Disclaimer: Digimon o sus personajes no me pertenecen.


En ese lugar fue donde comenzó todo.

Internet es un lugar que crece a cada segundo de su existencia, y en un rincón oculto, una sombra del Mundo Real, pero que es cada vez mas extenso. Allí la información había cobrado vida y consciencia de si misma, por lo que los seres que lo habitaban eran datos, virus y vacunas (antivirus).

Antes de existir, era solo datos sueltos de páginas y blogs; información basura de la red.

Todo lo que fue, es y sería se extrajo en un principio de las direcciones de internet en las que el odio y los comentarios de abuso eran frecuentes, por lo que su existencia muy seguramente acabaría siendo difícil de ignorar pero todavía eso no era importante.

El lugar donde se formó no tenía nada de especial, era una pradera en una isla casi deshabitada, rodeada de bosque y sobre la cual se sentía la presencia de una agradable brisa. Un lugar en el Mundo Digital abandonado en los confines de la web.

Los datos e información se juntaron en el lugar como insectos a la luz de una vela; el DigiCore con sus datos más básicos determino su especie en base a lo que pudo recoger de su entorno, fijando su existencia como su personalidad. En torno al núcleo apareció la cascara que lo rodeo para proteger el feto en desarrollo.

Nadie se dio cuenta de su aparición, tan lejos de cualquier Ciudad del Comienzo, por tanto nadie estuvo presente en el momento clave. Había sido casualidad que apareciese allí, por tanto nada impediría su nacimiento. En un entorno que pudiese propiciar el alimento y la seguridad de un lugar sin depredadores.

La isla en si no era muy grande, era un lugar monótono y simple. La masa de tierra más cercana a ésta era un archipiélago al noreste y un continente al sur.

Muy lejos de allí, en un reino lejano, las guerras entre dos fuerzas opuestas hacían miserables a otros. Las fuerzas de seguridad de internet y los elementos peligrosos de la Deep Web colisionaban con furia y odio sin fin, ajenos al surgimiento del huevo y al ser que contenía.

En el otro extremo, las ciudades industriales del Imperio del Metal crecían sin control, buscando avanzar tecnológicamente y científicamente lo más deprisa posible. Los Protectores de las Profundidades nadaban en sus metrópolis-palacio sin ser perturbados por los problemas de la superficie. Los Espíritus de la Naturaleza jugaban en sus bosques, junglas y arboledas. El Rugido de los Dragones cazaba y luchaba de forma salvaje y honorable entre las montañas y los volcanes. Y muchos otros reinos, imperios, manadas, cazadores solitarios y todo tipo de Digimon vivían como mejor sabían.

Pero el huevo era ajeno al resto del mundo, esperando, durmiendo, anhelando, abrirse y dar a ese Universo único y maravilloso su contenido. Pero todavía no era el momento. Su color blanco y con vetas carmesí, su tamaño similar al resto y ligeramente inclinado descansó durante 6 días sin ser molestado por nadie.

Y al séptimo día, por fin se agitó de manera casi imperceptible por primera vez.