Lisbon se cuestiona sobre su relación con Pike. UA.

Los personajes a continuación no me pertenecen (dolor, dolor y más dolor).

El hombre de cabello negro permanece acostado en la misma cama que ella, dormido, ignorando de manera inocente sus pensamientos sobre su relación.

Ella, Teresa Lisbon, no puede evitar dar vueltas y vueltas sobre los últimos meses, últimamente todo es rutina sin sonrisas incluidas; de repente, la idea de que está perdiendo tiempo en una relación no productiva la sofoca, corta su respiración. Toma impulso y se levanta de la cama, necesita una ducha, necesita que el agua fría le ayude a ordenar toda la tormenta de ideas que se cuelgan sin tregua en su cabeza.

El agua fría cayendo sobre su cuerpo la hace sentir mejor por un segundo, pero luego un pensamiento persistente se desliza sutilmente y la golpea, no tiene barreras para negarlo; cierra ambas manos en puños y deja que caer su cabeza hacia adelante, las lágrimas son disfrazadas por el agua que moja su cabello negro y lo pega a su rostro.

Le resulta imposible negar a sí misma que está enamorada de Patrick Jane, y se detesta ante tal signo de debilidad, porque jamás fue la chica que sufre por amor, incluso, una parte de ella está orgullosa de ser quien siempre termina rompiendo corazones; pero esta vez, se siente como si fuera el suyo el que se está quebrando.

Cuando termina de tomar la ducha, se siente cansada y no tarda en empezar a sentir el sueño abordarla, su mente ha jugado demasiado con ella en las últimas semanas. Siente los brazos fuertes y cálidos de Marcus Pike abrazarla, y eso hace que su corazón se encoja un poco, él no merece eso, no merece que ella esté allí con él mientras piensa en otro hombre.

X

A la mañana siguiente escucha a su pareja levantarse y tomar una ducha, se hunde un poco más entre las sábanas y las almohadas; su mente no deja de trabajar, conoce de sobra los siguientes pasos del día, sabe que cuando Marcus termine de vestirse, la levantará con un beso en la frente y mientras ella toma su turno para ducharse, él preparará el desayuno y tenderá la cama.

Su corazón se siente pesado y el malestar se empieza a expandir por toda la habitación, no sabe cuánto tiempo más puede continuar con la misma farsa. Escucha al agente del FBI del departamento de arte robado salir del cuarto de baño, lo escucha buscar su traje en el armario y acercarse a ella cuando está completamente vestido, siente sus labios contra su frente y no puede evitar que una lágrima se escape.

—¿Estás bien? —pregunta el hombre de cabello negro y cuerpo musculoso realmente preocupado mientras sus manos acarician delicadamente sus mejillas.

Ella cierra los ojos y toma aire antes de mentir —Sí —contesta en un susurro —Solo es un dolor de cabeza, creo que me voy a tomar el día libre.

Él asiente, su mano derecha se esconde en el espacio entre su largo cabello y su cuello, se acerca a ella una vez más y esta vez permanece inhalando el aroma de ella más tiempo del que ella quisiera; realmente le duele pensar que puede lastimarlo si terminan, porque en todos los meses juntos, él ha sido muy atento, amable y cariñoso mientras ella lo trata de manera casi fría y desinteresada.

Cierra los ojos y se permite seguir durmiendo en lo que debería ser una cama cálida, pero que se siente tan fría y triste.

Escucha la voz de él en un punto lejano avisándole que el desayuno queda sobre la mesa y que si se sigue sintiendo mal lo llame. Aquello la lastima aún más, porque él no merece que le rompan el corazón dos veces.

Está agotada, agotada de mentirle a Pike, de ignorar sus sentimientos por Jane, y sobre todo de engañarse a sí misma.

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Intenta respirar.

Está cayendo en la oscuridad.

Intenta agarrarse de algo, pero no hay nada.

Jane permanece acostado en su sofá,

Ignorando como siempre el mundo a su alrededor.

Pike la mira lastimado,

Ella no comprende, pero deduce

Y su corazón se rompe, él lo descubrió.

Intenta respirar.

Está cayendo en la oscuridad.

Intenta agarrarse de algo, pero no hay nada.

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—Lisbon. Lisbon. Teresa.

Escucha su apellido y luego su primer nombre, se siente confundida y desorientada; pero siente un leve movimiento en su hombro. Aún sigue con los ojos cerrados, el cansancio la abraza poderosamente. El miedo de la pesadilla continua allí, junto a pequeños vestigios.

Siente una mano en su frente y la voz de él, de Patrick Jane llamar a la ambulancia. No puede abrir los ojos para verificarlo, todo es tan pesado. —Debe ser un sueño —piensa antes de volver a sumergirse en la completa oscuridad e ignorar su alrededor.

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Despierta. Marcus está a su lado tomando su mano y dando pequeños masajes circulares a sus nudillos. Le toma más de un segundo darse cuenta que aquella no es su habitación.

Pike ve el miedo en sus ojos y antes que ella reaccione, habla —Estás en el hospital.

Ella asiente, le da luz verde para que continúe explicando, y él lo hace.

—Jane te trajo. Creo que debes darle las gracias. Estaba muy preocupado por ti. Había llamado a tu celular y no contestabas—su voz es suave, abrazadora —Entonces, fue a la casa, estuvo tocando la puerta y continuabas sin contestar, me llamó —hace una pausa, su voz se quiebra un poco, la preocupación de horas antes continúa en el mismo lugar —le dije el lugar donde estaba la llave de repuesto. Me volvió a llamar, dijo que estabas ardiendo en fiebre y que había llamado a la ambulancia. Cuando llegué aquí, los doctores te estaban revisando, aún no tienen una causa clara y los exámenes de sangre no dicen nada.

—Estoy cansada. Tengo sueño —cierra los ojos.

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Intenta respirar.

Está cayendo en la oscuridad.

Intenta agarrarse de algo, pero no hay nada.

Jane permanece acostado en su sofá,

Ignorando como siempre el mundo a su alrededor.

Pike la mira lastimado,

Ella no comprende, pero deduce

Y su corazón se rompe, él lo descubrió.

Intenta respirar.

Está cayendo en la oscuridad.

Intenta agarrarse de algo, pero no hay nada.

X

—Teresa.

Está vez, al salir de la pesadilla, logra despertar, aún sigue aturdida y sus sentidos no están del todo orientados; pero ahora es capaz de abrir los ojos.

El agente de FBI de cabello oscuro acaricia con una mano su cabello, ella cruza su mirada con él antes que pequeños trozos de su pesadilla la aborden, entonces rompe el contacto visual y mira a un punto más allá. —Tuviste una pesadilla —dice él esperando que ella pueda contar con él para hablar sobre sus temores, pero ella calla y él cambia el tema.

—Posiblemente te den de alta en una hora o dos.

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No es necesario levantarse y cumplir la misma rutina de días anteriores, pero lo hace.

No puede quedarse en cama solo por el agotamiento, si fuera así, entonces lo haría todos los días.

Camino al trabajo se obliga a concentrarse en el tráfico que hay.

Ese día, las cosas son normales: no hay caso, así que hay que llenar papeles, siempre es lo uno o lo otro. El día avanza, evita conscientemente a Jane, sabe que debe dar las gracias, pero al ser él, sus pensamientos y su cuerpo se bloquean. No puede seguir cerca de Jane, no más, porque cada vez es más doloroso, porque cada vez que está a lado de él, debe recordarse que ella es pareja de Pike.

Él la sorprende en la sala de descanso; su traje de tres piezas, sus rizos rubios y desordenados, todo en él le atrae.

Ella se bloquea, no puede respirar, no puede seguir a lado de él sin que su mente empiece a imaginar toda una vida en donde los dos están juntos.

—Llevas sin reír mucho tiempo. Eso mata. La infelicidad mata. —se sorprende de escucharlo, no le sorprende su intromisión, pero sí que rompa el silencio, al menos últimamente, ambos han evitado hablarse.

—No soy infeliz. —contesta casi demasiado a prisa, enviando señales inconscientes al rubio de todo lo que va mal.

—Estoy seguro que no eres feliz. O eres feliz o eres infeliz, no hay nada más.

Sus palabras la hacen querer golpearlo, ¿por qué siempre tienen que tener la razón?

Él rompe las barreras imaginarias de espacio personal, la abraza y presiona delicadamente su cabeza contra su hombro pasando una mano detrás de sus hombros y la otra en su cabello. Él siente la humedad de sus lágrimas caer por su rostro y las de ella penetrando en su traje. Tiene que tomar valor, tiene que hacerlo ahora; pero al querer hablar, sus palabras se cierran en un nudo que le dificulta incluso respirar.

Respira. Inhala, exhala.

—Te amo —susurra tan alto como puede.

Ella queda paralizada, no sabe si lo que acaba de oír es real o solo forma parte del espectro de algún fantasma, pero Jane repite sus palabras y entonces está segura de que es real, de que el sentimiento es bidireccional y de que no se imagina seguir viviendo sin él.

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Le importa Pike, no se merece que lo lastime; pero continuar una relación de sentimientos unidireccionales es mucho más doloroso.

Ta. Da.

Ni idea de dónde salió esto.

Sé que debería continuar con las historias largas empezadas, pero la universidad realmente me abruma y escribir (y publicar y recibir mensajes acarician mi ego) me hace sentir bien.

¡Un caballo, un caballo, mi reino por un caballo! Shakespeare.

No sé, creo que esto nace del sentimiento de que Lisbon en la Temporada 6 se encuentra entre barreras en su relación. Sé lo que es estar allí, quizá por ello siento que esta narración pudo haber sido más fluida.

Espero que disfruten, no se olviden de dejar sus comentarios y añadir a sus favoritos. Besos.

PD: Si alguien del fandom Romanogers lee esto, quiero que sepa dos cosas: 1. Lamento tener abandonado al fandom; 2. Regresaré con un one shot o drabble que se está solidificando.