Hola Ustedes!!

Estaba indecisa, sobre publicar estas viñetitas o no, son muy grandes para ser drabbles y muy pequeñas para ser one-shots, las escribí un día despues de terminar el séptimo libro y cuando me dí cuenta eran diez, subiré cinco ahora y si les gustan subiré las otras cinco el siguiente martes.

Espero que les gusten :3


Pasar El Tiempo Juntos

Había tenido un día terrible en la facultad, llovió torrencialmente toda la mañana, hacia un espantoso frio acompañado de neblina húmeda y en el primer cambio de clase tuvo la "suerte" de pisar un profundo charco que se coló de sus zapatos hasta sus pies, para medio día podía sentir ya, el aviso en su nariz de un seguro resfriado. También quiso adelantar el proyecto de la próxima semana, pero este resulto más complicado de lo que pensaba y gasto su hora del almuerzo para terminar, cuando por fin creyó que se había liberado de un poco de trabajo por un par de días, su profesor de la ultima clase decidió que una redacción de dos mil palabras sobre "Las propiedades curativas de la mucosa de dragón" era ideal para completar el punto extra en su calificación. Así que para las dos de la tarde, Hermione estaba cansada, molesta, hambrienta y sus pies mojados producían un gracioso sonido cuando caminaba.

Apenas sonó la campana de salida se levantó como bólido hacia la biblioteca para empezar con su redacción, pero no contaba con que los chicos de primer grado tenían exámenes finales y el edificio estaba a reventar, después de veinte minutos de deambular entre las salas de estudio en la planta baja, encontró una mesa vacía pegada hacia una ventana, se sentó y comprobó resignada porque era la única mesa disponible, el seguro del marco estaba roto y la ventana no cerraba bien, así que una pequeña pero helada corriente de aire se abría paso entre los bordes, provocándole a la castaña un horrible escalofrío en la espalda, diez minutos después resolvió que lo mejor era quitarse la chaqueta y acomodarla junto a la ventana para no dejar pasar el aire, al principio pareció resultar pero su cuerpo resintió rápidamente el cambio de temperatura y paso las siguientes dos horas luchando con sus dedos entumecidos… no podía esperar a que fueran las ocho…

Fue a las tres de la mañana, lo recordaba perfectamente, una estrepitosa tormenta parecía caer justo encima de su cabeza y fuertes rayos y truenos la acompañaron toda la noche, los cristales repiqueteaban por la fuerza de la lluvia, los arboles azotaban sus ramas unos contra otros y la pequeña gotera de la llave de la cocina, parecía hacer más escándalo que una manada de centauros, normalmente esto no le hubiera afectado en lo más mínimo; él dormía como una roca, siempre había tenido el sueño pesado, pero últimamente padecía de un horrible desorden de sueño, no lograba conciliarlo por la noche pero parecía atacarlo a media tarde en los entrenamientos de quidditch cuando no podía darse el lujo de parpadear. La siempre divertida personalidad de Ronald Weasley dependía principalmente de tres cosas: Comer, Dormir y Hermione , así que cuando llegaba a su departamento después de un agotador día en el campo de quidditch, teniendo por único alimento emparedados de: "Lo que sea que no este caducado en la alacena", sin poder dormir aún a pesar de estar terriblemente cansado y lejos de pasar otro día con su novia a causa de los compromisos de ambos, lo hacia tirarse en la cama con unas ganas inmensas de llamar a su mamá.

Había logrado cerrar los ojos un par de horas cuando sonó el reloj, el pelirrojo lo calló de un manotazo y se acomodo boca a bajo para seguir durmiendo, vano fue el intento pues el sueño no regreso y rendido se levanto para darse una ducha. La habitación aún estaba muy oscura así que busco a tientas la silla donde siempre dejaba la toalla, su dedo gordo del pie, fue el primero en encontrarla y Ron solto un fuerte aullido de dolor, gritó todas las palabrotas que se sabía y cojeando entro en el baño. Termino de arreglarse veinte minutos después, pero se llevo una sorpresa al notar que se había tardado mas de lo que debía y que iba muy atrasado para el entrenamiento, llegó con media hora de retraso y eso le costo diez vueltas al enorme campo de quidditch corriendo, estaba molido para cuando le toco entrenar de verdad, le golpearon al menos cuatro bludgers en la cara sin contar las que había recibido en el resto de su cansado cuerpo. El entrenador le grito una hora seguida y lo mando a casa con doscientos galeones menos en su paga… no podía esperar a que fueran las ocho…

Diez minutos para las ocho.

Ron esperaba en una mesa del restaurante "Au Revoir", se revolvía ansioso el cabello y estaba inmerso en una lucha interna para no comerse el pan de cortesía de un solo bocado, miró por ultima vez los recién horneados panecitos y estaba apunto de rendirse cuando la vio llegar… se levantó como un resorte de su silla y la abrazó, un abrazo fuertemente correspondido, ambos habían vivido una pesadilla durante todo el día y tuvieron que contener las ganas de llorar aliviados de estar en los brazos del otro. Se sentaron lo más cerca uno de otro que pudieron y tras un suave beso se dispusieron a olvidar sus problemas.

-¿Cómo estuvo tu día? –preguntaron ambos al unísono y se sonrieron nerviosamente.

-Mejor ordenamos… ¿Sí? –sugirió el pelirrojo sin ánimos de contestar la pregunta.

Los dos jóvenes comieron únicamente acompañados de sus sonrisas, pues estaban tan hambrientos que engullían un bocado tras otro, cerrando los ojos de satisfacción por poder llevarse algo a la boca. Una hora más tarde salieron del restaurante y Ron llevó a la castaña hasta su departamento, no habían podido dejar de besarse en todo el camino, estaban felices de poder estar a solas y ninguno quería empañar el momento hablando sobre su horrible día.

-¿Quieres pasar? –preguntó una renovada Hermione caminando hasta la puerta.

-No, yo… -el pelirrojo bostezo- debo irme, hoy tuve que… bueno, eso no importa…pero no puedo quedarme.

-Por favor, solo un ratito… te extraño mucho…-dijo la castaña sin poder evitar un dejo de tristeza en su voz.

Ron sonrio.

- También te extraño, no sabes cuanto… pero…

-Por favor… -Hermione lo miró como si fuera una niña pequeña, sabía que Ron no le negaba nada a "esa" mirada y también sabía que usarla era "un golpe bajo", pero justo ahora… le necesitaba tanto…

-Bien… pero solo un rato –contestó encantado de que le convenciera.

Ambos entraron al cálido ambiente y se quitaron los abrigos y los zapatos.

Estaban demasiado cansados como para "alguna actividad" que sugiriera "esfuerzo físico", así que sonrientes se acomodaron en el sillón de la pequeña sala para ver televisión…

Diez minutos para las once.

Los dos jóvenes dormían profundamente, Ron incluso roncaba, ni siquiera habían podido prender el televisor…

Hermione se había acurrucado entre los brazos del pelirrojo y descansaba ajena de todo el frío que había sentido en la mañana, olvidándose de su naciente resfriado y envuelta en el aroma de su novio, Ron la abrazaba como si temiera soltarla y por primera vez en dos meses dormía de verdad, sin ruidos, ni tormentas, ni relojes y lo más importante … ella, porque "su ausencia" era la causa más dolorosa de su insomnio, y aunque no hablaran, salieran, o hicieran cualquier otra cosa… era maravilloso pasar el tiempo juntos.