El Pasar de los Años
Por: Lovely-chan
|
Pasado los años de que Candy supo finalmente quién era el abuelo Wiliams, luego de recuperar su empleo como enfermera con la ayuda de Albert y de haberse ido a vivir a la mansión de los Andley junto con él. Terry volvió a NY y regresa con Susana, pero Terry aún no había accedido a casarse con ella aunque la cuidaba como había prometido. El seguía su vida de actor, que por cierto había adquirido gran fama y Susana le ayudaba a ensayar cada una de sus obras. Ella seguía enamorada perdidamente de Terry, pero aún no conseguía ganarse su amor de hombre; aunque por otro lado ella tenía un secreto oculto el cual no quería nadie supiera. Susana Marlowe era felíz por tener a Terry a su lado e infeliz al no tener su amor. Esta espera la martirizaba al punto de ya no tener ilusión alguna de lograr su deseo. Lo único que la ilusionaba, sin querer ella admitirlo, era este secreto que tenía. Aunque Terry nunca le había hecho un desprecio ni la había tratado de mala forma, ella no era felíz con su forma de ser. No había pasión en su mirada, no encontraba ella la protección que ella necesitaba a pesar de que él siempre estaba a su lado para lo que necesitara. Lo peor era que ella sabía que todo lo que hacía no era por amor, si no por agradecimiento, obligación y culpa. Susana, como cualquier mujer, deseaba ser amada plenamente por ser ella, no por cumplimientos ni formalidades. Susana deseaba un amor verdadero, no una ilusión de amor; ya no podía vivir con la esperanza de que un espejismo se convirtiera en realidad. Susana: Otro día más y una noche más con el mismo sueño...quién serás? Quisiera verle.*pensando:Un beso así sin duda me haría hasta volver a caminar...* Terry: Buenos días Susana en qué piensas? S: En nada Terry, solo pensaba en que hacer hoy. Desayunastes? T: No, no tengo hambre. Quieres tomar algo? Si quieres te acompaño y así de una vez ensayamos mis líneas. S: Esta bien, llévame al jardín por favor. T: Vamos pequeña.*Alzandola en sus brazos* Creo que te hará bien el desayuno, cada día estás más delgada. No quiero te vayas a enfermar. S: (pensando) *Ojalá realmente te importase mi bienestar. Por qué nunca me has besado? Por qué nunca has querido casarte conmigo? Y por qué nunca me has logrado amar? Es que aún piensas en ella?* T: Qué te ocurre Susana, de repente te has puesto pálida? S: Estoy bien, sólo un poco cansada por tanto reposar en la cama. Hoy quisiera ir contigo al ensayo, me llevas? T: No lo sé, creo que no deberías ir, son muchas horas y no podré estar a tu lado todo el tiempo. Si te faltara algo? Por lo menos aquí tienes a Diana y a Sam para cuidarte. S: No importa, prometo no molestar. Estoy cansada de estar aquí, al menos allí recuerdo los tiempos en que tú y yo actuabamos juntos. Además, cambio de la misma rutina y puedo darte luego mi opinión de tu actuación. Esto me puede servir para mi carrera! T: Que carrera? S: A es que no te dije? He decidido dedicarme a escribir críticas de teatro para periódicos. Creo que será bueno para mí, me mantendrá ocupada y no me sentiré tan poco útil. T: Pues si ese es tu deseo me alegro mucho que tomaras esa decición. Creo que ya era tiempo de que te dieras cuenta de que hay muchas cosas que puedes hacer y que no eres, como dices, poco útil. S: Entonces me llevarás? T: Claro que sí, llamaré a Diana para que te ayude a vestir. Susana se fué con Terry y estudió allí observó cada uno de sus movimientos, sus expresiones y no encontró error alguno. Quizás el amor no le permitía verlos, pero las críticas a él siempre eran de lo mejor. Practicó su escritura con cada uno de los personajes y con la obra en general, mientras lo leía para ella para convencerse de que debía continuar. Lo logró, le encantó su forma de redactar y expresar, sin hacer daño a nadie, los defectos y atributos de la obra. En Chicago las cosas estaban bien, aunque otras no tan bien. Annie y Archie se habían separado. Archie le pide un tiempo a Annie para terminar los estudios profesionales y hasta no terminarlos no comprometerse. Le dejaba la opción de casarse con alguien más si se enamoraba en el tiempo de su ausencia . El, tan pronto terminara regresaría a pedir su mano si aún lo esperaba o ejercer su trabajo hasta que llegara un nuevo amor si ese era el caso. Patty había regresado para estar al lado de Annie en este tiempo de dolor al separarse de Archie, aunque ella lo veía como un hasta pronto. No había una semana que no le escribiera y le expresara todo su amor. Aunque el le pidió no lo hiciera, ella le escribía sin cesar ya que pensaba que si no lo hacía tarde o temprano él la olvidaría; cosa que ella no quería porque lo amaba como a nadie y no lo quería perder. Albert había tomado su lugar como cabeza de familia y estaba llevando a su familia a un estado de desesperación, no por pérdida de dinero, porque estaban más ricos que nunca, si no porque se la pasaba donando dinero para los más necesitados. Esto no le hacía gracia a la familia, porque aunque tenían más dinero que antes, ellos no querían perder nada y alegaban que ese dinero era mal gastado en vez de utilizarse en cosas más importantes para ellos. Albert no les prestaba atención y continuaba manejando el dinero como a él le parecía más conveniente. Albert vivía para hacer el bien y luchaba por un amor que no le era correspondido, por más que intentaba la mujer a la que amaba ni siquiera se daba por enterada de la situación. Ya no sabía que más hacer por que ella lo amase o que al menos se diera cuenta de sus sentimientos, pero ya no tenía otra salida que confesarlo, cosa que no se atrevía sabiendo bien que no era correspondido. Esta situación era su único tormento, porque los demás problemas los tomaba como pequeños tropiezos. Gracias a su optimismo había logrado estar en pies hasta el día de hoy, porque el amor que llevaba dentro se había convertido en un verdadero calvario. Albert: Buenos días Candy, dormistes bien? Candy: Oh Albert he tenido un hermoso sueño! A: Veo que dormistes bien entonces, cuál fué ese sueño, si se puede saber? C: Claro, a ti te cuento lo que sea. Soñé que tuve un hijo! Era hermoso, de cabellos oscuros, ojos grandes y verdes como los míos.Debistes verlo Albert, era definitivamente un sueño! A: No tiene por qué ser sólo un sueño Candy, eres joven y puedes tener muchos hijos si así lo deseas, falta de pretendientes no será, por que yo sé muy bien que hacen fila por estar contigo. C: (Sonrojada) Oh Albert que cosas dices! A: La verdad solamente, tú lo sabes.*Yo soy el primero en ella* Por qué no te casas y tienes ese hijo que tanto quieres? C: Sabes que eso es imposible, sólo me casaré por amor y mi amor le pertenece a un hombre que no puedo tener. A: (Triste) No crees que ya es tiempo de que te olvides de él y sigas tu vida, él lo hizo por qué tu no? Además el tiempo borra las heridas y yo sé que si pones de tu parte puedes ser muy felíz con un buen hombre que te ame. C: Ok, suponiendo que aceptara a alguno de mis pretendientes, a quién escoger, porque en realidad, ninguno me convence. Imagina, Neil! Eso es un NO NO NO inmediato. A: Que tal Marcos, el doctor. C: Es muy viejo para mi.(Haciendo mueca y sacando la lengua) A: Pues Ricardo, el panadero.es un buen hombre y no es viejo. C: No te parece que es un poco extraño? Además no me gusta como me mira. A: Si le vas a poner una excusa a cada hombre que te mencione, entonces no digo nada. C: No es eso, es que... A: Claro claro, aún amas a Terry y los comparas a todos con él. Pero déjame decirte algo Candy, y no te sientas mal. Terry ya no está ni tampoco regresará, no puedes pasar por la vida comparando a cada hombre con él por que así nucnca serás felíz y mucho menos te recuperarás. En vez de compararlos con Terry deberías ver sus propias virtudes y atenciones para contigo. (Aunque suene extraño, Albert estaba furioso) C: (Llorando) Albert! No pensé que me fueras a hablar así, que hice para ponerte tan molesto? A: Lo siento Candy…(con dulzura) pero es que no soporto verte así.Quisiera tanto que encontraras tu felicidad con alguien y volverte ver a sonreir igual que antes. C: Pero que dices si aún sonrío todo el tiempo!! A: Sí lo sé pero no con la misma chispa que llevabas antes. Candy, yo quisiera verte la mujer más dichosa de esta tierra, no sabes como me importas y como me duele verte sufrir. C: Albert. * Tan dulce y bueno conmigo, por que estas tan solo?* Pero de que hablas tú si tu estas también sólo y eres mayor que yo! A: No he tenido tiempo para el amor con tantos asuntos, tú sabes. Eso no significa que no desee casarme y formar una familia. C: Pues creo que debes de tomarte un tiempo para tí y encontrar esa mujer que te haga felíz. A: Si te digo que ya la encontré. C: Cómo y no me lo habías dicho? Y quién es? A: Te lo he intentado decir, pero veo que no me comprendes. C: Comprendes? De que hablas Albert, no te entiendo. A: Precisamente es lo que digo. Todo este tiempo he intentado decirte lo que siento y nunca me das oportunidad, además tu insistencia en amar a Terry me ha hecho dar mil pasos atrás. Pero la realidad es que ya no puedo esperar mas. (Candy miraba perpleja) Candy, desde hace mucho tiempo que llevo en mi corazón un sentimiento muy fuerte hacia ti, no es solo un cariño de padre, hermano o amigo. Es un amor de un hombre a una mujer. Eres tú la mujer con la que quisiera compartir mis días y con la que deseo tener mis hijos. No sé que defecto me encontrarás a mi ni de que forma me compararas a él, pero sé que lo haras. No te pido una respuesta inmediata, sólo te pido una oportunidad para demostrarte mis sentimientos y para hacerte felíz. C: (Con la boca abierta) No se que decir...no lo esperaba, nunca de ti...(Dejando bajar una lágrima.) A: No me contestes ahora, piénsalo, meditalo y me dejas saber. Por favor no te tomes toda la vida para darme tu respuesta. Sabes que te quiero y te espero, pero hasta el amor mas grande se extingue y cansado de esperar…muere. C: * Que puedo hacer? No quiero herirte jamás. Te debo tanto y te quiero tanto pero...Terry...aún no logro olvidarlo. * Todo se quedó en silencio mientras ambos se miraban sin expresión alguna. Albert esperaba una respuesta o reacción de Candy, pero ella no hizo gesto ni pronunció palabra. Candy se quedó perdida en sus pensamientos en busca de una respuesta, una salida a su inesperada situación. Susana: (Escondiendo en la mano y pensando) *Oh, que alegría!! Pensé no encontraría nada.* Terry: Bueno yo ahora me marcho. Que tengas buenas noches. (Le besa la frente y se marcha) S: Ya se fué, ahora puedo leer en paz. (Leyendo) *Amada Susana: Como otro día más te envío un detalle en muestra de mi amor. Mi deseo mayor es alegrar los minutos de tu vida, los minutus que sé junto a Granchester no disfrutas como mereces hacerlo. Tu, mi vida, necesitas un amor que se entregue en su totalidad, que esté dispuesto a dar la cara por ti siempre.Alguien que esté a tu lado sin complejos ni resentimientos, necesitas quien acaricie tu cabello y te amarre interminablemente en sus brazos. Yo mi vida te amo así y mucho más, no me importa que hayas perdido una pierna, eso no te hace menos mujer; eso te hace aún más delicada de lo que eres para mi. Esto me dá mas razones para querer protejerte,cuidarte y amarte. Si tan sólo te dieras cuenta de que necitas un amor como el mio y no como el de Granchester. Un amor verdadero y no un sueño inalcanzable. Perdoname vida mia si te hieren mis palabras, pero es preciso decirlas a ver si finalmente le dejas y conseguir que me ames como yo te he amado todos estos años. Con amor siempre.* Oh que hermoso lo que escribe. Siempre tiene un detalle, cada día, sin pasar sólo uno. Ya hacen meses que recibo sus cartas, obsequios y detalles, pero quien serás.Si tan sólo eso supiera...Pero, que pretendes? Que deje libre a Terruce! Eso no, no puedo. Se escucha de repente que tocan la puerta. S: Adelante. Sam: Buenas noches Srta. Marlowe, quisiera saber si se le ofrecía algo ya que en pocos minutos el servicio se irá a descansar. S: Sam muchas gracias, pero no se ofrece nada por el momento. Pueden ir a descansar. Sam: Como usted guste Srta. Buenas noches. S: Buenas noches Sam. (Sam cierra la puerta) Que susto casi me toma de sorpresas leyendo, mejor es que esconda esta carta junto con las otras. Me hace felíz saber que alguien en el mundo me ama por mi, a pesar de mi pierna. Pero por qué no puede ser Terry? Terry se encontraba en su apartamento pensando. Terry: Que estarás haciendo esta noche. Me pregunto si estarás casada, con hijos...No, no quiero ni pensarlo. Pronto iré a Chicago con mi nueva obra de Teatro, vivirás allí todavía? Pero...Susana, seguró querrá ir, con eso de que piensa escribir. Eso no me dará oportunidad de buscarte...Quizás si llevo a Diana o a Sam conmigo, la puedo dejar sola de vez en cuando y...Pero que digo, no es justo para ella, pobre Susana. No es posible que aún yo la ame, tantos años y se me hace imposible olvidarla. Su recuerdo sigue vivo como el primer día en que la ví en el barco...despedida de año...esos recuerdos. Señorita Pecas! ( Riendo a carcajadas*) Terry se abrazó a su almohada dejando escapar un suspiro lleno de pena y de dolor. Quedó dormido recordando viejos tiempos que en su presente piensa no volverán. Candy no pudo dormir pensando en la declaración de amor antes recibida, no podía creer lo que había antes escuchado. Candy:Necesito hablar con Annie y Patty, pobre Annie para que preocuparla con mis problemas cuando ella ya tiene los suyos. Pero necesito hablar con alguien!!!! Ya sé, pediré unos días libre en el hospital e iré al hogar de Pony, seguró la Srta. Pony y la Hermana María me aconsejarán. En la mañana siguiente, Candy bajó a desayunar y se encontró con que Albert se había marchado. Le dejaba una nota en la que decía que estaría de viaje por unos días, pero que no tardaría, que sólo necesitaba un poco de soledad para sentirse mejor y organizar sus pensamientos. Candy: Albert! Te has ido, espero no lastimarte, quisiera corresponderte, te mereces mi amor lo se...pero es que...Terry vive aún en mi memoria y sobre todo en mi corazón. Dios ayúdame a tomar la decisión correcta y no hacerle daño a nadie ni a mi misma. Candy salió al hospital a pedir sus vacaciones y luego a visitar a Annie y a Patty. Al llegar toca la puerta. Annie: Quién es? C: (Cambiando la voz) Señorita es preciso que abra la puerta en este instante, hemos obtenido información de que en esta casa hay escondido un prófugo de la justicia y usted corre peligro. A: Oh Dios mio! (Abriendo la puerta rapidamente y asustada) Candy!!! Cómo te atreves? Casi muero de un susto! C: (Riendo) Cómo hubiese querido ver tu cara, ja ja ja. A: No es gracioso Candy, la próxima vez no creeré nada. C: Eso dices siempre y siempre encuentro algo con que engañarte, ja ja. Donde esta Patty? A: Salió al correo, espero tener noticias de Archie pronto, ya es tiempo de que termine sus estudios, sólo espero no se haya enamorado de otra mujer. C: Ya verás que no, Archie te ama! Entra como un rayo Patty gritando. P: Llegó carta de Archie, llegó carta de Archie!!... Candy! Que sorpresa. A: No puedo leerla, hazlo tú Candy. C: No vas a cambiar nunca Annie, es tu carta, tu debes leerla no yo, se valiente por primera vez en tu vida. A: Tienes razón Candy. (Abriendo la carta lentamente) Tengo miedo, mira como tiemblo. P: Estamos aquí contigo Annie, nada pasará ya lo verás. A: Gracias amigas por siempre estar conmigo. (Leyendo) Annie: He terminado mis estudios en Londres, pronto regrsaré a tu lado. Cómo me has dejado saber, aún me esperas y yo aún te amo. En mi regreso nos casaremos como antes acordado, te mando un beso y todo mi cariño. Te quiere Archie. (Con lágrimas en los ojos) Me ama, aún me ama! Es la primera vez que me escribe y aún me ama...Pronto nos casaremos!!! C: Que maravillosa noticia! P: Te dije que todo estaría bien. Candy de repente mostró infelicidad en su rostro. P: Qué sucede Candy? Es que no estás feliz por Annie? C: Claro que sí, no es eso lo que me preocupa. Es que, si supieran. A: Que sucede Candy, dinos pronto. C: Albert me confesó que me ama! Y no sé que hacer, no lo amo como hombre, pero merece mi amor y Terry nunca volverá. Qué debo hacer? Patty: Si no lo amas puedes aprender hacerlo. Albert es el mejor hombre que he conocido y creo que te puede hacer muy felíz. Sabes que tu amor por Terry ya es sólo un recuerdo del pasado, debes superarlo, al igual que yo superé la muerte de Stear. No digo lo olvidé, pero he seguido mi vida y encontré un nuevo amor. C: Si lo sé, pero... A: Patty tiene razón, dále una oportunidad, no encontrarás mejor hombre que Albert, y quién mejor que él para hacerte olvidar a Terry. C: Nunca olvidaré a Terry, quizás logre vivir felíz con Albert, pero no sé si lograré amarle. P: Nada pierdes con intentar, si le das un poquito de tu corazón, ya verás que con el tiempo Terry será un hermoso recuerdo. Candy aceptó el consejo de sus amigas y decidió darle oportunidad a Albert como hombre. Ella temía no hacerlo felíz, pero sería muy sincera con él en todo momento. C: Ahora sólo Dios puede hacerme el milagro, ayúdame. Pasoron varios días y ya Albert regresaba, por otro lado la nueva obra teatral en la que protagonizaba Terry Granchester sería estrenada en Chicago en sólo dos semanas. Candy agena a este acontecimiento, decide marcharse al Hogar de Pony como antes planificado para relajarse y pensar bien antes de actuar. Con un poco de intranquilidad Albert entra a su casa esperando encontrar a Candy y con ella una respuesta que en lo más profundo de su ser deseaba fuera positiva para él y para el futuro de Candy. Para su sorpresa no encontró a Candy y mucho menos la respuesta que tanto anhelaba, solamente encontró una nota que decía... Albert: (Leyendo) *Albert: He decidido pasar unos días en el Hogar de Pony, no te preocupes por mí, pronto regresaré y hablaremos. Te quiere, Candy. * Esto es todo? No puede ser...yo que pensé... que tonto, conociendo a Candy era de esperarse una sorpresa. Espero no tarde mucho en regresar. Bueno entonces somos solo tú y yo viejo amigo. No me mires así Pupé, Candy se marcho unos días, pero ya regresa. (Pupé lo miró con tristeza y subió a su hombro) Terry no dejaba de ensayar ni un día; a pesar de sus años como actor, aún los nervios se apoderaban de él por algunos instantes y no hacía más que pensar en actuar, actuar y como nunca...para ella...Candy. De alguna manera él soñaba o deseaba que ella estubiese allí esa noche, aunque fuera para entretenerse. Pero, cómo saber si estaría realmente allí? Era imposible saberlo, por lo tanto tendría que ser su mejor actuación para que ella estubiera bien orgullosa de él. Terry: Que el cielo se aquebrante ante mi si lo antes dicho es una mentira! Yo juro ante usted y ante Dios decir la verdad. Dime, a quién creerás amada mía, al que te ama o a él que siempre te ha mentido. Director: Muy bien Terius, es suficiente por hoy. Estoy seguro que será un éxito. Vayan a descansar que mañana a primera hora partiremos. T: No cree que debo de terminar la escena antes de retirarnos? D: No es necesario, sabes muy bien tus líneas y las interpretas como nadie antes lo había hecho muchacho, no te preocupes más. T: Esta bien entonces si usted lo dice, pero espero no le moleste si me quedo un rato más ensayando otra escena. D: No hay problema, después de que te marches en una hora. Tienes que descansar. T: Gracias. Terry se quedó una hora más ensayando, los nervios cada vez eran mayor. Pero serían realmente por la obra o por el viaje a Chicago? En la colina de Pony... Candy: Que hermosos recuerdos. El padre árbol, Annie, El Príncipe de la colina, Anthony, Stear...Terry...Cómo olvidar el pasado, todo me parece tan cercano. Me parece que ayer corría por la colina y trepaba al padre árbol! Que rápido pasan los años..ya hacen tres años de aquel invierno en Nueva York. Terry...que dolorosa despedida para ambos, que cruel fue el destino con nosotros, si tan sólo nos hubiensen dado otra oportunidad de remediar nuestros errores pasados. Si no hubiesemos tenido que separarnos en el colegio, si ese accidente nunca hubiese ocurrido..Oh Terry, nunca te olvido (llorando) por más que lo intento vuelvo a caer en este abismo. Esta necesidad de tenerte a mi lado y esta ilusión de volver a encontrarnos es lo que no me permite continuar con mi vida. No quisiera romper este lazo de amor que nos une traicionando nuestro amor, casándome con otro hombre que no seas tú. Sé que aún no te has casado con Susana, me he preguntando por qué tantas veces y siempre llego a la misma conclusión...es que acaso aún me amas? Dentro de mi corazón algo me dice que sí, es por esto que aún te espero. Esta espera se me ha hecho eterna, pero ahora debo tomar una decisión que terminará para siempre con esta ilusión o una que posiblemente me lleve a una eterna soledad. Que puedo hacer...no quisiera estar sola por siempre, pero tampoco quiero perder esta ilusión. Definitivamente, a pesar de lo mucho que aún te amo, mi amor debo decirte adios...creo que nunca lo he querido aceptar, pero lo nuestro es realmente imposible. (Candy lloraba inconsolable tratando de lavar con sus lágrimas el dolor que la ahogaba por dentro) En la mañana siguiente Susana esperaba inpaciente la llegada de Terry... Susana: Por qué no llegas? Qué te ha retrasado? Ya pronto tendremos que irnos! Espero no hayas decidido dejarme, esta vez no Terry, esta vez no! Sam: Con el permiso Srta. Marlow, el Sr. Granchester le espera. Susana: Por fin ha llegado, no me dejará! Llevéme con él pronto. Sam: Si Srta. Sam la llevó rápidamete donde Terry, quien la esperaba en un carruaje. Terry: Lista? Susana: Claro que si, ya tienes el equipaje? T: Ya está todo, sólo faltas tú. Sam: Señorita Marlowe, le deseo un felíz viaje, que lo disfrute y mucha suerte a usted Sr. Granchester. T: Gracias Sam y ya deja de llamarme Sr. Granchester. Sam dibujó una pequeña sonrisa y miró al carruaje retirase lentamente. Entróa la casa y se encontró que lo rodeaba una inmensa soledad. Sam: Espero regresen pronto. Mirando las estrellas de esa noche, Albert reposaba en el balcón de su habitación, se preguntaba que estaría pensando Candy en estos momentos. Albert: Pensará en mi? Estará mirando el mismo cielo? Pupé ya estoy sonando como un viejo que lleva una vida en soledad...bueno lo único que me falta es lo de viejo...y si me descuido, también me llega. Un ruido fuerte lo hizo levantar y salir de su habitación. A: Candy!! Has regresado! C: No podía haber tanto ruido y que yo no estubiese en casa. Lo siento tropecé con la mesa y... A: No importa, lo importante es que ya estás en casa. C: Albert yo... A: No digas nada, ahora lo mejor es que descanses. Cómo estubo tu visita y tu viaje? C: Muy bien, la Srta. Pony y la Hermana María están de maravilla. El sol y el aire de la colina me hicieron mucho bien. Además, me divertí mucho con los niños. A: Cuántas cosas, la verdad debes descansar...aunque si te dejo no paras de hablar en el resto de la noche. *Y yo escucharía hasta la última palabra que esos labios pronunciaran * C: Es verdad, voy a dormir...mañana hablaremos. Buenas noches Albert. A: Buenas noches a tí. * Que felicidad que has vuelto Candy, pero cuál será tu respuesta?* Albert no dejaba de mirar la hora, deseaba con ansias el sol del nuevo día y con el nuevo sol, un nuevo mañana lleno de amor y felicidad. El sonido de una puerta la despertó, acudió a ella y al abrir ahí estaba él, radiante, sonriente y tan guapo como siempre. Archie le miraba tenazmente a los ojos, la tomó por los hombros y por primera vez, besó sus labios. Annie creía que moría en ese instante y aunque sorprendinda del acto de su amado le correspondió con gran pasión y ternura. En el instante en que sus labios se fundieron juntos, Archie despertó en Annie la mujer apasionada, enamorada y necesiada que habitaba en su ser. Annie: (Después de besarse) Oh, Archie que felíz estoy de volver a verte...Por qué no me avisastes que vendrías ya? Archie: Si lo hacía se arruinaría la sorpresa. Quiero que sepas que este tiempo sin ti, me hizo mucho bien, y no lo tomes a mal. En tu ausencia pude notar lo importante que eres para mi y lo mucho que te amo. Quiero pedir tu mano para que nos casemos cuanto antes, si tú me lo permites. Annie: Que pregunta Archie, sabes que es lo más que deseo en la vida. Ambos se abrazaron fuertemente y comenzaron a planificar su futura boda desde ese mismo instante. Terry, Diana y Susana se encontraban en el tren camino a Chicago. Terry y Diana dormían, mientras que Susana buscaba entre sus cosas un lápiz y papel para seguir escribiendo. Al abrir su pequeña maleta encontró una rosa dentro de un cristal para que no se estropeara con el resto del equipaje. Con ella una nota. Susana: No puedo creerlo! Como hace para que lleguen las cosas donde menos las espero. Es que alguien debe ser su complice, será Diana? Ella siempre está conmigo... (Leyendo) *Susana: Espero te vaya bien en tu viaje y que no sufras en él. No sé por qué pienso que las cosas cambiarán pronto. Yo soy tu más humilde servidor, siempre que me necesites ahí estaré. Envidio a Terry por estar a tu lado, a pesar que conozco su situación. Se que te duele lo mencione pero no puedes tapar el sol con un dedo. Aunque ya te habrás dado cuenta, conozco bien lo que haces y dónde vas. Por favor no lo tomes a mal, sólo quiero estar seguro que siempre estás bien. Te quiero y por tal razón te pido regreses pronto, quizás en tu regreso sepas quién soy. Con amor siempre.* (Emocionada) Por fin sabré tu identidad. Quiero volver ya, es increible, pero quisiera regresar a NY...por que me pasa esto...estoy confundida, será posible que yo... Terry: Con quién hablas Susana? S: Escuchabas? T: No, sólo oí una voz y desperté. Pensé necesitabas algo. S: No amor, sigue descansando que pronto tendrás una gran noche. T: Esta bien, descansa tú también, en el hotel tendrás tiempo de más para escribir...Qué tienes ahí? Y esa rosa? S: Terry! T: Por qué no contestas? (Quitándole la nota y leyendo) Qué significa esto Susana, es que acaso tienes otro amor? S: No, lo juro...Es un admirador secreto. No sé cómo hace pero me envía mensajes y me envió esta rosa. T: No te alarmes, *No me enojo, al contrario, me alegra saber que hay alguien más.* Es normal. Eres una mujer joven y hermosa por qué no has de tener pretendientes? S: Terry, de veras crees que soy hermosa? T: (Inclinando en aprobación su cabeza) Ahora duerme. S: (Pensando) No tiene celos. Nunca me cela, es porque no me ama...pero piensa que soy hermosa! Oh Dios que confusión, no sé ya lo que siento. Será esta soledad, pero me hace tan felíz este admirador...quién será? No puedo esperar...pienso que de alguna manera le estoy empezando a querer...y mucho. Será posible que olvide a Terry? Y dejarlo en libertad...nunca! Pero y este amor...quizás me haga felíz y así él también podría serlo. Susana se quedó pensando en cómo sería su vida sin Terry y concluyó que si este amor le hacía felíz lo dejaría en libertad para siempre, pero sólo así. Todo tendría que ser a escondidas de él, cosa que sería fácil ya que él la visitaba en las noches; no podía arriesgar perderlo sin tener seguridad de quién era y que deseaba este hombre realmente. En la mañana siguiente Candy por primera vez se fué bien temprano al hospital, evadiendo encontrarse con Albert; aún no se sentía lista para enfrentarlo y menos en la mañana. Cuando Albert despertó bajó rápidamente a preparar desayuno, cuando llegó a la cocina una de las criadas le dijo que ya Candy se había retirado al hospital. Le pareció extraño que ya se hubiese ido, pero luego comprendió que lo estaba evadiendo, y una gran desilusión llenó su corazón. Con su tristeza se retiró al jardín a leer el periódico en el cual encontró un artículo que decía: Mañana llega a Chicago el gran actor Terry G. Granchester. Albert: No puede ser, mi suerte no puede ser peor! Por qué? Terry...si Candy lo sabe...estoy perdido. Tengo que evitar que ella lo sepa. Perdoname Candy, pero no quiero que esto te confunda más y te vuelva alejar de mi. Albert escondió el periódico para que Candy no lo viera y prohibió trajeran periódicos a la casa en un mes. Candy recibió una visita inesperada en el hospital, ella temía que fuera Albert, luego pensó que él no la distraería en su trabajo para algo personal. Al llegar a la sala se encontró a Archie y a Annie esperándola. C: Archie! Qué sorpresa tan agradable! Annie, estarás felíz. Annie: Muy felíz. Archie sonreía y abrazó fuertemente a su vieja amiga. Archie: No has cambiado nada Candy. Cómo está todo. C: Muy bien y ustedes? Archie: Hemos venido a darte una noticia y a pedirte un favor. C: Díganme pronto, de qué se trata. (Aunque ya sospechaba) Annie: Queremos invitarte a nuestra boda. C: Claro! Que alegría!!! Archie: Pero también deseamos que seas nustra madrina de bodas. C: Yo? Annie y Archie: Quién más que tú? La duda ofende. C: Claro que acepto, estoy muy contenta con la decisión y no me lo perdería jamás. Llevo años esperando por el pastel de su boda! Archie: (Riendo) No cambias, tu amor por las golosinas tampoco. Charlaron por un rato y luego se marcharon para no interrumpir en las labores de Candy. Candy los invitó a pasar por la casa más tarde para seguir platicando (Buscaba más escusas con Albert) . El tren de Terry y Susana llegó a su destino. Una tarde nublada los recibió en el puerto. Susana: Que mal tiempo, espero no signifique mala suerte. Terry: No seas superticiosa, todo saldrá bien *Eso espero* Todos los actores y actrices se retiraron a su hotel para un breve descanso porque en la noche habría una gran cena en honor a ellos y muchos periodistas que los entrevistarían. Pronto la ciudad de Chicago estaría llena de fotografías y fichas de promoción para la gran gala; todo Chicago sabría que los grandes actores ya habían llegado. Esa noche fue larga pero todo salió de maravilla, Terry como siempre, sobresalió entre los demás no solo por sus encantos, si no también por su personalidad misteriosa. Como siempre Terry desapareció en medio de las entrevistas sin dejar rastro de a dónde se dirigía. Terry buscaba un escape para poder ir en busca de su gran amor, Candy, quien esperaba poder contactar en los siguientes días al menos para verle. Terry caminó por las oscuras calles y una fuerte lluvia lo sorprendió a media noche. Buscó un refugio y encontró el viejo hospital donde solía trabajar Candy. Estarás aquí todavía? No pierdo nada con preguntar. Corriendo por la fuerte lluvia, Terry entró al hospital. Terry: (Dirigiendose a una enfermera) Disculpe Srta. Quisiera saber si la Srta. Candice White Andly todavía trabaja en este hospital. Enfermera: Candice? No la conozco, pero puedo preguntarle a mi compañera. Espere un momento. Terry: Si claro, gracias. Enfermera: Mi compañera dice que si trabaja aquí pero que su turno ya ha terminado. Ella trabaja en las mañanas y tardes. Terry: Muchas gracias señorita, se lo agradezco. Enfermera: No hay de que. * De dónde conozco a ese joven tan guapo?...Oh! Que torpe, es Terry Grancheter el actor! Quién será esta Candice y de dónde lo conocerá? Nunca sabré .* Terry: Candy...tantos años y te vuelvo a encontrar. Me pregunto dónde vivirás? Te habrás casado? No! Mañana vendré a verte...pero no quisiera verte en el hospital. Dónde vivirá? Quizás Archie me pueda decir...estará aquí en Chicago? Iré a su casa. Terry caminó rápidamente a la casa de Archie sin saber que él ya no residía en ella, si no que era Albert y Candy... Pocas semanas despúes de Albert haberse presentado como cabeza de familia, él decidió quedarse en Chicago junto a Candy en la mansión de los Andley. Archie luego de marcharse a Londres a terminar sus estudios se retiró de la mansión para no volver, ya que al regresar había comprado una casa para él y su futura esposa Annie, quien aún no residía con él. Todo esto era desconocido por Terry es por esta razón que va en dirección a la mansión Andley. Al llegar frente a la mansión notó que una puerta se abrió y decidió esconderse para ver quién era, cuando volteó a mirar de quién se trataba reconoció de inmediato a Archie y a Annie que se retiraban de su visita a Candy y Albert. A Terry le pareció extraño verlos despedir y cuando miró hacia la puerta reconoció a Albert y a lo lejos escuchaba la voz de Candy. Terry: Candy...será posible? Albert y tú...No! Archie: Quién está ahí? Terry vió que ya la puerta estaba cerrada y se aproximó al joven. Terry: Soy yo Terry Grancheter, te acuerdas de mi? Archie: Terry?! Qué estás haciendo aquí? T: Venía a buscarte, pero ya veo que no vives aquí. Casualmente estabas de visita. Annie: Visitabamos a Albert y a Candy para invitarlos a nuestra boda, ellos serán los padrinos. T: Ya veo...Candy y Albert, huh? Archie: Sí, pero a que se debía tu visita. T: Creo que ya no tiene importancia...Gusto en volver a verte y...felicidades a los dos. Annie: Gracias Terry, si venías a preguntar por Candy, ella está adentro. T: (Sorprendido) No, yo...no quiero molestar ni mucho menos buscarle problemas con su esposo. Adios. Archie: Espera! (Terry caminó rápidamente ignorando las palabras de Archie, dejando escapar las lágrimas de su corazón.) Ellos no están casados... Annie: Pobre Terry, notastes la nostalgia en su mirada? Archie: Sí, pero que extraño que estubiese aquí. Annie: Es que no lo sabes? Mañana estrena su nueva obra aquí en Chicago, será un acontecimiento muy importante y tú y yo estaremos ahí. Archie: Que? No sabía...pero ya me las arreglaré para que no seamos sólo tú y yo. Annie: Qué quieres decir con eso? Archie: Ya lo verás. La pareja se retiró a sus hogares mientras que Candy y Albert platicaban finalmente acerca de su futuro juntos... Candy: Albert, tenemos que hablar. Sé que te he estado evadiendo pero es que no me sentía preparada para hablar. Despúes de esta noche me dí cuenta que yo también quiero ser Annie y Archie. Albert: Candy! Candy: Espera que no termino. Voy aceptar que comencemos una relación más íntima, bueno de más que amigos, pero no prometo que será fácil ni prometo enamorarme como antes. Albert: Con que me aceptes a tu lado me es suficiente, de lo demás me encargaré yo. No sabes lo felíz que me haces, prometo que no te arrepentirás y sé que lograré ganarme tú corazón. (Albert alzó a Candy en el aire y dándo vueltas Candy reía sin saber que su gran amor los miraba por una ventana. ) Terry: Son felices...se aman. Esta vez realmete perdí su amor para siempre. Terry se retiró a su hotel con gran tristeza y decidió concentrarse en su próxima interpretación para despejar su mente. T: Que irónico, este personaje se parece a mi...solo le falta saber que el que fué una vez su gran amigo es ahora el esposo de la mujer de su vida...la que siempre amó y siempre amará. La mañana siguiente Candy recibió una nota de Archie que decía...Candy: Vistete hermosa esta noche, vamos a salir, te tengo una gran sorpresa. Te busco a las 7:00pm en punto, Archie. Candy: Una sorpresa? De qué se tratará? Hay como odio esta ansiedad, y ahora muero de curosidad...Archie!!! (Avergonzada por las enfermeras que la miraban) Perdón. Esa noche se vistió como Archie le pidió, vestía un hermoso vestido de seda color verde esmeralda que hacía juego con sus hermosos ojos. El pelo suelto con una cinta en su pelo que combinaba el color del traje y pequeños adornos dorados que resaltaban el color de su cabello. Sus zapatos parecían de oro y esmeraldas; Candy lucía como una princesa de cuentos lista para ver a su príncipe azul...sin saber lo que en realidad le esperaba. Archie tocó a la puerta y Candy abrió con una sonrisa. C: Estoy lista. Estoy bien así? Archie: Te ves preciosa, radiante...perfecta! C: Cuidado no se ponga celosa Annie...y de qué se trata todo esto? Archie: Te dije que es una sorpresa, vamos que Annie nos espera en el coche. C: Vamos. Por qué no invitastes a Albert? Archie: La sorpresa es para tí no para Albert. * No creo que le agrade saber esto * Annie: Estas hermosa Candy...pareces una princesa. C: No digas esas cosas que me da verguenza. Archie: Para qué mentir si es la verdad. (Tirándole una giñada de ojo) En el camerino, Terry esperaba inpaciente el comienzo de su actuación y más le distraía el constante vigilamiento de su compañera Susana. T: Por qué no me dejas sólo y te vas a tú lugar. Así te preparas para recopilar los datos que necesitas para tu reportaje si? S: Esta bien, veo que no estás de buen humor y te comprendo porque sé que estás nervioso. Me voy, te veré después de la función. T: (Tirando una copa a la puerta después de cerrada) Me comprendes?! No comprendes nada!! Por tu culpa estoy así...solo...sin su amor. (Con un nudo en la garganta.) La perdí y no hay marcha atrás... Terry ignoraba que sus creencias eran falsas y que Candy y Albert no estaban casados. Candy no sabía hacia dónde se dirigían y la impaciencia de saber ya no la soportaba. Llegaron al teatro y Archie se encargó de no dejarla ver los letreros ni nada. La llevaron a su lugar, que por cierto era muy privilegiado, y se dispusieron a esperar. Candy ansiosa quería preguntar a las personas del lado lo que verían, pero una voz le dejó saber en un segundo de lo que se trataba. Mujer del público: No puedo esperar a ver a mi adorado Terruce, es un sueño hecho realidad. Candy sorprendida de escuchar este nombre quedó paralizada y en ese mismo momento se apagaron las luces y se abrió el telón. Candy ya no podría escapar del teatro, las puertas estaban cerradas y la obra ya había comenzado. Minutos después, apareció él. Su silueta esbelta y de increible postura era lo único que acaparaba las miradas, especialmente la de Candy. C: Terry!.... *Que hermoso estas...te ves tan cerca y estas tan lejos de mi. No has cambiado mucho, solo te ves aún más varonil que antes...Terry, aquella noche de invierno en NY... * Los ojos de Candy se llenaban de lágrimas al volver a ver frente a ella el rostro del hombre que aún habitaba en su corazón. Terry tuvo gran éxito esa noche, como era de esperarse, y al terminar la función corrió a su camerino con gran frustración. T: Actué para tí y no estabas presente...mi mejor actuación y no estabas aquí conmigo. Candy!!! Por qué? Tanto que ensayé para ti, para ti mi amor, solo para ti... Ahogado en llanto Terry se encerró y no quiso abrirle a nadie. Susana le llamaba y nunca le contestó, ella partió junto a Diana al hotel antes que se hiciera más tarde, mientras los demás se retiraban a una gran celebración en honor al gran éxito de la noche. El teatro estaba casi vacío cuando Candy logró levantarse de su silla. Archie y Annie esperaban que saliera del shock para retirarse. Sin más demoras Archie agarró a Annie y a Candy de un brazo y las llevó a toda prisa hacia los camerinos. Al llegar ordenó que le dejaran pasar y como ya lo había arreglado, pudo entrara sin problemas. C: A dónde nos llevas Archie? Archie: Solo espero no sea muy tarde. Como Terry no quería salir, aún se encontraba detrás de la puerta a la que Archie fuertemente tocaba sin adquirir respuestas. Archie: Terry! Estás ahí? Soy yo Archie. T: No quiero ver a nadie!! Fuera! Archie: Ni siquiera a Candy! Sin siquiera pensarlo, Terry se levantó y abrió la puerta. T: Candy?! Al abrir la puerta dos estatuas congeladas se miraban a los ojos sin decir palabra. Inexplicables sentimientos corrian por sus venas y sus corazones latían más fuertes que nunca. El deseo de ambos de abrazarse y de besarse los quemaba por dentro pero lo extraño del encuentro no les permitía siquiera mover. Luego de unos minutos en absoluto silencio una sonrisa rompió ese momento. C: Cómo estás Terruce? Estuvistes fantástico esta noche. T: *Estubo aquí, después de todo estubo aquí. Pero, dónde está Albert? * Estoy bien, gracias y tú? C: Muy bien, me alegra saber que has seguido tu camino y hayas triunfado. T: Gracias por venir, no sabes lo importante que es esto para mí. Y...tu esposo? C: Mi esposo? *Annie y Archie reian* De que se ríen, por qué dices eso, no estoy casada. T: No? Yo pensé... Archie: No me dejastes explicar. Ellos viven en la mansión porque es la mansión de la familia. Albert es la cabeza de la familia Andley y Candy es una Andley, eso es todo. T: Albert, cabeza de familia? Archie: Es una larga historia, si quieres la contamos camino a la recepción. T: No iré. No me gustan las fiestas. Mejor vayamos a otro lugar más tranquilo. Archie: No. Mejor vayan ustedes y nosotros iremos a la fiesta. C: Pero Archie! Annie: Si, porque yo si deseo ir a la fiesta, aunque eso signifique tener que ver a Eliza y a Neil. T: Eso si es un asco! Vamonos Candy, me gustaría que fueras conmigo para recordar viejos tiempos. C: Y Susana? T: Ella no está. No temas, es que acaso me tienes miedo? C: No claro que no. Archie: Nos veremos luego entonces, que disfruten la velada. ^_~ T: Gracias, igualmente. (Con una enorme sonrisa y pensando) *Te debo una Archie, mil gracias.* Candy y Terry se retiraron a cenar y a caminar por la ciudad mientras que Susana escribía y esperaba en el hotel por Terry. Al ver lo tarde que era decidió acostarse, y por cierto muy molesta. Al acercarse a su recámara encontró un hermoso ramo de rosas de diferentes colores con una tarjeta. S: Diana, quien trajo esas flores? Diana: No lo sé señorita, pero son para usted. Deben ser del joven Terruce. S: Deme la tarjeta y retírese después que me acomode en la cama. D: Si señorita. S: Ahora retírese. Gracias. (Luego de cerrada la puerta lee) *Susana: te envio este ramo de rosas para que iluminen esta noche, que presiento no está llena de felicidad para tí. Con este humilde gesto cierro para siempre mi anonimato. La próxima vez que sepas de mi te diré quien soy. Me conoces, y estoy cerca de ti. Con amor siempre.* Pero quién eres? Cerca de mi? Será Terry que finalmente me ama y me esta jugando una broma?! Quién más si no él? Pero es que no coincide lo que dice con sus actos...no puede ser él, si no, por qué no está aquí y por qué fué tan duro conmigo? Pero si no es él...Sam? No lo creo, no creo se atreva a tanto y que puede ofrecerme él a mi? Aunque es muy guapo, pero...NO! No es él, estás loca Susana...Ya no sé ni lo que digo, mejor duerme y no deseperes, quizás no sea de importancia cuando finalmente lo sepa. Seguro no es nada, pero dos años recibiendo estas cartas...sí fué poco después del accidente, pero Sam no trabajaba en casa así que no puede ser él; descartado! Cuando regrese a NY lo sabré, que suerte que regresamos en dos días. Susana se durmió soñado con su enamorado misterioso, su anhelo de encontrarlo era cada día más fuerte, tanto que la hacía soñar con un futuro en el que no incluía a Terry. Mientras tanto Candy y Terry se sentaban en un parque a mirar las estrellas y recordar viejos tiempos. T: Es increible lo rápido que pasa el tiempo, es como si fuera ayer aquellos años en el colegio cuando tú y yo... C: Terry por favor...no quiero volver al pasado es muy doloroso para mi. T: Y que crees, que para mi no? Acaso has sido tú la que ha tenido que fingirle amor a quien no amas? Has tenido que cuidar cada gesto y cada palabra para no lastimar a un ser indefenso que como quiera que sea te ama y no quieres lastimar? Dime si has sido tú quien ha vivido en una constante presión para casarse con una mujer que no amaré nunca porque sigue en mi corazón la misma mujer que hace años atrás tuve que dejar por esta otra, sólo por bondad! Dime entonces Candy si tu vida ha sido un calvario, lleno de soledad y dolor sin un amigo si quiera con quien hablar. C: Terry! No pensé que tú... T: Si Candy, todavía te amo...siempre te amaré, eso nadie lo cambiará. Y tú, amas a alguien más? C: (Sonrojada y bajando la cabeza) Que preguntas...no, no quiero contestar... T: Ya lo has hecho. (Terry se inclinó hacia ella y con su mano tomó suavemente su cuello, sus labios rosaron ligeramente los de ella dejando un pequeño y dulce sabor en los labios de ella. Volvió a acercarse, esta vez presionando con más fuerza sus labios contra ella...un beso del más puro amor detuvo el tiempo para ambos y en ese momento mágico se dieron cuenta que no deseaban volver a separarse jamás. ) Albert desesperaba al notar que Candy no llegaba del lugar que estaba; lugar que desconocía. No sabía si esperar o salir a buscarla. Los nervios lo dominaban y la inseguridad repentina que sentía en su alma lo hicieron reaccionar. Albert: Terry! El esta aquí, esta noche era la función...estará allí? Estará con él? Saldré a buscarla. Albert desesperado sale a buscar a Candy, el corazón le latía tan fuerte que creía escucharlo. A: Pánico, estoy experimentando el pánico por primera vez en mi vida...ya no es sólo miedo, es más que eso...perderte...no, no lo quiero...Candy, te amo...no me dejes ahora que por fin me has aceptado. Albert corrió por las calles sin encontrarla en ningún lado, cansado decidió sentarse frente a una fuente. Pensaba en dónde podría estar, cuando vió a lo lejos a la pareja caminar. Albert: No, no es posible! Es...Terry y Candy!! Por qué Dios mio, si yo nunca he hecho un mal. (Los ojos se le llenaron de llanto pero no los dejó escapar.) Esta vez no Granchester, esta vez no. Lo siento pero no me rendiré tan facilmente, tú tienes a Susana, es tu deber serle fiel y el mio cuidar, proteger y amar a mi pequeña Candy. Te declaro la guerra en silencio. Albert regresó a la mansión y se retiró a su dormitorio para pretender que no supo nada. Pero Candy continuaba embelesada con su príncipe Terruce sin siquiera notar lo tarde que era ya. Cuando vió que la luz del sol se asomaba brincó de entre sus brazos. Candy: Terry ya amaneció! Es tan tarde,debo irme. Terry: No es tarde, es temprano en la mañana. No me dejes...no quiero separarme de tí ni un instante. C: Terry... tenemos que hablar en serio. T: No me gusta tu tono de voz. C: La verdad es que te amo, pero no podemos estar juntos, tú lo sabes. No puedes dejar a Susana desamparada y además... T: Además? C: Prometí a alguien que le brindaría mi amor, aunque fuese con los años, pero es probable me case con él T: Qué dices, estas comprometida?! C: No, no lo estoy. Apenas ayer nos hicimos novios. Aunque ni un beso le he dado y no sé cuando podré. T: Candy! Por qué no me dijistes esto antes? Es que no me amas ya e intentas engañarme? C: No eso nunca, pero es mejor que cada uno siga su camino, creo que no debistes buscarme. T: Pero Candy, después de todo lo que ha pasado esta noche, me mandas a volar? Que acaso no significó nada para tí todo esto? Para mi sí y si no amas a ese hombre no te dejaré ir. C: Yo lo amo! Pero no como a un hombre, si no como a un amigo. T: Y quién es este amigo? Acaso es Albert? C: Cómo sabes? T: Ayer los ví por la ventana, se veían muy felices. Bien, si eso es lo que quieres, entonces me iré una vez más. Pero recuerda que será la última vez que te busco. C: Lo sé...será mejor así. No quiero lastimar a nadie, no sé ni que le diré por lo de mi ausencia. T: Dile la verdad, que estabas con el hombre que realmente amas. Candy, no me hagas esto, te necesito, ya no puedo dar marcha atrás...por favor quédate conmigo. Hablas de no lastimar a nadie pero me lastimas a mí a quien dices amar! Candy te lastimas a tí misma dejandome ir y casandote con Albert; no lo amas, como yo tampoco amo a Susana...seamos felices de una buena vez. Por favor reacciona, no dejes que nuestro amor se quede en el olvido. C: No quedará en el olvido porque lo llevo presente en mi corazón. T: Menos mal que es así porque si no fuera así que harías conmigo? Esta angustia es como una enfermedad que me va matando lentamente. C: Terry...no digas eso, me duele. T: Candy, acaso juegas con mis sentimientos? Te sentí tan cerca y tan mía...por qué ahora me das la espalda? C: Tu no me comprendes. T: No, no te comprendo porque yo he vivido todos estos años esperando volver a encontrarte y cuando por fin lo hago...dices que me vaya una vez más...pensé que el tiempo quizás te haría cambiar de parecer. C: Hay cosas que con el tiempo no cambian. T: Entonces me dejas en duda. C: En duda? T: Si. Ahora ya no sé si realmete me amas o todo esto es una escusa para quedarte con Albert. C: Terry! T: Adios Candy. Adios... Terry se marchó corriendo por las calles de Chicago con el alma en un hilo. Por primera vez en mucho tiempo Terry sintió que no podría sobrevivir más la vida, empezó a sentirse débil y sin deseos de continuar. Candy se marchó a la casa llorando y confundida, corrió a bañarse para irse al hospital. Al bajar para marcharse encontró a Albert leyendo el periódico. A: Parece que fué todo un éxito. Qué te pareció a tí Candy? (Preguntaba con ironía) C: Ah! Qué? De qué hablas Albert? A: Teatro. Cómo estubo el teatro anoche, imagino que muy bien. Y la fiesta, fuistes verdad, porque no te ví llegar y me acosté muy tarde. C: Yo...Archie me invitó y no sabía de que se trataba Albert, si yo hubiese sabido... A: No te preocupes, no te estoy reclamando, a fin de cuentas tú a mi no me amas, sin embargo todos saben que a él si. Archie no sabe lo de lo nuestro y quería ayudar...es normal...todos te quieren ver felíz. C: Albert yo no quise... A: Mejor que te vayas, ya es tarde y te van a regañar. C: Si lo sé. Hasta luego Albert. (Candy se retiró a su trabajo, aunque etaba muy cansada por la falta de sueño y muy aturdida por la situación en que se encontraba.) A: Hasta pronto Candy...perdóname por ser tan rudo, pero me muero de celos. |
Siguiente
