Y ahí estaba Beckett, sentada en su sillón, sin ninguna idea en la mente para escribir su siguiente novela. Acababa de borrar de su vida a Marlyn Klein, su último protagonista de sus novelas de ciencia ficción, en las que Marlyn, un afamado caza tesoros de California, descubría a su paso nuevas curiosidades del mundo, desde la India hasta Zimbabwe. Se había forrado con su protagonista pero decidió acabar con ello deseándole una feliz vida casado.
Beckett se levantó y pensó en qué hacer. Le debía a su exmarido Tom varios capítulos de su próxima novela y aún no tenía en mente ni en que basarla. Se asomó al balcón y disfrutó de la suave brisa otoñal que sacudía su pelo y la despejaba la mente. Siempre que se sentía sin inspiración hacía la misma rutina. Desde el balcón vio a niños jugar en un parque, enamorados besándose en bancos, molestos ruidos del tráfico que ella lograba separar,…
Fue a su cocina, bebió un vaso de agua fría, cogió su abrigo y salió en busca de su inspiración con una libreta y una cámara de fotos en mano.
En el portal, se apoyó en un lateral y contempló lo que tenía a su alrededor, pero nada la llamaba la atención suficiente como para ponerlo en su próxima novela. Pensó en ir a una plaza, pero prefirió ir a su cafetería, a tomar un café en su mesa favorita. Allí escribió varios de los capítulos de sus mejores novelas. Esa cafetería la ha ayudado mucho en su carrera.
Fue a ella con un paso ligero. Dio una patada a una piedra y esta golpeó el gemelo de un hombre que estaba de cuclillas. Se levantó y vio a una joven chica con las manos en la boca.
-Lo siento.- se acercó a él- Lo siento mucho señor.
-Tranquila, señorita- se fijó bien en la chica que tenía delante, la era familiar- Usted me suena, ¿nos conocemos?
-Yo a usted no, pero puede que me conozca de El misterio de Loozy.
-¿Beckett? ¿Kate Beckett?
-Culpable
-Inspector Castle, encantado- la estrecha la mano y la acepta encantada.
-El placer es mío. ¿Estás investigando un caso?- Kate mete las manos en los bolsillos de su abrigo.
-Estamos- un chico más joven que el detective sale detrás de él con una libreta en la mano- Detective Ryan.- Esta vez se adelanta ella y le estrecha la mano antes. Se queda mirando unos segundos a su mano sorprendido a su reacción y acaba estrechándosela también.
-Kate Beckett, y, ¿de qué va el caso?
-Lo siento, Beckett, pero no podemos hablarte del caso, ya sabes, información…
-Sí, entiendo- sacude las manos haciéndole callar- Pero habrá algo que podáis contar y prometo que no se lo contaré a nadie- levanta el meñique esperando a que alguno de los dos le responda con el suyo.
Castle mira a Ryan, preguntándose si habría algo que pudiesen contar y encima a una escritora.
-Debemos contárselo- susurra Ryan- Tiene que ver con sus libros
-Pero corremos el riesgo de que lo publique o que sea mera coincidencia y no tenga nada que ver con los libros- susurra Castle a Ryan tirando de su brazo para alejarle de ella.
-Bueno- dice al final Ryan acercándose de nuevo a la posición anterior- Ya son varios asesinatos, y de una forma muy peculiar.
-¿Cómo de peculiar?- la cara de interesante de Kate llama la atención de Castle que estaba revisando la libreta de Ryan antes de levantar la vista de ella.
-En cada uno de sus libros, señora Beckett, muere una persona- afirmo con la cabeza- Cada uno de nuestros asesinatos es como los de sus libros.
-Interesante- Pone la mano en la barbilla y hace una pausa pensativa- ¿Cuál ha sido el último? ¿El del candelabro o el del extintor? No, el de la televisión…
-Señora Beckett, no debe tomarse esto de forma divertida, acuérdese que estamos ante un cadáver.
-Sí, lo siento- mira en la dirección del cadáver- Lo siento, también.
Ambos la miran juzgándola por lo ocurrido, pero sin decir palabra. Estuvieron más o menos casi una hora haciéndola preguntas que puedan ayudarles a resolver el caso.
-Muchas gracias, señora Beckett, su tiempo ha sido oro- Castle se despide con la mano.
-Espere, inspector- Castle se da la vuelta- Puedo ayudarles con el caso, seguro, y así podría informarme para mi próxima novela.
-Espere, ¿próxima novela?
-Sí, Inspector Castle o Casos Resueltos- dice a la vez que mueve los brazos como anunciando un título.
Castle pone los ojos en blanco y Beckett le sigue. Beckett sigue sugiriéndole formas para ayudarle y a la vez posibles títulos para su próxima novela. Llegan justo a la línea de seguridad donde están los policías y varias personas. Castle pasa pero no se preocupa por ella, ya que sabe lo que pasa.
-Perdone, señora, pero no puede pasar- un policía la para antes de cruzar la línea.
-Voy con él, ¿verdad, inspector Castle?- aumenta la voz porque se está alejando.- ¿Señor Castle? ¡¿Castle?!- Castle se gira y la mira. Está casi tumbada encima del policía que la está sujetando pero no va a durar mucho- Por favor…
Sigue mirándola, pero esta vez a los ojos. Y sus ojos están suplicándole que la deje pasar. Se lo piensa mucho tiempo, tanto tiempo que al final Beckett se baja de encima del policía y se coloca al lado suya. Castle se acerca lentamente a ella, a un paso que la hace eterno e inquietante. Tiene paciencia, pero en este momento la paciencia no está a su favor. A pocos metros de ellos, Castle levanta la mano haciéndole una señal al policía dejándola pasar.
-Gracias, gracias, gracias- levanta ella la cinta y corre a su lado- De veras, gracias.
-La dejo "informarse" de este caso- se miran- Pero a cambio no debe interrumpir en las "tareas de polis".
-Palabra de escritora- Castle pone los ojos en blanco y Beckett sonríe victoriosa.
