Disclaimer: Solamente la trama, muchachas, ya lo saben.

Claim: Riley/Seth —muajajá

Advertencias: Eso no se dice, es como spoilear D: El rated y el claim deberían decirte lo suficiente.

Notas: Para el reto Parejas Retorcidas & Co, del foro LOL. Enjoy, ppl.

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Beast


Crack. Algo se rompió.

Él trata de no gritar, pero aquel chupasangre solamente podía provocarlo de aquella manera.

Otro crack cuando Riley retuerce su pata color arena.

El Quileute se asegura entonces de que lo que ha producido el crack sordo y fuerte es uno de los huesos de su pata, y ante tal descubrimiento deja escapar un gemido.

El vampiro sonríe.

— Débil. Debí suponerlo. Que desperdicio que esa carne no sirva para nada.

El tono despectivo golpea a Seth incluso más fuerte que los golpes y retorcijones. Golpea su orgullo como lobo. Y Seth no lo permite.

Ignora el dolor, porque ya está desapareciendo rápidamente, y encara al frío. Unos segundos antes, podía estar seguro de que le arrancaría la cabeza del cuerpo y la lanzaría a metros y metros de allí, pero al verlo en ese segundo, desde sus ojos lobunos, frena cualquier cosa que su cuerpo hubiese planeado antes. Estúpidamente, lo único que hizo fue darse el lujo de observar a su enemigo. Algo en su interior se remueve, con un silbido gutural.

Y como imbécil, cambió a su forma humana. No sabía el por qué.

(O quizá si. Quizá era porque los labios de Riley curvados en aquella sonrisa de autosuficiencia prometían más que aquel simple gesto. Quizá las manos del vampiro pretendían más que agarrar y destruir su cuerpo. Quizá Riley no quería deshacerse de él).

Tampoco quería saberlo.

Actuó incoscientemente cuando, al ver que el frío avanzaba a su posición, no retrocedió ni volvió a su forma de lobo. También actuó inconscientemente cuando sintió las manos del vampiro en sus caderas desnudas y terminó de acortar la distancia.

Un choque de labios feroces, que luchaban y devoraban. Que prometían algo que no podían dar para siempre y que tomaban lo que no debían. Dos pares de manos que jugaban a explorar lo que en cierto modo ya conocían, que descubrían aquel calor y frío alternado, que quitaban jadeos y suspiros y que nublaban la mente.

Seth se permitió ser irracional, dejando de lado por una vez las leyendas y llevándose por la nada, por el otro. Riley actuó como siempre, siendo rebelde, desconsiderado y sin importarle nada de nada.

Algunas hojas se movían y crujían bajo el cuerpo del muchacho, mientras el otro embestía cada vez más fuerte.

Los dos rasguñaban, arañaban, mordían y gruñían. Dejaban escapar aquel animal interno (el cual no estaba muy oculto), liberándolo, permitiéndole gritar, morder y desgarrar todo. Dejándolo dominar en aquel momento.

Un nuevo crack, pero esta vez resonó dentro de Seth.

Nublando todo y dejándolo inmóvil por minutos. Y la bestia se soltó y arrasó con todo vestigio de cordura (llevándolos a un mar de perdición que era mucho más que adictivo). Aquella bestia que pedía a gritos ser liberada desde el día en que cambió a lobo.