Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.K Rowling, Scholastic,
Warner Bros., etc. Yo no utilizo los personajes para ganar dinero, sino
como simple diversión.
....
Un niño de cuatro años lanzó un grito de dolor cuando recibió el impacto de la pared contra su espalda. Lágrimas corrían por sus mejillas y el miedo que se reflejaba en sus ojos era algo indescriptible. El niño era pequeño, demasiado pequeño para tener cuatro años, tan sólo parecía de dos. Ocupaba ropa usada, demasiado grande para él. Su pelo era negro azabache y caía en todas direcciones. Sus ojos, verde esmeralda, brillaban, a causa de las lágrimas, detrás de unos anteojos redondos. Quizás lo más singular de él, y una de las grandes causas de porqué la familia Dursley lo detestaba, era aquella cicatriz en forma de rayo que tenía en la frente. Un hombre enorme, y con su rostro morado por la rabia, lo miró con desprecio e ira y le gritó: - TE VAS, AHORA. FUERA. MALDITO ANORMAL, YA TE SOPORTÉ DEMASIADO. NO SÉ PORQUE TE ACEPTÉ EN MI CASA DESDE EL PRINCIPIO SABIENDO LO QUE "ERAN" TUS PADRES.- Vernon Dursley lo pateó por última vez, lo agarró de su pequeño y frágil cuello, abrió la puerta de su casa, el número cuatro de Privet Drive y lo lanzó a la vereda.
Harry Potter sintió el dolor, mezclado con una extraña energía que lo envolvió para hacerlo desaparecer de Privet Drive. Una vecina, miró todo desde la ventana y con urgencia y angustia, deseó tener una lechuza en su poder, no teniéndola tan sólo comenzó a esperar que un hombre, llamado Albus Dumbledore, le escribiera pronto.
Harry se despertó al sentir los rayos del sol en su rostro. Lentamente se sentó y miró a su alrededor. Se encontraba en un bosque.
-¿ Cómo llegué aquí? Que yo recuerdo en Privet Drive no hay bosques
Estuvo todo el día quieto bajo un árbol, pensando en como había terminado en ese lugar. Cuando anochecía, sintió unos ruidos detrás de él , y con miedo se dio vuelta. Era una rata, gris, con ojos brillantes y pequeños. Harry se fijó en l animal y notó que le faltaba un dedo. Se acercó a ella y la tomó.
- ¿También estás sola? Apuesto a que a ti tampoco te quieren. Mi nombre es Harry, Harry Potter. Vamos acompáñame. Por cierto ¿Cómo te llamaré? ¡Ya sé! Wormtail, Colagusano. Ese nombre será perfecto.
Una ráfaga de viento hizo que Harry temblara. Vio a su alrededor y a lo lejos pudo observar una luz. Comenzó a acercarse a ella y pronto pudo ver una cueva, iluminada por una fogata. La rata, comenzó a chillar y se escapó de las manos de Harry. Los ojos se le nublaron por unas lágrimas que amenazaban con salir.
- Veo que tampoco te agradé, lo entiendo, jamás tuve amigos, y creo que jamás los tendré.
Comenzó a caminar, arrastrando los pies hacia la cueva. Pensó que quizás, fuera quien fuera el que estuviera ahí, le podría dar algo de alimento ya que se moría de hambre.
Al llegar pudo ver a un hombre que estaba sentado junto al fuego. Tenía largo cabello, de color negro, y le llegaba hasta la altura de los hombros. Tenía una barba de varios días y se notaba que no había tenido una comida decente en años. La piel estaba de un color amarillento y su cara parecía la de una calavera. Si no hubiera sido por unos ojos azules que brillaban con el fuego, Harry hubiera pensado que estaba muerto. Con algo de temor quiso huir de ahí, pero cuando retrocedía pisó una rama, la cual se quebró. El hombre levantó la vista asustado. Al ver a aquel pequeño ahí se tranquilizó un poco, pero no dejó de estar alerta.
- ¿Quién eres pequeño? ¿Qué haces aquí sólo, y de noche? ¿Te perdiste?- La voz sonaba algo ronca, al parecer no había hablado en mucho tiempo.
- Lo...lo que sucede es que mi tío me echó de su casa y extrañamente terminé en este lugar.
- ¿Te echó de su casa?
-Asi es, no le agradaba a nadie, por lo tanto creo que tuvo razón al sacarme de ahí.
- Pero, y tus padres...¿qué sucedió con ellos? - Ellos murieron cuando tenía un año.
El rostro del hombre se mostró ligeramente sorprendido y dolido, como si hubiera recordado algo a través de ese niño. Además le parecía muy familiar.
- ¿ Cu...Cuál es...tu nombre?- le preguntó, no muy seguro de qué era lo que iba a escuchar de ese pequeño niño.
- No lo conozco señor...no debería decirle mi nombre...
Se sorprendió, nunca había conocido a un niño tan educado, y hace mucho tiempo no lo trataban con tal respeto. Sonrió ligeramente y con algo de temor le respondió
- Pues mi nombre es Sirius Black.
- Mi nombre es Harry, Harry Potter.
Sirius se quedó paralizado. Su rostro se entristeció, se acercó a Harry lentamente. Éste, dada la continuidad de golpes que había recibido, a pesar de su tan corta edad, dio un paso hacia atrás y se puso en actitud defensiva. Sirius notó esto.
- Tranquilo, no te voy a hacer daño alguno. Yo...yo conocí a tus padres...y también te conocí a ti, cuando eras más pequeño. Aunque dudo que te acuerdes de mí. Soy Padfoot.
Harry repentinamente tembló ante ese nombre.
-¿ Ti...Tío Padfoot?
- Sí Harry, soy yo. Ya estoy aquí, no te preocupes.-
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Un niño de cuatro años lanzó un grito de dolor cuando recibió el impacto de la pared contra su espalda. Lágrimas corrían por sus mejillas y el miedo que se reflejaba en sus ojos era algo indescriptible. El niño era pequeño, demasiado pequeño para tener cuatro años, tan sólo parecía de dos. Ocupaba ropa usada, demasiado grande para él. Su pelo era negro azabache y caía en todas direcciones. Sus ojos, verde esmeralda, brillaban, a causa de las lágrimas, detrás de unos anteojos redondos. Quizás lo más singular de él, y una de las grandes causas de porqué la familia Dursley lo detestaba, era aquella cicatriz en forma de rayo que tenía en la frente. Un hombre enorme, y con su rostro morado por la rabia, lo miró con desprecio e ira y le gritó: - TE VAS, AHORA. FUERA. MALDITO ANORMAL, YA TE SOPORTÉ DEMASIADO. NO SÉ PORQUE TE ACEPTÉ EN MI CASA DESDE EL PRINCIPIO SABIENDO LO QUE "ERAN" TUS PADRES.- Vernon Dursley lo pateó por última vez, lo agarró de su pequeño y frágil cuello, abrió la puerta de su casa, el número cuatro de Privet Drive y lo lanzó a la vereda.
Harry Potter sintió el dolor, mezclado con una extraña energía que lo envolvió para hacerlo desaparecer de Privet Drive. Una vecina, miró todo desde la ventana y con urgencia y angustia, deseó tener una lechuza en su poder, no teniéndola tan sólo comenzó a esperar que un hombre, llamado Albus Dumbledore, le escribiera pronto.
Harry se despertó al sentir los rayos del sol en su rostro. Lentamente se sentó y miró a su alrededor. Se encontraba en un bosque.
-¿ Cómo llegué aquí? Que yo recuerdo en Privet Drive no hay bosques
Estuvo todo el día quieto bajo un árbol, pensando en como había terminado en ese lugar. Cuando anochecía, sintió unos ruidos detrás de él , y con miedo se dio vuelta. Era una rata, gris, con ojos brillantes y pequeños. Harry se fijó en l animal y notó que le faltaba un dedo. Se acercó a ella y la tomó.
- ¿También estás sola? Apuesto a que a ti tampoco te quieren. Mi nombre es Harry, Harry Potter. Vamos acompáñame. Por cierto ¿Cómo te llamaré? ¡Ya sé! Wormtail, Colagusano. Ese nombre será perfecto.
Una ráfaga de viento hizo que Harry temblara. Vio a su alrededor y a lo lejos pudo observar una luz. Comenzó a acercarse a ella y pronto pudo ver una cueva, iluminada por una fogata. La rata, comenzó a chillar y se escapó de las manos de Harry. Los ojos se le nublaron por unas lágrimas que amenazaban con salir.
- Veo que tampoco te agradé, lo entiendo, jamás tuve amigos, y creo que jamás los tendré.
Comenzó a caminar, arrastrando los pies hacia la cueva. Pensó que quizás, fuera quien fuera el que estuviera ahí, le podría dar algo de alimento ya que se moría de hambre.
Al llegar pudo ver a un hombre que estaba sentado junto al fuego. Tenía largo cabello, de color negro, y le llegaba hasta la altura de los hombros. Tenía una barba de varios días y se notaba que no había tenido una comida decente en años. La piel estaba de un color amarillento y su cara parecía la de una calavera. Si no hubiera sido por unos ojos azules que brillaban con el fuego, Harry hubiera pensado que estaba muerto. Con algo de temor quiso huir de ahí, pero cuando retrocedía pisó una rama, la cual se quebró. El hombre levantó la vista asustado. Al ver a aquel pequeño ahí se tranquilizó un poco, pero no dejó de estar alerta.
- ¿Quién eres pequeño? ¿Qué haces aquí sólo, y de noche? ¿Te perdiste?- La voz sonaba algo ronca, al parecer no había hablado en mucho tiempo.
- Lo...lo que sucede es que mi tío me echó de su casa y extrañamente terminé en este lugar.
- ¿Te echó de su casa?
-Asi es, no le agradaba a nadie, por lo tanto creo que tuvo razón al sacarme de ahí.
- Pero, y tus padres...¿qué sucedió con ellos? - Ellos murieron cuando tenía un año.
El rostro del hombre se mostró ligeramente sorprendido y dolido, como si hubiera recordado algo a través de ese niño. Además le parecía muy familiar.
- ¿ Cu...Cuál es...tu nombre?- le preguntó, no muy seguro de qué era lo que iba a escuchar de ese pequeño niño.
- No lo conozco señor...no debería decirle mi nombre...
Se sorprendió, nunca había conocido a un niño tan educado, y hace mucho tiempo no lo trataban con tal respeto. Sonrió ligeramente y con algo de temor le respondió
- Pues mi nombre es Sirius Black.
- Mi nombre es Harry, Harry Potter.
Sirius se quedó paralizado. Su rostro se entristeció, se acercó a Harry lentamente. Éste, dada la continuidad de golpes que había recibido, a pesar de su tan corta edad, dio un paso hacia atrás y se puso en actitud defensiva. Sirius notó esto.
- Tranquilo, no te voy a hacer daño alguno. Yo...yo conocí a tus padres...y también te conocí a ti, cuando eras más pequeño. Aunque dudo que te acuerdes de mí. Soy Padfoot.
Harry repentinamente tembló ante ese nombre.
-¿ Ti...Tío Padfoot?
- Sí Harry, soy yo. Ya estoy aquí, no te preocupes.-
