llamativas, incluso la infraestructura del lugar no era nada fuera de lo común, no sabía cómo dicho evento podría ser tan llamativo o simplemente era producto de la publicidad para atraer a los pobladores; de repente se escuchó una voz en todo el escenario. Él seguía sólo.
-¡Sean todos bienvenidos a nuestro espectáculo! - Son las palabras del anunciador de la función al cual la gente no puede ver, el público aplaude sin saber porque, pero cuando alguien se para en el escenario a saludar uno debe responder de alguna forma, así que todos aplauden... - Están a puno de presenciar el espectáculo más impresionante de todos los tiempos, sus ojos jamás han visto ni verán nada más extraordinario de lo que presentaremos a continuación. - Vaya amenaza.
El telón está cerrado y el público no sabe que esperar a continuación, saben que algo extraño puede suceder, se preguntaba:-¿Qué tiene esta gente en especial para poder observar este espectáculo que prometieron tan fabuloso? No veo a nadie familiar a quí, todas estas personas parecen de la alta alcurnia o algo cercano a eso, no lo creo, la entrada estaba bastante económica; incluso para alguien como yo-
El telón se abre pero no se ve absolutamente nada dentro, de hecho nadie puede distinguir casi nada en ningún lado, con trabajos alcanzan a verse unos a otros, solo esa gran cortina roja se distinguía, pero ahora ya no está. El público estaba nervioso, algunos piensan en la forma más discreta de salir, pero es tal la oscuridad y el silencio del lugar que tratar de hacerlo sería todo un escándalo, y además, ¿Qué tal si toda esta gente es realmente importante y yo solo estoy aquí por error? El vacío y el silencio parecen eternos, hay quienes están realmente asustados, algunos tosen con la esperanza de que algo se escuche como respuesta, pero todos tienen miedo de hacer movimientos o sonidos drásticos. Un hombre en la segunda fila siente que no puede más, es un hombre gordo y calvo, trae puesto un suéter de esos que tejen las abuelas para navidad, y usa unos gruesas lentes que le hacen ver unos diminutos ojos que no paran de moverse de manera nerviosa, comienza a sudar y su corazón late como nunca antes lo había sentido, parece que este quisiera salir de su cuerpo y echar a correr. -¿Cómo puedo percibir eso si todo está oscuro?, empieza a asustarme- la angustia y la incertidumbre están a punto de hacerlo enloquecer, cuando de pronto algo comienza a distinguirse en el escenario, es como si un ciego recuperara la vista, se ven apenas unos bosquejos de luz, que comienzan a tomar forma, para el asombro del público, cuando logran distinguir lo que aparece es un reloj digital enorme que está corriendo. El reloj marca: 00:00:57, los asistentes se da cuenta que solo llevan ahí 57 segundos, el reloj cambia 58, 59... Y por fin al minuto.
La gente está apenada, no pueden creer que se estaban volviendo locos y solo pasaron un minuto en completa oscuridad. El reloj se apaga y comienzan a encenderse luces un el escenario, pero no hay nada ahí, solo luces blancas que nos apuntan directamente, y ahora la gente se tapa los ojos por tanta luz, son tantas que no saben de dónde vienen, y cuando más preocupados están en su vista el silencio se rompe con un sonido similar a un silbido, casi inaudible pero todos lo perciben, es un sonido que pereciera rodearlos, es como si girara alrededor de ellos, hay quienes piensan: "Que buen sistema de audio", pero el asombro les dura poco ya que el silbido comienza a aumentar su volumen, el público piensa que es suficiente, que ya es hora de que el maldito espectáculo comience y se dejen de juegos, pero el sonido no para, y se hace cada vez más intenso, todos cubren sus oídos pero no funciona; la gente comienza a gritar, piden que se detenga, pero se dan cuenta de que no pueden oírse a sí mismos ni a los demás, el silbido lo abarca todo.
Un joven de las últimas filas de la sala trata de buscar donde están las bocinas, la demás gente no está muy segura de lo que trata de hacer, y es que de que le servirá la bocina si no puede alcanzarla; pero su esfuerzo es en vano, no logra encontrar nada, así que sale de su asiento para buscar la puerta, pero en la parte de atrás también hay luces apuntándolo, y no puede ver nada a su alrededor, lo único un poco visible es el techo donde buscaba las bocinas; el joven cae al suelo desconsolado en llanto, la gente está en pánico comienza a correr y a tratar de buscar una salida, pero no hay forma de salir, todo está completamente cerrado, así que deciden escapar por el escenario, el primero en intentarlo es una mujer de mediana edad (–Otra vez puedo ver cómo es posible- se repetía una vez más), corre con todas sus fuerzas hacia el escenario pero de pronto se detiene y cae inconsciente al piso, los demás no pueden creer lo que ven, la mujer cayo muerta con la cara destrozada y su sangre parece flotar en el aire. Algunos de los presentes caen desmayados de la impresión, los demás están en shock, hasta que un hombre de la última fila se acerca a querer tocar la sangre que flota en el aire, para descubrir que hay una enorme pared de cristal frente a ellos, la cual los separa del escenario, es tan inmensa y clara que no lo habían notado antes.
Las luces que dan vueltas por el lugar y el silbido no se han detenido, así que nadie puede comunicarse, es como si fuera un salón de ciegos, sordos y mudos. La desesperación es alucinante, la gente comienza a golpear lo que tiene en frente, sea pared, butaca u otra persona, y cuando los golpes no son suficientes comienzan las mordidas, los jalones de cabello; las mujeres se quitan los tacones y los encajan donde pueden, en cabezas, espaldas, atraviesan ojos y todo lo que se les atraviesa; los hombres se quitan los cinturones, las llaves, los zapatos para lanzarlos a todo lo que se mueve. De pronto se dan cuenta de que ya no solo predominan el color blanco de la luz y el negro del techo y el suelo, ahora pueden verse destellos rojos por todas partes, y poco a poco se dan cuenta de que ya no oyen el silbido, aunque sigue ahí.
Después de unos segundos y cuando la carnicería esta un su máximo apogeo la intensidad de las luces y el silbido que los rodeaba se van desvaneciendo, así que otra vez en completa oscuridad solo pueden oír sus propios gritos y los lamentos de los que yacen heridos en el suelo. Y en el momento menos pensado las luces naturales del teatro se encienden y todos logran ver el teatro cubierto completamente de sangre, los cuerpos mutilados por ellos mismos, la sangre que escurre de sus bocas, ya sea por golpes o por haber mordido a alguien, el horror que presencian es increíble y solo pueden recordar las palabras del anunciador: "sus ojos jamás han visto ni verán nada más extraordinario de lo que presentaremos a continuación", era verdad, el reloj en el escenario reaparece y marca: 00:04:57... Después 58, 59, y finalmente 00:05:00
Del otro lado del cristal una multitud de hombres y mujeres finamente vestidos se levanta de sus asientos y aplauden con una gran ovación por el espectáculo que les prometieron, y por el cual pagaron tan alta suma de dinero, el telón se cierra para ambos lados y los adinerados espectadores comienzan a salir tranquilamente por su lado del teatro en el cual hay alfombra roja en el piso, reflectores a los lados y una gran marquesina que con letras luminosas anuncia el espectáculo que presenciaron hoy: "Cinco minutos, el espectáculo del miedo".
-Ahora entiendo-
Nuevamente estaba frente a la escena anterior, todo era claro; este ser era uno de esos espectadores adinerados que se alimentaban del terror y pánico de todos. –Yo permití que te dañaran Yushitha, no me lo perdonaré sino te vengo- su mirada mostraba un rencor absoluto, sintió como lentamente sus puños se cerraban, su fuerza crecía sin ninguna explicación, sentía algo dentro de sí, algo que no sabía cómo había llegado hasta él.
-Será mejor que seas tú quién me mire ahora monstro- Ryoka había sujetado uno de los colmillos del ser, ahora con una fuerza admirable lanzaba a la criatura violentamente, haciendo que se estrelle con uno de los árboles. Con una velocidad impresionante ahora él estaba detrás de la criatura; sus ojos ahora mostraban decisión y fuerza, flexionó su brazo derecho para luego estrellarlo directamente en el pecho de su atacante, luego del impacto que produjo un gran estruendo y una especie de llamaradas en el puño del chico, -Cómo hice esto-. No solamente el puño estaba en medio de llamas, ahora se sentía como todo el territorio tenía una temperatura demasiada elevada.
El mostro estaba derrotado, al parecer el golpe contundente que le proporcionaron le dio directamente en el corazón dejándolo sin oportunidad alguna; pero lo más extraño fueron las llamaradas de fuego que brotaron y quemaron al ser de una forma agraviante. –Se parecieron mucho a aquellas llamas que usó…-, -¿Cómo es que puedo recordar el rostro de esa chica así de repente? ¿La conozco acaso?, ¿Por qué recuerdo su ataque…..qué está sucediéndome?-
Su voz se apagó repentinamente, ahora estaba inconsciente tendido en el verdoso suelo debido al esfuerzo que hizo; su amiga con ciertas dificultades le observo, temerosa aún se acercaba lentamente; notó que él estaba aún con vida, fácilmente lo cargó y se propuso a continuar el camino hacia la montaña, -Ahora que el miedo fue derrotado, podremos escalar hasta esa montaña Ryoki, muy bien hecho me asombraste niño. Decía contentamente Yushitha a su inconsciente amigo; su aventura apenas iniciaba.
…
PASADO, PRESENTE Y FUTURO
-Por qué todo este sitio tiene tanta vegetación-, un chico de cabello castaño alborotado caminaba impaciente siguiendo el curso de un riachuelo cuesta abajo.
-Siempre te estás quejando de todo, deberías ser más racional- una voz muy similar a la de un niño le hablaba; este había aceptado su compañía, al inicio le espantaba ya que no podía creer que algo así pudiera existir. Luego que el ser en forma de duende, pero que en lugar de un clásico uniforme Irlandés llevaba un terno marrón claro, le dijera los nombres de ambos la costumbre de tenerlo siempre cerca ya no le era fastidiosa.
El minúsculo ser le había pedido que se le llamara Shuko, siempre cargaba una lámpara, al parecer funcionaba con corriente porque ningún tipo de candela parecía estar dentro del objeto.
El camino no era del todo mal, los frondosos árboles cubrían a los viajeros de los rayos del sol proporcionándoles sombra, el agua estaba bastante cerca en caso sintieran agotamiento y al parecer estaban fuera de peligro por el momento. -¿Oye Shuko, cómo funciona esa lámpara?, Tai rompía el silencio que se estableció hace unos instantes luego que encontraran el riachuelo y lo siguieran, -Es muy fácil- contestó el pequeño.
-Sí…pero cómo le haces para…..Aaaaauuuu, por qué hiciste eso enano.-
El sujeto le había pateado en el tobillo haciendo que el castaño cayera por el dolor, -no preguntes mucho, tú deberías saberlo- respondía algo ofendido por la pregunta; -¿cómo quieres que sepa algo que nunca he visto, además ni siquiera sabía mi nombre hasta que apareciste? Ehhh espera a dónde vas- Shuko se alejaba dando saltos cortos, su mirada giraba por todo el territorio que pisaba, -Oye espera acaso sigues molesto por haberte aplastado, ya te dije que no fue mi culpa-. Él recordó cuando apareció tirado en este extraño lugar una personita bailaba animosamente una danza peculiar, estaba feliz de haber encontrado a alguien más; cuando éste se presentó de una forma muy educada y trepó hasta la cabeza de Tai, este se desmayó de la impresión cayendo encima del diminuto ser haciendo que le salieran chichones en la cabeza producto de la caída.
-Mira hacia allá hay una vertiente del río, si vamos puede que encontremos alimento-, Shuko señalaba ansiosamente un camino cuesta abajo del río que comunicaba dos vertientes en las cuales al parecer podía hallarse aprovisiones. Aún no sabía cómo fueron a parar en este mundo ni de cómo es que su acompañante sabía más de él que él mismo; sin embargo su compañía le daba cierto conforta ya que ello significaba que no estaría sólo, vagas imágenes siempre aparecían en su mente cada cierto tiempo; luego de casi 4 noches de caminata y alcanzado la vertiente y luego de alimentarse (ya que pudieron encontrar unas vallas comestibles cerca), el muchacho sentía poco a poco que su cabeza le impedía recordar sucesos. La noche anterior tuvo una especie de avistamiento mientras dormía; en el sueño él era tan solo un niño, jugaba con alguien más pero no recordaba absolutamente nada; misteriosamente una mujer le hablaba pero sin resultado de recordarla tampoco. Tras eso sintió que algo los observaba.
-Hey Shuko despierta hay algo extraño en este sitio-, movía de un lado a otro al pequeño ser.
Con mucha pereza y sosiego el liliputiense despertaba, al inicio miraba con recelo a Tai, ya que este le había desertado de supuestamente una quimera interesante; pero rápidamente giro su cabeza en dirección al río, -Tai no te muevas-. Para su sorpresa él ya había notado un brillo exagerado en el centro de la rivera; una especie de gota resplandecía con fuerza en la profundidad del agua. –Vaya, oye que tan profundo crees que sea el río, Shuko.-
-EH? No lo sé ni se te ocurra tarado, es hora de irnos deja de mirar esa cosa no es saludable-
Tarde, el chico miraba con ojos perdidos el objeto reluciente, decididamente saltó hacia el río, -Ya caíste niño-, una voz retumbó justo cuando Tai saltó, tras parpadear él recuperó la conciencia, ahora estaba cayendo pero el río cambió; su trasparencia casi diáfana se había perdido, ahora mostraba una oscuridad terrible, el chico sintió pánico de caer, podía ver siluetas nadando dentro, partes de cuerpos mutilados, voces que le llamaban, rostros familiares.
Antes de caer, Shuko saltó tras él, logrando empujarlo justo a tiempo antes que este cayera y quedara ahogado debido al frío y la profundidad del agua; pero no pudo salvarse a sí mismo.
-Shuuuukoooo-, vio como caía en el monstruoso río, ahora era todo estaba cubierto de neblina. –No te preocupes por mí tonto, si controlas tus emociones esto no te hará nada- Shuko hablaba dentro de una especie de esfera flotante en medio del agua.
-Eres muy predecible protector, pero su esencia es mía, si sales de esa esfera el agua te consumirá- Una niña surgía desde un costado del amenazante río negro, miraba fijamente al chico de pelo alborotado; cuando se acercó más pudo notarse que ambos ojos estaban cerrados completamente, su vestimenta estaba bastante vieja y usada, llevaba un caldero brillante al igual al que llevaba Shuko siempre pero este era más pesado, notó eso ya que caminaba con dificultad perezosamente mientras cargaba ese objeto en su mano izquierda. –Ven chico del emblema naranja, si mueres seré libre-
El chico no pudo creer lo que veía, si al principio ya estaba aterrado eso ahora era insignificante; no le daba explicación a lo que sus ojos observaban; la niña hablaba pero no tenía boca en su rostro. El miedo nunca fue una sensación a la cual él temiese mas ahora todo cambiaba, era como si sus piernas fueran incapaces de responder. -Qué quieres de mí-.
-Tu esencia niño, dámela y dejaré que tú y ese niñito prosigan- La mujer se acercaba pacientemente hacia al castaño; cuanto más cerca pudo notarse que de sus manos colgaban unas putrefactas uñas, sus ojos ahora le miraban directamente el pecho.
-Tai idiota vete si te saca la esencia todos aquí morirán- Shuko gritaba desde su burbuja flotante, mostraba una gran preocupación. –Tai por alguna razón estás aquí, debes vivir-
El muchacho no entendía nada, quién era él para que se le asignara tal responsabilidad, por qué de la nada había aparecido una mujer con ganas de extirparle el pecho y cómo había logrado entrar en un mundo totalmente desconocido. Si es que existía chance de huir debería hacerlo pero eso indicaría dejar de lado a Shuko y ponerlo a merced de esa bestia con forma de mujer. No había duda, esto solamente indicaba que debería luchar pero cómo hacerlo si el miedo es inmenso. -No sé cómo pero te daré la esencia si dejas que Shuko salga sano y salvo de ese río-.
-No juegues conmigo niño, de todas formas si es que mueres él lo hará también- amenazaba la criatura. Tus pensamientos te engañan cierto, cómo puedes ser llamado portador del emblema naranja si demoras tanto en pensar-
Aunque el chico no tenía recuerdos concretos que le expliquen quién es, poseía la memoria muscular aún; es decir sentía como su cuerpo aún conservaba cierta velocidad, pensó en correr pero eso sería traicionar a su pequeño amigo y dejarlo morir. No se pudo ver absolutamente ninguna salida de la criatura, divagaba al parecer su memoria le hizo acordar que pensar no era su punto fuerte; que podía hacer frente a esta situación.
La mujer rápidamente se acercó donde el castaño, con gran facilidad lo levantó con uno de sus brazos, miró fijamente el pecho de este, luego salieron lágrimas de sangre a través de sus ojos, era una escena horripilante como podía existir algo así; tras unos segundo las mujer ahora mostraba una enorme boca con grandes dientes en ella. –Esto te dolerá solamente unos instantes luego vivirás hasta que veas en cómo me convierto en el ser más poderoso que jamás existió-. Su serpenteante lengua rozó la ropa a la altura del pecho del muchacho, éste sintió como se quemaba lentamente. La zona salivada quedo expuesta, las uñas maltrechas de la mujer empezaron a penetrar dentro de él produciéndole un dolor incontrolable.
-No te resistas dolerá más si te opones-.
Shuko veía aterrorizado la escena frente a sus ojos, su misión iba a fracasar en menos de 4 días, esto no era lo esperado. –Y qué tal si este no es a quién he esperado todo este tiempo, no volveré a ser sellado otros 5000 años más por la incompetencia de mi alumno- se repetía Shuko dentro de su esfera de protección, finalmente los gritos de dolor que emitía Tai cesaron, la mujer logró su cometido, ahora cargaba entre sus dedos putrefactos una diminuta esfera que emitía un resplandor naranja, -Me pregunto qué harás ahora guardián, tu discípulo falló, es sólo cuestión de tiempo para que tome tu esencia-
Sonríe, siempre hay cosas que pueden mejorar sabes, además nadie tiene por que culparte de esto, actuaste bien. Por favor confía en ti mismo no dejes de creer en lo que puedes hacer hasta que veas como tu fracaso se convierte en victoria.
¿Quién eres, por qué tu rostro se me es tan familiar?,
No tengo tus respuestas, sólo levántate ella no sabe el gran peligro que acaba de hacer, despiértate y ataca a tu enemigo no dejes rastro de sus cenizas; no me sentiré orgullosa sino veo a aquel que me enseño a luchar. Me das repugnancia verte así, levántate. Ahora se escuchaba un grito sollozo como si alguien llorara, pero se notaba que era la misma voz. Qué haré si mueres, jampas volveré a verte; jamás sabré quién soy o quién eres, no seas egoísta levántate y protégemeeeee.
¿Proteger?, es verdad no lo recuerdo bien pero prometí protegerte
Ahora estaba en otro lugar, rodeado de rocas y fuertes corrientes de agua al rededor, podía ver a niños trabajando por todo el perímetro construyendo una especie de muralla que detuviera el caudal de las torrenciales aguas. Trató de acercarse pero nuevamente fue llevado a otro sitio. Éste nuevo lugar era muy parecido a algo que recordaba, una colonial pero majestuosa construcción, de material noble y bien acabado, muchos niños jugaban en las afueras, había otros mayores que ayudaban en la limpieza del lugar; en la puerta de entrada se podía leer "la bondad es apreciar a todo niño" Tai agachó su cabeza para poder leer lo que se hallaba al pie del primer enunciado: Bienvenidos al orfanato…. No puedo de terminar la lectura porque su cuerpo ya no estaba ahí, ahora se encontraba en una especie de selva con grandes árboles cuyas sombras parecían no tener final. Un hombre cargaba algo entre brazos, se acercó hasta una distancia corta feliz cumpleaños Tai me alegra que vinieras, ya todos están aquí serpa mejor que nos apuremos o se aburrirán de tanta espera te traje esto como presente ojalá te guste tu madre lo preparó antes de tu saves morir, bueno no quiero amargarte el día mejor sígueme.
¿Mi madre muerta? Pero cómo la gente no muere por estar cocinando, Hey espera un segundo ¿quién rayos eres?
Sabía que preguntarías eso, mírame bien niño no te das cuenta aún cierto.
Tai lo miró fijamente, era él mismo pero con un peinado más ordenado y vestido elegantemente. Cómo era posible eso acaso estaba ya muerto. Una vez más fue llevado a otro escenario diferente, en este se sentía un calor abrazador ya que estaba totalmente rodeado de arena, el sol quemaba con una furia inimaginable poco a poco sintió como su boca se secaba rápidamente y como su cuerpo emitía sudor producto del calor absorbido por el piso de arena. -¿Pero ahora dónde se supone que pare a llegar?
-Bienvenido a tu espíritu chico, ya te lo dije aún no te das cuenta de la situación cierto- Tai siguió la voz, observo al sujeto quien le hablaba, era él mismo una vez más. Esta vez estaba vestido como sultán, con varias alhajas colgando de su cuello pero con mirada llena de odio. –Este sitio estaba lleno de riquezas, agua y minerales sorprendentes, pero ahora gracias a ti y tu estúpido temor gracias a que te dejaras sacar la esencia el tiempo se ha detenido; el pasado no debe mezclarse con el futuro; de lo contrario habrá muerte- el sujeto indicó un montículo de arena cerca de Tai, le pidió que lo limpiase. Cuando terminó de hacerlo pudo notar cuerpos amotinados uno encima del otro, todos ellos estaban cubiertos por arena.
-El presente ya no existe ahora que no tienes espíritu, el futuro y el pasado se entrelazaron en este universo tuyo, y como te dije sólo causarán muerte.
-¿Quieres decir que todo esto es mi culpa? Cómo puedes pensar que yo pudiera haber derrotado a una criatura como esa no es justo que me eches la responsabilidad de esto.-
2 tormentas de arena cubrieron el lugar, el chico de pelo alborotado sintió como unos grandes pesos de tierra, lodo, arena y piedras pequeñas le golpeaban en todo el cuerpo. Solamente el acto reflejo de cerrar los ojos fue lo que le impedía quedar ciego totalmente. Una voz retumbaba en medio de la tormenta, Es tu culpa. Fue trasportado a una especie de peñas en medio del mar, el cielo estaba totalmente oscuro, grandes nubes amenazaban con descargar fuerte tormentas, miró a su alrededor, nuevamente su otro yo estaba parado ahí encima de un roca señalándole un punto en medio del cielo donde aún no había sido cubierto por las nubes.
-Llega hasta allá y el futuro nefasto no nos consumirá a ambos-
-¿Futuro, no entiendo a qué te refieres cuando hablas de esa manera?- protestó él.
Al principio viste niños construyendo verdad, pues bien ese fue el pasado, pasado en el cuál no tenías miedo a arriesgarte a levantar tus defensas, pero cuando llegaste a la segunda visión fuiste rápidamente sacado de ella ya que sólo era parte de un buen recuerdo, todo eso jamás existió cunado borraste tu presente y ahora al igual que en el desierto en este lugar se te muestra el futuro, futuro inevitable a no ser que seas capaz de aceptar un nuevo presente, lega a ese claro en el cielo y te prometo que volveremos triunfantes, de lo contrario todos moriremos.
Tai sintió una enorme incomodidad frente a lo escuchado, su corazón latía raudamente su pulso empezaba a acelerarse a un buen ritmo, gotas de sudor caían por el costado de su cabeza, su instinto le quería convencer de buscar refugio para soportar la tormenta pero si lo hacía permitiría que todos mueran, esto no es justicia cavilaba. Recordó una voz que escucho por primera vez antes de ver a su yo en los 3 tiempos, una voz de una chica familiar pero de quién aún no recordaba nada, -¿Proteger? Ahora miraba decididamente el punto que le fue señalado, si al parecer pensaba en una locura pero que más podía perder de todas maneras para él, él ya estaba muerto.
Cuando las nubes estuvieron en su punto soltaron enormes cantidades de lluvia torrencial, se adicionaron además fuertes truenos y relámpagos que caían en el mar produciendo grietas momentáneas en este. –Al parecer la única forma de llegar a ese claro es escalando rayos, jajajaja suena demasiado ilógico pero no tengo opción-. El otro Tai miraba esta vez más complacido a su retrato físico en medio de la tormenta.-Así es niño, es la única manera-
Cuando un rayo impacto cerca al cuerpo de Tai este se lanzó hacia él, no supo cómo lo hizo pero soporto la descarga, su cuerpo no se inmutó no sintió la enorme descarga eléctrica dentro de si no tampoco quemaduras, -Yo te proteeeegeeereeeeeee- Un enorme resplandor dorado alcanzó el cuerpo del muchacho, lo lanzó varios metros al impactarlo; el cielo estaba claro una vez más, -Gracias Tai sabía que podías confiar en ti, ahora derrótala-
Shuko miraba horrorizado como el cuerpo de su compañero yacía postrado en tierra con la mirada en blanco y sangrando por la boca; ella esperaba pacientemente hasta que el vínculo que unía a esos dos desapareciese para tomar posesión de la esencia del diminuto ser. Progresivamente la esfera de protección colocada por Shuko comenzaba a debilitarse, él también sentía el cansancio y cómo su mirada se nublaba en cada instante. –No debo rendirme, sé que aún puedo salvarle, por favor cuerpo resiste- se auto alentaba.
-Creo que te quedan no más de 2 minutos, guardián; tu corazón me permitirá escapar de este infeliz universo-
-Creo que 2 minutos es suficiente para vengarme bruja-, la mirada de Shuko cambió a una sonrisa satisfactoria al ver como su amigo estaba de pie nuevamente; su mirada decidida penetraba en la mujer. Ella sintió como su mano (donde cargaba la esencia del chico) se empezaba a quemar, la esencia salió disparada hacia el pecho del chico introduciéndose en él. El cielo se nubló, nubes cargadas aparecieron, el río que amenazaba con tragarse a Shuko se ponía en calma de nuevo; Tai gritó con todas sus fuerzas Te proteeegggeerreeeeeeé, ahora estaba envuelto por rayos amarillos por todo su cuerpo, su mirada se clavó en la bestia miró como ahora era ella quien temblaba de miedo, -No sé cómo se llama, tampoco cómo es que la conozco; pero si muero ella no sabrá nada de sí misma y eso no me parece justo. Te doy las gracias bruja, ahora tengo algún concepto sobre quién soy. El chico se abalanzó directamente al cuerpo de la mujer, el resplandor no sólo cegó a la criatura sino que también la inmovilizó. Ella sintió como una fuerte corriente eléctrica golpeaba su estómago, sintió también como sus ojos se cerraban lentamente luego expiró. Tras el acto observado el chico de pelo alborotado y de tés castaño sonrió, alzó la mirada por unos segundos, luego cayó exhausto en el suelo. Su acompañante observó muy satisfecho, -Perdón por dudar de ti, ahora sé que eras tú a quién esperaba todos estos años, descuida me salvaste así que yo te llevaré hasta tu camino-. Cargó al muchacho en su pequeña espalda, como no podía levantarlo del todo debido a su tamaño solamente pudo cargar su cabeza y parte de sus hombros pero eso era suficiente para arrástralo suavemente por el camino y llevarlo a dónde siempre habían querido llegar. –Bienvenido al presente Tai, mmm pero exactamente a quién proteges, te lo preguntaré de nuevo algún día- Ambos se alejaban del sendero con dirección río arriba, las montañas estaban verdosas y exuberantes el camino se esclarecía al fin para ambos luego de 4 largos días, sólo que esta vez Shuko sonreía plácidamente.
…
…...
Caminaron durante largo tiempo, sin darse cuenta de cuánto habían pasado desde que entró en ese raro mundo y de conocer a su fiel amiga Yushitha, Ryoka se veía bastante exhausto, un modesta cantidad de pelo facial marcaba que mínimo hubieran pasado uno meses desde que se conocieron por primera vez; y por si fuera poco durante todo ese tiempo siempre encontraba individuos, criaturas, seres extraños con la misma intención hasta ahora para él indescifrable de robarle su emblema, la verdad es que ni siquiera entendía que significaba ello, durante muchas ocasiones les encaró e sus oponentes que no traía nada de valor consigo que ameritase ser hurtado pero siempre era lo mismo; su fiel amiga nunca lo abandonaba. Durante otras aproximadamente 4 horas de proseguir camino, la chillona voz de ella cortó el silencio.
-¿Hasta ahora no sabes que quieren de ti, cierto Ryoka?- Yushitha, quien hasta ahora Ryoka no sabía si era una niña con disfraz de gatito u otra mística criatura del lugar se extrañó por la indirecta.
-No, siempre digo que no sé nada de eso, ¿será que tú si tienes idea de algo?- preguntó con la esperanza de saber si de ese modo podrían salir de ahí o tratar de recordar cómo es que llegaron o quien los envió, era evidente la corazonada del joven de querer encontrar más seres como él.
-Nop, no tengo idea, solamente quería iniciar una conversación-
El joven atinó en hacer una mueca de decepción pero con algo de risa; nunca antes había estado en este sitio, eso era lo único que podía recordar, pero luego de muchos enfrentamientos ahora era más fuerte que antes, mas agil, mas certero y preciso por alguna extrana razon con algo mas de frialdad en la sangre. -eso es normal Ryokhi, tus rivales querian matarte. La extraña criatura sonó ligeramente fría por ese comentario, ergo a ello el joven recordo que durante todo el tiempo que anduvieron juntos enfrentando adversidades quien sabe por cuánto, ella siempre había permanecido a su lado incondicionalmente; en algunas ocaciones era ella quien libraba del peligro a ambos pero en la mayoría de ellas y gracias a una razón ininteligible pero fortuita la agilidad y destreza del muchacho en las batallas que crecía exponencialmente los salvaba a ambos.
Caida la noche, como de costumbre Ryokha usaba sus habilidades en el manejo del fuego para abastecerse de refugio y calefacción e inclusive para cocción de algunos peces que lograban atrapar en los cortos afluentes de los ríos, ambos amigos dormían juntos ella siempre se acomodaba sosamente en el pecho del muchacho, pero esa noche ella estaba inquieta, sin darle importancia de nada pensando que sería algún capricho nuevo de su compañera, Ryokha ignoro el hecho que por esta vez no durmiera encima de su pecho. -Debe seguir enfadada por no haberle compartido ese pedazo de pescado- pensó para sí. A unos 12 metros del muchacho una pequeña sombra se acongojaba entre llantos.
-Por favor Ryokha no te vayas a morir mañana- Yushitha sollozaba lejos de su fiel amigo esperando misteriosamente el día subsiguiente.
…...
…...
-Oye te lo advertiré sólo una vez más, deja de atacarnos-
-Dame tu emblema niño, hazlo y no los mataré- …(-fanfarroneas- pensó)
Un joven de pelo castaño y algo alborotado con un singular ser montado en su hombro izquierdo esquivaba por segunda vez una especie de bala con destino hacia su pecho, sin saberlo cómo pero durante los últimos 4 meses que estuvo caminando por ese extravagante lugar no había encontrado ningún otro ser con vida que no quiera atacarle, el propósito; arrebatarle su emblema. Ello fue y era siempre una pregunta la cual hasta el momento no encontraba respuesta; lo que era más sorprendente era que de una forma inexplicable sus habilidades y destrezas habían mostrado una creciente mejora y pero lo más resaltante fue su velocidad, aunque a veces presumía de ella, le constaba trabajo creer que realmente sus movimientos era tan veloces. Su fiel y timorato amigo estaba bastante feliz por el hecho de que Tai ahora era un guerrero casi imbatible, y es que hasta ese momento todos los rivales que le afrentaron terminaron derrotados e incluso, como en el caso de algunos, humillados. (Cuando una quinta descarga de balas eran dirigidas nuevamente hacia el joven castaño)
-Bien yo te lo advertí, se ve que no tienes ningún respeto, cretino-
Tai logró derrotar con muy poca dificultad a su rival, simplemente arremetió de forma rápida hacia él, su velocidad nuevamente los había librado de un ataque, con decisión y sin remordimiento este le propuso una serie de golpes en todo el cuerpo a su atacante, quien llevaba una especie de pañueleta que le cubría el rostro y tras la lluvia de puñetes y patadas combinadas que recibió fuertemente se desprendió de su cara para mostrar una figura algo más similar a un humano que el resto de criaturas con las cuales había batallado antes. Luego de unos parpadeos del tímido Shuko, el rival caía inconsciente y derrotado al suelo.
-Pero que testarudo- pronunció a regañadientes Tai, luego de pasar su antebrazo izquierdo sobre su frente en señal de agotamiento. (Fue interrumpido por su acompañante)
-Sabes sería mejor que cambiemos de ruta, al parecer no hay salida por este sendero- hablaba Shuko con su inconfundible timidez al momento de iniciar una perorata; algo bastante común que caracterizaba a ese liliputiense ser. -Lo mejor será que busquemos un sitio dónde pernotar para que la caer la noche no tengamos que preocuparnos a última hora por ello; ¿Qué te parece?-
El pequeño asintió sin palabras y mirando semi avergonzado al suelo.
Tras unas horas, una pequeña fogata alimentaba la oscura y profunda noche que ahora no dejaba ver absolutamente nada más que la fogata; dos seres posaban alrededor de esta para calentarse un poco, como de costumbre el más pequeño tendía una pequeña sábana sobre el piso cerca de su compañero para dormir cerca, él mientras acomodaba algunas hojas secas para asemejarlas a algo que pudiera evitar que su espalda choque de forma directa con el suelo, y en las noches este podía enfriarse tanto que lo más seguro sería que al día siguiente despertase con un refriado, eso ya lo había experimentado en algunas ocasiones.
La noche era bastante cálida a diferencia de las anteriores e irregularmente bastante tranquila, las criaturas de este universo siempre intentaban atacarlos por alguna misma razón pero sin éxito alguno; pero este noctambulo era distinto. Al menos eso hizo que ambos descansen de manera mucho más placentera que en otras oportunidades
La madrugada fue menos regular de lo que se avecinaba por la noche pero ello no cayó de sorpresa, ambos tenían preparados algunos leños y algo de yesca para alimentar el fuego mientras el frío aumentaba. Tai sintió el helar de la mañana algo más profusa que hace unos minutos, supuestamente Shuko debió haber alimentado el fuego pero al parecer este se había quedado dormido y ello no se concretó; cuando el castaño giró su compañero estaba acurrucado bastante lejos de él, de hecho Shuko descansaba cerca a uno de los afluentes de la rivera sosteniendo su pequeña lámpara con ambas manos y con los brazos extendidos en su totalidad, algo distraído dicho sea de paso.
-Hey amigo estás bien- No hubo respuesta por un largo tiempo.
-Tai, hasta aquí he llegado, no puedo continuar caminando más a tu lado a menos que, me demuestres que puedes…- su mirada denostaba decisión y tristeza pero evidentemente se observaba el rojo en sus ojos que delataba que hace poco estuvo llorando. -…que puedes proteger el emblema que cargas en tu corazón…-
La desesperación del jovenzuelo era evidente, no cabía en sí como es que su fiel amigo al cual llamo así hasta el momento sabía perfectamente sobre el emblema por el cual habían padecido una serie de ataques por parte de criaturas diversas durante todo ese tiempo. –Así que tú sabes algo sobre ese emblema-, -De hecho Tai, si el emblema cae en manos equivocadas o desaparece, la misma suerte correré yo-. La verdad resonaba en la mente del muchacho quien exhorto por tal revelación no sabía si Shuko era ahora amigo o enemigo, el motivo de ataques siempre era el mismo, robar el emblema; siempre se lo querían arrebatar para darle algún uso quien sabe si maquiavélico o no pero lo necesitaban, el primer recuerdo que tuvo fue cuando tuvo su primera batalla, cuando tuvo la visión del pasado y futuro el ser que los atacó mencionó que deseaba el emblema para ser liberado. –Con ese emblema puedo salir de este lugar ¿cierto Shuko?-
Este asintió, -pero debes saber que si lo usas mal (su timidez aún era sonora), yo mismo tendré que asesinarte y arrebatártelo-. –Demuéstrame que eres el verdadero portador del emblema Tai, derrota a tu último rival, usando tu emblema.-
-Cómo lo usaré si ni siquiera lo tengo (se hizo una pausa) ¿un último rival?-
….A unos 30000 kilómetros Yushitha le daba el mismo discurso a su gran amigo Ryokha…
…
-Si sabes todo, por qué simplemente no nos la constaste antes de esperar a que peleemos.-
-Eso era porque tenía que asegurarme que era ustedes dos a quienes buscaba, era demasiado extraño que dos portadores se hallen en el mismo lugar-.
-¿Cómo te diste cuenta al final que éramos ambos, sólo por el brillo de las piedras estas?- una voz femenina sin remordimiento de hablar luego de tantos años de haber escondido su voz, cortaba su silencio. Únicamente había aceptado ir con ello por el simple hecho de saber que su padre fue asesinado por el mismo sujeto a quién su viejo enemigo le dio muerte, hace pocas horas antes. Él sin embargo accedió por un motivo diferente, su deseo e impulso de volverse más fuerte era algo que ni siquiera su razón podría arrebatarle.
-Descuiden, todo irá bien manténganse relajados por favor. Llegaremos en 1 hora-
LAS ÚLTIMAS PRUEBAS Y EL DESPERTAR DEL EMBLEMA OSCURO
Las madrugadas casi siempre eran bastante gélidas, aunque por ciertos motivos cronológicos cada vez que la neblina se depositaba entre los senderos del lugar anunciaba que durante todo el día siguiente el calor sería insoportable. Tal y como Ryokha lo predijo eso fue lo que les esperó al despertar; llamó a su amiga para que ambos pudieran avanzar juntos el camino que supuestamente los llevaría a unas montañas cercanas al pie de un volcán inactivo ya que en ese lugar Ryokha tendría la oportunidad de encontrar seres semejantes a él. No hubo respuesta.
-Hey Yushitha ya es hora de irnos. (Nada) ¿Será posible que se haya enojado demasiado?- recordó que ayer le había negado invitarle un poco del pescado que atraparon para la cena ello debido a que la voraz niña comió demasiado rápido su alimento que le exigió de alguna forma exagerada que no se le invitara sino que se le diera toda la porción del otro pez.
Buscó durante 10 minutos, la preocupación se apoderaba de sus pensamientos, temiendo que alguna otra extraña criatura les pudiera haber atacado mientras dormían y llevársela o peor aún…. –Eso no puede haber pasado- -Yuushiiiithaaaaa- el silencio era demasiado incómodo. Pero fue rápidamente interrumpido por la presencia de alguien más. Sin pensarlo dos veces atacó directamente a quien había invadido el espacio, pero su rapidez era mucho mayor a la pudiera hbaerse imaginado, él ahora estaba sentado detrás suyo a tan solo unos 3 pasos de su espalda, la reacción fue inmediata se alejó de una salto ante la pasmosidad de su rival. (Pudo haberme atacado). –Si buscas a tu amiga, no está en este lugar- le afrontó el extraño.
Su apariencia era más parecida a un ser parecido a él, no tenía extremidades extra o ninguna forma monstruosa que indicara ferocidad a diferencia de todos los seres con quienes peleó en casi 4 meses desde que llegó a ese enigmático lugar. Su rostro y figura estaban cubiertas en lo absoluto, en su cabeza llevaba puesta unas gafas oscuras que hacían imposible observarle, tampoco encontró en él arma alguna con la cual pudiera defenderse; al parecer este sujeto era consiente que sus habilidades en combate cuerpo a cuerpo era suficiente para sobrevivir en esta jungla de peligros.
-Eres muy lento niño-
Sintió que su confianza era demasiada horonda, solo fue un descuido suyo, -No me percate de tu velocidad porque tenía mis pensamientos fijos en otra cosa, no seas tan presumido- amenazó al fin Ryokha.
-En serio, significa que no te mataré fácil, ¿verdad?-
Antes que la ira se apoderara de todo su ser, el joven muchacho de pelo negro algo maltratado por la cruel estancia que vivió durante casi 4 meses y de porte dañado por las continuas amenazas que padecía sintió como una sensación de dolor intenso quemó toda su espalda, sintió también que sus piernas por algún motivo empezaban a elevarse, su cuerpo se encorvaba convexamente hacia adelante y sus brazos se dirigían hacia atrás. Aquel sujeto nuevamente con rapidez desconcertante se ubicó tras de él, pero en esta circunstancia atacó.
Ryokha únicamente pudo verse a sí mismo impactarse en uno de los grandes árboles que adornaban el frondoso bosque, su cuerpo impacto directamente. -¿Cómo lo hizo?- sus pensamientos de querer saber si Yushitha estuviera bien o no se esfumaron momentáneamente, ahora el pánico le invadió luego de mucho tiempo nuevamente.
Producto del violento golpe contra el roble macizo del árbol, sintió como algunos de sus huesos de su hombro izquierdo crujieron; su espíritu estaba anonadado. Su instinto el cual desarrollo durante todo el tiempo que vivió hasta ahora fue lo único que le hizo ponerse de pie, -esta vez yo ataco-, -Me parece perfecto-.
Era solo cuestión de mantenerse concentrado, tal vez era más rápido y fuerte pero no tendría opciones si se le golpease en la parte de la nuca con sus habilidades de dominio del fuego, ello era una ventaja, pisó firmemente y mantuvo su respiración durante algunos segundos; su brazo izquierdo para su suerte no estaba tan dañado como él pensaba aún le respondía no había sido nada más que un adormecimiento como secuela del impacto con el madero, la lógica era perfecta un ataque rápido y engañoso sería la solución. Su mirada se enclavó fríamente en las gafas de su atacante, sonrió levemente en señal de percatarse que su confianza volvía nuevamente entre sus pensamientos. –Ganaré una vez y otra no importa cuantos sean mis oponentes llegué hasta aquí por algo, mi corazón me guiara a la victoria- se abalanzó, su agilidad era realmente admirable, toda la experiencia en batalla había educado el espíritu de pelea del muchacho, mientras se le acercaba su cuerpo empezó a girar, era como ver a un pequeño remolino que desprendía llamaradas de ardiente fuego de sus manos. El misterioso ser no pudo más que tratar de devolverle el ataque con un certero derechazo pero fue errado; Ryokha, con gran destreza, volaba lieteralmente sobre su cabeza sin poder dejar opción de defensa a su contrincante, el punto débil siempre es la nuca ¿cómo pude haberlo olvidado pensó aterrorizado el hombre que ahora dejaba al descubierto al cien por ciento su más frágil debilidad, la cabeza. Ryokha sintió como sus manos ardientes y envueltas en llamas golpearon el cuello en la parte más alta y posterior, un golpe perfecto y limpio, una muerte segura. Tras ello el fuego los envolvió a ambos.
El fuego nunca deja evidencias, tan solo cenizas que luego el viento se encargad e esparcir, nadie sabría nunca qué o quién estuvo envueltas por ellas. Ryokha se tambaleó la mirada para ver si Yushitha se hubiera hecho presenta, siempre que peleaba ella estaba ahí junto a él, pero nada de nuevo. Tras un instante la cruel realidad le mostró lo que sus ojos se negaban a creer que veían. -Imposible-
-Ese fue un ataque impresionante, no fascinante es el término correcto, quien diría que te tomo solamente 2 años en aprender a manejar las habilidades de un elemento-
Su mente divagaba por tercera vez.
Ese sujeto dijo algo que Ryoka tenía por desconocido, el tiempo. Supuestamente y según con este tipo han transcurrido casi 2 años desde que llegaron a este extraño lugar el cual no solo ha estado replegado de enemigos sino junto a ellos de misterioso, y uno de los que estaba impresionando al jovenzuelo era el hecho de que ese ser este con vida luego de tal ataque justo en la nuca. –Tu ataque fue muy bueno niño, pero careces de velocidad, pude esquivarlo justo a tiempo; me sorprendiste debo admitirlo-
-¿Dónde está Yushitha?
Por tercera vez consecutiva su cuerpo volvía a impactar contra otro gigantesco árbol de la zona, y una vez más su cuerpo crujía de dolor. El atacante no daba tregua a su víctima, cada vez los golpes eran más certeros y con mayor intensidad, lentamente las fuerzas de Ryoka menguaba; por alguna razón él pensó que lo más adecuado sería huir y buscar a su fiel amiga cuanto antes sea posible y escapar juntos pero la rapidez de tal al parecer humano era bastante superior a la suya.
-¿De qué huyes portador?, enfréntame como hace un instante-
Cuando volteo unos gruesos nudillos le golpearon el rostro haciendo que la dirección de su cuerpo vie hacia abajo bruscamente. Al golpear el suelo, este le devolvió la misma intensidad con la cual cayó causándole mayor daño; nuevamente trataba de defenderse pero él nunca fallaba en sus golpes; unas peritas combinaciones de brazos y piernas permitían observar que se trataba de un ser con experiencia en combate cuerpo a cuerpo. Esta vez sintió lo cálido que era el piso al ver como su sangre maculaba de rojo el verdusco pasto; su vista ya no le dejaba observar todo y su cuerpo ya no le respondía en esta oportunidad Ryoka cerró los ojos producto del agotamiento y la paliza que le habían propinado en su físico, así que cayo desvanecido y algo exangüe al piso para no volver a ponerse de pie nuevamente. El sujeto se acercó al cuerpo del quien yacía dormido en el piso y comenzó a torturarlo, iniciando con una cruenta y sucesiva descarga de golpes a mano limpia en el rostro para luego alzarlo e impactarlo contra árboles, piedras, suelo; -y tú eres el portador del fuego?, no eres más que un debilucho-
La falta de respuesta le indicaba al misterioso ser que su tarea probablemente ya ha culminado, era inesperado tal cosa; él pensó que de tratarse de quien le dijeron permitiría regresar esperanzas a la humanidad pero la escasa fuerza de su oponente no le devolvió mas que resigno, el tiempo era un rival para todos aquellos quienes daban sus vidas protegiendo la de otros y eso exactamente, tiempo, era lo que había perdido al ingresar al universo donde se hallaba actualmente; un tiempo que nadie repondría y que sería necesario tener y aunque nunca entendió el motivo de luchar con ese niño con la absurda idea de despertar sus poderes dormidos él jamás dubitó en aceptar la petición de su gran señor Fennin. Sin embargo nada había valido la pena, hubiera deseado en usar el enrome tiempo en adentrarse en tal sitio y de buscar por casi 3 meses al sujeto adecuado para que al final del camino termine por rendirse y de ni siquiera pedir una muerte honrosa, e incluso intentó huir para salvarse –pero cómo es posible que un trapo como tú conociera a la poderosísima titán sagrada-
Sintiéndose cada vez más frustrado el sujeto se quitó las gafas que cubrían sus ojos para mostrar una mirada algo deteriorada por el paso de los años pero que se mantenía una vigente inmediatamente se acercó al rostro del muchacho, lo abofeteó un par de veces para ver si al menos sus ojos se abrían pero eso no sucedió –Despierta basura, pelea infeliz yo no tengo tiempo para verte suplicar necesito que pelees- el castigo continuo de manera violenta y es que la paciencia no era de las virtudes de ese sujeto quien luego de pararse prosiguió con los golpes.
Su estrés acrecentaba exponencialmente dentro de sí mismo, -Perdóneme señor Fennin pero si no lo asesino ahora me quedare atrapado aquí, no creo que este merezca ser su discípulo-. Al terminar de decirse esa frase el sujeto sacó una par cuchillos bastante bien afilados de que mantuvo atadas a su cintura, con mucha frustración y sin pensarlo dos veces este las cogió ambas y las enterró en el cuerpo de su infeliz y desmayada víctima; pero….
-Qué mierda significa esto-, el sujeto repitió el ataque una y otra vez pero las dagas nunca lograban incrustarse del todo en la espalda del joven, nunca se hizo un daño profundo, solo se permitía ver una ligera herida en la zona del omóplato pero eso era todo; pensó que de repente lo conseguiría atacando frontalmente; así que giró al muchacho lo sentó en la base del árbol que había impactado hace unos instantes y le repitió el ataque pero el resultado fue impresionantemente el mismo. -Qué sucede-
Como ya estaba perdiendo la paciencia dejó al niño tirado, veía de forma frustrada como todo su cuerpo se revitalizaba luego de la paliza que le dio, poco a poco todas las huellas de los golpes recibidos se fueron borrando. Sin tener mucho recelo él se alejó y espero a que recuperara una vez más sus fuerzas. –Una segunda oportunidad niño-
….
-Eso no te bastará para derrotarme tonto- trataba de amedrentar un chico de pelo marrón alborotado.
Dos sujetos luchaban en las cercanías de un riachuelo, uno de ellos ya se encontraba bastante malherido, el otro sin embargo nada en lo absoluto; aun sus ropas se mantenían en perfectas condiciones, usaba un conjunto de color negro de material holgado con botas ligeras hasta poco por debajo de la altura de las rodillas, su antebrazos estaban cubiertos por vendajes blancos y su cabeza totalmente cubierta por una especie de envoltorio de tela que asemejaba a un sombrero de sultán. Su habilidad era muy fina, los golpes eran no burdos pero precisos y cada uno de ellos era ocultado sagazmente por el siguiente, se trataba de todo un maestro, de un artista de luchas.
Aun es esas circunstancias Tai había aprendido a mantener la razón consigo, eso le había permitido librarse de muchos riesgos en el pasado; no le cabía idea de cuánto tiempo transcurrió, ese sujeto con el cual peleaba escribió en el suelo "2 años". Hasta el momento nunca emitió palabra alguna; recordaba tenuemente que ya había sido derrotado por el mismo rival anteriormente pero al parecer eso no era nada mas que un producto de su imaginación ya que continuaba luchando con él. Pero al parecer su habilidad mejoraba considerablemente, aunque su rival era muy veloz, Tai usaba con inteligencia su habilidad para evitar ser impactado por tal velocidad y para ser franco su rival había optado por atacar desde tierra desde hace pocos instantes debido a que la defensa del muchacho era bastante buena pero no impenetrable y los estigmas de los golpes se hacían cada vez más notorios en su cuerpo.
Ya pasaban cerca de 1 hora de lucha intensa nuevamente la batalla estaba casi al 100% para el lado del adversario del pelo castaño, no obstante la intención de retirarse o dejarse derrotar no pasaba sobre su cabeza y a pesar que las heridas ya eran muy notorias. Por la mente del joven trataba incesantemente de encontrarle un punto o abertura para atacar a su adversario pero cada vez que hallaba una él lo esquivaba fácilmente; y para empeorar las cosas al hacerlo dejaba su cuerpo bastante expuesto ante ataques cuerpo a cuerpo. Sintió como 2 gruesas gotas de sudor resbalaban por su frente, una de ellas impacto en su brazo izquierdo y la otra en su labio, al grotescamente sentir la humedad en su boca Tai se relamió sin sentir asco por el salado sabor del sudor y una idea vino a su cabeza, no tenía idea de por qué no lo había pensado antes, su habilidad era muy veloz pero cerca a esa gran vertiente que seguramente desembocaría en un enorme y caudaloso río él pensó que no sería tan descabellado pelear en el agua después de todo y aunque su compañero Shuko siempre le advirtió que nunca se entrara al agua sino quisiera ser asesinado por las criaturas de tal lugar, Tai sintió una enorme corazonada que lo que haría sería lo correcto tal vez no ganaría pero era un medio con el que evitaba morir o al menos eso pensaba.
Sin meditarlo demasiado el joven saltó hacia su rival trató de golpearlo varias veces pero su defensa era inquebrantable, usó sus habilidades de dominio del rayo para buscar herirle pero el resultado fue el mismo ante tal caso la siguiente salida era golpearlo tomando un gran impulso y mezclarlo con un golpe certero con trueno para inmovilizarlo. Raudamente esquivó uno de los golpes de su atacante, quien dicho sea de paso no había abierto la boca para pronunciar palabra alguna era algo aterrador pensar pelear con alguien que únicamente tiene un placer por matar sin ni siquiera decirle algo a su víctima, se postró firmemente en el suelo gritó con todas sus fuerzas para increíblemente lograr crear una amenazante bola de energía en sus manos, su rival aún permanecía en el aire flotando, recordó que la primera vez que lo vio se quedó atónito pero más tarde descubriría que tal objeto no estaba lejos de su alcance y es que su temor de caer en las profundidades del agua luego de que le impartieran un fuerte rodillazo en el estómago produciéndole caer sobre el río este había logrado levitar centímetros antes de impactar con el agua, ahora le apuntaba con esa energía. –Si te crees muy veloz esquiva esto si puedes maldito-
-Este niño nunca aprende- pensó para si.
Cuando la energía fue liberada de las manos de Tai, el sujeto únicamente levantó uno de sus brazos en señal de dominio y zozobra frente al poder del joven la cual se aproximaba rápidamente, pero algo era diferente en ella; al chocar contra la palma del sujeto este sintió como poco a poco su brazo cedía –Aumento su poder, ¿Cómo?, pero aun así está muy lejos; (el brazo ya estaba casi totalmente flexionado producto de la presión), no puedo creer que tenga que usar mis 2 manos para detenerte- sonrió, estiró su mano izquierda, ahora sentía como un gran peso se estuviera esfumando gracias a la mayor estabilidad. Logró ante la impresión del muchacho desvanecer el ataque del muchacho, luego en un abrir y cerrar de ojos se posicionó detrás de Tai y le colocó el brazo alrededor del cuello, el cual curiosamente se sentía algo ligero pero no le dio importancia, y con el otro por detrás del hombro; la posición era adecuada para lanzar al joven e impactarlo contra lo que sea, piedras, suelo, árboles y es que había tantas formas de castigarlo que su mente divagó en tal limbo unos milisegundos pero eso sería lo último del aliento de vida para el muchacho.
Justo cuando se disponía a lanzarlo de cabeza hacia unas rocas algos salió mal en su maniobra, el brazo izquierdo de Tai había sujetado la muñeca derecha de su rival y con la derecha totalmente abierta y mostrando al cien por ciento su palma de mano apuntaba hacia el suelo bastante cerca de ambos, permaneciendo en silencio su atacante vio como el joven en un acto suicida descargó energía apuntándole al suelo, el impacto produjo que ambos cayera al río el reto de salir rápido de ese enroma cantidad del agua, cuya profundidad era bastante grande para misteriosamente mostrar un agua nítida albergaba criaturas monstruosas, hubiese sido sencillo de no ser porque Tai aun sujetaba su muñeca y mostraba una placentera sonrisa de oreja a oreja. Él simplemente vio aterrorizado como el castaño soltaba una cruenta descarga eléctrica desde sus manos eso sería todo.
El agua se mostró inquieta, las poderosas criaturas que amenazaban en devorar los cuerpos de sus inquilinos inesperados se quedaron paralizadas y las que estaban más alejadas trataban de huir en vano. Segundos más tarde Tai salía victorioso del agua. –Vaya susto, pensé que moriría- Se tomó unos cuantos instantes en sentarse y tratar de reponer energías, a pesar de que su rival fue mucho más fuerte, rápido y resistente que él una vez más su imprudencia e inquietante estímulo por lo desprevenido le habían logrado librar de esta. Ahora su en mente se detallaban algunas imágenes, era raro que pudiera ver eso, su memoria estaba borrada eso fue lo que le dijo Shuko pero esa extraña sensación que sintió cuando tomó la muñeca de su atacante le habían dejado algunas lagunas en su cerebro.
Débilmente vio algo que salía del agua, el joven intentó pararse pero su último ataque le había consumido mucha energía, cuando la cosa salió del agua se sintió bastante aliviado, era solamente uno de esos grandes peces que salía del río para aleteando fuertemente durante unos instantes en el aire, al parecer la descarga eléctrica afectó a grandes criaturas ahí dentro pero sorprendentemente no estaban muertas. Algo distrajo cruelmente su realidad, el pez no dejaba de levitar, luego de 2 segundos cayó nuevamente al río pero detrás de él dejaba al visto una silueta de alguien familiar,-Imposible, quién eres tú- bramó Tai.
Las gafas que llevaba al inicio estaban totalmente destrozadas y lo que cubría su cabeza estaba hecha añicos sin mencionar que la parte del pectoral que era una liviana armadura tenía la misma suerte que las gafas, esos ojos color café claros y una regularmente larga cabellera algo anaranjada caía lentamente de la cabeza de su rival. Una mujer bastante joven levitaba firme pero debilitada por el último ataque de su adversario; era bastante familiar.
-Mi nombre es Sora, grábatelo niño, no puedo dejarte vivir ahora que viste mi rostro-
