Capítulo 1: Fénix
Dolor. Debía estar sintiendo muchísimo dolor con todas aquéllas heridas cubriendo su cuerpo.
Llegó lentamente, aproximándose cada vez más al pequeño gran Imperio –o al menos lo había sido hasta entonces- que ahora yacía ante sí. Dudando unos instantes, más bien por miedo a lo que podría encontrarse, se quedó pensativo a escasos metros del chico. Luego alargó el brazo hasta él, comprobando que aún seguía con vida. Pendía de un hilo, pero seguía allí. No dudó ni un solo segundo en recogerlo con sumo cuidado de aquél campo de batalla teñido de sangre y lleno de cuerpos. Odiaba aquéllos lugares, sobretodo cuando se trataba de perder. Aunque éste no era el caso ya que él no había participado, miró con sumo odio todo el desorden que lo rodeaba. Y se podría decir que huyó con el niño en brazos.
El pequeño cuerpo estaba repleto de heridas que, por más que limpiaba y curaba, luchaban por sangrar deliberadamente. "Aw…¡maldita sea!" Masculló enfadado mientras luchaba con todas sus fuerzas por limpiar toda aquélla sangre y evitar que siguieran abriéndose. Pasaron los días y, a pesar de que el chico no despertaba, parecía que todo en él iba mejorando. Lo que pensó que iba a quedar como profundas cicatrices apenas se veían en su cuerpecito como rasguños. Ahora serían el recuerdo de algo terrible que no debió ocurrir. El pruso lo único que hacía ahora era mantenerse allí, observando la evolución del chico. A veces incluso llegaba a quedarse dormido a su lado, velando por él, con la seguridad de que pronto despertaría.
"Uhm…" Lo primero que vieron aquéllos brillantes ojos azules fueron un techo blanco, aunque ahora grisáceo por la poca luz que había en la habitación. Se levantó sobre si mismo, quedando sentado, sin reconocer nada de lo que le rodeaba. "¿D-dónde estoy?" Se preguntó, sin obtener ninguna respuesta, salvo un ruido que provenía de la puerta. Al poco tiempo ésta se abrió dejando pasar a un chico de ojos rojizos y pelo gris que se quedó atónito al verlo. "…" Echó a reír como si le hubieran explicado el mejor chiste de su vida mientras se aproximaba al rubio que se encontraba aún sentado de forma estática en la cama. "Estás… ¡despierto al fin!" Exclamó el mayor, permitiéndose el lujo de gritar todo lo que quería. "Y bien, ¿cómo estás?" El ojiazul aumentó el tamaño de sus ojos. "¿Q-quién eres tú?" Acertó a preguntar, algo nervioso por la actitud del otro.
El mayor se paró en seco. "¿No me reconoces?" Ante el gesto negativo del otro se sorprendió aún más. "¿Qué es lo que recuerdas?" Insistió un poco al pequeño para que recordara, pero descubrió que no le venía ni un atisbo de su vida pasada, como si hubiera vuelto a nacer. Un sentimiento de tristeza lo embargó, pero prefirió dejar las cosas como estaban. Quizá… Lo abrazó con todas sus fuerzas y cariño mientras forzaba una sonrisa. "Soy tu hermano" Si. Lo mejor era no obligarlo a recordar si no lo hacía por sí mismo. El pequeño le respondió devolviéndole el abrazo en silencio para luego pronunciar una sola palabra. "Bruder…?"
El pruso rió en un intento de mostrarse feliz ante esto último, separándose ahora del abrazo. "Deberías comer algo, estás en los huesos" Se levantó con rapidez y marchó a buscar algo para que comiera. Mientras tanto el otro se quedó en silencio, asimilando la situación que ahora se le presentaba. Se observó las pocas vendas que ahora quedaban en su cuerpo, extrañado por ellas. Supo que éstas eran el motivo por el que no recordaba nada de nada. La cama estaba pegada a una pared, por lo que giró la cabeza hacia el otro lado y se dedicó a mirar el lugar en el que se encontraba desde hacía días. Era un sitio apenas iluminado, bien podría decirse que trataba de mantener una cierta semejanza con un lugar oculto, con intención de poder esconderse allí.
Y eso era lo que pretendía el pruso, mucho más ahora que había visto que el pequeño no recordaba haber sido el gran Sacro Imperio Romano Germánico, ahora dado por desaparecido. Si así lo creían todos, así lo mantendría, al menos hasta que el chico recordara. Suspiró, recuperando fuerzas después de la tarea de preparar un plato con comida decente para el chico. Le dio el último toque y salió de la cocina dirigiéndose de nuevo a la habitación, donde el chico seguía con la mirada fija en techos y paredes. "Wa…por lo que veo te interesa el sitio" Dijo dejando el plato cerca del pequeño. "No hay mucho que ver, no la uso a menudo" Pero mentía, en aquéllas paredes había recuerdos de su vida, si las miraba con detenimiento podía recordar todas y cada una de las experiencias que había vivido para llegar a ser el que era y estar donde estaba. El pruso se quedó con la mirada fija en una cruz patada, dibujada sobre una tela grande que invadía una de las paredes, rodeada de otras tantas cosas, casa una con su propio significado.
El chico no prestó mucha atención desde que había visto el plato de comida. Sus ojos ya lo estaban devorando desde que lo vio entrar por la puerta y ahora ya casi no quedaba nada en él. El mayor volvió su mirada hacia él, riendo sonoramente. "¡Ya sabía yo que tenías hambre!" Pasó una mano por su cabeza, alborotándole el ya despeinado pelo rubio que caía por su frente. En cuanto lo soltó, el pequeño lo echó hacia atrás como si le molestara en los ojos, para luego seguir comiendo. "Uhm… quizá deba traerte algo para beber…" Dijo levantándose de nuevo para ir a la cocina mientras el otro masticaba con rapidez, ahora si haciendo caso a lo que decía y asintiendo.
"Toma" Cuando volvió llevaba dos vasos, uno con agua y otro con cerveza. El niño alzó una ceja ante lo que veía, cosa que al pruso le pareció simpático. "Mira que eres inocente." Dijo cambiando el vaso que le había dado al principio, que contenía la cerveza, a cambio del de agua mientras reía. "Éste es el tuyo. Demasiado pequeño para beber alcohol… ¡ya llegará el momento!" No podía esperar más, por lo que le dio un buen trago a su cerveza. El niño seguía con aquélla mirada de incredulidad, serio igualmente. No es que no le gustara la actitud del otro, quizá le sorprendía su manera de ser. Miró su vaso y bebió agua, era como volver a nacer ya que tenía la boca completamente seca. "Vielen Dank" Agradeció tímidamente a su Bruder una vez terminó, devolviéndole el vaso. Negó con la cabeza cuando le dijo que si quería más.
"¡Perfekt!" De nuevo de pie. El pruso parecía no saber estarse quieto. "¿Te apetece salir a tomar el aire? Llevas unos días encerrado, creo que te irá bien" Lo tomó de una mano para que se levantara, la verdad es que le apetecía mucho. "No iremos muy lejos tampoco" Comentó el mayor al ver que el pequeño se miraba las ropas que llevaba a modo de pijama. Asintió de nuevo y, de la mano del pruso, fue llevado a través de otras salas hasta el aire libre.
Inspiró hondo al notar la brisa. ¿Cuántos días debía haber pasado allí y por qué? Miró al mayor, que seguía con aquélla sonrisa dibujada en su cara, pero con el ceño fruncido a su vez. Era como… si estuviera feliz pero tuviera problemas a la vez, así que prefirió no preguntar.
Había mucho tiempo por delante… ¿verdad?
Algo le hizo pensar que podía no tener tanto y le llevó a agarrarse de la ropa del otro, que en ése momento se volvió para mirarlo. "¿Te pasa algo?" Se mostró atento a la respuesta del pequeño, que se quedó en silencio, así que se agachó para verlo mejor. "Si te encuentras mal lo dices y entramos de nuevo" El chico negó efusivamente. "Sicher?" Esta vez asintió, fijando ahora su vista en los árboles. Daba la sensación de que aquél lugar estaba escondido del mundo incluso estando fuera de la casa. Alzó la vista hasta ver el cielo, pensativo.
El pruso seguía los gestos del otro con su mirada. A pesar de la negación sabía que al pequeño le pasaba algo. Y era lógico, acababa de despertar sin recordar nada de lo que era y lo que le había pasado. Lo que le extrañaba mucho era que no le hubiera preguntado nada. Cerró los ojos, pensativo, para finalmente estirar los brazos hacia el otro. "Ven aquí anda" Lo cogió y cargó para empezar a caminar por una cuesta que había.
"Vas a ver algo impresionante… bueno, ¡aunque eso ya lo has visto!" Rió de nuevo, señalándose, ante la expresión de incredulidad del pequeño. ¿Se estaba señalando a si mismo para decir que había visto algo impresionante? Se le ocurrió una respuesta que darle, pero no llegó a tiempo. "Ya estamos" No estaban mucho más altos que la casa, pero los árboles desde allí no molestaban y se podía ver la frondosidad de estos a lo largo de kilómetros. El rubio abrió los ojos sorprendido, estaban rodeados de naturaleza. "¿A que "mola"?" Codeó al pequeño una vez había vuelto a su altura. "¡Éste lugar es perfecto para estar solo!" Gritó estirando los brazos como si abarcara imaginariamente lo que desde allí podía verse. En conclusión, era perfecto para pensar… o más bien para esconderse.
El chico se fijó en el gesto "Si, supongo…" murmuró al fin, mientras volvía de nuevo la mirada al paisaje. Se sentó allí mismo. El otro lo imitó pero en poco rato se tumbó bocarriba, quedándose dormido enseguida. Fue al escuchar sus ronquidos cuando volvió la vista a éste, el cual se empezó a mover. Sonrió tímidamente al verlo. Parecía ser que no se estaba quieto ni durmiendo. ¿De verdad sería su hermano? Cesaron los ronquidos. "….." Se quedó mirándolo en silencio, acercando su cuerpo poco a poco al del otro, hasta quedar apoyado sobre él. Su pecho era cálido, y podía oír los latidos de su corazón. Éstos le calmaban así que cerró sus ojos, relajado, hasta que se dejó llevar por completo por un sueño que, aunque no comprendía después de haber dormido tanto, le molestaba desde hacía un rato.
Primer capi~~~~~ Espero que os guste 3
VOCABULARIO XD
Bruder = hermano
Vielen Dank = muchas gracias
Perfeckt! = Perfecto
Sicher? = ¿Seguro?
