Explicaciones:
1) Este fic está ambientado en el universo de Ruleta.
2) La historia me eligió a mí. Las chicas del topic Yamakari lo vieron venir, pero yo fui la última en darse cuenta. Debía escribirlo. El fic me llamó desde el momento en el que LeCielVAN compartió con nosotras la canción Unintended de Muse y yo imaginé el head-canon perfecto para ellos dos. Terminé siendo retada por ella y aquí vengo a cumplir con lo prometido. Casi está de sobra decir que debía basarme en dicha canción para este reto.
Muchas gracias a las chicas del topic Yamakari del Foro Proyecto 1-8 por animarme a relatar esta historia. Espero, sinceramente, que les guste :D
Introducción
Habían ocurrido montones de cosas durante los últimos nueve años.
Hikari y Takeru habían comenzado a salir a sus catorce, cuando cursaban segundo de secundaria. Tuvieron una relación muy sana y feliz, vivieron montones de cosas bellas, pero, con el tiempo, Hikari se dio cuenta de que habían cambiado mucho como personas y de que Takeru no era el hombre que ella estaba buscando para compartir su vida, que estar a su lado no la llenaba ni compensaba. Y decidió terminar.
Takeru fue quien acabó más herido, por lo cual le pidió que se mantuvieran un tiempo alejados para poder reponerse. Hikari aceptó aquello, siendo consciente de que lo mejor que podía hacer era dejarlo ir.
Un año después de la ruptura, teniendo ambos veintiuno, retomaron el contacto y volvieron a ser muy buenos amigos, y lo siguen siendo hasta el día de hoy.
El menor de los hermanos Ishida-Takaishi estaba finalizando su carrera: literatura. Sus profesores lo adoraban y varios de sus compañeros lo envidiaban a muerte, porque Takeru resultó ser el alumno más destacado de su generación, y es que sus escritos desbordaban genialidad.
Taichi era diplomático y trabajaba en la embajada de Japón en Francia. Estaba casado con Catherine Deneuve y de vez en cuando visitaba su tierra natal para reunirse con su familia y amigos.
Iori estudiaba derecho y tenía un noviazgo con Kurata Keiko, quien era egresada de artes.
Daisuke era la pareja de Kawada Noriko. A todo el grupo de elegidos iniciales aún le costaba trabajo creer que habían mantenido una relación estable desde sus aproximadamente quince años hasta sus actuales veintidós y veintitrés, con sus altibajos y todo, pero siempre muy unidos. En la actualidad se hallaban viajando por Estados Unidos junto a sus respectivos compañeros digimon.
Jun estaba casada con Shuu, el mayor de los hermanos Kido. Tenían ya dos hijos y pretendían engendrar uno más antes de "cerrar la fábrica".
Miyako había terminado con Jou cuando ella tenía diecisiete, y él, diecinueve. Inoue le dijo que no era feliz en una relación donde apenas tenían tiempo para verse. Quedaron muy dolidos, a pesar de que asumían que ninguno había tenido la culpa de nada y que aquello que los separó fueron las circunstancias.
Ahora, a sus veinticuatro años, Miyako estaba casada con Ken y eran los orgullosos padres de una hija a la cual llamaron Karen.
Ken había comenzado a trabajar como profesor de filosofía en una prestigiosa universidad.
Jou tuvo un par de novias a lo largo de su carrera. La primera fue una compañera un año menor que él, y la segunda, Yamaguchi Nana, una estudiante de enfermería que fue su compañera de clases durante la secundaria. Con ninguna de ellas funcionó la relación.
Un buen día, Jou fue invitado por Mimi al departamento que en ese entonces compartía con Sora. Estando ambas solteras y siendo tan buenas amigas, decidieron que vivir juntas les convendría para compartir gastos y no sentirse solas. Y a partir del día en que Kido las visitó, la relación de los tres se hizo mucho más cercana que antes, al punto de que Sora y Jou acabaron enamorándose el uno del otro.
Ahora mismo, su proyecto como pareja era casarse, mudarse a una casa cercana al barrio Shiodome y formar allí una familia. Solo estaban esperando a que Jou terminara su magíster para concretar el asunto.
Mimi y Koushiro, cuando tenían diecisiete años, fueron novios durante diez meses en total —en medio, incluso, rompieron, y tiempo después se reconciliaron y volvieron—, pero acabaron peleados al final. Se querían muchísimo, sin embargo, eran muy inmaduros a nivel emocional y sus diferencias los terminaron separando.
Más tarde, Mimi tuvo uno que otro novio ocasional hasta que se fijó en Yamato, con el cual duraron poco más de seis meses. La relación, que fue inestable desde el comienzo, se terminó el día en que él le puso los cuernos en una fiesta con una total desconocida. Mimi lo detestó por ello al punto de guardarle resentimiento durante una larga temporada. Después de aquel incidente no quería verlo ni en pintura ni respirar su mismo aire, siquiera.
Un par de meses más tarde, a raíz de un encuentro casual dentro del vagón de un tren bala, Koushiro y ella volvieron a charlar como antes, y al poco descubrieron que nunca habían dejado de estar enamorados. Entonces, decidieron volver. Su relación ya no era conflictiva ni caótica, de hecho, se llevaban mejor que nunca.
Koushiro ejercía como ingeniero en informática y trabajaba tanto para Japón como para otros países. Era una de las mentes más solicitadas por las empresas de computación.
Y en el último lugar de este resumen se ubica la historia de Yamato. Teniendo veintiséis, casi un año después de la ruptura con Mimi, el famoso Ishida Yamato había regresado a Japón tras hacer su última gira mundial como músico antes de separarse de su banda y retirarse para siempre de aquel mundo que, si bien alguna vez fue su mayor sueño, se había convertido en una de sus peores pesadillas.
Sintiéndose derrotado y fracasado, se hundió en una depresión. A raíz de esto, y por primera vez en su vida, Yamato consideró la opción de ir a terapia, y, finalmente, comenzó a ir con una psicóloga y un psiquiatra. Sora, que seguía siendo una muy buena amiga suya, y siendo también una terapeuta, se ofreció a apoyarlo con flores de Bach. Yamato no creía mucho en esas cosas, pero aceptó. Poco a poco fue notando que la medicación alópata sumada a las conversaciones con la psicóloga y al efecto de las gotas de aquel frasquito color ámbar le iban regresando la claridad mental que perdió tras haberse sumido en un mundo de traumas y tormentos pasados, los cuales no había conseguido superar, a pesar de que creía que sí, que era agua pasada y que no tenía más remedio que salir adelante.
Yamato siempre se creyó más fuerte de lo que era en realidad, ignorando que en el interior de su coraza se escondía un hombre sumamente sensible y vulnerable.
De él trata esta historia.
De él… y de la chica de quien posteriormente se enamoró.
