"¡Niiiick!¡Más despacio! ¿De dónde sacas tanta energía?" Maya se queja detrás de mí, tropezándose mientras trata de alcanzarme.
"Dios Maya, no sé. Quizá si le bajaras a las hamburguesas, serias capaz de alcanzarme." Brome, sonriendo. Maya me saca la lengua.
"¿De todas formas, por qué la casa del Sr. Edgeworth tiene que estar tan lejos de las paradas de autobús? Sabes Nick, deberías conseguir un auto." Maya se queja en medio de resoplos. No la puedo culpar, hemos estado caminando por lo que se siente como una hora, y aparte ésta haciendo calor.
"Empiezo a creer que la casa de Edgeworth ésta alejada de todo. ¿Cuándo fue la vez que vimos la casa del uno y del otro? Puede que no pudiera con la idea de tener vecinos, así que se consiguió una casa en el lugar más alejado que pudo encontrar." Remarque. "Como sea, ésta al frente. Sera mejor que tenga una buena razón para llamarnos con este calor."
"Pero tienes que admitirlo, Nick. Es algo emocionante." Maya exclamo. "¿Cuándo fue la última vez que el Sr. Edgeworth nos llamó de la nada? ¡Ni siquiera nos quiso decir que pasaba! ¡Es como un secreto! ¿Puede que sea una fiesta sorpresa? ¿Nick, es tu cumpleaños?"
"No, Maya, mi cumpleaños no será sino hasta unos meses." Suspiro, un tanto exasperado. Nos detuvimos en frente de la puerta. Déjale a Edgeworth tener una de las mejores casas de la ciudad. ¿De todas formas, cuánto se ésta ganado como fiscal? Ni siquiera he visto el interior, pero solo con ver el exterior de la mansión de Edgeworth, me doy cuenta de que le están pagando demasiado. Hace que mi ya no tan bonito apartamento parezca un basurero. Ignoro mi envidia y me volteo hacia Maya.
Ella se voltea hacia mí. "¿Qué pasa Nick?"
"Ah…"
¡Vamos, hazlo ahora! ¡Dile cómo te sientes!
Me he estado sujetando a la idea desde hace semanas. ¿Le digo o no le digo? Al principio trate de decirme a mí mismo que no debería. Ella es la hermana menor de Mia, ella es mucho más joven que yo, y ella se supone que es mi asistenta, no había forma de que pudiera esperar de que ella se sintiera de la misma manera que yo. Pero eventualmente me di cuenta de que Maya importa mucho en mi vida, y no había forma de que pudiera dejarlo todo y solo ser su amigo sin siquiera intentarlo.
Recibí una epifanía hace unos días. Y desde ese entonces decidí que tenía que decirle como me sentía.
Al principio pensé que sería fácil. Solo tendría que caminar hacia ella, agarrarla de la cintura, besarla, y susurrar "Maya te amo". Pero pronto me di cuenta de que no sería tan fácil. Cada que trataba de decirle algo, ella siempre estaba muy ocupada con el algo de Samurái de acero, o hamburguesas, o… cualquier cosa, de verdad. Necesito la atención indivisible de Maya, pero cada que trato de confesarme algo más está en su cabeza, o algo en el camino, O mi elección de tiempo ésta mal. Ya pasaron tres días, y no estoy nada más cerca de decirle como me siento a como estaba antes…
Maya se saca de mis pensamientos. "¡Vamos, Nick! ¡Tenemos que irnos, así que date prisa!"
Suspire. El momento equivocado, otra vez. "Olvídalo, te digo después. Vamos a ver que se trae Edgeworth entre manos." Toque el timbre y unos momentos después Edgeworht sale de la puerta.
"Wright" Él dice, con su lúgubre voz presente. "Llegas tarde."
"¡Pues perdón! ¡No es nuestra culpa que tu casa este tan alejada de la parada!" Retruque.
Una sonrisa aparece en la cara de Edgeworth. "Entonces deberías considerar un nuevo método de transporte. Como sea, no importa. Entren, los invitados que tuvieron la decencia de llegar a tiempo han estado esperando por un tiempo."
Irritado pero también desesperado para salirme del sol, seguí a Edgeworth adentro, Maya me siguió por detrás. Adentro nos encontramos con Gumshoe, Franziska, una chica la cual presumo es la asistenta de la cual Edgeworth me ha hablado (May, creo que ese era su nombre.) y… ¿Larry? ¿Qué es lo que se trae entre manos?
"¿Ah, Edgeworth, qué ésta pasando aquí?" Pregunte dudoso.
"Bien, ahora bien. Recuerda tus modales. No creo que hayas tenido el placer de conocer mí, am, asistenta en persona. ¿No es así?" Edgeworht me reprende. Apunto a la dirección de su empleada.
"Phoenix Wright," Dije, estirando mi mano. Ella la sacude y responde con "Kay Faraday."
Maya saluda a la asistenta de Edgeworth con su entusiasmo de siempre, agitando su mano en el aire y diciendo. "¡Hola, soy Maya!"
Edgeworth se aclara la garganta. "Bien, ya que están todos aquí, diré los asuntos concernientes. Como todos ustedes sabrán, mi nuevo auto será importado pronto…"
Ngh. Claro que sabemos. Es todo lo que él ha estado diciendo las últimas semanas. 'Es mucho más elegante que el que tengo ahora. También rinde mucho más' Lo juro, si solo nos trajo aquí para regodearse…
"… y por ende, ya no tengo uso para mi viejo auto. Así que, por la bondad de mi corazón, he decidido dárselo a uno de ustedes." Edgeworth concluye.
Casi como se lo esperaba, todos los invitados gritaron "¡¿QUÉ?!" Por el anuncio de Edgeworth.
"Espera, un momento. ¿Así no más vas a darle a uno de nosotros tu auto? No es que quiera sonar mal agradecido ni nada, pero ¿Por qué simplemente no lo vendes?" Pregunte, incrédulo.
"Wright, no creo que hagas mucho dinero con tu negocio, pero te aseguro que puedo llevar mi vida sin la necesidad de la pequeña cantidad de dinero que recibiré por vender este auto. Además, estaforma será mucho más entretenido para mí." Edgeworth sonríe.
"¿Perdón, 'esta forma'? ¿Qué forma? ¿De que estas habland-"
Edgeworth se aclaró la garganta. "Si me dejas terminar, Wright. MI asistenta Kay me propuso una idea para decidir quien debería recibir el auto. Ustedes pasarán por una serie de pruebas desafiantes para decidir quien es más capaz de recibir el auto. Aquellos que participen de la peor forma serán eliminados, y al final solo un triunfador saldrá victorioso. Él o ella que completen estas pruebas con éxito serán recompensados con el auto. ¿Muy bien, hay alguien aquí que no desee el auto?"
Mire alrededor del cuarto. Nadie dice nada.
"¡Excelente!" Edgeworth sornrie. "Estoy ansioso por verlos humillarse a sí mismos. La primera prueba empieza mañana, espero verlos en Gatewater Land a las doce en puntos. Y no se tarden, Wright."
"¡Oh por dios, Nick! ¡Esto es perfecto! ¡Necesitas ese auto!" Maya chilla mientras nos vamos de la casa de Edgeworth y nos embarcamos en un largo hacia la parada de autobús.
"¿Ah, por qué? Maya, ni si quiera tengo un carnet de conducir." Le recordé.
"¡Ya sé, pero siempre puedes conseguir uno! Lo necesitas, ¿Bien? De esa manera puedes… ¡Puedes llevarme por hamburguesas cuando quiera!" Maya sonríe, aunque hay algo raro con la forma en la que ésta sonriendo.
"¿Qué no es eso lo que hago?" Suspire.
"¡Pues sí, pero ahora será más rápido! ¿Cómo sea, de qué querías hablarme antes?" Ella pregunto.
"Bueno… Yo… lo que quería decirte era-"
"¡PHOENIX WRIGHT!" Escuche una voz y un latigazo muy familiar, y de repente estoy en el suelo y mi cabeza ésta palpitando.
"¿Y-y eso a que vino?" Le grite al demonio de pelos azules en frente de mí.
"Por ninguna razón," Franziska responde casualmente, enrollando su látigo en su mano, "Solo quería llamar tu atención."
Me puse de pie, tallando mi cabeza. "¿Por qué estas si quiera en esta competencia? ¿Qué no puedes simplemente comprarte un auto?"
Parece que hice la pregunta equivocada, porque Franziska empezó a latiguearme en un parpadeo. Para este punto Maya decidió ocultarse detrás de árbol cercano. Hay va eso de decirle como me siento.
"¡Estúpidamente estúpido estúpido! ¡Claro que puedo comprarme un auto! Solo me uní a esta competencia para hacerte a ti y a ese inspector cutre retorcerse de dolor." Franziska sonrío. "Prepárate para ser aplastado mañana, Phoenix Wright."
Esa mujer tiene serios problemas. Pensé para mí mismo mientras la escucho alejarse, dejándome en paz.
"¡Nick! ¿Estás bien?" Maya me llama mientras me levanto del suelo.
"Creo… creo que tengo una contusión." Respondí siendo un tanto melodramático.
"¡Vamos, Nick! ¡Así hablan los pesimistas! ¡Estoy segura que estarás bien! Eres Phoenix Wright, después de todo." Maya se dirige hacia mí y me abraza en un intento por hacerme sentir mejor. Funciona; el solo hecho de tener a Maya así de cerca ésta haciendo que el dolor se vaya.
"Gracias, Maya." Le dije a Maya.
Ella se aleja, sonriendo. "¡Pues vamos, tenemos que ir a casa a entrenar!"
"¿Entrenar? ¿Para qué?" Pregunte mientras ella me arrastra.
"¡Para la competencia, tontín! ¡Si queremos vengarnos de Franziska, tenemos que patearle el trasero mañana!" Maya hablo mientras tenia fuego en sus ojos, la cual sucede que es la mirada que tiene cada piensa en algo alocado.
Hay no. ¿En qué me he metido?
